todo sigue igual.

-her-r-ma-no, ten.

-gracias Dita.

El pequeño tomó asiento aun lado, mientras colocaba un cuaderno de dibujo frente a él. Por su parte Albafica tomo el jugo de zanahoria,pepino y berros que su madre le obligaba a beber, según él le haría bien al bebé.

Albafica y Shion se encontraban en la habitación del primero, el chico le narraba lo ocurrido ese fin de semana.

-bueno, ve el lado positivo, al menos ya sabes quién es el padre.

-ah...no me lo recuerdes quieres ¡Dios, como me metí en esto!

El borrego sobo su espalda intentando animarle...aunque no tardó en soltar la carcajada.

-jajaja, carajo, eso debió ser épico, lo hubieras grabado, jamás e visto a mi tío Lugonis molesto...jajaja...de verdad les pego a esos dos jajajajaja.

La sonrisa no tardó en adornar la cara del pecesito, que también comenzó a reír.

La verdad, sí, había sido muy gracioso.

*****/////****/////*****.

En su "pelea" ese par de Alfas menzos termino tirando un florero de su madre, muy caro y excéntrico. Esto bastó para que el Omega decidiera poner en orden su casa.

-Albafica...cuida a los niños.

-¿Eh?

El chico no dijo nada, en especial por el aura asesina que brotaba de su progenitor, incluso los pequeños se asustaron tanto que ellos solitos se escondieron tras sus piernas. Los tres miraron como Lugonis caminaba a la pequeña sala, la cual contaba con un par de puertas corredizas, puertas que el pelirrojo cerró para que los pequeños no vieran.

-¡Ustedes par de imbéciles!

Unos minutos en silencio y...

¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Los gritos desgarradores de dos machos alfa pelo pecho no se hicieron esperar, los chicos solo escuchaban las quejas de dolor y los gritos de suplica de ese par, incluso brincaron cuando las puertas se abrieron y Manigoldo y Sage trataron de escapar, los dos se arrastraban por el suelo, por desgracia no llegaron lejos y alguien los sujeto por las piernas...jalandoles al interior para seguir con la paliza. Al final los dos pobres Alfas quedaron para el arrastre, Manigoldo tenía un ojo morado, la nariz rota, había perdido dos dientes y podía jurar que el chanclaso que le acomodo su "suegro" le fracturó un par de costillas, Sage estaba casi igual, con un ojo de cotorra, el labio inchado, sin un mechón de cabello y su muñeca fracturada. No, si cuando un Omega se enfada es de temer.

-¡Que horror, como le explicó esto a Luco!

Mientras Lugonis lloraba la perdida del jarrón tan exótico y caro que le había traído su hermanito del Cairo.

La familia dio a los hermanos cangrejo cobijo por esa noche, ya que tenían un asunto muy importante que tratar con el mayor. Los pequeños durmieron juntos mientras el mayor se quedó en la sala...limpiando el desorden junto a Sage mientras Lugonis los supervisaba bebiendo una taza de té y con una chancla en la mano.

-bien...creo que es momento de hablar.

Al día siguiente, tras un desayuno ligero (salvó los niños que parecen barril sin fondo) se sentaron a hablar, mientras los pequeños jugaban en el jardín.

Manigoldo contó su versión de la historia, así como Albafica contó lo que recordaba, ok, estaban de acuerdo que fue un "pequeño" accidente donde ambos tenían la culpa, uno por emborracharse y tomar bebidas afrodisíacas y el otro... también por emborracharse y no poner más resistencia.

-bien, me haré cargo de la creatura.

Sentenció el mayor mientras se cruzaba de brazos.

-bebe, idiota, el bebé.

-tsk, da igual, sigue siendo una creatura.

Un zape le hizo callar, Albafica no tolera que hablen de forma tan...grotesca, de su hijo, para él una creatura era algo feo y punto...¡Y su hijo sería hermoso!...salvó que se parezca al salvaje de su padre.

-puedes quitarte el sombrero, estamos en la mesa

-hey, dejame en paz.

El mayor intentaba quitarse las manos del Albafica, mientras ese intentaba retirarle el sombrero, por sus parte sus padres solo suspiraban derrotados, parecían niños.

-de acuerdo Manigoldo, me alegra ver que por lo menos eres una persona responsable. Bien, esto es lo que haremos, vendrás a visitar a Albafica cada fin de semana para ver cómo está y le acompañaras en las revisiónes médicas, lo vas a acompañar y cumplir cada uno de sus antojos.

-oigame no, yo no...

-¡Cállate! (Con chancla en mano)

-¡si señor!

-jajaja...

-silencio Albafica, ahora voy contigo.

-si mamá.

-je ¡¿te regañaron princesa?!

-callate cavernícola o voy a...

¡Niños!😠

¡Perdón!😨😨.

-bien, como decía. Albafica, tu continuarás con tus estudios, al menos hasta las vacaciones de verano, falta un mes y tu vientre aún no se nota, por lo que no habrá problema, por ese tiempo seguiremos igual, hasta que sea necesario que dejes los estudios y...tenemos que pensar sería mente que sucederá con mi nieto.

-se va conmigo y punto, no hay problema yo puedo criarlo solo.

-¡Estas loco! ¡No voy a darte a mi hijo, él se queda aquí! ¡Conmigo estará a salvo!

-escucha florecita de ciudad, es mi hijo y si quiero me lo llevó.

-pues te recuerdo, cangrejo de pueblo, que también es mío, yo soy su madre y si digo que se queda, se queda.

Los dos comenzaron a discutir sobre el futuro del bebé, ninguno sedia ya que ambos alegaban con quién estaría mejor. Por su parte Sage y Lugonis suspiraron fastidiados, bueno, almenos ambos tenía interés por el nonato.

**"""/////"*****

-y ¿entonces?

-...mmm ¿Que?

-almenos me puedes decir si está guapo tú futuro esposo o no.

-¡Estas loco! ¡Jamás, me escuchas, jamás me casare con él! ¡Primero muerto!

-huy, tan feo estás.

-claro que si, pero no solo eso, es un pedante, grosero, malhablado y vulgar, no puede decir una oración sin meter una palabrota en esta.

-...valla...que...mal...

-y no solo eso, también se la vive escupiendo en el piso, usa un sombrero, de esos que usan los granjero, todo el jodido tiempo, ni siquiera le puedes ver bien la cara ya que la jodida chamarra le cubre la mitad, es como si vieras a...a...buenos no me acuerdo ni de su rostro.

-¿Enserio? Pero si...no se la pasaron hablando todo el fin de semana.

-¡Si!...bueno, algo así ( se la pasaron discutiendo todo el tiempo). Tsk, lo que quiero decir es que Manigoldo es el alfa más vulgar y horrible que existe...pobre de mí bebé, ojalá y no se parezca a él

Shion veía divertido la reacción tan dramática de su primo, no podía ser tan malo...¿Cierto?

-a-a mí me agr-r-ada, es simpá-tico.

-¿Qué dices Afrodita?

El pequeño le sonrió a su hermano mayor y primo, la verdad a él le había caído muy bien, era simpático, amable y no le incomodaba su tartamudes, como su amigo Rafael, solo que en grande. El niño le había tomado cariño ya que Manigoldo se la paso jugando con ellos al día siguiente, mientras sus padres intentaban controlar el berrinche de su hermano porque Manigoldo no le hacía caso en nada. La verdad a Afrodita le había gustado mucho Manigoldo, era un Alfa distinto a su padre, con unos rasgos más salvajes que le parecían lindos...mmm... sí, en la tierna mente de este infante Manigoldo era lindo.

-cr-creo que es lin-do.

-oh, encerio Dita, entonces me alegrará conocerlo.

-¡Estas loco! Ese sujeto no tiene nada de lindo...¡Es un animal! Pero el chiquillo no respondió, solo le sonrió a su hermano y continuó con su dibujo, mientras Shion reía de las muecas de asco de su primo...sería muy interesante conocer a ese sujeto.

Al final los mayores decidieron dar una vuelta por el centro...ya que Albafica tenía unas enormes ganas de chocolates con pistaches.

-jejejeje...y no tardes... Idiota.

El chico se reía de lo que escribía en su celular, mandando mensaje a Manigoldo solo por fastidiar, después de todo su mamá dijo que tenía que cumplir cada uno de sus Caprichos.

Cuando llegaron comenzaron a divagar, caminando de un lado a otro.

-que te parece esa cunita, es linda no.

-mmm...si, es muy bonita, pero no me gusta el color.

Cómo es de esperarse no tardaron en llegar a la sección de bebés, el borrego quería comprar su primer presente para su futuro sobrino o sobrina.

-mira estás mantitas, se ven muy calientitas para el invierno

-pero estamos en primavera Shion.

-si, pero no vas a ponerle la misma ropa todo el año, es obvio que también necesitas cosas para invierno, que tal y después ya no hay, mejor prevenir.

Alba sonrió, ja, la verdad dudaba que su futuro retoño careciera de ropa, si su madre, un diseñador de alto nivel, ya estaba confeccionandole todo un guardarropa.

Por un momento unos zapatitos llamaron su atención, eran unos zapatos tejidos muy bonitos. Algo se removió en el, posiblemente los genes de sus madre.

-sabes que...vamos por estambre, quiero tejerle los zapatos yo mismo.

Esto hizo reír a su primo que accedió a acompañarlo. Dos bolas de estambre blanco, verde, amarillo y naranja, en colores pastel, fue su elección, ahora solo tenía que pedirle a su madre que le enseñará como carajos se teje un zapatito, que bien podría buscarlo en Youtube, pero si tienes a un diseñador de alto rango en tu familia hay que aprovechar.

Estaban por retirarse cuando Albafica recordó su antojo, en especial por que pasaron por una dulceria, tomo la mano de su primo listo para entrar cuando alguien le detuvo.

-valla, hasta que te vuelvo a ver mi querido Albafica.

Minos y sus amigos estaban ahí

-Minos...hola.

Había pasado mucho desde la última vez que se vieron, casi tres meses, el chico se sentía nervioso, no recordaba porque habían peleado ni lo que les llevo a separarse, por lo que una parte de él se revolvió al ver al albino.

-dijiste que hablaríamos, pero me dejaste plantado, muy mal de tu parte Albafica.

-ah, lo siento, es solo que...surgió un inconveniente...nada importante, je,je.

-oh, entonces crees que ahora podemos hablar, la verdad es que te e extrañado mucho mi pequeña rosa.

El rubor cubrió sus mejillas cuando Minos retiro con cuidado su cabello y lo coloco tras su oreja.

-vamos Albafica, ya olvídalo, solo fue un momento de debilidad, te prometo que no volverá a pasar.

-Minos...yo...

A quién diablos engañaba, no tenía ni puta idea de lo que Minos hablaba, la verdad es que ni siquiera obligó a su cerebro a recordar el porque habían terminado y...pensándolo bien, en todo ese tiempo no le importó, pero ahora, teniéndolo enfrente.

-que dices amor, quieres regresar conmigo, vamos mi príncipe, se que lo deseas tanto como yo.

No pudo negarse, no quiso negarse,Minos había sido su primer amor, era su primer y único novio, lo que siempre quiso en un Alfa, guapo, fuerte, refinado y...con una buena cantidad de dinero. Hades, el padre de este era socio de Sage, por lo que se conocían desde niños.

Lo pensó unos segundos, antes de acceder con una sonrisa...dejando a Shion con la boca abierta, pero que diablos le pasaba por la cabeza, no podía iniciar una relación con Minos, no ahora que esperaba un bebé de otro alfa y...

-fica ven...

Lo tomo de la mano y le jaló, alejándolo del grupo de idiotas, como el les llamaba.

-acaso estas loco, no puedes hacerte novio de Minos...no de nuevo

-¿Porque no?

-es encerio, por Dios Albafica, estás embarazado...¡De otro!

-callate tonto, te va a oír.

-albafica piensa, cuando Minos se entere se enojara.

Bueno, si, era una posibilidad, pero Albafica quería creer otra cosa. Conocía a Minos, era dulce, tierno y amable, estaba seguro que no se molestaría y...con suerte aceptaba también a su bebé. Sí, Minos era mejor opción de padre que ese Idiota de Manigoldo.

-no te preocupes Shion, todo saldrá bien

-pero..

-relajate si,confía en mí yo sé lo que hago.

-¿estas seguro?

-claro...pero, de momento no digas nada de mí bebé, ok.

-Fica...

-solo...déjame prepararlo para decirle.

Al borrego no le quedó de otra más que aceptar, se encogió de hombros esperando que su primo no la cagara de nuevo.

Paso un par de horas con su, de nuevo, novio. Shion se quería ir, ya que no le agradaban Lune, Radamanthys y Kagaho, los amigos de Minos, pero su primo no lo dejo por lo que no le quedó de otra más que aguantarse. Regresaron entrando la noche, Albafica muy molesto ya que no encontró su raro antojó.

-hijo ¿Donde estabas?

-hola ma, estaba con Shion en el centro comercial, comprando cosas, mira.

-mmm ¿Estambre?

-si ...yo...ma, me enseñas a tejer unos zapatitos

A Lugonis le dió ternura la petición de su hijo, aceptando en el acto. Le recordaba mucho a él cuando se enteró de su existencia, la verdad ese fue el motivo por el que se introdujo en el mundo de la moda, quería vestir a su bebé con ropa hecha por sus propias manos.

-claro corazón, ven, vamos a la sala.

Pasaron un par de horas ahí, a Albafica nomás no le salía eso de los puntos, siempre se pasaba o estiraba mucho el hilo, ya que era media noche decidieron ir a dormir, pero antes Alba fue por un vaso de agua, encontrando una enorme sorpresa en la barra. Una caja de chocolates relleno de pistachos estaba ahí, pero no una pequeña, una caja grande, de unas cincuenta piezas, a su lado otra caja llena de ricas y deliciosas uvas, grandes, llenitas de un hermoso color morado y otras verdosas.

-¿Y esto?

Pregunto el chico mientras abría una de las barras, listo para saciar su antojo de la tarde.

-Manigoldo vino en la tarde, dijo que tú las pediste.

El chico se sorprendió un poco, solo bromeaba con lo del mensaje, no pensó que se lo tomaría tan...literal

No pudo evitar la sonrisa que adorno sus labios, tomo un par de barras y puso algunas uvas en un tazón, tenía que admitirlo, Manigoldo era muy agradable cuando la ocacion lo amerita.

De acuerdo, un punto a su favor, deseaba que almenos su hijo sacará lo responsable de su padre.

-sabes amor (acariciando su vientre) tu papá...no es tan malo despues de todo.

Le susurró a su hijo antes de empaquetarse dos barras al mismo tiempo y un puñado de uvas. Hoy no había sido un día tan malo.

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