Era un nuevo año en el Instituto Xianle, nuevos estudiantes ingresaban y entre ellos una chica en particular. Hiromi Ayame, estudiante de Preparatoria, no destacaba mucho sobre los demás pues prefería vivir en las sombras para tener una vida más tranquila. Pero algo cambiaría su vida en ese nuevo lugar, mas en especifico una compañera de clase quien llamaría su atención desde el primer momento en que se conocieran. 

Desde ese momento empezó su perdición, el mayor de sus problemas estaba por comenzar y lo mas difícil sería controlar todas sus emociones. No soportaba simplemente observar desde lejos, quería estar mas cerca de la chica que tan loca la traía aunque tenía miedo de que ella se asustara por lo enfermiza que era. 

Pasaron 5 años en los que acoso a Izumi Yuki, hasta que por fin un día los dioses la escucharon y cumplieron su mayor sueño pudo estar mas cerca de lo que jamás pensó que estaría de ella. Lo que siempre anhelo se estaba cumpliendo. Les había tocado juntas en un trabajo de investigación y por supuesto no desperdiciaría esta oportunidad. Por fin podría estar a solas con ella, era algo difícil pues tendría que controlarse lo mas que pudiera.

 Con muchos nervios se acerco para hablar con ella y ponerse de acuerdo con el trabajo, tenían tres semanas para prepararlo sabía muy que su compañera era muy responsable así que quería estar a su altura. Acordaron juntarse en la casa de Izumi para comenzar. Eso la emociono aún mas, podría conocer el hogar de su amor. 

Al finalizar las clases se dirigieron a la casa de la chica, al llegar le impresiono lo modesta que era pero lo que mas le gusto fue su habitación de verdad todo calzaba a la perfección con ella que no pudo evitar decirlo. 

-De verdad es impresionante como tu cuarto demuestra tal cual eres Izumi-san, es un reflejo de lo que en verdad eres- le dijo muy impresionada 

-Eso crees? Como sabes tanto de mi si esta es la primera que hablamos Hiromi o acaso es que haz estado investigando sobre mi?- pregunto un tanto preocupada 

-A-Ah sobre eso, solo es una intuición la verdad soy muy observadora y perceptiva con las demás personas- rio al nerviosa pero manteniendo una postura de calma ante ella 

-A mi me gustaría conocer tu cuarto de seguro guardas muchos secretos dentro de el, ya que eres una persona bastante misteriosa- le siguió la risa mientras acomodaba sus cosas 

-No tienes ni idea de todo lo que podría revelarte- dijo susurrando para si misma acomodándose en la habitación. 

Luego de aquella conversación algo bastante incomoda iniciaron con su trabajo, decidieron hablar sobre el movimiento lgtb y la importancia que debía tener en el país. Terminaron bastante tarde sin embargo Ayame no quería asustar mas a la chica así que decidió irse de regreso a su casa. 

Aquel día ya había sido bastante intenso además que había conseguido robarse una prenda de su amor secreto sin que ella se diera cuenta y la cual coloco en el pequeño altar que le tenía dedicado. En el habían bastantes fotos de diferentes tomas de la chica, algunas eran bastantes intimas lo que la hacía ver como una verdadera acosadora hasta tenía pequeños muñecos y hasta una almohada. Cualquiera que la viera pensaría que era una loca pues así era tenía una obsesión enfermiza con su compañera, la cual mantenía oculta durante 5 años. 

Nunca se le había pasado por la mente que sucedería si algún día su compañera llegara a enterarse de todo aquello, quizás la denunciaría o peor aún lo haría publico para mantener en alerta a todo el mundo. Después de todo era una locura hacer ese tipo de cosas y la sociedad la catalogaría de enferma o peor psicópata. Aunque eso poco le importaba ella era feliz con tener a quien adorar, como si fuera una deidad a la cual había que rendir homenaje o tributos.  

Como todas las noches besaba cada una de las fotos y se dormía abrazada a su almohada tamaño real esperando encontrarse nuevamente en sus fantasías con la persona que tanto amaba. Deseando como siempre que aquellos sueños se hicieran realidad, que todo aquello no solo se quedara en su imaginación.