ya recuerdo.

Es gracioso, uno siempre cree saber lo que quiere y desea, estar seguro de sus gustos y necesidades, sin embargo el tiempo tiende a darnos giros y lecciones que nos hacen replantear, lo que tenemos ¿Es lo que verdaderamente queremos?

Cómo podía catalogar su vida, excelente, espléndida, de ensueño..bueno, una parte de él así la consideraba.

Era el primogénito de un estable matrimonio, sus padres lo adoraban y tenía un hermanito hermoso y encantador que le idolatra, siempre tuvo lujos, jamás careció de nada, por lo que no estaba muy familiarizado con eso de trabajar para conseguir lo que deseaba.

Pero...¿De verdad tenía lo que deseaba? ¿Lo que era mejor para él?

Eso es lo que quieres para tu vida hijo ¿De verdad? Piénsalo bien, recuerda que ya no eres solamente tú

Las palabras de su madre resonaban en su cabeza, mientras sus ojos de clavaron en los contrarios...furioso.

-no me vuelvas a buscar ¡Maldita escoria!

*%%%\\\\\%%%%%>

Cómo tacharian su relación con Minos...bueno, era guapo, rico y muy popular, todo lo que una mujer u Omega deseaba. Con el siempre fue atento y cariñoso, le daba presentes caros, lo llevaba a restaurantes de lujo y cosas así...como un príncipe de cuentos de hadas, así es como Albafica le veía.

-¿No crees que estás comiendo mucho?

-mmm...no, no creo.

El albino hizo una mueca de disgusto al ver a Albafica empaquetarse su tercer rebanada de pastel de chocolate, algo que le parecía extraño ya que el chico cuidaba mucho su figura y las calorías que consumía.

-ah, olvídalo, se me fue el hambre.

Molesto aventó el tenedor, captando la atención de Albafica el cual dejo su postre.

-lo siento yo, es que tenía mucha hambre

-¡y por eso comes como cerdo!

-eh

-no se qué pasa contigo Alba, te estás comportando de manera extraña últimamente.

-solo fue un poco de pastel

-¡Fueron tres rebanadas Albafica! Y ya deja de comer tanto, estás empezando a engordar.

No dijo nada, solo desvió la mirada. Aún no se animaba a decirle sobre su embarazó, pero sabía que tenía que hacerlo, su vientre comenzaba a crecer un poco.

Salieron del restaurante y caminaron un rato por el centro. Minos no paraba de hablar de lo bien que le iba a la empresa de su padre, burlándose de sus contrarios a los cuales Hades había llevado a la banca rota.

Albafica ya estaba acostumbrado a eso, el mayor siempre se vanagloria de las acciones, algo crueles en su opinión, de su progenitor.

-bueno, a mis padres también les va bien, mamá va a sacar otro catálogo en primavera y papá está extendiendo las tiendas, va a abrir una el siguiente mes y...

-!tsk! Es que solo sabes hablar de ropa, no cabe duda que eres un Omega.

-eh, oye, no tiene nada de malo, la moda también es importante.

-jmp, si claro amor, lo que digas.

Y ahí estaba una de las cosas que no le agradaba de su Novio, si bien sabía lo famosos e importantes que eran sus padres, por estar relacionados al mundo de la moda los tachaba de débiles.

Cualquiera puede coser y cortar tela, así como organizar desfiles...hasta una maestra de preescolar, no es algo genial, solo un trabajo de costurero y ya.

La burla nunca faltaba de parte de su compañero.

Al chico no le quedó de otra más que cerrar la boca y seguirlo, pensando...Minos ¿Siempre era así de cruel?

***%\\\\\%%%%\\\

Los días pasaban y su relación continuaba igual que siempre, con el albino captando la atención de las masas, coqueteando tanto con hombres como mujeres...pese a que lo tenía a él.

-Dios Albafica como te envidio, tienes al más guapo y sexi Alfa de toda la escuela.

-cierto, cariño tienes una suerte envidiable.

-...si... verdad.

Todos lo envidiaban, se lo decían todo el tiempo, si bien antes eso le llenaba el pecho de orgullo, en los últimos días..el sentimiento comenzaba a cambiar.

¿Porque Minos coqueteaba con los demás sí lo tenía a él?

¿No tendría que guardarle respecto?

-mira, ahí está esa mosquita muerta.

-jajaja, cierto, que acosadora.

Misty se mofaba de una chiquilla de primer año, pequeña, delgada, de piel trigueña y aspecto inocente.

La joven veía a Minos desde las escaleras, oculta.

Un flash golpeó la cabeza de Albafica, de improviso se imaginó a la joven, con su cabello castaño atado en una coleta, sentada en el piso, con los ojos llorosos y...

-¡No!

-eh ¿Que pasa?

-Albafica ¿Estas bien?

-ah...si...yo...lo siento, me tengo que ir.

Salió corriendo de ahí, directo al baño para poder vomitar ¿Que fue eso? Esa imagen tan grotesca y...

-¡Fica! ¿Estas aquí?

La voz de su primo le alertó, Shion lo había visto pasar corriendo, cosa que le preocupó por lo que salió tras él. El joven se asomó por uno de los cubículos, una sonrisa rápida y ...regreso a vomitar, eso de las náuseas era una tortura.

Su primo corrió en su auxilio sosteniendo su cabello, pasados algunos minutos y Albafica se calmó, el borrego prefirió llevarle al jardín para que se relajara, mientras le convidaba unas galletas saladas, una amiga enfermera le había dicho que eran una buena receta para las náuseas.

-gracias.

-de nada ¿Te sientes mejor? O prefieres que te lleve a casa.

-estoy bien, solo...ah, vamos a quedarnos un ratito si.

-claro.

Se quedaron platicando y Albafica le narro sobre su experiencia con el doctor, cosa que le ocaciono un ataque de risa al borrego.

-jajaja, no quiero ni imaginarme cuando le toque el parto.

-estas loco, ni de broma dejo que ese charlatán se acerque a mi hijo.

-jajaja, si, tienes razón....ne, Alba.

-mmm

-ya...¿ya le dijiste a Minos del bebé?

El chico solo negó, haciéndose ovillo en su asiento, comenzaba a creer que esto no era buena idea.

-te puedo decir algo.

-claro, soy todo oídos, puedes confiar en mí.

-...(sonrisa)...mi...mis padres están molestos conmigo, por regresar con él y...dicen que él no es bueno para mí, aparte de que en cuanto le diga del bebé el me va a rechazar pero...pero no lo creo, Minos es muy dulce, siempre me ha tratado bien y...y...

De repente el chico se abrazo a su primo, estaba muy asustado y nervioso. No sabía si se debía a la maternidad, si de repente sus ojos se abrieron de golpe y comenzó a ver la realidad, lejos de el mundo de fantasía donde estuvo, pero de improviso, comenzó a ver a Minos como realmente era.

-...Shion...¿Tu que opinas de Minos?

-bueno...ah, Alba no te voy a mentir, a mi Minos no me agrada. Es arrogante y tiende a menospreciar a los demás y...y por su culpa, siento que tú te empezaste a alejar de Mi por su culpa.

-eh...no...no fue eso yo...yo...

De improviso su cerebro comenzó a hacer una retroactiva.

Cuando comenzó a salir con Minos muchas cosas empezaron a cambiar, al igual que ahora sus padres se opusieron, pese a ser socios de Hades, no les agradaba que su lindo retoño se enrolase con el hijos de este, intentaron persuadirlo pero Albafica era necio y se encapricho, por lo que no les quedó más remedio que aceptar.

No podía negar que Shion tenía razón,  en parte dejo de hablarle por la influencia de Minos, al cual no le agradaba su primo. En ese entonces Shion estaba más llenito y pasaba por la etapa de pubertad, por lo que tenía la cara llena de granos y la cutis grasosa, cosa que le daba asco a su novio, también comenzó a llenarle la cabezas con ideas, que ahora se daba cuenta, eran absurdas. Diciendo que era un infantil y torpe, retraído y un sin fin de cosas más, cosas que a él siempre le habían parecido adorables pero, por la emoción de complacerlo las acepto, alejándose del que fue su mejor amigo.

-tampoco...tampoco le agrada a los chicos (a si es como le decía a los empleados), cada vez que va a la casa los trata muy mal...¿Y lo sabes?

-...si.

Era consiente de ésto, sus empleados, la mayoría mayores de edad a los cuales sus padres les ofrecieron un empleo ya que sabían que era para ellos difícil conseguirlo a esas alturas, cada que Minos va a visitarlo prefieren evitarlo, cosa que Minos aprovecha para quejarse del mal trato que dan y que es mejor que les despidan y contraten a gente joven.

-...él no es un príncipe...como yo lo imagino ¿Verdad?

-... bueno, tal vez solo le guste ser amable contigo...y eso está bien...¿No?

Pero ¿De verdad era amable con él?

/////&&&&&/////&&&///

Ya pasaban de las nueve, iba saliendo de la biblioteca, tenía algunos proyectos pendientes y necesitaba recoger algunos libros.

El día se le había hecho pesado, su pequeña plastita gris. Apodo que le puso Manigoldo la primera vez que lo vio en el ultrasonido, en esta ocacion atendido por Saori; fue muy gracioso, mirar en la pantalla ese pequeño punto, más pequeño que un huevo, una manchita gris que parecía tintinear, no negaría la emoción que le invadió al verlo, incluso se puso a llorar, su hijo ¡Era su hijo! Pero no fue el único emocionado, podía jurar que Manigoldo mordía su labio para reprimir el llanto, ese hombre, pese a la fachada ruda podía ser amable y sensible si la ocacion lo amerita.

Pero volviendo al tema, su pequeña manchita gris no dejaba de provocarle antojos y náuseas cada diez minutos, la verdad se la paso todo el día visitando los lavabos de la universidad, una infección estomacal, fue lo primero que se le ocurrió para justificar su salud, una hermosa y adorada infección estomacal.

-hola ma, no ya voy para allá...lo siento, se me hizo tarde y...ah, está ahí...pues dile que venga por mí, estoy muy cansado y me da miedo que me duerma en el taxi, si...espero.

Ya más calmado fue nuevamente al baño, odiaba esos síntomas del embarazo...gases, a veces no sabía si quería hacer del dos...¡O era un pedo atorado!

Después de pensarlo un rato llego a la conclusión de que era mejor terminar con Minos, ya no se sentía a gusto con él, no como antes. Y también estaba su bebé. Ya no tenía duda que Minos jamás aceptara al hijo de otro y el nunca arriesgaría a su nene al maltrato y desprecio, ni de broma. Pero no se sentía mal por su decisión, la verdad sentía que se le quitaba un peso de encima y agradecía eso.

Camino hasta un costado de los casilleros en el primer piso, justo al lado de una expendedora de gaseosas, como le gustaban esas a su hijo.

Estaba tomando su soda de limón cuando un par de voces captó su atención. Debido a la hora la escuela estaba casi vacía, por un momento creyó que estaba solo en el piso, parece que se equivocó. Cómo era curioso por Naturaleza se asomó a ver quién era, por curiosidad y porque una de las voces le parecía conocida.

Uno de los salones tenía la puerta entre abierta, Albafica se asomó encontrándose con una sorpresa desagradable, Minos estaba ahí...fornicando con una chica.

Cómo pantalla en retrospectiva una serie de images llegaron a su mente. Recordando lo que había ocurrido en la fiesta.

Estaba aburrido por lo que decidió que era buena idea bailar con su novio, pero para ello tenía que buscarle, camino por toda la casa hasta que Radamanthys le dijo que este se encontraba en las habitaciones, la verdad le dió un poco de miedo la manera burlona en la que el uniceja le hablo, fue a buscarlo, lo hubico en una de las habitaciones de visitas, la música estaba al tope pero reconocería su voz en cualquier lugar, más parece que no estaba solo.

Cuando abrió la puerta se encontró con una escena que le partió el corazón, Minos estaba en la cama, desnudo, frente a él esa chica de primero, su acosadora favorita, con traje de Eva y realizando una felación ejemplar que hacía al albino gemir tan fuerte traspasando las paredes.

Le había sido infiel, ahora lo recordaba. Había terminado con el porque lo cacho en la movida. Por eso salió corriendo de ahí, maldiciendo le para posteriormente refugiarse en la bebida.

No volverá a pasar, es lo que le había dicho cuando le pidió regresar, solo fue un momento de debilidad...¡Bastardo! Parece que el momento se había repetido.

Azotó la puerta tan fuerte que hizo que Minos dejara de embestir a la chica y girará espantado.

-¡Hijo de perra! ¡No me vuelvas a buscar!

-Alb....

Ni siquiera le dejo hablar, salió de ahí echo una furia, lo había humillado nuevamente, traicionando su confianza y...

Cuando Manigoldo llegó a la universidad  estaba casi vacía, bajo de la camioneta y comenzó a buscar a Albafica, incluso el de vigilancia le vio de manera sospecha ¿Pues que de a tiró tenía finta de ratero?
Estaba por llamarlo cuando le vio salir corriéndo, no le dió tiempo de saludarle, en cuanto Albafica le miró corrió directo a él para colgarse de su cuello y comenzar a llorar.

-albafica ¿Que tienes? ¿Que te pasa? ¿Te duele algo?

-llevame a casa ¡Manigoldo llévame a casa! Por favor.

La sensibilidad del embarazo y estar comiendo solo chatarra hizo estragos en su cuerpo, ocacionandole un desmayo, esto alertó a su compañero que no tardó en subirlo al coche y manejar como desquiciado hasta el hospital, llamando a los padres del menor.

/////!!!!///&&___

No, pensándolo bien, Minos jamás fue honesto con él, la verdad comenzaba a dudar si alguna vez lo amo. Si, salían a pasear, algunos besos y cariños pero, jamás pasaron de ello, Albafica no se sentía listo para ello aún, según Minos lo comprendió, más parece que el bastardo solo fingió y busco placer en otra, ahora se preguntaba si fue la única o había más, después de todo Minos era muy popular.

Pero eso ya no importa, nunca más volvería a ser su burla.

***////$$$$///

Cuando despertó no tardó en darse cuenta que estaba en un hospital, todo le daba vueltas y sentía unos enormes deseos de vomitar.

-¿Donde?

-¡Albafica, Despertaste! ¡Mi bebé! No me des esos sustos.

Lugonis no tardó en abrazarlo y llenar su cara de besos, al igual que Sage que corrió donde su familia, abrazando amoroso a sus pecesitos.

-¿Que pasó?

-te desmayaste amor, la doctora dice que te dió un ataque de nervios, cariño tienes que calmarte, no es bueno para el bebé, ni para ti.

-cierto hijo, ya no irás a la escuela, a partir de hoy te quedas en casa.

-pa'...ah, está bien.

-que susto nos diste, mi bebé.

-....¿Cómo llegue a aquí? No recuerdo yo...estaba en la escuela y...

De improviso todo regreso a su mente, ocacionando que se enojara, apretando con fuerza las mantas.

-¡ese maldito!

-¿Que sucede?

-¿Que pasó Albafica? ¿Alguien te molesta en la escuela?

-Minos mamá, el idiota de Minos me lastimo y..

-¡¿Quién es Minos?!

La fuerte voz de Manigoldo le sorprendió, el italiano venía entrando con un par de bebidas que fue a conseguir para sus "suegros", Albafica tembló un poco al ver la mirada tan enojada y es que pese a la sombra del sombrero los ojos de Manigoldo parecían brillar cual brasas ardientes. No sabía quién era ese sujeto...pero pagaría con sangre el haber alterado a la madre de su hijo.

-bu...bueno...Minos era...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top