Dominando A La Bestia
Mientras Yagi e Inko hacían reportes y selecciones, Izuku enseñaba a Kirishima y Kaminari a escribir
—Par de idiotas, ¿qué hacen? — grito Katsuki
—Bocchan, aprendemos a escribir con la ayuda de Izuku-chan
—¿Izuku-chan? — alzo una ceja — ¿qué mierdas estás hablando?, apúrense que debemos ir de cacería.
Los jovenes de mala gana obedecieron y fueron con él.
—Hasta luego su majestad — se despidió Izuku, lanzándole una mirada por más lasciva y recorriendo el cuerpo de Katsuki con sus ojos.
Pov. Izuku
Me encanta la personalidad de Su Majestad ardo de deseo por él, su aroma tan varonil me envuelve; estoy comenzando a ponerlo nervioso lo notó, a pesar de que lo esconde.
Quiero tenerlo para mí, tarde o temprano lo haré, lo dominaré y lo tendré comiendo de mi mano.
¡Pero no sólo quiero su cuerpo!, quiero todo de él, que su mente que piense en mí 24/7, que su corazón me ame solo a mí y su cuerpo me desea a mí. Quiero que caiga rendido y completamente hacia mí como yo lo estoy de él.
Y algo extra que obtendré de todo es que pronto será jefe y yo; a su lado para gobernar quiero que él.
Después de su llegada han pasado 3 semanas y el celo de Izuku se acercaba, lo deben esperar y ver la reacción de pueblo.
—Hijo, ven — llamo Yagi — sabes los motivos de los cuales estamos aquí, está cerca tu celo ya sabes que hacer.
—Ya esta cerca lo puedo sentir.
—Vamos pronto a la plaza central y reuniremos a los alfas del pueblo a observar su confortamiento.
Así lo hicieron llamaron a los alfas del pueblo a la plaza principal. Al estar reunidos comenzaron a murmurar sin entender lo que pasaba.
Unos minutos después las feromonas del Omega comenzaron a ser evidentes su padre de lejos observaba.
Algunos alfas se sentían acalorados, muy excitados pero no lo suficiente para atacar al Omega, otros se tapaban la nariz como si no les gustará lo que oliera y otros olía las feromonas del Omega comparándolo con algo conocido
—¿Que mierda me esta pasando? — murmura Katsuki; estaba duro, sudando y deseando sostener a ese omega entre sus brazos, tenerlo entre sus piernas y proclamar como su propiedad, marcarlo como suyo.
Su juicio se estaba nublando hasta que sintió una mirada, era el omega que lo miraba con mejillas sonrojadas y todo acalorado, se enderezo y entro en el castillo.
Izuku se dio cuenta en qué estado había dejado a Su Majestad, y le gusto esa reacción.
De noches, en sus aposentos Katsuki, no podía dejar de pensar en el maldito Omega, su cuerpo se encendía y quería tomarlo hacer lo suyo escucharlo gemir de placer en su cama y rogando por más satisfacer a su Omega... ¿SU OMEGA?
—¿Que carajos?... maldita sea ¿que estoy haciendo? —se vio a si mismo tocándose y lo peor tocándose pensando en ese omega.
El instinto del Alfa era más fuerte que su razón debía poseer es Omega marcarlo como suyo a como diera lugar.
Fue a tomar una ducha ya que era pasando la media noche y no podía dormir tal vez una ducha fría ayudaría con eso, saliendo más calmado y preparado para ir a dormir lo volvió a oler; ese olor le era conocido, un olor a bosque a botones de flor recién abriendo a rocío matutino.
—¿Que es esto? sal de donde estas omega te puedo oler así que muéstrate maldito bastardo
Vio como se abría la puerta de su vestidor y...
Pov. Izuku
Papá dijo que los sentidos de estos alfas no están aún muy desarrollados así que esperaríamos hasta el próximo celo y ver su reacción.
Lo que no voy a olvidar es que al observar a Su Majestad poniéndose en trance, mientras eso llegó a mí un olor fuerte pero no desagradable; un olor a madera recién cortada, un olor a bosque, a casería era el olor de Su Majestad el olor de un Alfa poderoso. Me quedé mirándolo un momento, el al darse cuenta se levantó y entró.
Debo de moverme rápido para tenerlo comiendo de mi mano
—Su majestad aquí estoy a su merced — dijo el omega haciendo una reverencia y con solo una toalla en la cintura.
—Aléjate de mi ¡ahora!, no quieto que te me acerques
—¿Porque?, no le haré nada que no quiera Su Majestad, al contrario, hundirlo en placer es lo que tengo que hacer
Izuku se acercó al joven amo, poco a poco y despojándose de lo único que tenía puesto, al hacerlo sus feromonas saltaron.
Su Majestad por su parte estaba totalmente ido, viendo el cuerpo y la pequeña figura de aquel Omega; se maldecía por dentro, pero su instinto de Alfa poderoso le dictaba que debía lanzarse, poseerlo y marcarlo como su propiedad.
Para terminar de provocar a Su Majestad se le iba acercando lentamente mientras que el retrocedía, no quería que se acerque, pero fue inútil, lo acorralo contra la pared, se acercó a qué lugar delicado en donde el hombro y el cuello se une aspiro fuerte
—Hueles a un Alfa poderoso, tienes un olor muy delicioso KATSUKI
Fue la gota que derramó el vaso, en la cabeza del Alfa hubo un click y sin dudarlo lo tiró hacia la cama
Izuku sabía que esta noche haría que Su Majestad se volviera loco por él, una noche de pasión desenfrenada, de sexo salvaje olores y sabores para saciar los deseos... los más bajos instintos de Su Majestad, esta noche sería la más larga de sus vidas y el joven omega estaba preparado para lo que sucediera.
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