Alfa feo.
Por lo general los alfas tendían a ser altos, con rasgos finos pero varoniles, delgados y con un aroma agradable...desde pequeños, todo un Adonis por decirlo de alguna manera.
-mmm.... porque aún no crece.
Pero había excepciones, como todo en la vida.
Cuando Manigoldo nació...el pequeño no era muy agraciado, la verdad estaba muy gordito, siempre tenía la nariz llena de mocos, como cuatro o cinco veces al año se llenaba de piojos, tenía un poco de miopía y tartamudeaba al hablar.
Toda su infancia fue víctima de burlas, el chico vivia en el campo con sus padres, eran granjeros, no tenían muchas cosas pero eran felices así.
Como es de esperarse para sus progenitores era el niño más hermoso de todo el mundo. Su padre era trabajador y su madre amorosa, la verdad es que no le faltaba nada, tenía lo más importante que es el apoyo incondicional de estos.
Llegó a los diez años y seguía igual, bajo, gordo y con la nariz llena de mocos, pero empezó a hablar mejor, a los trece el mocoso comenzó a dar el estirón, creciendo cada vez más y adelgazando poco a poco. Pero su autoestima no era mucha, la verdad es que era muy huraño y reservado.
En la escuela siempre estaba solo, le gustaba vestir ropa holgada y cubrir su cara con la capucha de su chamarra, incluso muchos de sus compañeros no recordaban ni su rostro, por lo que le apodaban el chico feo de la clase.
Cuando cumplió quince una excelente noticia llegó a su vida, tendría un hermano, la ilusión en esa familia era mucha, Manigoldo finalmente tendría a alguien con quien hablar, jugar, convivir, el chico era el más ilusionado, por desgracia está felicidad vino acompañada de desgracia ya que su madre murió en el parto. Su padre quedó devastado y termino por refugiarse en el alcohol. Manigoldo se hizo cargo de cuidar de su hermano menor, Rafael.
Tres años y la desgracia apareció de nuevo cuando su padre falleció en un accidente de auto, dejando solo a los pequeños Cancerner. Pero Manigoldo no se dejó vencer, tenía que salir adelante por su pequeño hermano.
Abandono la escuela y se dedicó a la granja, al cultivo de uvas y la crianza de cerdos.
Trabajador, honrado y...muy apuesto. El joven había dado un cambio radical para sus 26 años. Era alto, el exceso de grasa se convirtieron en músculos bien definidos producto de horas de trabajo, su piel tenía un tono tostado muy apetecible, cortesía del sol que bañaba su hogar todos los días, sus ojitos de sapo se achicaron , afilandose y resguardando dos gemas de azul tan profundo como el mar, facciones fuertes adornaban su rostro, no era tan estilizado como los putitos de ciudad, como él le decía a los alfas de ahí, sus facciones eran más varoniles y rudas, como un hombre de campo las tiene.
La verdad es que pasó de ser de un pollo de granja a un águila imponente, majestuosa y fuerte, muchas chicas y omegas morirían por él de no ser porque... porque aún continuaba escondiéndose.
Ya no usaba ropa tan holgada, unos pantalones de mezclilla, botas y una cazadora de piel que cubría su trasero, con cuello alto, acompañado con un sombrero de ala ancha, ocultando la mayor parte de su rostro. Aún era alguien antisocial y desconfiado...pero generoso y servicial, si alguno de sus vecinos solicitaba su ayuda no dudaba en acudir, jamás pedía nada a cambio y tampoco gustaba de recibir las gracias, solo hacía lo que se tenía que hacer y despues se iba.
La verdad Manigoldo era un diamante en bruto que muchos codiciarian si se animarán a acercarse.
*****/////*****/////
(Ese día 😈)
-Rafael ¡Arriba, escuincle!
-¡Hay!...déjame dormir más.
La cobija terminó en el piso, dejando al descubierto un pequeño trasero cubierto por unos calzoncillos blancos, un pequeño dormía boca abajo con su cadera ligeramente elevada.
-nada de dormir más, hay que trabajar flojo
El pequeño albino, de ahora 10 años, se sentó en su cama y comenzó a tallar sus ojos, refunfuñando por la manera de despertar de su hermano.
-vamos, aseate y baja a desayunar...si no te apresuras se enfría.
-Ya voy...
A regañadientes fue a dar al baño, odiaba levantarse temprano.
Un par de huevos revueltos, pan tostado, leche y algo de fruta fue el desayuno de esos dos. A Manigoldo le encantaba ver a su hermano devorar la comida mientras hablaba cual tarabilla, terminaron y le llevó a la escuela.
-ten tu almuerzo.
-...
-¿Que pasa?
-...¿Tengo que ir? No puedo quedarme contigo en casa...le daré de comer a los puercos.
-...te están molestando.
-...si.
Oh bendita genética, como era de esperar Rafael era la copia exacta de su hermano a esa edad, solo que con el cabello platinado.
-ah, escúchame bien enano. Toda la vida vas a encontrar a pendejos que se creen superior a todos, aún cuando sean imbéciles, gente que le gusta molestar a otra solo por que sí...por ser diferente. Pero no te tienes que dejar. Tú vales tanto como cualquier chico ahí...y no importa tu fisico, si alguien te molesta no te dejes, defiendete ¿Entendiste?
-...¡Si!
-y no te sientas mal si estás solo ahí ...no los necesitas, no necesitas a nadie más que a mí.
-...si hermano, no me importa si no les agrado...ellos tampoco me caen bien....voy a estar bien.
-¡Ese es mi hermano!
Revolvió su cabello y le dió un beso en la frente, tenía que aprender a ser fuerte.
Pasó toda la mañana trabajando, como siempre, le dió de comer a un par de caballos que tenían, a lo cerdos y gallinas, ordenó su casa y fue a recoger a su hermano.
-con cuidado, no te vallas a cortar.
-si...¡Auch!
-carajo Rafael, que te estoy diciendo...quítate esa cosa para que puedas ver.
-¡No! Es mi máscara...¡Soy Máscara de muerte!
Halloween estaba cerca y ese día en la escuela les ordenaron hacer una máscara para la celebración, el niño se había emocionado con esta actividad y creo una perfecta máscara con forma de calavera, le había gustado tanto que no se la quitaba desde que llegó.
Comenzaba a atardecer y los hermanos recolectaban un poco de uvas, empacando les para que Manigoldo les llevará a la ciudad.
-estupidos restauranteros que no hacen su pedido a tiempo.
-hermano te vas a tardar.
-algo... posiblemente pase la noche en la ciudad, manejar de regreso por esta carretera es muy peligroso...Rafael escucha bien, cierras bien todo, te dejo algo para que te desayunes, no te vallas a parar tan tarde.
-¡Ahhhhh!
-ya me escuchaste, tienes que darle de comer a los animales.
-si
-enano encerio, cuídate mucho...regresaré en cuanto pueda.
-si, cuídate mucho hermano.
Se despidió y comenzó su marcha a la ciudad, tenía que llevar algunas uvas con urgencia a un restaurante, todo transcurrió normal, llegó y dió su carga, aunque bien tuvo que aguantar un par de miradas reprobatoria por parte de algunos empleados que le veian con desconfianza...¡Carajo, estaba sucio por trabajar en el campo!
-oye Manigoldo.
Ilias, dueño del restaurante el León de Menea, le entrego una dirección.
-este cliente está enamorado de tus uvas, me pidió que de favor le lleves algunas cajas
-ah... gracias, iré a verlo.
De mala gana condujo hasta la mansión de un tal Géminis, en el camino casi choca, un carro se le había cerrado huyendo de ahí a todo lo que da.
-imbeciles
Le costó un poco encontrar la dirección, porque la casa era la más grande en la jodida cuadra, una mansión gótica, bajo con su cargamento y llego hasta la puerta, raro, no había seguridad
-hola...traje las uvas y...
-¡No puedes hacernos esto padre!
-¡Claro que sí! Mañana Defteros te irás con tu tío a Inglaterra y no se diga más.
-pero padre, yo lo amo.
-no digas estupideces no voy a permitir...
-¡No sea amargado señor, déjelos ser felices!
-¡¿Qué dices niño?!
-Albafica no...
-ya me escuchó , es usted un maldito amargado, claro como usted no logró ser feliz ahora quiere desquitarse con sus hijos ...¡Cretino!
Adentro se podía escuchar una discusión, la puerta estaba abierta por lo que logro ver el interior.
Un hombre de cabello negro discutía con tres jóvenes, el más enojado parecía ser un hermoso chico de cabello largo y celeste, un par de...gemelos se encontraban a su espalda...temerosos.
-creo que mejor me voy...
Intento salir de ahí disimuladamente pero justo en ese momento Albafica se giró y logro verlo. No sabía porque pero un hormigueo recorrió su columna cuando sus miradas se encontraron.
-perdón yo...solo traje las uvas que me...
-¡Tu! Verdad que no está bien que alguien interfiera en la felicidad de los otros
-¿Eh?
-respetame, no es cierto que uno debe de apoyar y dejar a sus hijos ser felices.
-bu...bueno, así debería ser y...
-lo ve, hasta el está de acuerdo con lo que digo
-¡Por Dios!
-Albafica no...
No tenía ni puta idea de lo que pasaba, ese hermoso Omega prácticamente lo metió a la casa haciéndole preguntas extrañas mientras seguía discutiendo con ese hombre.
-bien, entonces preguntemos le al señor Caín haber qué opina.
-¡Que!
-quiere enviarlo con él no...pues que nos dé su opinión...ten sujeta esto.
Albafica prácticamente se hecho a correr al pasillo en busca del teléfono, seguido por un furioso Abel y un preocupado Aspros.
-yo...en...en un momento te pago.
Defteros tomo la caja de uvas y salió tras los demás, dejando a un confundido Manigoldo que no entendía que pasaba con esos locos.
Gritos, maldiciones y llanto se oía por el pasillo, se quedó una hora parado ahí, mirando al frente sin saber que hacer o decir. Tal vez lo mejor sería irse...pero aún no le pagaban.
-¡No lo permitiré!
El grito furioso de Aspros lo asustó.
-basta Aspros, no te atrevas a contradecirme.
-¡No papá! Albafica tiene razón...¡Yo lo amo y no voy a dejar que me separes de él!
-¡Como te atreves a...
-tienen razón papá, yo tampoco lo voy a permitir.
-¡Defteros!
Los gritos aumentaron de intensidad, se escuchó un fuerte portazo y Albafica apareció por el pasillo, el muchacho caminaba de espaldas dándole, gritando y dándole ánimos a sus amigos...genial, vino a dar a un manicomio.
Cuando se giró vio al repartidor, sonriendo de manera coqueta se acerco dando brinquitos para recuperar su termo.
-¿Quieres?
-no gracias, yo, solo quiero que me paguen y...
-nena.
-¿Que?
-que eres un bebé...que ¿No te gusta el alcohol.
-escucha chico, solo quiero que me...ah..
Pegó un brinco cuando Albafica prácticamente se arrojó sobre el abrazándole.
Por un segundo su corazón se detuvo y dió un vuelco, un rico aroma a rosa le golpeó mientras un cosquilleo golpeaba su piel, la cercanía de ese Omega le descontroló por completo.
-vamos ...solo un trago si...
Una voz angelical, una cara tallada por los angeles y esos ojos tan brillantes.
No entendia que diablos le pasaba, pero por alguna razón los nervios lo traicionaron, jamás había estado tan cerca de un Omega por lo que...
-bebe ...
El chico colocó la boquilla en sus labios y empujó la botella.
Un sabor muy dulce inundó la boca de Manigoldo, el cual tragó una gran cantidad de ese exquisito líquido.
Por desgracia ni Albafica ni Manigoldo sabían que esa rica y dulce bebida estaba cargada con Afrodisíaco...¡Muchísimo afrodisíaco!
Mysti había hecho la bebida y decidió agregarle un poco de esa botellita de la cual sus padres gustaban de beber un trago cada fin de semana "Amor" se podía leer en la etiqueta, olía muy dulce por lo que no creyó que pasará nada malo si le echaba la mitad al ponche que estaba haciendo, aunque al final se le resbaló y termino agregando todo el litro. Por desgracia no contó que su querido amigo Albafica quedaría prendado de tan rico sabor, al grado de hechar todo en un termo y tomárselo el solito...ok, ya había compartido con alguien pero...ah ...jamás debes tomar las cosas sin permiso.
No tenía idea del porque, pero de pronto comenzó a sentir un extrañó calor en su estómago, ese ponchecito si que estaba fuerte, mordió sus labios cuando Albafica le comenzó a coquetear, bailando (un poco...muy mal) frente a él mientras se acercaba despacio hasta entrelazar sus brazos tras su cuello. Mierda, esos ojos claros, sus largas pestañas y ese coqueto lunar le llamaban a gritos, veía los delgados labios moverse tarareando una canción que no conocía y...
¡Mph!
No lo soporto más, tenía que probar esos delgados y rosados labios. Albafica se asustó un poco cuando el mayor comenzó a besarlo de forma abrupta, pero la cantidad de afrodisíaco en su sangre combinada con alcohol no lo soporto, se había estado reprimiendo como si esperara algo...y ese algo llegó.
Prácticamente se colgó de su cuello para profundizar el beso, abriendo la boca para darle mayor acceso. Manigoldo no era bueno besando, ya que jamás lo había hecho, y Albafica estaba completamente ebrio y caliente por lo que le pareció exquisito.
-¡Albafica papá acepto!
Pero el grito del gemelo mayor los asustó, Aspros se quedó ligeramente en shock al ver a su amigo besuqueando a ese repartidor de uvas, pero lo desecho de boleto cuando Albafica se separó de el y corrió a abrazarlo, felicitándole por su nueva relación.
-me alegro tanto, estoy tan feliz por ustedes.
-gracias...la verdad jamás me habría atrevido a enfrentarlo solo... gracias por venir a ayudar.
-hey que para eso son los amigos
-de verdad muchas gracias.
-por nada.
¡Aspros!
El grito de su padre los asustó.
-ups, tengo que regresar, nos va a dar algunas reglas que tenemos que seguir.
-¡Qué! Pero que tirano, voy a hablar con él y...
-no déjalo, ya hiciste mucho...a parte que quiere que te vallas, está algo enojado contigo por lo que le dijiste y...
-vale, captó...huir rápido
-jajaja, si, te pido un taxi.
-no, no es necesario...el me llevara
Señaló a Manigoldo, que aún no entendía muy bien lo que ocurría ahí, pero que comenzaba a experimentar unos celos al ver como esos dos se abrazaban.
-¿ Seguro?
-descuida, estaré bien...mua...dale mis felicitaciones a Defteros.
Un rápido beso en la mejilla y corrió a tomar la mano de Manigoldo y salir corriendo de ahí, había visto a Abel acercándose por el pasillo y...mejor aquí corrió que aquí quedó.
Salieron corriendo de ahí y se treparon a la camioneta del mayor, el cual arrancó ante los gritos de Albafica, y es que parece que los iba correteando el Diablo. Le vio despedirse con la mano del gemelo que los veía desde la puerta...¿Que carajos estaba pasando.
Albafica se giró y sonrió, antes de darle un tierno beso y recargarse en su hombro...valla noche rara.
Se había ofrecido a llevarle a su casa, pero las hormonas en el cuerpo del peliceleste estaban en su apogeo por lo que se negó y exigió acompañarle.
Un pequeño motel donde pasar la noche.
En cuanto entraron Albafica se arrojó a sus brazos para continuar con la tanda de besos, que comenzó a ser acompañada por una ronda de caricias. En poco tiempo ambos estaban en la cama arrancando su ropa con desesperación, el cuarto no tardó en ser inundado por gemidos, los amantes se entregaron a la pasión copulando hasta entrada la madrugada.
Cuando Manigoldo despertó eran las siete, al chico le dolía un poco la cabeza y sentía la garganta seca, intento levantarse pero un peso extra lo impidió. Se sorprendió un poco al encontrar a semejante ángel acostado a su lado, usando su pecho como almohada mientras le abrazaba, el rubor no tardó en cubrir sus mejillas al recordar la noche anterior...ellos lo habían hecho.
¡Demonios! Esto estaba mal, a penas si se conocían y...¡Mierda, mierda, mierda! ¿Que Demonios había pasado? Como es que se dejó seducir tan rápido y...
Con mucho cuidado se libero, comenzó a vestirse mirando al chico dormir, de verdad era jodidamente hermoso, un Omega perfecto.
¡Ah! Lo mejor sería ir a comprar algo para desayunar y pensar las cosas, había tenido sexo con un chico que apenas conoció la noche anterior y...no parecía ser prostituto...¡Carajo! Bueno, ya lo descubriría al regresar, si le cobraba si lo era, por ahora solo necesitaba una buena taza de café.
Pero cuando Manigoldo regreso se encontró completamente solo, ese hermoso ángel había desaparecido y...por alguna razón esto le hizo sentir mal, un ligera punzada en su pecho, tal vez debería regresar a la casa donde le conoció y...
-¡A la mierda! Tengo que ir a ver a Rafael.
¡Solo fue sexo y ya! Nada más, se acostó con un Omega que estaba que se caía de bueno, sexo, solo eso, nada malo pasaría por un acoston...¿Verdad?
*****/////*****/////
Hay Manigoldo en la que te metiste.
Estos niños, no saben que no deben tomar bebidas extrañas😂.
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