día común.
-vamos, ya párate.
-ah...cinco minutos más.
-no
Todos los días era lo mismo, Rafael nunca se quería parar temprano, en especial cuando tenía que ir a la escuela por lo que....¡era rarísimo verlo levantado desde temprano intentando despertar a su hermano mayor!
-¡Manigoldo ya!
-¡No!
Enojado el chiquillo tomo vuelo y se aventó a la cama, cayendo directamente en el estómago de su hermano, sacando todo su aire.
-no seas flojo, ya párate.
-ahu...UF...maldito mocoso del Demonio, ahuuuu.
Rafael sonrió satisfecho, su hermano le había prometido que si terminaban temprano los deberes le llevaría a ver a Albafica y el bebé.
Al igual que Afrodita, Rafael estaba muy emocionado por su futuro sobrino o sobrina, y añoraba que ya naciera para poder jugar con él.
-vamos flojo, tenemos mucho que hacer.
Salió corriendo del cuarto, gritando que alimentaria a los animales mientras su hermano preparaba el desayuno. Manigoldo solo le miró, con su cara llena de sueño, muy a su pesar empujó las cobijas y se levantó, aunque odiara admitirlo el también estaba emocionado por ir a verlos, ese día sería la primera ida al doctor de su compañero.
De verdad Rafael estaba muy emocionado, cuando se levantó el sol aún no salía.
-¡Listo! Ya le di de comer a las gallinas, estaban dormidas por lo que solo llene sus comederos y cambie su agua...¡¿Ya nos vamos?!
-ah...ya casi, primero tenemos que desayunar.
-pero...se nos va a hacer tarde.
-ah...calma enano, la cita es hasta las dos, tenemos tiempo de sobra.
-ah...
-anda, desayuna algo.
-bueno, pero cuando acabe nos vamos
El chiquillo prácticamente se empaqueto los huevos con tocino de golpe, así como su vaso de jugo de uva, no tardó en apresurar a su hermano, el cual comenzaba a desesperar, si parecía que el padre era el.
Salieron de casa tras verificar que todo estuviera cerrado. Para llegar a su hogar tenían que atravesar una pequeña colina, de ahí bajaban a un poblado diminuto, no más de trecientas personas.
-bien día chino.
-¿Eh? Ah chicos hola, es muy temprano no, es raro verles tan temprano...en domingo.
Dokho era uno de los pobladores del lugar, un joven de ascendencia oriental que atendía una pequeña tienda, podríamos decir que era uno de los pocos amigos que Manigoldo tenía, él y...
-Dokho ¿Donde pongo esto?
Una chica de cabellera negra con rayos violeta apareció, cargando tres bultos los cuales se veían muy pesados, a su espalda otra joven de cabello negro, igual de voluptuosa.
-em...déjalos en esa esquina, gracias Violante.
-ya está listo el balance del mes, Dokho.
-¿de verdad? ¡Muchas gracias Pandora! No sé qué haría sin ustedes.
Las jóvenes sonrieron y cada una continuó con sus labores, dándole un saludo rápido a los hermanos.
-como te envidio canijo chino, tienes un par de mujerones a tu servicio.
-oh, cállate, sabes muy bien que solo las quiero como hermanas.
-y por eso es que muchos en el pueblo te tachan de imbécil, jajajajaja.
-¡Tsk! Idiota.
Dohko gruño molesto y ayudo a su amigo a bajar un poco de mercancía. El chino, como le decía Maní, pero no de forma discriminatoria, más bien cariñosa, había aceptado en su hogar a un par de jovencitas de 18 años, las cuales llegaron al poblado huyendo del maltrato familiar y bullying que recibían en sus casas y escuela. Pandora y Violante eran dos jovencitas muy bellas, las cuales eran pareja, por desgracia sus familias, muy conservadoras, no lo toleraron y les echaron de casa, pasaron por mucho para llegar ahí, huyendo de la ciudad donde recibieron golpes y maltrato, los cuales Violante llevaba en su cuerpo, cicatrices permanentes que sufrió por proteger a su amada.
Dokho les había encontrado una mañana, recién llegaban al pueblo, sucias y hambrientas, como el castaño era una persona muy altruista no dudo en darles asilo en su pequeña tienda, así como un pequeño cuartito el cual se convirtió en su hogar.
-que digan lo que quieran, no me interesa.
-jajaja, bien dicho chino.
-Manigoldo ya, vámonos, se nos va a hacer tarde.
-ah...ya voy, eh, toma la caja de mermelada que me pedías.
-ah, gracias Mani ¿Vas a ir a la ciudad?
-si.
-ah...valla, es raro, tú no sales en domingo y...
-vamos a ver a Albafica, hoy es su primera cita con el doctor ¡Y Quiero ver al bebé!
Grito un Rafael muy emocionado, dejando al castaño y sus hermosas asistentes en blanco ¿Quién era Albafica?¿Que bebé?
Pero no les dió chance de preguntar, Manigoldo prácticamente arrancó de golpe, aún no le decía a nadie y...la verdad no quería que nadie lo supiera ¡Tsk! Porque Rafael no podía mantener la boca cerrada.
*****.....%%%%%%
Por su parte Albafica se había levantado también muy temprano, el chico estaba muy emocionado, el día de hoy era su primera cita con el obstetra.
Cantando tomo una ducha y bajo a desayunar, sus padres ya lo esperaban.
-¡buenos Días a todos!
-buenos días hijo.
-buenos días, luces muy feliz.
-mju, el día de hoy veré a mi bebé.
De verdad no entendía lo que le pasaba, pero desde que se enteró del embarazo, si bien al principio se aterró, ahora no había día que no ansiara que los nueve meses pasarán rápido, para ya tener a su hijo en sus brazos.
-¿a qué hora es la cita?
-a las dos, no lo olvides, van a llegar a recepción y preguntar por la doctora kido, es una mujer de confianza y no dira nada
-si mamá.
-bue-buenos di-as.
El pequeño Afrodita apareció, el nene ya estaba listo para ir al doctor, al igual que su amigo había convencido a su hermano para que le dejara asistir. A su familia le dió ternura al verlo, ya que el nene traía en sus manos un pequeño juego de doctor, por si se necesita.
Pasadas un par de horas los cangrejos llegaron.
-buenos Días.
-buenos...
-¡Buenos Días Albafica! ¡Hola bebé!
El chiquillo corrió a abrazar al peliceleste, acariciando su estomaguito. Albafica no pudo evitar el sonreír, ese niño era muy tierno y adorable (almenos en este fic😂).
-ho-la R-R-Ra-fael.
-Afrodita buenos días, mira, ten, te traje un poco de mermelada, apenas la hicimos ayer.
-gra-cias.
-Albafica, también te traje una, toma.
-oh, gracias corazón.
-y esta es para tu mamá...voy a darsela.
Cómo Juan por su casa los niños entraron corriendo al comedor, donde los adultos degustaban una merienda.
-y...
- y, qué.
-que me trajiste (estirando la mano)
-nada.
-¿como que nada? ¡Eres un des obligado! Incluso tu hermano es más atento ¡Y es un niño!
-carajo, ya te traje chocolates, las uvas y no olvides la hamburguesa con papas que me pediste a las doce de la noche ¡¿Que más quieres?! Pareces barrir sin fondo.
Manigoldo cruzo los brazos y le miró molesto, está bien uno que otro capricho, pero este jodido escuincle se estaba pasando.
Por su parte Albafica, bueno, las hormonas estaban haciendo de las suyas y...
-...
Sus ojos se abrieron asustados al ver como los contrarios comenzaban a aguarse...¡Oh, no!
-¡Eres un imbécil Manigoldo!
La bofetada no se hizo esperar, Albafica subió corriendo a su habitación llorando cual Magdalena.
-¿Que pasó?
Sage llegó corriendo al oír el llanto de su pecesito, encontrando a Manigoldo sobando su mejilla, sí que tenía la mano pesada.
-no lo sé, se enojó porque no le traje nada, me dió una bofetada y se fue corriendo...no se ofenda señor, pero su hijo está loco.
Sage le miró aguantando la risa, tal vez el muchacho necesitaba una pequeña clase de omegas embarazados, para que se diera una idea de lo que le esperaba.
-jajaja, lo siento chico, no te enfades, es normal, los omegas se ponen muy sensibles en el embarazo, más quisquillosos (susurro cuidando que no le oyera su esposo) quieren tener la razón en todo y que les complazcas cualquier capricho, Albafica va a estar muy sensible este tiempo, cuando vengas, no se, comprale algo, traele un presenté, con eso bastará.
-pero no puedo estar gastando dinero a cada rato, tengo que ahorrar para el bebé, los pañales, la comida, el parto, los doctores, vacunas, su escuela, tambien tengo que ahorrar para la Universidad de Rafael y mi chamaco...¡Y ya le había traído una caja completa de esas barras de chocolate! ¡Para que se las come todas de jalón!
Sage le miró sorprendido, así que... universidad, balla, parece que ya tenía decidido el destino de su nieto.
-ok, lo entiendo, tienes razón...entonces habla con él y hazle entender, aunque tampoco tiene que ser algo caro y...hay muchos jardines a la redonda y tú vives en el campo, las flores también son buenas amigas sabes, me han salvado muchas veces.
El chico bufo molesto, jamás había sido de las personas atentas, salvó con su hermano y...¡Tsk!
Después de un rato Albafica bajó, encontró a los nenes preparando la comida con su madre, mientras Manigoldo y su papá charlaban.
-entonces ¿A qué hora te paras?
-a las cuatro de la mañana.
-¡tan temprano!
-si, tengo que alimentar a los animales, preparar a Rafael para que valla a la escuela, después reviso que todo esté bien en el viñedo, colectó algunas frutas y...tengo una máquina para molerlas, asi es como hago la mermelada, no hacemos mucha ya que como no ocupamos conservadores se hecharian a perder, solo unas veinte cuando mucho.
-pues sabe deliciosa.
Comentaron los mayores que ya llevaban más de la mitad del pequeño tarro.
-de verdad trabajas mucho Manigoldo.
-yo también le ayudo.
-¿Encerio?
-¡Si! Después de hacer mi tarea.
Los mayores continuaron con el interrogatorio, Albafica escuchaba desde la puerta ¿A qué hora dormía ese hombre? Por un momento se sintió mal, la verdad es que Manigoldo siempre le traía cada uno de sus caprichos, sin importar la hora y...
-Albafica qui-res u-u-un pan.
Su hermano se acercó con un pan tostado, untado con mermelada de melocotón. El chico acepto y lo probó, de verdad estaba rica.
Ya faltaba poco para la cita por lo que decidieron marcharse, Sage les presto su auto, ya que la camioneta de Manigoldo estaba siendo lavada por uno de los empleados, esto molesto al chico ya que no lo pidió pero, lo que no sabía es que a los empleados les caía bien, no era tan engreído como Minos y les trataba con respecto.
Los nenes se quedaron llorando porque Lugonis no les dejo ir, no podrían pasar a la consulta ya que el hospital tenía reglas estrictas, pero prometió que les llevaría al cine y con eso cesó el llanto.
-valla con cuidado.
-si mamá.
-Manigoldo no vallas a chocar.
-¡Tsk! Por eso les dije que no quería el carro.
-ya deja de quejarte y vámonos.
Se encaminaron hacia el hospital de Atenas, uno de los más importantes de la ciudad.
-mmm, sabe muy rica ¿Que le hechas?
No tiene un color muy agradable, bueno, la mermelada que compró es naranja pero está no y...pero de verdad sabe rica.
El menor iba comiendo un poco de pan con la mermelada, se había llevado el frasco. Manigoldo solo le veía de reojo, parecía hambriado, no había dejado de comer.
-no uso colorantes artificiales, por eso su color es más opaco y la endulzó con miel en lugar de azúcar, pero muy poca, ya de por sí la fruta es dulce.
- pues está deliciosa, me puedes traer más.
El chico solo suspiro, Sage le había dicho que no era bueno llevarle la contra y, no gastaría ya que el la hacía.
-de acuerdo, te traeré un frasco cada tercer día, tanta azúcar puede hacerte daño.
Un feliz y glotón Albafica sonrió, de verdad era más bipolar que nada.
Y eso se demostró ya que al llegar sus ánimos cambiaron y la felicidad se fue al caño, Manigoldo estaba por bajar pero Albafica no le dejo.
-no puedes entrar así, estás todo sucio y ...quítate esto
-carajo, ya vas a empezar.
Albafica intentaba quitarle el sombrero y chamarra, hacía un calor del Demonio que no entendía como podía llevarla, estuvieron discutiendo un rato en el auto.
-Demonios Manigoldo obedece, pareces un delincuente o secuestrador.
-me vale una mierda, a mí me gusta.
-carajo, solo será un rato, en cuanto regresemos te vistes como mafioso si quieres, pero no quiero que la doctora se lleve una mala impresión de nosotros.
-que no, no y no, Albafica deja de fastidiar.
-¡Aghhh! ¡Eres insoportable!
Enojado salió dando un portazo, esto hizo enojar más al mayor, que diantres importaba como fuera vestido, su trabajo solo era revisar a Albafica y su hijo, no cuestionarlo por su aspecto.
Por eso detestaba la ciudad, salió más no dió ni dos pasos, gruñendo se quitó la chamarra y el sombrero, medio acomodo su cabello, no tenía el rostro sucio por lo que no había problema pero...¡Ah! Resignado salió tras su compañero...¿Porque tenía que complacerlo en todo?
Albafica caminaba enojado, llegó a la recepción y pidió los datos.
-disculpe señorita, tengo una cita con la doctora Kido, Albafica Picies.
-mmm, claro joven permítame...
-tsk ¿A qué consultorio vamos?
Cuando se giró a verlo se sorprendió, había un chico delante de él, con el cabello algo alborotado como el de el pequeño Rafael, de un azul añil, tenía unos ojos medianos, afilados y de azul intenso, pómulos amplios y firmes, su nariz no era tan puntiaguda pero tampoco Chata, era perfecta, labios ligeramente gruesos, un poco de barba, señal de que se había afeitado y...se veía jodidamente atractivo y varonil, muy varonil.
-¿Ma...nigoldo?
-¿Eh?
El joven se había quedado con la boca abierta, ahora que veía por completo el rostro de su compañero él...
-¿Que pasa? ¿Te sientes mal?
Un ligero escalofrío recorrió su espina cuando el mayor tocó su frente para comprobar que no tuviera fiebre, ya que se había puesto rojo.
Pero no sólo su cara era atractiva, ese desgraciado estaba buenísimo, sin la chamarra sus brazos quedaban a descubierto, los cuales se veían fuertes, sin exceso de músculo pero si marcados y, la playera se le pegaba a su pecho, el cual era amplió.
-oye ¡Albafica! ¡¿Estas bien?!
-¿Eh? ¿Que? Ah, sí, si estoy bien.
Apenado se giro a otro lado, no puede ser, se había quedado como idiota, mirándole cual acosador, sólo faltaba que babeara.
-disculpen, lo lamento, la doctora Kido de encuentra en urgencias y no saldra hasta dentro de unas tres o cuatro horas.
-ah, que mal.
-perdonen, es que surgió una emergencia, pero sus pacientes están siendo reenviados al doctor Ofiuco, si no les molesta.
-bueno...yo creo que...
-ya estamos aquí, que te revise.
-eh, pero...
-Albafica, de todos modos tienen que revisarte, está bien, pasaremos con ese doctor.
-¡Ah! ¿Esta seguro?
La enfermera le miraba algo preocupada, cosa que los alertó.
-porque ¿Que sucede? ¿Es un mal doctor?
-oh, no para nada, es muy bueno, solo que es extranjero, lo acaban de trasladar de Alemania, pero es muy bueno y simpático.
La chica sonrió nerviosa y los otros dos no sabían que decir, pero bueno. Ya estaban ahí.
La joven les llevo al último consultorio del pasillo.
-adelante.
-gracias.
Cuando ingresaron se encontraron con un apuesto hombre, de cabello platinado y ondulado, amarrado en una coleta, tenía rasgos muy finos y delicados, cual Omega, pero Odysseus era un Alfa, algo excéntrico y miedoso pero Alfa a fin de cuentas.
-...no...no mamá, no, te digo que si me lo comí y....no madre, no te estoy gritando yo...si...si mamá.
El hombre discutía al teléfono, por lo que se escuchaba era su madre, la manera tan sumisa de hablar le dió risa a Manigoldo, lo cual captó la atención del doctor.
-perdón, madre hablaremos después.
Colgó e invitó a sus pacientes a sentarse.
-disculpe, ya sabe cómo son las madres de antaño, siempre quieren saber dónde estás a cada hora.
-je, si, no se preocupe.
Se formó un silencio un tanto incómodo, el doctor estaba muy nervioso ya que era su primer paciente, Albafica intento romper el silencio.
-a si que ¿Es de Alemania?
-¡Ja!..oh, acaso hay algún problema
-oh, no , no ninguno.
-les juro que no soy nazi o algo por el estilo.
-oh, no, no quise decir eso, solo me pareció interesante.
-ah...gracia a Dios.... díganme ¿Cuanto tiene?
-ah, son unos ¿Dos? ¿Tres meses?
Se giró a ver a Manigoldo buscando una confirmación, este solo levantó los hombros para frustración del menor.
-oh, bueno...podemos comprobarlo en la computadora..¿si gusta?
-si, adelante.
Albafica se veía muy emocionado, todo lo contrario a su compañero que cada vez se ponía más nervioso y es que... Manigoldo sufría un poco de ansiedad, por lo que estar en lugares cerrados le alteraba.
-bueno, veamos en...¿Cuando fue su último celo?
Los colores se le subieron al chico a la cara, a ningún Omega le gustaba hablar de ello pero.
-em...hace unos dos o tres meses yo...no recuerdo muy bien.
Una serie de preguntas y los datos eran ingresados a la computadora, pasados algunos minutos.
-bueno, todo parece indicar que el bebé nacerá en el mes de Abril, la segunda o inicios de la tercer semana.
-¡¿De verdad?!
-si, es lo más probable.
-¡Que emoción!
Albafica prácticamente bailaba de alegría, mientras Manigoldo se veía nervioso y feliz, llegando a su casa tacharian esos días en su calendario, tendría que asegurarse de tener el tiempo libre.
Pero la felicidad fue interrumpida cuando Odysseus prosiguió.
-de acuerdo con esto el bebé fue concebido ahí por principios de septiembre.
-....
-...
-perdón ¿Cuando dijo?
-em, septiembre.
No, eso era imposible, el sabía que no era factible ya que no conoció a Albafica hasta el 24 de octubre de ese año, miren que recordaba perfectamente la fecha y lugar.
-no...no soy el padre. (Susurró)
-¿que?
-¡Yo no soy el padre!
-Manigoldo de que estás hablando.
-aun no nos conocíamos, por lo que es imposible que te embarazara.
-no digas tonterías, claro que eres el padre ¡Eres el único hombre con el que he estado!
-¡Si, claro! No me hagas reír, no hay nadie que lo garantise.
En menos de un segundo esos dos se enfrascaron en una pelea, alegando la paternidad del hijo, del cual Manigoldo empezaba a renegar y...
-em...yo...si quieren podemos dejarlo aquí y...
-¡Manigoldo no digas estupideces! ¡Tu eres el padre de este niño!
-yo...ah...los...los espero afuera y...
-asi, ahora resulta no, olvídalo ¡No me vas a enjaretar al hijo de otro!
-porque no posponemos la cita para otro día y...
-¡Yo me largo!
-¡¿A donde crees que vas?!
-yo...en...creo que es mejor si lo discuten en su casa y...
-¡Manigoldo siéntate!
-ni de broma, no volveré a caer en tu...¡ahuu!
Pero Albafica no le dejo terminar, lo tomo de la oreja y doblandola le obligó a sentarse.
-¡Que te sientes animal!...¡Y usted!
-ahhhh.
-revise de nuevo en su estúpida máquina.
-pero.
-¡Hágalo!
-....si...si...ya voy.
Ambos alfas estaban asustados, al pequeño omega le había brotado lo Ross. Ni de broma dejaría que ese imbécil los abandonará solo por un error de cálculo XD.
-ah...ah, aquí está el problema, je je...lo puse en orangután, es claro que usted no es uno.
-¡Por supuesto que no!
-bueno, bueno, ahora veamos....de acuerdo a esto usted tendrá sus bebés a finales de junio y...el bebé fue concebido en octubre, como por el 23 o 24...¡¿Si estuvo con él en esa fecha?!
Pregunto asustado el pobre doctor a lo que Manigoldo asintió.
-bien...bien, jejeje, entonces todo está bien.
Odysseus no podía estar más aterrado, por su culpa casi separa a una hermosa pareja.
-Albafica yo...
-ya cállate...hablaremos despues.
-...si.
-bu...bueno, qué tal si pasamos a revisarlo.
Ya más calmado Albafica accedió. Odysseus se levantó y procedió a bajar la Camila, la cual estaba algo elevada....solo que el doctor era pésimo para eso y...
El peliceleste miró asustado como el hombre de la bata se peleaba con el mueble, subiendo y bajando este al grado de tirarlo tres veces y oprimir algo que hizo que está se contrajera por la mitad dando un sonoro golpe.
-li... listo, ya puede subir.
Pero cuando Odysseus se giró a ver su paciente ya había salido corriendo de ahí.
-¡Ese loco no se va a acercar a mi hijo!
-¡No, ni de broma!
Los jóvenes salieron prácticamente corriéndo ¿De verdad era médico?
El camino a casa fue silencioso, Albafica se dedicó a ver por la ventanilla y Manigoldo estaba en silencio.
Al final el chico hizo un giro y llevo el auto a un lugar Apartadó.
-...ah, Albafica discúlpame yo.
-no soy una zorra.
-¿Eh?
-pese a lo que crees de mi, no soy una zorra que se acuesta con cualquiera .
-...yo...lo sé, lo siento es solo qué.
-Manigoldo tú haz sido el primer y único hombre en mi vida y la verdad si no hubiese sido por ese afrodisíaco...jamás lo habría hecho, no hasta casarme, esa era mi ilusión y...sabes que, no importa, piensa lo que quieras de mi.
No dijo nada más, solo giró el rostro y se puso a llorar, esto lastimo al mayor que no tardó en sentirse un imbécil.
-albafica lo siento yo... perdóname, soy un idiota...debí confiar en ti yo...lo siento.
Tenía que admitir que en principio sí creyó eso de su compañero, que era alguien fácil que se entregaba a cualquiera y...bueno, con él le habían fallado los cálculos por lo que ahora ambos tenían que pagar las consecuencias. Pero tras conocerlo empezó a darse cuánta que bajo la facha de niño de Papi, había un joven muy agradable y tierno, así como responsable. Que enfrentaba sus errores y hacia lo posible por salir adelante...mejor madre no podría escoger para su hijo.
Paso un buen rato para que Albafica aceptara las disculpas...la verdad se hizo del rogar obteniendo varias cosas a cambió. Por alguna razón no regresaron cuanto antes a la casa, pasaron vagando un rato y terminaron por ir al cine.
Tal vez era momento de empezar a conocerse más, después de todo ambos tendrían un hijo.
Lo que jamás imaginaria es que está convivencia les llevaría a cambiar, su personalidad, forma de ser y ver las cosas, quién sabe, con suerte y algo, más que su bebé, podría nacer ahí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top