28

Después de lo que pasó en México todo siguió tranquilo. Scott recibió un regaño por parte del entrenador por faltar al juego, papá tuvo una "charla" con Scott sobre nuestra relación, lo intimidó y amenazó con dispararle si se le ocurría hacerme sufrir.

Anoche a papá se le ocurrió que podríamos hacer una carne asada para celebrar que ya no quieren matarnos. Y cuando me refiero a hacer, lo digo por mamá y yo. Él sólo pone el pinche carbón y asa la carne.

Benjamin y mi cuñada decidieron quedarse unos días más. Invitaron a medio Beacon Hill, papá invitó a sus compañeros de trabajo, obviamente incluido el papá de Stiles, y por su puesto que Stiles vendrá aunque no lo invite; él vendrá.

Mamá invitó a unas de sus viejas amigas; las señoras que le venden sus Tupper. Y yo, no tengo muchos amigos, sólo a Lydia, Malia, Kira, Liam, Mason, Stiles, mi novio Scott. Que bien se escucha eso; mi novio Scott.

Kenia, mamá y yo preparamos las salsas y sasonabamos la carne, mientras papá y Ben se tomaban una cerveza fría. Se me hace una injusticia que estemos aquí adentro atareadas preparando todo para la... ¡pinche carne asada! Y ellos sólo estén sentados sin hacer nada. Para empezar la idea ni fue de nosotros y para terminar nosotras siempre, ¡¡siempre!! Hacemos todo el trabajo pesado.

-iré a decirles que ayuden- dejo de picar la bendita cebolla.

-Elizabeth...- me llama en forma de advertencia.

Posiblemente antes no hubiera tenido el valor para hacerlo, pero ahora que puedo controlar a las personas me vale pito lo que pase.

-papá, mamá necesita más aguacates, tortillas, cilantro y un chingo de cosas más. ¿Puedes ir por la lista?

-y tú, cara de simio, ve por los refrescos y los hielos- le ordenó a Ben.

Se siente bien dar las órdenes. Ha habido luna llena y al parecer Liam ya sabe controlarse... un poquito. El otro día el muy hijo de la chingada casi me destroza la cara, ¡¡De la cara vivo cabron!!

Mamá está lista para regañarme, antes de que diga una palabra o me lancé su chancleta mutada con Boomerang, la miro a los ojos y le digo que no me regañe.

-¿Qué pasaría si prendemos el carbón con libros que tiene Eli en su cuarto?- Ben me mira travieso.

-no te atrebas a tocar mis cosas- lo amenazó.

Desaparece de mi vista. Corre hacia mi cuarto.

-¡¡Ama, su chiquillo me va a quemar mis libros!!- voy detrás de él-. ¡Deja eso! ¡¡AMA!!

Benjamin disfruta mi sufrimiento. No tiene permiso de revisar mis cosas y menos mis libros. Por suerte mis libros para adultos los tengo en el celular.

-¡Atrévete a doblar una sola página y
...- lo hizo-. ¡Te mato, estúpido!

-¡¿Cómo me llamaste?!- sus ojos se abren con sorpresa-. Haber, más respeto Elizabeth.

-no hables de respeto cuando tienes dos libros de mi saga favorita entre tus manos. Deja eso en su lugar antes de que te haga calzón chino y te encierre en el baño, papá acaba de entrar- señaló la puerta atrás de mi.

-ups- es lo único que dice antes de dejar caer el primer libro de cazadores de sombras.

-¡No seas culero! Estoy tratando de ser paciente, acuérdate que de niños ambos veíamos la WWE, fui entrenada por Bautista, John Cena, Rey Misterio, Randi Orton, Kelly Kelly, las gemelas Bella y el inigualable Big Show.

-¿Así? Pues yo soy sobrino de The Rock y Triple H.

-¿Y?- levanto las cejas.

-Voy a barrer el piso contigo- deja el libro y se lanza sobre mi.

-¡Maaaa!- grito en señal de ayuda.

Ben me lanza a la cama, salto dos veces por la fuerza de impacto. Le lanzó los pocos peluches que hay en mi cama, tomó a salchicho y me lo lanzó a la cara.

Le lanzó una almohada la cual atrapa me golpea con ella. Golpe tras golpe, apenas y puedo abrir los ojos para poder localizar la otra almohada.

-¡Muere!- ese es mi grito de guerra.

Comenzamos una guerra de almohadas para nada delicada. Mi cabeza se sacude de un lado a otro mientras yo golpeó al baboso de mi hermano donde puedo. Esa bonita trenza de cola de alacran, que tarde toda la mañana en peinarme, esta arruinada por la bestia de hermano que tengo.

-¡Kenia, ven y calma a tu viejo!- llamó a mi cuñada.

-no metas a Kenia en esto.

Lo golpeó tan fuerte que cae de cara contra el suelo. Salto a su espalda, reflexionó una de sus piernas y le hago una llave a su brazo derecho. No apreté mucho mi agarre, tampoco es que quiera romperle algo.

-¡¿Te rindes?!- le pregunto.

-¡No!- grita se inmediato.

-peefecto- me pongo de pie sin soltar la llave-. Acabas de firmar tu sentencia de muerte, bienvenido al infierno.

Hago que se ponga de pie, lo llevo hasta el baño. Para mi suerte papá hizo que colocarán la puerta mal, así que habré hacia afuera. Encierro a Ben dentro, con mis pies empujó la puerta para que no pueda abrirla.

-¡Déjame salir!- exige.

-nop- sonrío con malicia.

-por favor, Eli, hermanita hermosa. Te lo ruego. Aquí dentro huele como si un tlacuache hubiere defecado- golpea la puerta.

-te lo buscaste- le recuerdo.

Sigue golpeando y tratando de abrir la puerta.

-¡¿Qué pinche escándalo se cargan?!

Oh, oh. Mamá viene.

-dejen nomas que los agarre, hijos de la chingada, les voy a dar unos putazos.

Corro a mi cuarto, cerrando la puerta con seguro. Han pasada tantos años desde que mi mamá me dio sus tan típicas chancletizas. Hasta el día de hoy recuerdo el dolor de esa chancla, del cinturón de papá, de su mano, de ese trozo de cable de luz y de ese trozo de manguera. Mi mamá nos pegaba con lo que encontrará.

Un día encontré un perfecta rama que parecía la varita de Harry Potter. Jamás escuché que ella me llamará. Y mientras yo fantaseaba con lanzar hechizos de aquí para allá, ella se aproximaba a mí. Paso todo en cámara lenta; me tomo de la muñeca, me arrebató la varita y con tres ágiles movimientos me la quebró en las piernas. Nunca sabré si logre derrotar a Voldemort.

Me refugio en mi cuarto hasta que calculo se le baja el coraje. Como toda una espía salgo de mi cuarto, me escabuyo a la cocina y me aseguró de que su expresión me revele su humor.

-hasta que te dignas a venir. Ayúdame a llevarme estas salsas, también te traes los platos, vasos y las servilletas- señala cada objeto.

-¿Y Benjamín?

-ayudando a tu papá a prender el carbón. Apurate porque ya llegaron algunas personas.

Se llevó la jarra del agua de arroz. Sólo una cosa le pedí, una insignificante cosa; que hiciera el agua de naranja. ¡Pero no! La tenía que hacer de arroz, odio esa agua, sabe como a... arroz. Y para que se vea más bonita le echa rebanadas de fresa. Guau que gran decorativo.

-¡Alguien abra la puerta!- grito. Traigo en mis manos todo lo que mamá me pidió que llevará.

-dejame ayudarte- dice Kenia. Tomando algunas de las cosas.

Le agradezco. Vamos al patio trasero para dejar todo sobre la mesa. No me sorprende el ver a Stiles y su padre aquí. A él siempre le gustó la comida de mamá, siempre. Según me contó mi madre, ella y Claudia fueron grandes amigas. Benjamín la conoció y dice que fue una mujer admirable. Recuerdo muy poco a la mamá de Stiles y creo que es un tema muy delicado como para recordarselo.

-¡Al fin!- exclama-. Ben me dijo que te estabas escondiendo como una rata.

-no es cierto- protesto.

-claro que sí. Me dejaste encerrado en el baño y cuando salí mamá casi me mata- objeta.

-eso y más mereces- lo miro amenazante.

-¿Que no te dije que te peinaras? Parece que acabas de salir de una Barranca- mamá se acerca y toma las salsas que traigo en mis manos-. Si aparece una de tus greñas en mis salsas, no te la vas acabar Shanarani.

Se me olvido peinar. Antes de protestar, tocan la muerta. Papá me pide amablemente que vaya abrir.

-¿Vienes?- pregunto a Stiles.

-sí. No vaya ha ser un vendedor de órganos el que este tocando y mi pobre e indefensa amiga Gorgona no pueda defenderse- responde sarcástico.

-pinche imbécil- susurro.

-¡Salomé, Ani dijo una mala palabra!

-cierra la boca, bestia- le tapó la boca.

-mmhmhmhm

-¿Qué?- lo miro confundida. Retiro mi mano.

-Que tal vez sea Scott- repite.

-¿Eso fue lo que dijiste?

-en realidad no dije nada- ríe.

Ruedo los ojos. En la puerta está nada más y nada menos que mis amigas; Lydia, Kira y Malia. Ella y Stiles se dan un beso, lo cual es muy incómodos para mi.

-podrían no hacer esas muestras de afecto cuando estemos cerca, son un tanto incomodas- camino entre ellos dos para separlos.

-cuando Scott y tú se besan, ¿Qué? Nadie dice nada- Stiles rodea a Malia por los hombros.

-eso es porque no lo hacemos frente a ustedes- respondo.

Al llegar al patio, mamá acerca un plato para cada uno. Ben y Kenia están en su mundo; papá y el Sheriff Noah se toman una cerveza mientras recuerdan sus largos años de trabajo. La madre de Lydia llegó unos minutos después y esta hablando con mi mamá, supongo que de plantas y cosas de amas de casa.

Nosotros estamos hablando de cosas triviales. Una cosa lleva a la otra y ahora hablamos de todo lo que les ocurrió desde que Scott fue mordido.

-¿Entonces Kate ya lo había intentado cazar?

-sí. La familia Argent es una familia de cazadores. Gerard, Chris, Kate llegaron aquí para atrapar a un Alfa, luego ese Alfa "mato" a Kate- Stiles hace comillas en la palabra matar-. Lo último que supimos de Gerard es que esta internado por envenenamiento con aconito. Chris ya no es cazador de hombres lobo.

-¿Y qué pasó con Allison?- pregunto-. Dijiste que es la hija de Chris y que los ayudó. ¿Dónde está ella?

Las expresiones de todos cambian. ¿Dije algo malo? Lydia, Kira y Stiles bajan la mirada. Malia iba a explicarlo, pero tocan el timbre y voy a abrir.

No debí preguntar. Quiero preguntárselo a Scott, sin embargo, una vocecita me dice que no lo haga. Un leve rubor cubre mis mejillas al ver a Scott parado con una flores en las manos.

-hola- mi voz deja al descubierto mi nerviosismo.

-hola- sonríe.

Melissa viene con él. Trae un pastel con cubierta blanca y unas flocericiras moradas, se ve rico.

-hola a ti también Ani- Melissa hace notar su presencia.

-hola, Melissa- sonrió avergonzada.

No podía quitar la mirada de los ojos de Scott. No era mi culpa, es de Melissa, ¿Quién la manda a tener un hijo tan guapo? Sólo ella sabe.

-creo que iré a buscar a tu mamá, con permiso- entra.

Me quedo con Scott parada en la puerta, aún no lo invitó a pasar, pero no sé que me da cuando estoy con él. Me vuelvo torpe, no me concentro y en lo único que pienso es en él.

-espero te gusten los girasoles- me extiende el ramo.

-flores gustan me.- aceptó el ramo.

¡¿QUEEEEEE?!

-digo. Me gustan las flores- me corrijo. -pasa, Stiles esta contándome sobre como fuiste mordido y todo eso.

Ma hago a un lado para que pase. Scott pasa a mi lado y se acerca para besarme, estamos a unos centímetros cuando un FALSO garraspeo nos interrumpe.

-lo siento, es que ando enfermo de la gaeganta- dice Benjamín, fingiendo arrepentirse.

-como te gusta estar fregando gente, ¿Verdad?- lo miro mal-. ¿Quieres que le diga a mi mamá sobre como es que "Alien" fue planeado antes de tiempo?

-no le dirias.

-¿Cuánto a que sí?- levanto la barbilla retadora.

Benjamín aprieta la mandíbula y se va con la bolsa de hielo que saco del congelador. Regresó mi atención a Scott, que me mira con el ceño fruncido y una bonita sonrisa.

-te ves hermosa hablando español- besa mi frente.

-ya besame- lo tomo del cuello de la camisa y lo acerco a mi.

Sus labios chocan con los míos. Comienza a moverlos lento y sin prisas, lo amo.

-será mejor que vayamos con los demás antes de que venga tu mamá y se enoje- acaricia mis mejillas.

-o peor, que llegue mi papá y nos ponga a silbar y aplaudir- reímos.

Verlos a todos reunidos era vomo ver a una familia feliz y normal. Los hombres hablaban de sus cosas; las mujeres de las suyas. Reían y reían. ¿Qué más puedo pedir?

-¡Scott, mira esto!- Stiles hace señas para que lo veamos.

-ya vamos- pasa su brazo por mis hombros.

Lydia, Kira, Parish, Malia y Stiles estaban haciendo un camino de dominó. Stiles derribó uno y la secuencia fue bien hasta mitad, se cayeron todos de golpe.

-¡Ay, vamos!- se quejan.

-intentenlo de nuevo- rio.

-mejor limpien todo eso que ya vamos a comer- mi mamá hace acto de presencia.

-Como usted mande señora Salomé- Stiles limpia todo con urgencia.

-hola, señora West, ¿Cómo está?- saluda amablemente Scott.

-hola, mijo. Bien, ¿Y tú?- mamá habla con una calma que me sorprende. Ella no es así, le sienta bien tener yerno.

-bien. Se ve deslumbrante hoy.

-¡Vaya! Gracias, Scott. Al menos tú si eres todo un caballero- dice esto último tan fuerte para que papá la escuché.

-¿Qué? ¿El caballo de quién?- nos mira confundido.

-¡Olvidalo!- grita fastidiada.

Nunca van a cambiar. Tomo a Scott de la mano, vamos a dos sillas libres.

-¿Intentando ganarte a la suegra?- pregunto con diversión.

-quiero caerle bien- confiesa.

-sigue así- le susurro.

-¡Haber, haber! ¿Qué tanto se secretean los dos de la esquina?- habla fuerte mi papá. Señalando en nuestra dirección con las tenazas.

-¿Desde cuándo eres tan celoso, Arthur?- habla el padre de Stiles con diversión.

-desde que tiene novio.

-¿Son novios?- pregunta Parish sorprendido.

-si- responde Scott.

Besa mi frente. La sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas me quedo pendeja a como sonreí.

Melissa y mi mamá hablan de lo adorables que nos vemos. ¿Quién es esa mujer? Mi mamá no se comporta así, ya se parece a las amas de casa perfectas que aparecen en Discovery Home & Health.

-¡Mamá está en la casa!- exclama mi tía al cruzar la puerta.

-¡Hermanita!- papá abre sus brazos.

-¿Silvia?

-¿Noah?- ignora a mi papá y su intento de abrazo.

-no te veo desde la secundaria- ambos se abrazan.

-cambiaste mucho.

-¿Tu tía y me papá se conocen?- Stiles señala con el pulgar a los susodichos.

-eso parece- no apartó la mirada de ellos.

Ellos siguen hablando como alguna vez lo hicieron en la secundaria. No pensé que la carne asada uniera a tantas personas.

Vaya día. Ya estoy al tanto de todo lo que ocurrió desde mi partido hace años, las personas que los ayudaron y los malvados con los que se enfrentaron. Stiles fue poseído por un Nogitsune hace meses, Lydia fue atacada por Peter y fue cuando su Banshee salió a flote. Y así fui aprendiendo más sobre este pueblo que parece un faro para las criaturas sobrenaturales.

A cada segundo papá hacia comentarios incómodos sobre mi cuando era niña y como era de esperarse; Stiles se burlaba y lo seguirá haciendo hasta el último de sus días. Les mostró a todos una foto mía de cuando tenía casi un año y mi madre me dejo la cabeza como un coco, ¡¡Me corto todo el cabello!! Y ni siquiera disimulaba mi calvicie, me ponía diademas. ¡Ni un pito gorrito para desviar la atención de mi cabeza calva! Sólo ella sabe el por qué de tan horrible acto.

Tengo una familia de locos.

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Perdón por tardar tanto. Estoy hasta el copete de tareas y justo hoy tuve un examen. Tengo que aprenderme muchas cosas y ya no cuento con todo el tiempo del mundo para escribir.

Les pido otra disculpa por los otros capítulos que tardaré -igual o más- tiempo en subir.

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