Gemelos 👬💖

El tenedor golpeaba una y otra vez los alimentos, sin agarrar algo y solo revolviendo la comida. El silencio reinaba en la mesa, ninguno de los dos profería palabra alguna, paso un rato hasta que el mayor se atrevió a hablar.

-¿Has tenido noticias de él?

-....no...nada, no me responde el teléfono

-.... entiendo.

Pasados algunos minutos ambos se levantaron, no tenían apetito y su ánimo estaba por los suelos, en especial el menor.

Aspros se tumbó en su cama, cubrió sus ojos con su brazo mientras mordía sus labios para reprimir las ganas de llorar, de gritar furioso y maldecir a todos y a todo...en especial a él.

-Def...regresa....te necesito.

No pudo más y las lágrimas comenzaron a desbordar por sus ojos, la culpa y tristeza lo consumían, extrañaba tanto a su hermano...su amigo, su gemelo, su otra mitad....su amor.

****////***//

Su relación había comenzado de una manera extraña, pero bella.

Aún recordaba la primera vez que comenzó a ver a su hermano como algo más.

Regresaban de la preparatoria, el agua los había alcanzado y estaban hechos una sopa, en cuanto ingresaron Defteros salió disparado al baño, Aspros se quedó en la entrada, exprimiendo su camisa, no tardó mucho cuando su hermano regreso corriendo con unas toallas, logró sentir la textura suave en su cabello, como está se deslizaba por sus hebras retirando el exceso de agua, se sentía como una caricia, incluso cerro los ojos y disfruto de la acción.

Al girarse se topo con el rostro sonriente de su hermano, Aspros quedó embobado mirando su reflejo tan igual y a la vez tan diferente.

Los ojos azules cual mar, su piel ligeramente más morena, esa sonrisa tan cálida y bella que le recordaba a su madre, le pareció ver un ángel que sonreía solo para él.

Los años pasaban y Aspros caía cada día más enamorado de su hermano....pero...¿Cómo no estarlo?

Defteros era su pilar, su apoyo emocional, estaba a su lado en todo momento, preocupándo por su salud, iban juntos a todos lados, frecuentaban las mismas amistades y tenían casi los mismos gustos.

El menor se ocupaba de mantener una armonía y paz, aquella que se había quebrado tras la muerte de su madre, servía de mediador entre el y su padre, los cuidaba cuando enfermaban y les apoyaba en el trabajo o escuela, la verdad Defteros se convirtió en el faro de esa casa.

Pero no fue todo, los cambios físicos que se dieron con el paso de los años también era otro punto importante para enloquecer por ese Heleno.

El cuerpo de Defteros era musculoso, como el suyo, pero ligeramente más fino, sus caderas eran más anchas y su vientre más plano, también tenía unos rasgos más delicados, su nariz más parada, los pómulos menos anchos y sus pestañas más largas, no estaba tan estilizado como Albafica, Shion o Asmita, pero de qué era sensual y sexi no había duda.

*****////****///

Aspros parecía animal enjaulado, caminando de un lado a otro, su conducta y carácter habían cambiado, ya no salía con sus amigos al cine, campo u cualquier otro lado, se la había pasado todas las vacaciones encerrado en su cuarto esperando un mensaje o llamada de su hermano, desde que Defteros se fue a pasar ese fin de semana con Albafica no lo volvió a ver...y ya llevaba un mes y medio.

Los padres del peliceleste le dijeron que se fue al campo, con el novio de Albafica, algo se había enterado de todo el escándalo que se armó en la escuela, pero la verdad no puso mucha atención...tenía sus propios problemas.

-estarán bien...tu y...mi hijo.

*/////***$///

Cuando su relación inicio se sentía en un sueño, si antes Defteros era atento y cariñoso, ahora como su pareja ¡Demonios, era un pastelito!

Eran cuidadosos al estar con su padre, frente al el se trataban como hermanos, ese había sido el acuerdo con Abel, pero en la intimidad...era diferente.

La primera vez que beso sus labios sintió que probaba el néctar más dulce jamás creado, sentir el roce de sus manos acariciando su cuerpo le producía un cosquilleo y burbujas en su estómago, los susurros en su oído, las miradas, el simple hecho de que tomara su mano, todo ello lo hacía sentir en el cielo.

Cuando finalmente lo hizo suyo, cuándo sus cuerpos se fundieron en un solo ser, como siempre debió ser, eso...fue el paraíso. Esa semana en que su padre salió de viaje de negocios y ellos vivieron como una pareja normal, fueron los días más felices de su vida...y esos días dieron fruto.

****////****

Un bebé....mi bebé.

******)///****

Cuando le dió la noticia no lo podía creer, se supone que los dos eran Alfas, se supone que Defteros era un Alfa, su igual, no un Omega...su...

Defteros se veía tan feliz, ese día había preparado una cena muy especial, los recibió con una gran sonrisa y los atendió cual reyes. Desde hace días su padre ya no les ponía tantas restricciones y comenzaba a aceptar su relación, por lo que el menor creyó que...aceptaría de buena fé lo que venía.

Está de más decir que los dos se congelaron al escuchar la noticia, les cayó como un balde de agua fría y de felicidad no tuvo nada.

Abel grito eufórico que eso era imposible, que no podía ser, que el era un Alfa como su hermano y él, Defteros temblando le mostró la prueba de sangre, no había duda, Defteros era un Omega y estaba embarazado.

El géminis mayor grito de irá mientras golpeaba la mesa, no tardó en decirle una serie de improperios a su hijo, de acusarlo de ser una puta y vergüenza para él, lo hizo sentir la peor escoria, le humilló y lo hizo llorar, gritando que tenía que abortar a ese engendro.

Aún recordaba la cara de dolor y tristeza que su gemelo tenía, como las lágrimas rodaban por sus mejillas, busco su apoyo con la mirada pero... él....se puso del lado de su padre, incluso también le exigió que abortará.

¡Maldición!

Las lágrimas bajaban por su rostro ¡¿Cómo pudo hacerle eso?! Después de todo lo que Defteros hizo por él, lo dejo solo y también le deseo la muerte a su hijo.

¡Maldito, Maldito, eres un bastardo!

Molesto comenzó a golpear la pared, lleno de rabia y odio contra su persona.

Sus nudillos comenzaron a ponerse rojos y no tardaron en sangrar en cuanto la piel se abrió, pese a ello siguió golpeando con fuerza un rato más.

Cuando Abel regreso  logró escuchar el quebrar de las cosas y gritos, subió corriendo las escaleras preocupado por su hijo. El cuarto estaba hecho un campo de guerra, las cosas estaban regadas en el suelo, el armario tenía las puertas rotas y una pared cubierta con sangre, frente a ella se encontraba Aspros, llorando desconsolado. Abel fue corriendo por el botiquín y se apresuro a curar a su hijo, no tenía que ser un genio para saber lo que ocurrió.

Tras revisar que no tuviera una fractura le lavo las manos y lo curó.

Aspros estaba ido, mantenía su mirada en un punto fijo, ya había dejado de llorar pero aún no reaccionaba.

-ire por algo de comer.

Bajo a preparar la cena, no era tan bueno como su hijo cocinando pero...

-Defteros...regresa.

No era el único arrepentido y desecho por la ausencia del gemelo menor, su padre también lo extrañaba y se sentía culpable por la manera en que lo trató, ya que él...

Con mucho trabajo logró que su hijo comiera, prácticamente le tuvo que dar en la boca, cuando terminó decidió que era momento de hablar, ya no podía más con esto, pero no sabía cómo así que inicio con lo primero que se le vino a la mente, tras recoger una foto y de la nada ponerse a reír, era una foto de sus hijos cuando les llevo al zoológico.

-jajaja, aún no entiendo ¿Cómo puede estar en el campo si le aterraban los animales? Jajaja.

Aspros se sorprendió al escuchar a su padre, miró la foto que sostenía, en ella estaban los gemelos y su madre.

Se encontraban en el zoológico, frente a la jaula de los leones, el pequeño Aspros, de no más de siete años, veía fascinado al animal que se acercaba al cristal, mientras una hermosa mujer de cabello azul sostenía su mano y le sonreía, por su parte Defteros corría aterrado hacia su padre, llorando y con los mocos de fuera, Abel había captado una buena toma.

Aspros también se rió, era verdad ese día Defteros se la había pasado llorando todo el día, temeroso de todos los animales, incluso los de granja.

-se la paso todo el día aferrado a mi cuello, no me soltó para nada, tenía mucho miedo pero...estaba seguro de que su padre lo iba a proteger.

Las lágrimas no tardaron en salir de los ojos del géminis mayor.

-ni pequeño.... confiaba en que su padre lo iba a proteger, confiaba en mí y yo....fui un imbécil, no debí reaccionar así, tenía que apoyarlo pero...

Aspros estaba sorprendido, jamás creyó que su padre, jamás lo había visto llorar, ni en el funeral de su madre; sus ojos se abrieron aún más cuando su progenitor lo estrecho en sus brazos.

-perdoname, perdóname hijo, todo esto es mi culpa, yo debo apoyarlos,en todo, no debí reaccionar de esa manera, no debí humillar a mi hijo, el solo, lo siento, lo siento tanto...mis niños.

Sus hijos se amaban, eso era obvio, desde pequeños, podía ver como no eran felices el uno sin el otro, siempre juntos, siempre tomados de la mano, siempre mirándose. El lo sabía, desde un principio, ya lo sabía, incluso lo había discutido con su difunta esposa, ella también lo sabía...y no se oponía, ella lo único que deseaba es que sus bebés fueran felices.

-ellos se aman, mientras sea un amor puro y sincero, Abel lo haz visto, ellos son diferentes a ti y a tu hermano, no pueden estar uno sin el otro, no los odies por esto, no los juzgues por la sociedad, ellos no hacen nada malo, el amor no es malo...Abel.

Pero ese día no la dejo ni terminar, le dió tremenda bofetada mientras le gritaba lo enferma que estaba, eso era una abominación, una blasfemia, ellos eran hermanos, no podían...

Son diferentes a tu hermano y a tí...

¡Dios! Cómo habría deseado que así fuera, de esta manera...esto no habría pasado.

-Hijo, hay algo que debes saber.

******////

El sol aún no aparecía, la calma y el fino olor a hierba humeda golpeaban sus sentidos, Defteros se removió en la cama, las calidad mantas de algodón de pegaban a su morena Piel...más no era lo único.

-mmmm, buenos días.

Le sonrió a un somnoliento Youma, mientras un carmín cubría sus mejillas, anoche ellos.

-buenos días.

Con mucho cuidado Youma lo coloco sobre su cuerpo, mientras sus manos se deleitaban recorriendo esa espalda desnuda, los besos y las caricias subían de tono, aún era temprano y los niños tardarían en despertar.

-¡Ahhh!

Los gemidos no tardaron en inundar la habitación, Defteros mordía sus labios mientras disfruta las caricias, si bien se siente en el paraíso, sus labios aún se niegan a pronunciar otro nombré.

¡Aspros!

Es lo único que su subconsciente repite, mientras el moreno se deleita profanando su cuerpo hasta el amanecer, llevándolos a un Nirvana que ninguno había experimentado en mucho tiempo.

*****////****

-traelo a casa...y dile que lo amo.

-si, regresaremos pronto, los tres.

Mientras, en la ciudad, Abel despide a su hijo mayor, deseándole toda la suerte del mundo y confiando en que regresará con su bebé, le gustaría acompañarlo pero hay problemas en la empresa y no puede ir, más está seguro que Aspros lo devolverá, entonces podrá disculparse, reparar el daño que hizo y darle todo el amor a su hijo y nieto como tenía que ser.

Aspros se sube en una camioneta, perfecta para un viaje de campo ya que un auto convencional podría estropearse. Sabe que Defteros no está solo, Albafica y Shion lo acompañan, eso lo tranquiliza pero al mismo tiempo le inquieta, lo más probable es que Def les contase lo ocurrido por lo que es probable que ese par no lo dejen acercarse así que, necesita ayuda.

📱

....hola...

-prepara una maleta, nos vamos al campo

¡¿Que?! ¡¿Aspros, eres tú?! ¿De que hablas? ¿A dónde...

-llego en diez minutos, no te tardes.

¡Oye esp....

No lo dejo protestar, sabía que le acompañaría al final, después de todo era su mejor amigo.

-ya voy Def, los traeré de vuelta.

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