Capítulo 9

                                          Capítulo 9

Al amanecer Leire se encuentra despierta del todo, necesita valor para enfrentar todas las cosas que le avecinaban el nuevo día.

<<Hoy algunos años después de lograr mi sueño profesional, soy una mujer dividida entre el miedo a que todo cambie y el terror a que todo siga igual el resto de mi vida>>-piensa mientras se levanta de la cama y se dirigió hacia la puerta.

Está consciente de que tiene que contarle a Nick el amargo suceso de la noche anterior. Su enfado con sus amigos por haber invitado al señor Rice ha disminuido considerablemente, él es su única salida en estos momentos.

Al abrir la puerta y llegar a la cocina Leire se percata de que sus amigos ya están despiertos<< el día pinta mal>>piensa Leire. Sabe que tiene que dejar su orgullo y hablar con David para aceptar la ayuda que le había ofrecido años antes.

<<Me es imposible sentirse tranquila, ese hombre es irritante, engreído y sexy, espera ¿He dicho sexy? A mí no me van los hombres así, ellos no causan más que problemas>>piensa mientras sacude la cabeza para dejar de pensar, suficiente tiene con tener que hablar con David.

Se dirige hacia la sala del pequeño piso de Nick el cual tiene la decoración del típico soltero, sale a la luz que falta ese sutil toque femenino.

— ¡Buenos días!— la saludan los dos al mismo tiempo.

Me desperté temprano y como seguías durmiendo no quise despertarte-le dice Sara mientras le indica que tome asiento en el medio de ellos y del mullido sofá.

-¡Gracias! Al final logré pegar ojo al parecer mi cuerpo y mi mente decidieron descansar-dice Leire mientras se sienta y se acomoda entre sus amigos.

Nick y Sara intercambian miradas, antes de que lograran articular una palabra Leire les dice:

—Sí, ya sé que tengo que ir a verlo, tengo que pedir cita para que me atienda.

— No será necesario, ya tienes una para dentro de dos horas y media— le explica Nick a una sorprendida Leire.

— Espera ¿Cómo que ya tengo una cita? ¿No lo han llamado, no?— pregunta la chica alarmada.

—Pues lamento decirte que sí, llamé anoche al ver sus caras angustiadas, le dije a su secretaria que era urgente y hoy temprano me envió la hora y el lugar—le explica a Leire que está más nerviosa a cada momento.

— Pero su despacho queda a kilómetros de aquí, tendré que conducir más de 3 horas y no llegaré a tiempo— dice agobiada.

— Para nuestra sorpresa y beneficio el Señor Rice todavía se encuentra aquí en la ciudad hospedado en un hotel— le dice Sara.

— ¡Yo no voy a ir a un hotel a ver a ese tipo!— sentencia Leire que está de pie y caminando de un lado a otro.

— No tonta, te recibirá en esta dirección que al parecer es de un despacho de abogados cerca del centro— le explica Sara calmándola y le extiende un papel con la dirección.

— Ok, pero necesito, Sara, que vayas a nuestro departamento y me traigas algo decente que ponerme ¡Recuerda, de-cen-te!— le pide a su amiga mientras ríen juntas.

— En unos 4 días llegan los informáticos que contraté para desinstalar las cámaras, pronto estarás en casa— le dice Nick.

— ¡Gracias por todo chicos! no sé qué haría sin ustedes—les agradece y se dirige a la habitación de invitados, la que ahora era su refugio.

Sara le alcanza una blusa fina de gasa algo transparente y una falda de tubo negra, unos zapatos de tacón medio, algo cómodo dentro de lo formal. Leire toma su bolso, mete las llaves, el móvil y se dirige a su destino.

<< ¡Súper abogado odioso, ya voy hacia ti!>> piensa y se despide de sus amigos que le desearon suerte.

Después de unos minutos Leire se encuentra frente al despacho "Olsen Abogados y Asociados".

No es capaz de llamar a la puerta, en el preciso instante que decide hacerlo, abre la puerta David, está impecable con un caro traje gris azulado, corbata azul y una camisa blanca. Leire cree estar en el mismo cielo, enmudece, ante ella tiene sin duda alguna al hombre más


atractivo que ha visto, sus ojos verdes pueden estremecer al mismísimo diablo.

— ¡La madre que me parió!— jadea ella internamente, entre su carácter odioso y su perfecto cuerpo era imposible no estar intimidada y nerviosa.

— ¡Buenos días! Me he sorprendido al saber que querías verme— saluda David invitándola a pasar.

— Si no fuera urgente, no estaría aquí, créeme, pero gracias por recibirme.

— La forma en que me comías con la mirada hace unos segundos me dice lo contrario— le dice David dibujando su perfecta sonrisa.

Leire decide no responderle, está ruborizada, ese hombre causa estragos en ella. Caminan hasta lo que parece ser el despacho número tres, David abre la gran puerta de madera que cierra el lugar.

— Pase y siéntese, sé que soy irresistible pero me gustaría que ambos nos pudiéramos mirar cuando hablamos y no solo que me mires la espalada— le dice con una mirada que puede derretir los glaciares.

— No te miraba a ti, observaba el lugar— masculle Leire.

— ¿Te gusta algo de lo que ves? Es el despacho de Steve Olsen un gran amigo mío y compañero de oficio — le comenta mientras se sienta en la enorme silla atrás de la gran mesa que ocupa casi todo el lugar, que por cierto tiene un diseño minimalista.

— Tiene buen gusto su amigo, en cuanto al diseño del lugar .Podemos centrarnos de una vez en la razón por la que estoy aquí y, ya sé que vas a decir que es por tu enorme encanto, pero en realidad tengo un gran problema y espero me puedas ayudar.

— ¿Dime, para qué soy bueno?— indaga David, cuelga la chaqueta de su traje en la silla detrás de él, remangada las mangas de su camisa hasta los codos y le propina una mirada serena y profesional.

Minutos después de oír cada uno de los acontecimientos que ella le narra con lujo de detalles, sobre el presunto acosador y que la policía no acepta el caso, minutos que aprovecha para observar en silencio cada detalle de la hermosa mujer que tenía ante sus ojos.

— Entiendo ya el porqué de tu urgencia y como siempre te he dicho, estoy aquí para salvarte—le dice con una sonrisa pícara, comprendiendo la horrible situación.

— Primero que nada, recuerda que yo te salve a ti, tú no has hecho nada para salvarme, no hubiera venido aquí si los idiotas de mis amigos no hubieran insistido tanto, pero olvidando que me ves como un ser indefenso. ¿Qué propones?— le responde mientras lo mira a los ojos desafiándolo.

— No tienes idea de como yo te veo— le revela David y sostiene la mirada de forma que atrapa la de Leire.

<< Hay tantas cosas en ella, se ve suave, petulante, divertida y hecha para ser amada de forma intensa>>-medita David mientras se miran.

— Mejor dime, ¿qué vamos hacer para que termine mi problema cuanto antes?—insiste Leire cambiando la miraba. Siente que aquellos profundos ojos verdes la desnudan.

— Vamos a empezar por lo básico .Necesito las notas, las mandaré a analizar para encontrar huellas, aunque será difícil, pues la de tus amigos también están, pero podríamos encontrar ADN y por el tipo de caligrafía podemos saber mucho de la persona que las envía. Además de la línea telefónica que usabas cuando recibiste el mensaje de texto, dulzura— le explica con ese tono pícaro que ella tanto odia.

— ¿Podrías ser más profesional?

— No te entiendo, dulzura — le dice y se ríe en su cara sin más y agrega— te vez hermosa cuando te enojas.

David estaba disfrutando cada una de las reacciones de la chica.

—Simplemente no me llames "dulzura" y todo estará bien entre nosotros— le dice molesta, no puede concentrarse en el tema que discuten por su simple presencia y él no se lo está poniendo nada fácil.

— Verás, en estos casos recomiendan cortar la comunicación, recibir apoyo de amigos y familiares, mantenerte a salvo, reunir evidencias que sean estudiadas por opciones legales, en tu caso yo y, por último identificar el comportamiento del acosador— le explica serio para complacer su pedido.

David observa a Leire, su cabello dorado escalado se balancea de un lado y a otro mientras habla nerviosa y tiene los labios pintados del mismo rojo sensual que llevaba la noche de la Gala.

<<Dios esos labios daban ganas de besarlos y morderlos>> piensa sin parar David.

— Está bien, haré todo lo necesario por acabar de una vez con esta pesadilla— le dice y considera << Es agradable la sensación de contar con ayuda legal y al ser alguien que conozco estoy más tranquila, aunque mi abogado es tan detestable. >>

— Es un placer, para mí, ayudarte, presentaré una denuncia, el acoso se considera un delito según las leyes de los 50 estados, Distrito de Columbia, los territorios de los Estados Unidos y el Gobierno Federal. Tenemos que actuar cuanto antes, usualmente estas personas se vuelven violentas y pueden escalar con el tiempo— expone David se siente encantado de devolverle el favor y de poder estar en contacto con ella.

— ¡Muchas gracias por aceptar mi caso! Tienes todos mis datos y todo lo demás que he recibido del acosador.

— Vuelvo mañana a primera hora a Kendall, pero nos mantendremos en contacto, cualquier problema o un nuevo incidente llámame cuanto antes y si corres peligro llama al 911 sin dudarlo. Espero tener buenas noticias para ti al analizar las pruebas— le dice sutilmente.

— Ok, espero noticias suyas.

David se levanta rápidamente de su silla y le abre la puerta.

-¡Hasta pronto señorita Leire! que tenga una linda tarde.

Leire se aleja por el largo pasillo mientras David contempla embobado como se marcha ella con paso seguro y sexy hacia la puerta de salida. 

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