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Advertencia, este capítulo contiene ¡Yaoi Hard! (Sexo hombrexhombre) leer bajo su responsabilidad.

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Los primeros rayos del sol despertaron a Manigoldo, se levantó del viejo sofá, estiró su cuerpo y se preparó para darse un baño, hoy le haría un rico desayuno a su pecesito.

Entro a las habitaciónes para cerciorarse que todo estuviera bien, los niños dormían plácidamente, lo mismo que Shion y Defteros, entro despacio para revisar a Albafica.

El peliceleste se encontraba tumbado en la cama, su largo y brilloso cabello se esparcía cual cascada, sus facciones Angelicales le daban un toque mágico.

Manigoldo se sentó al lado, retiro un mechón de cabello y contempló su rostro angelical, aún no se creía que alguien tan hermoso y refinado como Albafica había aceptado ser su pareja, con delicadeza y amor recorrió su mejilla, era tan suave y blanca, parecía que ni siquiera el sol y tierra se atrevían a profanar tan perfecta piel.

¡mmm!

El peliceleste se movió un poco, tenía calor por lo cual destapó su pecho, le sorprendió verlo con una de sus camisas, su mirada continuó bajando, delineando cada curva de ese cuerpo, ver como ese pecho subía y bajaba, el contorno de las piernas bajo las mantas. Antes de darse cuenta ya estaba relamiendo sus labios, el calor comenzaba a invadirlo y su intimidad empezaba a despertar.

Esto lo hizo reaccionar, prácticamente se paró de un brinco y salió corriendo de ahí directo al baño, una ducha de agua fría le ayudo a calmar sus ansias.

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Unos minutos después Albafica despertaba, el chico se removía en la cama, sudaba mucho y sentía un calor infernal, aunque no era todo.

Comenzó a frotar sus piernas intentando calamar su ansía, se apretó más en las cobijas y aspiro el aroma de la playera, por alguna razón el aroma de Manigoldo lo calmaba, paso un buen rato hasta que el "bochorno" paso y logró tranquilizarse, estaba sudado, jadeando y su intimidad le ardía un poco, al pararse rebuscó entre la ropa de Manigoldo, está le serviría por el día de hoy.

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-¡Y también hay carreras de caballos y y y vienen los juegos!

En el desayuno Rafael les narraba lo divertido que sería la fiesta del pueblo, la próxima semana se cumplía un año más de la fundación y lo celebrarían en grande.

A los chicos les quedaba un mes de vacaciones y habían decidido pasarlo en el campo, por lo cual podrían ir.

-eso suena genial, será muy divertido

-¡Sí!

-¿Po-podemos i-ir?

-claro que si, Dita, nos divertiremos mucho.

Alegres los niños empezaron a planear lo que harían, Rafael le prometió a su amiguito que lo llevaría a todos los juegos, tenía ahorrado en su cochinito y no temía romperlo.

-Dokho también está emocionado, va a poner un pequeño puesto en la plaza y me pidió que le ayude

-Youma también, alquila los caballos para paseos, voy a cuidar a Tenma ese día...¡Solo que ahora le voy a amarrar un lazo para no perderlo!😅

-jajaja tienes razón

Hablaban animadamente sobre lo que harían.

-y tu Manigoldo ¿Pondrás algo?

-¿Yo? No, le llevo algo de mercancía a Dokho y el se encarga de venderla.

-oh, bueno, así podrás disfrutar la fiesta.

El desayuno continuó tranquilo, al menos para Shion, Defteros y los pequeños, que planeaban lo que harían, por su parte la parejita.

¡Grrr! ¡Perdón, tengo que revisar algo al carro!

Manigoldo se paró de golpe y salió de ahí, su nariz había sido golpeado por un aroma silvestre que comenzó a descontrolar sus sentidos.

-¿Y ahora?

-ni idea, oye, soy yo o Manigoldo gruño.

-creo que si él... Albafica ¿Estás bien?

Se asustaron un poco al ver a su amigo sudando y con las mejillas rojas.

-si...yo...lo siento, voy al baño

El pez se paró de un brinco y subió corriendo las escaleras, directo al baño,de nuevo ese calor infernal.

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No sabía lo que ocurría, pero cada que estaba cerca de Albafica su corazón empezaba a latir como loco, sus instintos sé agudizaban y sentía una necesidad enorme de lanzarse sobre el y...¡Morderlo!

Manigoldo tenía un enfermo deseo de marcar a Albafica mientras lo posee de la manera más salvaje.

¡¿Que diablos le pasaba?! El no era ningún pervertido u violador, pero últimamente ese era su deseo, marcar a Albafica como su propiedad.

Pero no era el único, Albafica estaba en iguales o peores condiciones, desde que se levantaba hasta acostarse el pecesito tenía unos deseos enormes de que Manigoldo lo tomara, que le hiciera el amor hasta dejarlo exahusto, poco le importaba si estaba embarazado o no.

El chico se paraba todos los días con un calor insoportable, que lograba sobrellevar usando la ropa de su novio, su aroma lo calmaba un poco, bochornos a determinadas horas, ese calor que secaba su boca, sudar en exceso y...y esas malditas cosquillas en su intimidad cada que Manigoldo se acercaba, lo estaban volviendo loco.

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-entonces ¿No quieres venir?

-no, yo...bueno, Dokho me invitó al cine y... también a cenar☺️

-bueno, entonces diviértete 😉

-¡ya nos vamos!

-¡S-S-Si!

Los pequeños brincaban emocionados con una mochila en su espalda, el día de hoy tendrían una pijamada en casa de Tenma, Defteros los cuidaría, invito a Shion y Albafica pero, Shion tenía una cita y Albafica...bueno... él...

-mmmm...

En el baño los gemidos del pecesito eran sofocados por una de las toallas que el peliceleste mordía con fuerza

¡Estúpido, Estúpido, Estúpido y sexi Manigoldo!

El menor bajaba sus ansias sobando su miembro con una mano mientras la otra se encargaba de sus pezones, en la tarde le había llevado de comer para informarle que saldrían a dormir en casa de Tenma, por "desgracia" lo encontró sin camisa y todo sudado, el cabello se le pegaba en el rostro y...

-¡Ahhh!

El gemido murió ahogado en la toalla, la cual estaba empapada de sudor y saliva, toda la tarde Albafica se la paso fantaseando, la imagen mental lo torturaba al grado que tuvo que correr a refugiarse al baño.

-¡Fica! ¿Estás bien?

-...s-s-Si, estoy bien, es solo que...yo...eh...¡Tenía gases!😣

-....o....k...

Shion se preocupo un poco al verlo salir, estaba rojo y todo sudado.

-¿tienes fiebre?

-eh...no, yo.

-estas muy colorado ¿quieres que vallamos al doctor? ¿te sientes bien? ¿no te duele el estómago?  ¿Mi sobrino?

-¡Shion! Estoy bien, es solo...un bochorno, no te preocupes, estoy bien, mi bebé está bien.

-...de acuerdo.

Aún no entendía que pasaba, que era ese deseo tan incontrolable.

Al final Albafica decidió quedarse en casa, sus amigos aceptaron irse no muy convencidos.

-no se preocupen, Manigoldo no tarda en llegar, si me siento mal él me llevará al hospital.

Con eso logró convencerlos.

//////*****

-¡Ahggg! ¡Carajo, Albafica!

Pero no era el único, en la camioneta Manigoldo tenía que recurrir a la vieja Manuela para bajar su lívido, cuando vio llegar a Albafica con esos pantalones Capri y esa blusa holgada que dejaba al descubierto sus brazos, su cabello trenzado y esa sonrisa encantadora, si no se le aventó en cima fue porque iba acompañado de los niños de lo contrario.

-¡Diablos!

Su semilla brotó manchando todo el volante y tablero, los vidrios estaban empañados y el se veía más despeinado que de costumbre, tras un fuerte suspiro se apresuro a limpiar, una ducha de agua fría y una cerveza bien muerta lo ayudarían a calmarse, por suerte tendría la casa solo para...

-ho-hola...tardaste.

Casi se ahoga con la cerveza al girarse y ver a Albafica parado en la puerta.

-te asusté

-si...pe, pensé que saldrías.

-si, bueno, preferí quedarme a hacerte compañía.

¡Maldita sea! Se veía jodidamente sexy en esos shorts blancos y con su jersey de la selección Italiana, descalzo y con su cabello suelto.

Por unos segundos los dos se quedaron viendo cual enamorados, bajo un silencio algo incómodo.

-em...ya...¿Ya cenaste? ¿Quieres que te prepare algo?

Manigoldo se giro, nervioso, está cercanía lo incomodaba.

-Fe-Fetuccini, con albóndigas...¿Sí?

-claro, porque no vas a ver la tele y te lo llevo a la sala.

-claro

Albafica prácticamente salió corriendo de ahí, que estuvo a nada de ponerse a gemir para que Manigoldo lo abrazará.

Pasados un par de horas se quedaron en la sala, viendo la tele pero sin verla.

Se supone que ya eran oficialmente una pareja, pero aún no se comportaban como tal, parecían seguir siendo amigos, solo pequeñas sonrisas y besos en la mejilla, no era incómodo pero.

-ahh

Un suspiro salió de los labios del pecesito, el cual se retorció en el sillón mientras sobaba su tobillo. Albafica estaba ligeramente acostado en el sillón, con los pies arriba y la mirada clavada en el aparato pero sin prestar atención.

-¿Te duelen?

Manigoldo estaba sentado en el sillón individual, con la cerveza en mano viendo disimuladamente a su pareja.

Un ligero puchero fue el detonante.

Manigoldo soltó el aire que, inconsciente, retenía se paró y fue donde su novio.

Con delicadeza tomo su pie y comenzó a sobar, hace mucho que no lo hacía.

La piel de su amante era muy suave, casi parecía la de un bebe, sus pies también eran pequeños, un número menor que los de él.

Albafica gemía bajito disfrutando las caricias, no le dolían ni nada pero, algo le decía que debía fingir que sí, sentir esa mano rasposa y fuerte, esos dedos cayosos y gruesos, producto del trabajo en el campo, recorriendo su piel, le producía un hormigueo que recorría toda su espina. Estaba conciente que antes le habría producido asco u náuseas, al antiguo Albafica mimado y fresa, pero ahora.

El toque de su Alfa lo estaba volviendo loco.

¡Manigoldo!

Gimió bajo, mientras comenzaba a recostarse cada vez más en el sillón, sus mejillas se tornaron rojas y sus pupilas comenzaron a aguarde, mientras un calor crecía en su vientre y su cuerpo comenzaba a desprender una cantidad de feromonas que los omegas usan para llamar a su pareja.

Albafica estaba en celo

La respiración de Manigoldo aumento, así como el calor, ese aroma ¡Ese aroma que lo volvía loco!

Levantó la vista encontrando una escena de lo más apetecible, su amado pecesito sudaba y gemía, sus mejillas rojas, el cabello suelto esparcido por los cojines, esos rosados labios que pronunciaban su nombre, el Alfa no resistió más.

Toma las piernas de Albafica y de un tirón lo bajo a su altura, se escabullir entre ellas, acercándose a su amado.

Albafica tomo su mejilla, sus blancos dedos recorrieron la barbilla de su amante, pómulos amplios, quijada fuerte, pequeños bellos que comenzaban a crecer ya que no se afeito, mordió sus labios antes de alzarse un poco y...¡Comenzar a besarlo!

Sus labios se tocaron, sus respiraciones chocaban, Albafica enredo sus dedos en esa melena añil, mientras Manigoldo se apoderaba de sus caderas, el beso fue tomando fuerza, no tardó en volverse lujuria y pasión.

Manigoldo se grababa su sabor, recorría cada parte de su boca mientras bailaba con la inquilina de está, Albafica enredo sus piernas en la cadera de su amante, incitandole a avanzar.

Manigoldo comenzó a besar su cuello, dar pequeñas mordidas y bajar con besos hasta su pecho, su mano se colo bajo el jersey, sus dedos se apoderaron de ese botoncito carnoso el cual empezó a apretar y jalar.

Albafica se deshacía en gemidos, el chico inclinó su cabeza para atrás disfrutando las caricias.

Las manos de Manigoldo no tardaron en retirar la playera, su boca succionó los pezones cuál niño en lactancia, el pecho de Albafica comenzaba a inflamar un poco, preparándose para su futura maternidad.

Su nombre salía entrecortado, el chico estaba exitado y no tardó en mostrarlo, comenzó a restregar su pelvis, Manigoldo logró sentir como el miembro de su amado despertaba. Se separó y llevo sus manos a esa diminuta prenda, con calma retiro el shorts, después sujeto una de las piernas de Albafica y comenzó a besarla, sus labios subieron desde la pantorrilla hasta el muslo, lamió, chupo, mordió ligeramente, pero al llegar al sexo.

Albafica miraba impávido todo lo que su novio hacía, soltó un gemido cuando Manigoldo comenzó a besar sobre su ropa interior. Ese aroma, ese delicioso aroma. Manigoldo bajo la prenda, dando un ligero alivio a la erección del menor, abrió la boca y lo metió, era un sabor....dulce, jodidamente dulce, todo lo contrario a lo que esperaba, unas cuantas lamidas le sacaron suspiros al picis, Manigoldo estaba fascinado con el sabor, pero había algo más.

Giro a Albafica boca abajo, ese aroma, mojo sus labios antes de separar esos jugosos Montes de carne, cual animal hambriento dirigió su cara a él trasero de su novio.

El omega estaba listo, su cuerpo clamaba por atención y segregaba su aroma para atraer al macho.

La lengua de Manigoldo tomo un poco de ese lubricante, tan natural en los omegas, Albafica gimió al sentir su primer beso humedo, la cálida lengua rozaba su entrada, humedeciendo aún más, no tardó en colarse cual intruso, ese agujero húmedo y rosado, era el que lo llamaba.

Chupo un par de veces antes de atreverse a meter un dedo, estaba estrecho y cálido.

Albafica gemía, mordiendo con fuerza uno de los cojines, grito al sentir un segundo y tercero dedo. Su apretado culo poco a poco comenzó a aflojar, sus paredes se abrían ante los movimientos circulares y de tijeras que recibía mientras se lubricada cada vez más.

Para Manigoldo era una sinfonía escuchar los gemidos de su novio, llevo su otra mano al pene ajeno y comenzó a masturbar, mientras seguía fingiendo embestidas con los dedos.

No pasó mucho antes de que Albafica se corriera, manchando el mueble y la mano ajena.

-¡Oh, Manigoldo!

El chico respiraba con dificultad, mordió sus labios al girarse y ver como su amante se comía su esperma, leche sin vitaminas como le decían algunos a la eyaculación de los Omegas, ya que no era apto para procrear.

Manigoldo comenzó a besarlo de nuevo mientras lo cargaba, directo a la habitación, al llegar lo acostó con delicadeza en la cama.

-¡tocate!

Fue la orden que dió, por alguna razón Albafica no dudo en obedecer, comenzó a jugar con sus pezones mientras frotaba sus piernas. Manigoldo disfrutaba del espectáculo, a la par que se desprendía de sus pantalones.

-Manigoldo... ahhhhh...ya...ya no aguanto...te necesito...Mi Alfa.

¡Albafica!

Los instintos animales de Manigoldo regresaron, gruñendo se trepo a la cama, deseoso por complacer a su omega, lo beso con pasión mientras masturbaba su ya erecto miembro, acomodo la punta y comenzó a entrar, Albafica grito al sentir la intromisión, más eso no lo hizo desistir, se abrazo al cuello de su amado mientras abría más las piernas.

-¡Ahhhhh! Más

Comenzó a empujar con más fuerza, sus testículos empezaron a chocar contra las nalgas de su amado, Albafica gemía exitado, no tardó en suplicar por más, gimiendo de una manera tan erótica que el cangrejo se sentía morir.

La cama comenzó a golpear cada vez más fuerte, Manigoldo le embestía como si su vida dependiera de ello y a Albafica le encantaba.

-montame

Un giro y Albafica quedó arriba, sus blancas manos se postraron en los pectorales de su novio, no tardó en dar brincos mientras gemía de placer.

Manigoldo admiraba como su cabello se movía en cada embiste, los gestos tan sensuales y eróticos que hacía, se embriagaba con su aroma y el sonido de sus pieles chocando era música para sus oídos.

El orgasmo no tardó en alcanzarlos, Albafica se vino en sus vientres mientras Manigoldo llenaba nuevamente su interior.

Terminaron en la cama, exahustos y bañados en sudor, pese a ello no tardaron en devorarse nuevamente a besos, Manigoldo sobaba su cadera mientras Albafica sobaba su entrepierna, querían más, deseaban más ¡Necesitaban más!

Fue hasta entrada la madrugada que sus cuerpos se sintieron satisfechos, un sin fin de movimientos y poses habían sido hechos, pero todos ellos con el máximo cuidado ya que pese a sus ansias eran muy concientes que tenían que ser cuidadosos con su bebé.

El calor que ambos habían sentido durante estos días comenzaba a disminuir poco a poco, pero aún faltaba algo.

Descansaban de su faena, Manigoldo abrazaba por la espalda a su Omega, deleitándose con la mezcla de sus aromas y sobando su vientre, más no era todo

Los ojos de Manigoldo estaban  clavados en su cuello de cisne, un impulso animal no lo dejaba en paz, Albafica no tardó en sentir la mirada penetrante de su novio, por lo que se giro a verlo.

Las pupilas de Manigoldo estaban muy obscuras, gruñía bajo y mostraba sus dientes, mientras no apartaba la vista de su clavícula.

Cualquier persona en su sano juicio se habría asustado, pero algo en el interior de Albafica le decía que no había problema, que estaba bien.

-Mani

Llevo su palma a la mejilla ajena, obligó a Manigoldo a sentarse en la cama y e hizo lo propio, Manigoldo gruño al sentir como sus sexos chocaban, Albafica le daba pequeños besos, mientras acercaba su cuello.

¡Albafica!

Está bien... házlo

Apreso sus glúteos, comenzó a besar el cuello mientras Albafica retiraba su cabello, el instinto los llamaba.

¡Ahhhhh!

Grito con fuerza al sentir los dientes de su amado morder cerca de su clavícula, el músculo se desgarro y la sangre comenzó a brotar, Albafica comenzó a llorar pero, pese a ello, enredo sus dedos en esa melena añil y lo invito a seguir.

Un calor en su pecho creció, un sentimiento que lo apretujaba y ocasionaba un burbujeo en su vientre.

Por unos segundos sus sentimientos se entrelazaron, cada uno pudo sentir el amor que el otro profesaba, los deseos de Albafica por ser amado y aceptado por lo que es, él, no su belleza, el miedo de Manigoldo de ser rechazado sin tener la oportunidad de demostrar quién era, solo por su apariencia, lo bien que se sentían uno al lado de otro, la manera en que se complementan.

El cangrejo se detuvo, dejo de morder y comenzó a besar la marca, Albafica sollozaba, más no tardó en ofrecer sus labios, se sentía felíz, completo.

Pasado unos minutos Manigoldo se levantó, cargo a su Omega y le llevo al baño para asearlo, retirando los restos de sangre.

-voy por el botiquín.

-... si....

Sentía una punzada y un ligero ardor, pero la sensación le agradó, llevo su mano a la marca, había dejado de sangrar pero aún dolía, pese a ello no pudo evitar sonreír.

-dejame ver.

Manigoldo procedió a curarle, siendo muy cuidadoso, aún no entendía el porque deseaba tanto marcar a Albafica, de esa manera tan salvaje, una parte de él se sentía culpable y se odiaba por haberlo lastimado, pero otra...se sentía orgulloso, ahora no había duda que el era el Alfa de Albafica

-perdoname yo..

-no te preocupes, está bien...la verdad...me gustó.

-Albafica

-ahora no hay duda ¡Soy tuyo Manigoldo, solo tuyo!

Su corazón brinco al escuchar eso y perderse en  la mirada tan dulce que su amante le otorgaba, no pudo reprimir las lágrimas y abrazarlo con fuerza.

-Albafica... gracias. Yo también soy tuyo, solo tuyo amor mío Ti amero per sempre, Io prometto, Ti protegero, combattero per te, sarai felice al mío fianco, Li amo, a te...e mío Figlio.

Por increíble que parezca Albafica le entendió a la perfección, pese a que nunca en su vida había hablado italiano.

El resto de la madrugada se la pasaron besándose, diciendo cuanto se amaban.

Cuando sus amigos llegaron decidieron ir a desayunar al pueblo, Shion y Defteros tenían una idea de lo que pasó al ver la ropa tirada en el piso y escuchar las risas salir del baño, por lo que cubrieron los oídos de los niños y salieron corriendo, parece que esos dos eran una pareja oficial a partir de ahora....¡Ya se habían tardado!

Aunque si se sorprendieron al regresar y ver semejante "chupetón" en el cuello de su amigo, ese par si que eran unos salvajes😱 que la espalda de Manigoldo parecía asiento del metro todo rasguñado.

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Y finalmente esos dos tortolitos son pareja en todos los sentidos....ustedes entienden, al menos no necesitaron un afrodisíaco está vez😆

Perdón si no es muy claro lo de la marca, la verdad nunca había escrito un omegaverso, es mi primera vez ☺️, por lo que no entiendo muy bien como es eso de Alfas y Omegas, pero leyendo unas historias ya más o menos comienzo a entender.

Lamento muchísimo el tardar en actualizar, por desgracia tengo una serie de problemas, como perdida de empleo, pelea con un buen amigo y cosas así, ya saben, lo típico de mi patética vida😫.

Bueno, son cosas que pasan😓

Espero que el capítulo les guste, les mando un beso y nos leemos después 😘

PD. Perdón por la ortografía, en especial la parte final, pero está porquería ya está fallando y no quiere poner todos los acentos 😭

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