26

-¡¡Shanarani!! ¿Qué te ocurrió?

-no te rías- reprocho-. Mejor ayudame, no sé que hacer.

Para mi cita con Scott estaba tratando de maquillarme. Busqué un tutorial de maquillaje y tome el maquillaje de mi tia, trate de imitar a la mujer del video, pero algo me salió mal y parezco payaso.

-¿quién te dijo que esa brocha era para el rubor?- ríe más fuerte.

-¡¡tia!!

Confundí todo. Por qué tiene que haber tantas malditas brochas? Sirven para lo mismo. Le pediré a Lydia que me enseñe a maquillarme.

-¡¡ay Dios!!- se sujeta el estómago y limpia una lágrima que se le escapó.

-¿terminaste?- la miro mal.

Sigue riéndose. Voy a lavarme la cara. De todas formas ni quería maquillarme.

-deja que te ayude- me indica que vuelva a sentarme-, y me cuentas a dónde irás tan arreglada.

-¿ya terminaste de reírte?

-sí. Ahora siéntate.

Me acomodo frente mi tocador. Mi tía hace su magia para dejarme lo menos horrenda posible. Soy un manojo de nervios, nunca tuve una cita.

-¿y? ¿A dónde irás?- levanta una ceja.

-Scott me invitó a una cita, veremos una película- sonrío nerviosa.

-tu y Scott- sonríe pícara.

-tia...

-okey, ya no haré preguntas.

Después de unos largos treinta minutos. Por fin término. Guau, no estoy tan fea maquillada. Resaltan los ojos y mi labios rosas se ven tentadores.

Mi tía me ayudó a escoger algo bonito para esta noche. Stiles me prestará una película que Scott no ha visto y es una de las que yo odio. Star Wars.

-¿Qué piensas peinarte?

-no tenía pensado peinarme- confieso.

-eres la chica menos femenina que conozco- menea la cabeza desilusionada-. Para tú suerte tienes a Silvia, seré tu hada madrina esta noche.

-para mi desgracia- murmuro.

_______________

Scott toca la puerta justo a tiempo. Mi cabello tiene unas pequeñas ondas en las puntas, mi maquillaje está perfecto y por orden de mi tía, llevo brillo labial en mi bolso. Mi tía fue a abrir la puerta en lo que yo espero en el sofá.

-buenas noches, señora West, ¿Está Shanarani?

Los nervios me comen viva. Un nudo se formó en mi estómago; espero que no vayamos a cenar, mis nervios me quitaron el hambre.

-pasa, está en la sala. Dime Silvia- los escucho acercarse a la sala.

Scott levanta la vista, me mira de pies a cabeza. Sus ojos se agrandan, parece sorprendido.

-guau..., Ani, te ves... Guau- susurra esto último.

Mis latidos cardíacos aumentan. Mis mejillas se tiñen de un leve tono rojizo. Cómo siempre, Dooña Sílvia, está en medio de la conversación.

-Elizabeth, di algo- chasquea los dedos frente a mi. Sonríe y niega.

-lo siento- me sonrojo más-. Gracias, Scott.

-comorendela, no ha tenido una cita en dieciocho años- habla con compasión. Puedo notar el tono de burla que está usando.

-tia...

-¿Qué? Solamnte estaba dando un dato interesante- sonríe divertida.

-ahorrate tus datos- tomo mi bolso y voy con Scott-. ¿Podemos irnos?

Lo tomo del brazo y lo saco rápido de la casa. Siempre buscando con que dejarme en vergüenza, es la segunda vez que mi tía hace lo mismo. Para qué quiero enemigos con esos familiares que me cargó.

Scott se despide de mi tía y cierto la puerta antes de que mi tía pueda decir otra cosa vergonzosa.

-tu tía es simpática.

-sí, muy simpática- enfatizo el "muy". Scott me toma de la mano y caminamos hacia la moto.

Me ayuda a subir al asiento de la moto. Me coloca el casco y sonríe. Me dijo que iríamos a la casa de Derek primero. Paso mis brazos alrededor de su torso y lo abrazo fuerte.

-¿Estás cómoda?- acelera la moto.

-muy cómoda- me pego más a su cuerpo.

Sin más, suelta el freno y acelera más.

_________________

Llegamos rápido. Subimos por las escaleras hasta el piso dónde se supone que está Derek.

Todo el piso es a oscuras.

-creo que no está -digo.

Sigo caminando hasta quedar a las mitad de la habitación. De pronto se comienzan a encender uno focos que cuelgan desde el techo. Para cuando me doy vuelta Scott está detrás de mí con una sonrisa.

-es hermoso -le doy un casto beso.

-¿Tragiste la película? -me abraza por la cintura.

-sip. Stiles me dió dos opciones: la guerra de as galaxias, que aún no ves, y Titanic.

-¿Cuál vemos?

-ya mire el Titanic cientos de veces. Veamos algo diferente -juego con su cabello.

-la guerra de las galaxias, entonces -vuelve a besarme.

Busco el DVD y el televisor, ¿En qué casa no hay un televisor? Oh, esperen, en la casa de Derek Hale.

-Scott, ¿Dónde está el televisor? -lo miro divertida.

-cierto...

Examinamos todo con la mirada en busca de algo en que poner la película. Scott encontró una laptop, fuimos a la sala. No lo ponía la película, Scott se fue a no sé dónde.

Al volver traía en las manos una caja de pizza. ¡Trajo comida!

-tu favorita. -anuncia. Deja la caja sobre la mesa de centro-. Pizza de peperoni.

-¡Soy la persona más feliz de todo el universo! Hasta podría hacer un mortal hacia atrás, y digo podría porque no puedo. Un día lo intente y digamos que besé el suelo, me rompí la nariz y un brazo, sin contar los raspones que me hice y los sermones de mi mamá; ¿Te doy un consejo? Nunca, ¡Jamás! Hagas enojar a una mamá latina -digo.

Hablé tan rápido que dudo que me haya entendido una palabra. Lo escucho reír y menear la cabeza de un lado a otro. Hablo mucho cuando estoy nerviosa.

-tiene un puntería... ¡Creo que fue francotirador en otra vida!. Cuando la hacia enojar, no importaba en que distancia estuviera, ella me arrojaba su chancla y daba en el blanco, ¡¿No entiendo cómo?! -al hablar hago señas como imitando los movimientos de mi mamá.

Scott escucha atento y sonríe al ver mis expresiones raras.

-interesante infancia -sonríe.

-¡hombre!, Si te contará todo lo que me pasó. Ocurrirían dos cosas: uno; pensarás que soy la persona más rara de este mundo. O dos; te terminarías haciendo pipi en los pantalones -las enumero con los dedos.

-presiento que la dos -se acaricia la barbilla, con una expresión pensativa.

Le pongo play a la película.

No estoy entendiendo nada. Aparece un chico llamado Luke -que tiene un gran parecido al papasito de Sebastian Stan-, un robot chaparrito y un montón de lásers. Este tipo de películas no son las mías, hubiera escogido el Titanic.

Scott cierra la laptop y se voltea a verme.

-¡Oye! -me quejo.

-no te gusta la película.

-¿Qué? Pfffff, me fascina -apoyo ambos brazos en el respaldo del sofá. Scott levanta las cejas y me mira como diciéndome: mientes-. Okey, me atrapaste. No me gusta esa película.

-¿Y entonces por qué la tragiste?

-porque tú no la has visto. Stiles me dijo que te mataría si no la veías… pero ahora que lo pienso, Stiles no mataría ni a una mosca. ¡Es inofensivo!

-no se mucho sobre ti -dice de repente.

-¿Qué es lo quieres saber? -me acerco un poco más a él.

-todo -se acerca despacio a mis labios.

-a los nueve años me fuí a vivir a México... Después volví aquí... -digo entre besos-. Mi mejor amigo se llama Stiles... Soy bilingüe... Mi mamá es latina... Mi papá es de California.

-mmhmm -vuelve a besarme.

-tengo un hermano mayor llamado Benjamín... Tenía un perro llamado Lobo... Solía hablar como albañil -reimos.

-eras mal hablado -levanta una ceja.

Para estas alturas, ya estaba sentada sobre las piernas de Scott. Estábamos frente a frente, sonriendo como idiotas. Cuando iba en secundaria, no podía pronunciar al menos dos oraciones sin agregar una grosería.

-un poquito -arrugo la nariz.

-¿Cuáles groserías decías? -acarisia mi cabello.

Pronuncia todos y cada una de ellas. Sin olvidar el wey, no mames, chingada madre, vete a la chingada y todas las que faltan.

Nunca iba peinada y mucho menos llevaba el uniforme impecable, en cuanto llegaba a la escuela a los dos minutos a tenía una mancha de comida en mi camisa blanca o sobre la falda; de mis calcetas ni se diga.

Seguimos hablando. Le conté alguna de mis aventuras con Stiles y el como unas también, como dijo Melissa: tenemos a Stiles en común. Con ese sarcástico chico todo puede pasar, lo más seguro es pase cayéndose o metiéndose en problemas, no puedes aburrirte con él. Estuvimos otros veinte minutos hablando de todo un poco... Y comiendo pizza.

-¿Sabes? Me gusta esto de ti -confiesa.

-¿Qué cosa? -acomodo un mechón de cabello detrás de mí oreja.

-que siempre hay algo de que habar contigo, nunca hay silencios ni nada. Comenzamos hablando sobre Stiles y terminamos hablando sobre el examen de matemáticas, ¿Cómo? ¡No lo sé! -levanta sus hombros-. Contigo nunca falta de que hablar y siempre tienes esa hermosa sonrisa que cautiva a cualquiera.

-tsss, adulador -deposito un beso en la comisura de sus labios.

Antes de poder apartarme, Scott me toma de la nuca y me acerca a sus labios. ¡Amo a este chico!

Nos separamos por falta de aire. Antes de poder decirle algo, el gran ventanal que está detrás de mí se rompe. Scott me acerca a su cuerpo y trata de cubrirme con sus brazos.

Una mujer rubia entró, viene acompañada de tres Berserkers.

-¿Interrimpo algo? -pregunta cínica. Sonríe mostrando sus colmillos.

No entiendo qué clase de criatura es ella. Una especie de... ¿mujer lobo azul?

Los Berserkers se acercan a nosotros, me pongo de pie uno de ellos me toma del cabello y me lanza hasta el otro lado de la habitación.

-¡Ani! -grita Scott, preocupado.

-pagaras por eso -hago que mi cuello truene.

Hago aparecer mis garras y colmillos. La mujer se va tras Scott y los Berserkers vienen a por mí.

Miró a los ojos al que está más cerca de llegar.

-atacalos -le ordeno.

Se da la vuelta haciendo lo que le ordené, ataca a uno de los dos Berserkers. Ambos comienzan a pelear y el tercero se dirige a mi.

Logró darle una patada en lo que se puede ver de su abdomen, antes de que me golpeé en la cara. Intento usar mis ojos para petrifricarlo, pero me es imposible ya que no deja de golpearme. A los únicos que convertiría en piedra serían a Scott y a la Mujer Azul.

El Berserker que está hipnotizado, fue derrotado por el otro. Lo que me faltaba.

Scott luchaba contra la Mujer. Pocas veces pudo golpearla, estaba herido y cansado.

Uno de los Berserkers detuvo mi puño antes de impactar en el rostro de su "compañero". Aprovechando mi primera, y tal vez última, oportunidad; cambio mis ojos mirando al Berserker que tengo a mi derecha. Me zafó de su agarre antes de que termine de convertirse en piedra.

-uno menos -suspiro con cansancio.

Trato de esquivar sus golpes. Da uno tras otro y me es difícil esquivarlos. Me da un golpe tan fuerte que salgo disparas hacia el otro lado de la habitación. Trato de levantarme, me duele todo el cuerpo, estoy cansada. Ese bastardo golpea fuerte; ¿Y quién no? Él trae puesta una clase de armadura hecha de huesos.

La mujer, de nombre que ahora sé, golpea a Scott. Tiene el labio partido y varias heridas más. Mis ojos conectan unos segundos con los suyos.

-Scott... -lo llamo.

Justo cuando el Berserker viene por mi. Saco mi cola de serpiente. Lo tomo por el tobillo y jaló haciéndolo caer de espaldas contra el suelo. Con las pocas fuerzas que me quedan, me pongo de pie. Antes siquiera de poder cambiar mis ojos; el Berserker se levanta y me clava uno de sus cuchillos hecho de hueso en un costado. Jadeó.

-¡No! -grita Scott- ¿Me quieres a mí? Bien, pero solo llévame a mí. Dejala ir.

-no. Todos iremos a la iglesia -dice, después ruge.

Kate se acerca a mí y con brusquedad arranca el cuchillo de mi abdomen. Me hago un corte en mi brazo derecho, me lo llevo a la boca y el Berserker toma mi brazo y lo tuerce, haciéndome una llave.

-No no -toma mi cara con una de sus manos, apretando demasiado mis mejillas-. Eres muy hermosa Shanarani, es una lástima que no durará mucho.

Parpadeo, cambiando mis ojos de color. Fue astuta y cerró los suyos.

-¿Creíste que caería en eso? -rie cínicamente.

-Ani... -escucho a Scott.

Vuelvo a parpadear. Lo veo ponerse de pie y caminar dando traspiés hasta acá. Vaya cita, nunca tengo una y el día que por fin pasa, una demente con piel azul nos ataca.

-perdemos tiempo. Vámonos.

Kate va por Scott. Le dice algo que no logro escuchar pero la expresión de Scott cambia, parece asustado. Intento decirle que todo estará bien y antes de poder abrir la boca, algo me golpea en la cabeza tan fuerte que mi cara impacta con el frío suelo.

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Tarde en actualizar. Lo sé, lo sé; verán, mi pequeño cerebro tuvo un gran bloqueo y no se me ocurría como seguir la historia y para acabarla de amolar: mi hermano no pago Netflix, así que no podía ver la seríe para darme más o menos una idea. No fue un buen mes.

Bueno, basta de desgracias.

Quiero dedicar éste capítulo a una persona muy especial: karla12374065.
Gracias por todo tu apoyo, te lo agradezco de corazón. Eres increible.

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