Capítulo 26
Otro día más pasaba en Grove Hill, era sábado y Leire se encontraba haciendo su primera guardia de fin de semana en el hospital, estaba todo tranquilo, en su despacho ella verificaba algunos expedientes de sus pacientes.
Su móvil comienza a sonar y acepta la llamada sin perder de vista de los expedientes.
-Dígame.
-Dios, Leire que formal.
-Hola David disculpa ¿cómo estás?-Leire no sabía muy bien que decir enseguida recordó la noche anterior.
-Todo bien algo absorto en el trabajo, voy llegando al bufete ¿Y tú qué tal?
-Es un buen día, es mi primer fin de semana de guardia más todo está en calma, al parecer los fines de semanas las personas no se enferman-le dice y ríen juntos.
-¿Te duele la cabeza, dulzura?-le pregunta riendo.
-No limón salvaje, no es para tanto.
-Limón salvaje, eso suena sexy, sabes yo diría que sí te duele.
-No empieces con tus indirectas-le responde mientras juega con su bolígrafo.
-Por cierto cuando quieras te resuelvo tus problemas.
-Eso no fue lo que quise decir anoche.
-Los dos sabemos que sí.
-Si tú lo dices.
-Espera debo aparcar, no cuelgues.
-No lo haré.
Después de aparcar el coche, David toma su portafolio y camina mientras continúa riendo mientras conversa con Leire.
Al llegar frente al despacho se queda petrificado y sin habla, la puerta y los cristales estaban completamente destrozados, el sonido ensordecedor de la alarma de seguridad llenaba el lugar.
David reacciona y tapa el auricular de su móvil en un intento fallido de que Leire no escuchara las alarmas.
-Hola…. ¿David que sucede? ¿Esas son alarmas?-le decía Leire al otro lado del teléfono sin recibir respuestas.
David camina con cuidado entre todos los cristales hechos trizas en el suelo, apaga las alarmas, todo estaba destrozándolos documentos del archivo estaban quemados, siente alivio de que su secretaria aún no hubiera llegado, no era una imagen fácil de procesar, la rabia e impotencia lo consumía mientras observa la pared de su despacho, había dejado un mensaje muy claro y por el olor repugnante podría afirmarse que estaba escrito con sangre:
“No te acerques a lo que me pertenece, pronto la encontraré y no podrás evitarlo querido abogado de mierda.”
P.D: “Espero te guste la nueva decoración del lugar”
-¿David que sucede?-gritó Leire a través de teléfono.
-Leire creo que ningún lugar es seguro.
-¿Qué quieres decir?
-Debo colgar, no te preocupes.
De inmediato David informó a la policía y consiente de la preocupación despertada en Leire piensa: maldito sea ese hombre, no dejaré que le toque un solo pelo así deje mi vida en ello.
Decide volar de inmediato para estar cerca de ella. Pasó por su departamento, llamó a sus clientes para informar lo sucedido y disculpar las molestias que esto pudiera ocasionarles, recogió algunas cosas, tomó las maletas y junto a su perro que sin problemas había entrado a la cesta para perros se dirigía al aeropuerto.
Varias horas más tarde y justo antes de que Leire terminara su guardia estaba David esperándola. Había llamado a sus padres y a Darek para decirle de su llegada y para asegurarse de que el fuera quien recogiera a Leire, todos se sorprendieron por su regreso tan repentino pero no indagaron mucho, conocía muy bien a David.
Leire sale del hospital buscando con la vista a Darek o a su coche y al no verlo pensó: Tal vez se ha retrasado un poco.
Cuando se dispone a entrar a la sala de espera del hospital, un auto enciende las luces delanteras y tocan el claxon, Leire voltea, del auto sale un hermoso perro que se acerca a ella a toda carrera meneando la cola, Leire se agacha para acariciarlo y este se tumba en el suelo para que le acaricien la barriguita, Leire olvidó por completo el auto y que no sabía de quien era tan cariñoso animal, nota que el perro trae en el collar una nota, ella lo abre y lee:
“Hola Leire soy Black, me encantaría ser tu amigo”
De repente alza la vista y se encuentra con David, en una de sus manos traía un hermoso ramo de rosas rojas y en la otra una pequeña caja en forma de corazón, Leire no se podía mover ni articular una palabra.
-Buenas noches dulzura-le dice él al ver la sorpresa en el ostro de ella.
Ella reacciona, se lanza a sus brazos y le da un cálido abrazo, al darse cuenta que el abrazo estaba durando demasiado se aparta y le dice:
-Dios, David pensaba que habías tenido algún problema y ahora estás aquí.
-No te preocupes, después hablamos, es que Black no podía esperar más para conocerte.
-Es hermoso, lo adoro, tiene tantos pelitos y están cariñoso.
-Esto es para ti, Black las escogió-le dice dándole el ramo de flores y la cajita.
-Black tiene muy buen gusto me encantan las rosas-le dice mientras las huele y saca un pequeña tarjeta.
-¿La leerás ahora?-le pregunta algo nervioso.
-Pues claro, ahora mismo.
-Que conste que Black me dictó que poner-le dice riendo.
Leire ríe, toma la tarjeta y la lee:
“¿Y si te pones en mi lugar y vez lo que siento?
Sabrías que mis suspiros están llenos de ti.”
Con cariño Tú abogado.
-Muchas gracias mí abogado-le dice y le da un tierno beso en la comisura de los labios.
-Te falta abrir la cajita-le dice orgulloso.
-David me encanta son bombones-le dice al abrirla.
- Estos chocolates se llaman “bouchon de champagne”, como vez tienen la forma del tapón y aroma de champán –le dice y se mete las manos en los bolsillos.
-No se te escapa ningún detalle, lo compartiremos ¿verdad?
-Sería todo un placer para mí saborear bombones contigo-le dice con la mirada más sexy del mundo.
-Tengo que reconocer que Black se esmeró mucho-le dice mientras el perro se acerca y da saltos de alegría.
-Parece que hay alguien que se muere por llamar tu atención-le dice mirando al perro.
-En eso se parece a su dueño-le dice riendo.
Suben al auto y Leire decide sentarse atrás para ir jugando con Black, David mira por el retrovisor y piensa: al fin juntos los dos seres que más amo, ojala ella se diera cuenta de que me es imposible vivir sin ella, quiero que su vida sea la mía y que cada mañana despierte sonriendo, no quiero verla llorar solo quiero que su felicidad sea tan grande que no se pueda encerrar en este universo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top