Capítulo 34


Dos semanas habían pasado desde la llegada de Lucas, esa mañana todos disfrutaron del desayuno en familia, más tarde David junto a Lucas llevaron a Leire al hospital, pues ella tenía guardia. Una vez que se despidieron de ella, se dirigieron a un bar.

-Anda Romeo, que bien que me llevas  a comer y beber algo,  aunque  de tanto ejercicio que debes hacer con la doctora  debes ser tú el más hambriento de los dos- Lucas se ríe y le  guiña  un ojo con complicidad.

-Muy gracioso, tengo que confesar que tengo  hambre y no por las razones que crees-le explica mientras se bajan del auto.

-¿Problemas en el paraíso?-rezongó Lucas.

-Tomémonos unas copas y un aperitivo y te lo cuento-indicó David sentándose en la barra del bar.

Mientras bebían y picaban algún que otro pedacito de queso y jamón charlaba.

-En realidad, todo esto comenzó hace prácticamente 4 años, cuando fui operado de urgencias en el hospital donde ella trabajaba, me atendió y salvó mi vida, en ese tiempo me atrajo físicamente pero como el idiota que era solo quería salir de allí para seguir envuelto en el  trabajo y fui demasiado grosero-toma un trago de whisky de su vaso.

-Sí, por lo que puedo escuchar a mí entender fuiste un capullo-declara Lucas.

-Exacto, tres años después-suspira-aunque parezca irónico me llega un invitación a la gala de aniversario de la Fundación Wonderful Desire ¿Sabes a cuál me refiero?

-He oído hablar de ella, es muy famosa por la causa que persigue.

-En aquel momento, investigué y Leire es una de sus fundadoras, para abreviarte la historia, en definitiva acudí a la gala, ella se llevó una gran sorpresa, no nos llevamos muy bien en ese momento, más  al otro día pide una cita para solicitar mis servicios como abogado y en fin, la chica tenía problemas muy serios, un hombre que aún no podemos identificar y mucho menos encerrar la ha amenazado, esa es la razón por la cual la traje a el rancho, no obstante si te soy sincero es porque derrumbó mis barreras y estoy totalmente loco por ella-suspira y agrega-Si, ya puedes decirme que estoy loco de atar.

-David, en primer lugar, sí fuiste un malnacido sin embargo le brindaste tu ayuda cuando más lo necesitaba; en segundo lugar todos los hombres cometemos el error de dejar escapar a la mujer de nuestros sueños para después volver llorando para recuperarla y en tercer y último lugar ¿Por qué carajos no te comunicaste conmigo sabiendo que soy un detective privado?

-Desde tu punto de vista la situación no se ve tan mal, disculpa en verdad no pensé en ti, sin embargo todavía estamos a tiempo de atraparlo, después te doy todos los detalles del caso-le explica él apurando el trago.

-La gran pregunta es ¿Tú le interesas a ella?

-Está claro que sí  pero en cambio ella tiene recelo de que le rompa el corazón he intentado de mil maneras que vea mis verdaderas intenciones pero no se ha decidido aún.

-¿Has tenido alguna cita, o sea salir a cenar, al cine a la playa con ella?

-He hecho muchas cosas pero como tal una cita así formal, no.

-Y a qué esperas, envíale un mensaje invitándola a salir y sorpréndela, parece mentira que tenga que ayudarte en cuestiones amorosas-le dice riendo.

Hola Leire, espero tú guardia esté siendo amena. ¿Quisieras tener una cita conmigo?-tecleó nervioso el mensaje y lo envió.

David continúa conversando con Lucas, pero los tragos ya no le pasaban por la garganta, estaba nervioso a la expectativa de la respuesta de Leire y no  apartaba la vista de su celular, de repente se enciende la pantalla y él sonríe.

-¿Por qué sonríes con cara de bobalicón?-Lucas lo miraba incrédulo.

-Pues porque Leire ha aceptado salir esta noche conmigo.

-Vaya, no me sorprende he visto como te mira-declara Lucas.

-Tendremos que irnos, tengo muchas cosas que preparar.
-¿Estás listo para conquistarla?

-Solo te puedo decir que ella se cruzó en mi camino y se me olvidó a donde iba.

-Hay dios, has caído en la onda piscina de la tentación del amor y de clavado-le dice sarcástico.

-Lucas, recuerda siempre la frase de Oscar Wilde “La mejor manera de liberarse de la tentación es caer en ella.”

Lucas había ido a recoger a Leire al salir de la guardia, para darle algo más de tiempo a su primo y la llevaría al restaurante que este había indicado a la hora precisa.

Ya en el rancho tras ducharse, Leire se vistió y perfumó colocando unas gotas de perfume en los puntos estratégicos para que el aroma durara más y la envolviera, se arregló solo pensando en David.

A las 9 de la noche Lucas la había llevado al restaurante “Savage Passion”, el mejor de Grove Hill, al entrar un joven camarero la conduce hasta un reservado y le comunica que David llegaría dentro de poco.

Tras beber algunos Cosmopolitan eran las 10 y media de la noche y a Leire le extrañó que fuera una hora más tarde y que David no hubiera llegado todavía y comenzaba a impacientarse.
Cogió su teléfono móvil y le envió un whatsapp.

Hola, no quiero ser pesada pero ¿tardarás mucho más?

Se quedó mirando la pantalla, el doble check azul no aparecía, nada de nada ¿le habrá pasado algo?-pensó.

Espero media hora más y al no tener señal de él llamó a Lucas para que la recogiera, este al percatarse que David no había aparecido a la cena se preocupó y lo llamó pero no recibió respuesta.

Apresuradamente salió a recoger a Leire para traerla a casa, por el tono de voz de ella Lucas había notado desilusión, preocupación y enfado.

Leire lo esperaba en el salón del restaurante, y al ver el auto de Lucas salió disparada hacia allí, sin esperar que este se bajara para abrirle la puerta.
-¿Estás bien?

-Como puedes ver no, es un cabrón, malnacido ¿dónde rayos está David?-pregunta fuera de sí.

-No tengo idea, a mí no me contesta las llamadas, pero debe tener una buena razón para ausentarse a la cita contigo, estaba muy feliz de que hubieras aceptado.

-Mejor no lo defiendas-indicó.
Leire al llegar al rancho salió a toda prisa del auto, subió las escaleras ,al llegar a su habitación se desvistió tan rápido como pudo y se acostó a dormir, tal vez así olvidaría la desilusión y la ira que estaba sintiendo.

Eran las 2 de la madrugada mientras David conducía hacia el rancho y pensaba-Madre mía, a ver cómo le explico yo a Leire que no me había acordado que hoy era la reunión con los del bufete de Grove Gill-pues David tenía planes si todo se daba bien de abrir su propio bufete aquí cerca de su familia.

Voy  a arrodillarme y suplicar si es necesario-pensó al entrar al rancho.

Entró a la casa sin hacer apenas ruido, subió hasta la habitación de Leire, abrió con cuidado la puerta y se  sentó en la silla junto a la ventana y en silencio la contempló dormir.

De repente se despierta y al a un hombre en su cuarto se asusta y grita, él se acerca, se sienta en la cama y le dice.

-¿Leire dulzura estás bien? Soy yo David-al oír la voz de David, Leire levantó inmediatamente la cabeza como si fuera un resorte le diò una cachetada.

-¡Lárgate de mí habitación! No quiero verte, déjame en paz.-le dijo mientras David se llevaba la mano al rostro y pensaba ¿Qué demonios le ocurre?

-¿Por qué me dejaste plantada?

-Tenía una cena importante con los abogados del bufete de aquí y como fue programada hace tiempo lo olvide por completo.

-Claro ¿y por eso no pudiste ni siquiera llamarme o contestar a mi mensaje?

-Leire, no podía atender el teléfono-le siguió explicando.
-Esperé casi 4 horas como una estúpida en ese restaurante, no merezco ese desplante de tu parte, no soy tu juego… -antes de que siguieran saliendo de su boca tales barbaridades la calló  besándola, al principio Leire se resistió, sin embargo él siguió besándola hasta que ella cedió pero al darse cuenta le dijo.

-¡Quítate de encima de mi neandertal!

-Es mejor que duermas mañana, te darás cuenta que todo fue un error-le dice y se va de la habitación dejando a Leire sin palabras.

Al amanecer del otro día, Leire despierta y va de inmediato a tomar una ducha, al salir se encuentra con David esperándola con los brazos cruzados, apoyado a la pared.

-Buenos días, dulzura, ya haz expulsado al diablo de tu cuerpo-la saluda y se ríe.

-Buenos días, ayer me lo explicaste todo, no tenemos más que hablar-declara ella nerviosa por la presencia de él.
-Sí, ayer cometí el grave error de reunirme con esos hombres y no avisarte.

-Sé qué me dices la verdad pero estoy furiosa contigo.
-Por lo menos confías en mi- mantiene la mirada sin titubear.

-No sé qué decir-le dijo ella y él torció la sonrisa.

-No digas nada, hay maneras mejores de disculparse por la bofetada que me diste anoche-le dice y Leire lleva las manos al rosto de él en señal de culpabilidad.

-Ay David, lo siento mucho-le dice Leire pasando los dedos con cuidado por la zona abofeteada y le da un tierno beso.

-¿Estás mejor?

-¡Tengo hambre!

-Bajemos a la cocina-le sugiere ella.

-No creo que Giselle sepa cocinar uno de tus besos-le dice y la atrae  hacia él para darle dos besos en la comisura de los labios.

-No he olvidado que no te besaré hasta que tú me lo pidas-le recuerda.

-¿Estamos perdonados?-pregunta ella.

-Perdonados-dicen los dos al unísono.

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