29

-salta, yo te atrapó -grita Scott desde abajo.

-¿Quieres bajar la voz? -susurro.

Mueve los labios diciendo "Lo siento". Scott tuvo la magnífica idea de llamarme a las dos de la madrugada para llevarme a un lugar secreto, según él, y ahora estoy tratando de salir de mi casa por una ventana.

Con la esperanza de que una teja no se despegue y caiga despertando a mis padres, cruzó el techo de la cochera. Scott esta loco, bueno, estoy más loca yo por hacerle caso.

Bien, aquí viene lo bueno. Muy despacio me arrastró hasta la orilla, dejo que mis piernas cuelguen del techo unos segundos. Benjamín y Kenia están mirando una serie en la sala, suena raro lo sé pero Karnia tiene insomnio y Ben, como el barbero que es, se quedó despierto con ella.

-nos van a descubrir -exclamó en un susurro.

-no lo harán. Vamos, mi moto está en la otra calle -extiende los brazos para atraparme.

Lo pienso unos segundos. Puede que esto sea lo más arriesgado que he hecho en mi vida, no se compara con los cazadores que nos perseguían o Kate; esto es otro nivel, estoy rompiendo las reglas de la manda máx de la casa. Estaré en serios problemas si se entera de mi escape a las dos de la mañana con Scott.

Mi mamá enojada da más miedo que ir por el bosque y encontrarte a un cazador. No, no, mi error, da más miedo que ver una película de terror a las doce de la noche y que sufras de paranoia por una semana.

-si no quieres ir sólo dímelo, no hay problema Ani -me mira con ternura.

Claramente sabe que tengo miedo, es un hombre lobo y puede oler las emociones de la gente. ¡Y yo estoy aterrada!

-si quiero ir, pero... -me aferró al borde.

-tienes miedo de que tu mamá lo descubra -contesta comprensivo-. Esta bien, en un par de horas más volveré cuando el sol este bien arriba y le pediré permiso a tus padres para llevarte a comer. En el auto.

Sabe que mamá no me dejaría subir a su moto. Había que correr riesgos, quiero ir con Scott y no importa que tan enojada se ponga mamá. Sin previo aviso me impulsó hacia adelante.

Scott alcanzó atraparme, bueno casi.

-hola -sonríe. Mostrando todos sus dientes.

-hola -humedesco mis labios.

No alcanzó a atraparme, su cuerpo detuvo mi caída. Caí boca abajo de forma que ambos formamos una X.

-¿Oiste eso?

-Ben, cariño, seguro es un animal.

Oh oh. Como dos ladrones que fueron descubiertos nos echamos a correr. Ben nos escucho, escucho mi caída y por suerte Scott no dejo su moto cerca de mi casa.

No llegue ni a media cuadra cuando ya necesitaba una ambulancia, ser atlética no está en mi lista de talentos. Poco a poco fui dejando de correr, al término que ya estaba apoyada en mis rodillas pidiendo un tanque de oxígeno.

Scott tomó mi mano y de un tirón me hizo correr de nuevo. No dejamos de correr hasta que avanzamos dos manzanas más y giramos en una esquina. Si mi sentido de orientación no me fallaba nos encontrábamos cerca de la casa de Stiles.

-el lugar secreto al que me querías llevar, ¿Es la casa de Stiles? -pregunto confundida. Mi cara dejaba claro la desilusión al ver a donde nos dirigimos.

-¿Qué? No -toma mis dos manos-. Deje mi moto en su casa. ¿Crees que la dejaría en algún sitio de la calle donde puedan robarla? ¿Luego en que llevaré a mí novia a la escuela?

No. Acaba de decirlo, lo dijo fuerte y claro, ¡¡YO LO OÍ!! Me llamo su novia. Garraspeo para ocultar los nervios, no puedo creerlo, desde que pasó lo que pasó en México él no me había llamado "novia" ni siquiera sabía Si lo era. Ahora todo está claro. Aunque me hubiera gustado haberlo escuchado perdirmelo.

-te recuerdo que tu novia no volver a a subirse contigo a una moto -aclaro.

-¿En verdad? -frunce el ceño. Asiento y entrelazo nuestras mano-. Es una pena, pensaba enseñarte a manejar.

-¿Bromeas? Apenas y puedo mantener el equilibrio en la bicicleta.

Se ríe. ¿Le causó gracia? Deposita un casto beso en mis labios, caminando en silencio hacia la casa de los Stilinski.

Su moto estaba ahí estacionada afuera de la cochera, dos cascos escondidos detrás de una enorme maseta nos esperaban. Scott me ayudó a colocarme el mío, subimos a la moto y comenzó a conducir a donde sea que me llevará.

Estuvimos más de una hora por las calles de Beacon Hills. Me asusté un poco al ver que salíamos del pueblo, pero, vamos, es Scott Mccall. ¿Qué podía salir mal?

Estamos en el bosque, específicamente en la reserva de Beacon Hills. Más adelante hay un acantilado donde se ve todo el pueblo, desde aquí se ve hermoso todo.

-y aquí es... -hago un ademán para que termine la frase.

-el lugar del que te hablé -me abraza por la espalda.

-es bonito -giro mi cabeza para verlo a los ojos.

Scott asiente. Al parecer tenía todo fríamente calcula, sobre el suelo cubierto de hojas secas había una manta enorme. Ambos tomamos asiento mirando hacia el pueblo.

Scott me atrajo hacia él pasando un brazo por mi cintura y con su mano libre acaricia una de mis manos.

-valió la pena esa escapada. Digo, ¿Cuántas veces se puede escapar uno a las dos de la mañana con su novio para tener esta vista?

-todas las veces que quieras, bonita -susurra cerca de mi oreja.

Soy una persona cosquillosa. Si tan solo veo que tiene la intención de hacerme cosquillas ya me estoy riendo y torsiendo como gusano epiléptico. Al sentir el aliento de Scott tan cerca de mi piel, todos mis vellos se erizaron, hasta los de mo nuca.

-Stiles me contó algunas cosas. -comento-. Algo me dice que no me estaba contando la historia completa, ¿Quisieras contarmela tú?

-con lujo de detalles -besa mi mejilla.

Escuche casi la misma versión que Stiles me contó. Me hablo de un tal Isaac, Erika, Boyd, Matt y muchos otros. Admito que fue difícil ubicar casa acontecimiento, criatura y los babosos que los atacaron. Donde me perdí por completo fue en eso de la Manada de Alfas. 

-me perdí.

-¿Dónde? -pregunta casi en un susurro.

-en tu mirada, baby -bromeo.

Era broma en cierta parte. En verdad me perdía en sus bonitos ojos negros. Uno de mis colores favoritos es el negro; nadie notó el color de mis uñas, el de mis tenis o el del suéter que traigo puesto, ¡Por Dios, mi mochila es negra!

-ya hablando en serio. ¿Quiénes dijiste que eran los integrantes de la Manada de Alfas? -cruzo las piernas. Jugando con el cierre de mi suéter.

-Deucalion, Kali, Ennis, Ethan y Aiden -estira sus brazos hacia atrás, apoyándose en ellos.

-cabron, les ponen unos nombres bien pendejos.

-no se hablar bien el español, pero algo me dice que dijiste algunas groserías.

-puede ser -asiento.

Han pasado por mucho. Stiles, esa cosa que es puro hueso y nada de músculo, él fue poseído por una cosa llamada Nogitsune y era malvado. No puedo imaginarme a un Stiles malvado, sólo basta con verlo a la cara. Ese chico con lunares no es malvado, es un amor de persona.

También está eso de que un Kanima atacaba gente, ¡Qué pedo con eso! Y lo de la profesora que era malvada, ¿Cómo había dicho que se llamaba? Janneth... Jazmín... Jensen... ¡Jennifer! Me cagá esa vieja. Lo bueno que ya está muerta.

-¿Quién era Allison? -pregunto de repente.

El semblante de Scott cambia. Ahora sonríe nostálgico y su mirada parece vacía. Sé poco sobre ella.

-ella, Allison, era la hija de Chris, ¿Recuerdas que te hablé de él? -asiento-. Por siglos su familia se dedico a cazae hombres lobo, era algo asi como una tradición. Ellos vibieron aquí y... Allison era mi novia. Le oculte lo más que pude lo de ser hombre lobo, cuando se dio cuenta se fue y al volver intentó cazarme. 

Tiene la mirada fija en un punto detrás de mi.

-nos ayudó en muchas ocasiones. Toda su familia era sanguinaria, pero Allison era diferente a ellos,era bondadosa, buena e incapaz de matar a alguien. La mejor persona que conocí.

-Scott...

Ella fue alguien importante para él y escucharlo hablar de ella en tiempo pasado no me dice nada bueno. Debe ser difícil para él.

-murió cuando luchabamos para salvar a Lydia y Stiles. Cuando paso lo del Nogitsune. Descubrió como acabar con los Oni y uno de ellos la atravesó con su espada. Sin ella Isaac hubiera muerto, todos lo hubiéramos hecho. Nos salvo a todos. La amaba mucho.

Su voz se quebró con esas últimas palabras. No sabía que decirle, estaba claro que algo en el se rompio con la muerte de Allison, y nadie podría juntar esas piezas, ni siquiera yo. Claro me quedaba que no podria compararme con ella. Me hubiese encantado conocerla.

Veo como algunas lágrimas caen por sus mejillas. Lo abrazo tan fuerte como mis brazos me lo permiten. Soy una estúpida, no debí preguntar.

Yo y mi estupidez infinita.

-lo siento tanto, Scott -susurro. Froto su espalda, en un intento de recorfortarlo.

-la extraño -dice.

Parpadeo varias veces para alejar las lágrimas que amenazan con salir. Tengo demasiada empatía con las personas, ver su dolor es como sentirlo yo y me entran las ganas de llorar. Pero ¿Cómo le digo a Scott que sea fuerte si yo también lloro?

-Scott... -me separo un poco para poder verlo a los ojos-. No tuve el placer de conocerla, pero te aseguro que donde sea que ella este no le gusta verte así. -limpio sus lagrimas-. No soy la mejor persona en situaciones así, no se que decirte en verdad y tampoco quiero verte llorar porque terminaré llorando yo también. Dime qué hago para hacerte sentir mejor.

Besa cortamente mis labios y vuelve abrazarme. De buevoblo abrazo fuerte mientras él escondo su cara entre mi cuello y hombro, acaricio su cabello despacio. Lo dejo desahogarse el tiempo que necesite.

El cielo se vuelve más oscuro y se llena de nueves. Con que no llueva en estos momentos, es lo ultimo que haría falta. Depósito un beso en la mejilla de Scott sin dejar de acariciar su cabello, a causa de las lágrimas cierto sabor salado se queda en los labios.

Nos quedamos un rato más así. Abrazados. No hay escuela por el momento; así que no hay por qué levantarse temprano mañana. Scott me necesita y aquí me voy a quedar. Aunque tenga que hipnotizar a mamá para que olvidé el hecho de que me escapé en la madrugada.

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