Prologo
Era sin dudas extraño, tirar todo por la borda simplemente para que yo, una persona que estuvo un largo tiempo entrenando una meta que no me serviría para nada.
Hubo un tiempo en la que pensé que debería engancharme al sentimiento de odio, ese tipo de sentimiento no sabía si realmente lo tenía. Quizá me daba pereza tener ese sentimiento.
Si lo hubiera pensado dos veces, en vez de dedicar la mayor parte de mi tiempo fortaleciendo mi cuerpo y mi mente, habría utilizar ese tiempo para dormir. Si tan solo lo hubiera pensado dos veces.
Después de todo, ya no cuento con un falna. No estoy obligado a hacer algo que me pida mi dios patrón.
Mi dios patrón y mi abuelo adoptivo, Zeus, murió y me dejo sin falna. Tampoco es como si quisiera tomarle atención, pero le termine prometiendo que visitaría la ciudad laberinto, Orario. No era de los que dejaban una promesa sin cumplir.
De todas formas, nunca me agradaron las cosas complicadas o tener alguna aspiración. Y aunque habia acumulado años de experiencia, no me interesaba mejorar, no me importaba ganar fama, probablemente ganar algo de dinero para sobrevivir.
Es una sensación horrible estar atado a una promesa, después de darte cuenta de que nada en lo que te esforzaste por tanto tiempo no tuviera sentido, también era ese tipo de sensación. Aun así, seguía con mi rutina diaria cuando mi "abuelo" seguía viviendo.
Actualmente, esperaba poder llegar a la ciudad llena de sueños, en la que pocos selectos son capaces de cumplirlo, y muchos otros fracasan en el intento.
Recapitulando lo anterior, llegue a una conclusión: No prometerle nada a la gente.
Al instante siguiente, mis pensamientos fueron cortados cuando el carruaje por el que viajaba se detuvo.
Lentamente mi cabeza volteo a ver al hombre que conducía el carruaje, de espalda. A continuación, el volteo a verme y dijo:
-Oye, chico. Ya es hora de que te bajes, hemos llegado. –
Me habia encontrado con ese hombre cuando llegue a un pueblo que estaba cercana a la ciudad, el me ofreció amablemente llevarme hasta la ciudad.
-Oh, lo siento, estaba sumido en mis pensamientos. ¿Usted no entrara? –
El hombre tenía el aspecto de un hombre mayor, que ha vivido lo suficiente y que era probable que te diera consejos sabios si se los pidieras, me recordaba a mi abuelo, solo esperaba que el no fuera alguien pervertido como lo era él.
El elevo ligeramente su barbilla, como si estuviera pensando en su respuesta, un instante después respondió:
-No, joven, yo ya estoy mayor para lo que da esta ciudad. – Entre risas dijo eso.
Consideraba que era algo irónico que dijera eso, a pesar de que hay bastantes seres con mayor edad que él, pero decidí en no pronunciarlo en voz alta.
Me levante de mi asiento y baje por la parte trasera del carruaje, luego de eso camine hacia donde estaba el, sin querer dejarlo sin antes despedirme. Le dije:
-Muchas gracias por haberme traído, algún día se lo compensare, nos veremos en otra ocasión. –
El viejo esbozo una sonrisa y dijo:
-No te preocupes por eso, no es nada. Yo también espero poder volver a verte, joven. –
Asentí ligeramente mi cabeza, inmediatamente mire hacia el frente y camine hasta llegar a una fila.
Me di un poco de tiempo para mirar el paisaje frente a mí, mientras esperaba que llegara mi turno para pasar. Por lo que me explico el viejo, antes de ingresar en la ciudad tendría que pasar por una de las enormes puertas custodiadas por la familia Ganesha.
Las murallas eran considerablemente enormes, lo que más sobresale es una enorme torre que era tan alto que alcanzaba el cielo. Supongo que desde el punto más alto podria ver toda la ciudad.
Era mediodía, así que el sol estaría en su punto más alto. El cielo completamente azul celeste eran adornadas por nubes blancas de diferentes formas.
La fila iba avanzando lentamente, mientras aún seguía observando el paisaje. Hasta que, finalmente...
- ¡Siguiente! –
El hombre que estaba delante de mí paso a través de la muralla. En cuanto eso paso, di unos pasos adelante, frente a mi estaba un hombre musculoso con una enorme cicatriz en su ojo izquierdo.
-Bienvenido a Orario, chico. ¿Te importaría si te doy una pequeña revisión? –
-De acuerdo. –
-Muy bien. –
El hombre a continuación inspecciono lo poco de equipaje que tenía conmigo y luego reviso dentro de mis bolsillos del pantalón.
- ¿Y este cuchillo? ¿Piensas volverte aventurero? –
-Para nada, es solamente un objeto preciado para mí. –
-Ya veo. Bueno, eso sería todo. Te deseo mucha suerte en lo que sea que viniste aquí, puedes venir aquí para conversar un poco, es aburrido estar aquí sin poder hablar con alguien. –
-Lo intentare. –
Tras una breve charla, el hombre me devolvió mis pertenecías y me dejo pasar.
Mire brevemente la enorme calle que conducía hacia la torre que habia observado hace unos minutos. Llamada: "Babel".
-Está decidido, iré hasta el centro de la ciudad y desde ahí recorrer el resto de la ciudad. – Pensé.
A lo largo de toda mi trayectoria, habia confirmado algo que me habia dicho mi abuelo adoptivo:
-En Orario encontraras a razas que vienen desde los lugares más lejanos. –
Ahora veo que lo que decía era cierto.
Continue caminando hasta llegar a la imponente torre Babel. Muchos antes de llegar habia visto a distintas razas portando diferentes armas, como: Hachas de batalla, arcos, báculos, espadas, lanzas, escudos, etc.
-Así que este es el lugar en donde los aventureros se reúnen, eh. –
Dije en voz baja, cuando no habia nadie alrededor.
Luego, me retire de ahí para explorar más la ciudad.
Seguí explorando hasta que estaba por anochecer, así que decidí meterme a un callejón para quedarme a dormir ahí.
Al final del día, conseguí llegar a estas conclusiones: Podría intentar trabajar en ese bar que me habia cruzado camino a la torre Babel, podria dormir en esa especie de iglesia, no sería mala idea considerando que podria estar abandonada.
Mis parpados lentamente se iban cerrando, y mis ganas de descansar incrementaron, y entonces...En unos segundos quede completamente dormido.
Lamento mucho la tardanza para quienes esperaban la adaptación de la obra original de MiMente-San . A quien le agradezco profundamente por permitirme en seguir con esta grandiosa obra.
Y para ustedes, lectores. Espero puedan disfrutar de esta obra, tanto como yo disfruto en traerles este fanfic. Sin más que decir, salu2.
Recuerden tomar agua.
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