17 de diciembre de 2022

Lily llega tarde de su trabajo hoy. Ya es de noche, muy noche. Cuando llega su departamento Kyra ya está dormida. Está recostada en el sofá, por lo que puede deducir que se durmió esperándola.

Decide no hacer mucho ruido para no despertarla mientras va hacia su habitación y se pone la pijama para dormir.

Luego va a la cocina y se prepara un sándwich que se cena en silencio en la isla. Mira su celular unos minutos (tratando de ignorar los videos que rondan por redes sociales) y luego lo deja.

Está cansada pero no tiene sueño.

El último video que subió sobre sus conversaciones con Kev es sobre la noche que la llevó a ver fuegos artificiales. Y a pesar de que esa noche fue tan feliz para ella, ahora recordarla le hace sentir que tiene algo pendiente por hacer.

Algo que una vez le prometió.

Se siente sofocada luego de unos minutos. No siempre le pasa eso, solo de vez en cuando, pero ella supone que es parte del proceso.

Si Kyra no estuviera dormida hablaría con ella solo para sentirse mejor, pero se mira tan tranquila descansando que no quiere molestarla.

Así que, en vez de hacer eso, enciende un cigarrillo y sale del departamento.

Va a la azotea.

Curiosamente le da tranquilidad ver el cielo de noche. Ver las estrellas y disfrutar del viento nocturno.

Camina hacia una de las camillas viejas que están ahí y se recuesta. Cala el cigarrillo y luego suelta el humo, relajándose.

Ha sido una semana pesada. Tanto en trabajo como en sentimientos y mentalidad. Pero supone que siempre es así.

Lily solo cierra los ojos.

Respira.

Cala.

Suelta.

Respira.

Cala.

Suelta.

Respira.

Respira...

Respira y...

...Déjame creer que somos polvo de estrella, y por favor, cuando muera, imagina que soy la estrella más brillante que encuentres en el cielo. Y luego grítame qué tan hermoso soy, porque recuerda, lo sabré pero querré que me lo recuerdes...

Lily abre los ojos.

Y lo primero que ve es una hermosa estrella brillante sobre ella.

Entonces lo sabe. Sabe qué es lo que sentía que le hacía falta, y sabes qué es lo que tiene que hacer ahora.

Porque esa estrella es Kev. Y es hermosa, igual que él.

Así que, casi divertida, se levanta y se para sobre la camilla sin dejar de mirar al cielo.

Toma aire y, con todas sus fuerzas, grita hacia la noche:

—¡Eres tan hermoso, Kevin! ¡Eres la estrella más hermosa de esta noche y de todas las noches! ¡Te amo!