A las 6hs de la mañana Leire y David se encuentran volando hacia Birmingham, Alabama. El vuelo transcurre tranquilo, los dos están muy callados, quizás porque no hay que decir o tal vez las palabras no bastan para explicar lo que los dos sienten.

Al llegar al Aeropuerto Internacional Birmingham-Shuttlesworth, David deposita en el carrito las maletas y se abren paso hacia la salida. David busca con la mirada a alguien entre tantas personas.

— ¿Nos espera alguien?—le pregunta Leire mirando en la misma dirección que él.

—Sí, ya está aquí—le dice y avanza hacia un chico alto, rubio con vaqueros gastados y una camiseta azul como sus ojos.

— ¡Hola señor David!—lo saluda, sin reparar en la presencia de Leire.

—Por favor, deja las formalidades Darek—le dice y se dan la mano y un fuerte y varonil abrazo.

Leire carraspea incómoda, pues al parecer se han olvidado de su presencia.

— ¡Disculpa! Darek ella es Leire la nueva y futura doctora del Hospital del condado.

—Encantado señorita, yo soy Darek el capataz del rancho de los padres de David.

—Además de un buen amigo—añade David.

Un gusto conocerlo—le dice Leire y le dedica una sonrisa.

— ¡Vamos! Debemos llegar cuanto antes mis padres están ansiosos, hace tiempo no reciben visitas.

Caminan hacia el coche, un todo terreno color rojo que le indica Darek.

— ¿Está muy lejos Grove Hill?—pregunta Leire abrochándose el cinturón.

— Serán 2hs y 42min de viaje. Llegaremos al rancho alrededor del mediodía—le explica Darek y pone en marcha el coche.

Leire permanece en silencio mirando a través de la ventanilla del coche mientras los chicos hablan sobre el rancho, Kendall, se ponen al día con sus asuntos.

Minutos después deciden parar en una cafetería para desayunar. Entran y se sientan al lado de una ventana para disfrutar del aire fresco y las vistas.

— ¿Qué te apetece desayunar?—le pregunta David a Leire.

—Una hamburguesa y patatas fritas—le responde, tiene muchísima hambre, tal vez por los nervios.

— ¡Qué bien nada de hojas de verduras y cereales!—exclama Darek y todos ríen.

—Es la primera vez que te veo riendo a carcajadas y sin preocupación—le dice Leire a David mientras lo mira analizando cada detalle de su hermosa cara, tiene rastros de una dura barba.

—Puede ser que sea el aire de Alabama—le dice y le regala una media sonrisa.

Hacen su pedido y en pocos minutos están disfrutando de su desayuno.

—Esta hamburguesa está buenísima—dice Leire una vez que la prueba.

—Aquí la comida es genial—afirma Darek.

-Espera a probar la comida que prepara Giselle, es la cocinera de la casa aunque mi madre también nos deleita con sus recetas—le cuenta David.

— ¿Cuándo empiezas a trabajar?—le pregunta Darek mientras termina su Coca Cola.

—Cuanto antes mejor, mañana pienso ir al hospital y hablar con el señor Cowan—le responde Leire.

—Al parecer amas mucho tu profesión—le dice Darek.

— ¡Y que lo digas!—bromea David.

Cuando terminan su desayuno emprenden su camino hacia Grove Hill.

—Apenas queda 1 hora de camino—revela David mirando su reloj.

— ¡El rancho es maravilloso!—exclama Darek orgulloso del lugar.

—No lo dudo—le responde y continúa callada pensando en el gran cambio que daría su vida.

<<En tan solo 1 hora estaría llegando a un lugar desconocido que se convertiría en su refugio y hogar. Añoraba a sus amigos y solo hacía

pocas horas que se habían despedido, su madre ni siquiera le había contestado las llamadas o los mensajes que le había dejado en el buzón. >>

Durante el trayecto que queda disfruta de los paisajes de la zona, lo verde de la hierba, caballos en las praderas, el cielo era de un azul intenso, valles cubiertos de árboles y flores <<Se respira paz en este lugar. >>piensa Leire embobada por la belleza del lugar.

Cuando llegan a el rancho Leire lee un gran cartel en la entrada Rancho Rice's, se sorprende al observar la casa grande-<<parece una cabaña gigante>>-piensa mientras continúa observando desde la ventanilla del coche. La casa tiene ventanales enormes, flores y muchísimo terreno alrededor, un camino adornado con piedras que conduce a la entrada y árboles altísimos.

David la ayuda a bajar del coche mientras Darek se encarga del equipaje. Leire al salir estira los brazos e inspira profundo el aire puro del lugar-<<creo que podría vivir aquí para siempre>>-piensa mientras espera a David.

— ¡Hola!—les dice la señora Alice Rice con una amplia sonrisa, la recordaba del hospital cuando visitó a su hijo.

— ¡Hola, madre! ¿Cómo has estado?—le dice David y abraza a su madre.

—Bienvenida doctora Lezcan, encantada de recibirla—le dice Alice dándole dos besos en las mejillas.

— ¡Nada de doctora Lezcan! Llámeme simplemente Leire o tendremos un problema—bromea y la abraza.

—Claro, han llegado casi a la hora de almorzar, en pocos minutos se servirá—les informa Alice mientras les indica que pasen.

— ¡Qué bonito es todo aquí!—exclama Leire.

Una vez dentro de la enorme casa, Leire queda maravillada, cada pared de madera brindaba una calidez fenomenal, huele a hogar y a familia. Plantas por todos lados muebles de madera y mimbre, cortinas de color azul cielo, retratos y cuadros renacentistas decoran el lugar. Una gran alfombra beige conduce hasta la cocina.

Entran a la cocina donde está a el señor Fred Rice ayudando a una joven a sacar una gran bandeja del horno.

—Tienen suerte de haber llegado a tiempo, así probaran el delicioso almuerzo que ha preparado Giselle—les dice el señor Rice y los saluda.

— ¡Hola Giselle! Imagino que todo esté asombroso—saluda David a la joven chica morena que llevaba 4 años siendo la cocinera de la casa.

—Espero que les guste—responde la chica.

— ¡Hola padre, algún día te encuentro en la cocina!—le dice divertido.

—Hijo, por la primera vez se empieza—dice dejando la bandeja en la mesa, se quita los guantes y abraza fuerte a su hijo.

— ¡Hola doctora, está usted muy hermosa!—le dice galante.

— ¡Gracias señor Rice! es usted muy amable.

Se sientan a la mesa, la cual está perfectamente acomodada, los platos y cubiertos en perfecto orden, es una vajilla muy hermosa. En el centro luce un gran jarrón de porcelana lleno de flores.

—No dejemos que se enfríe—les dice la señora Alice.

—Luego te muestro tu habitación—le dice David con su adorable sonrisa.

— ¿Hay alguna comida que no te guste?—le pregunta el señor Rice a Leire.

— ¡Oh, no! Me gusta todo, no hay problema.

— ¡Qué bien!—exclama la señora Alice.

— ¡Todo huele muy bien! Que aprovechen—les dice educadamente

Leire.

Al probar la deliciosa lasaña con verduras gratinadas Leire piensa-<<Es lo mejor que he probado en mucho tiempo. >>

—Y dinos, ¿Estás lista para empezar a trabajar en este pequeño pueblo?—indaga el señor Rice.

—La verdad, es que estoy muy ansiosa, deseo comenzar cuanto antes.

—le responde y le regala una sonrisa.

—El señor Cowan, te recibirá mañana temprano—le explica David.

—Ahí estaré—le responde con decisión mientras piensa en lo adorable que es la familia de David, se siente cómoda en este lugar.

Una vez que terminan el almuerzo, David le enseña su dormitorio en el segundo piso, que es tan bonito como el resto de la gran casa, las paredes adornadas con cuadros de flores, cortinas rojas, una cama de matrimonio de madera con ropa de cama dorada y disímiles cojines. En una esquina una pequeña cómoda de madera pintada de blanco, con velas y un jarrón con flores sobre ella. Una alfombra blanca junto a la cama, una silla elegante. La habitación huele a incienso.

— ¡Muchas gracias David!

—No las des, espero que te sientas segura—le dice mientras le quita un mechón de su cabello de la cara y se lo pasa por detrás de la oreja.

—Me siento en paz—confiesa algo ruborizada por el gesto que acaba de hacer David.

—Descansa ¡Hasta luego!—le dice cerrando la puerta.

Leire desempaca las maletas, se tumba en la cama y piensa-<<Mañana iré al hospital, espero me acepten para poder empezar a trabajar, por suerte de aquí, puedo gestionar los avances de "Wonderful Desire".Si toda la comida que cocina Giselle es así engordaré, pero es tan deliciosa, debo descansar y asimilarlo todo. >>

Apaga la luz y un sutil olor a leña invade sus sueños.