Capítulo 14
Minutos después David se da la vuelta al oír el sonido del ascensor, espera que al fin aparezca Leire, no está acostumbrado a esperar y las mujeres tardan una eternidad en arreglarse la mayoría de las veces.
Al abrirse las puertas del ascensor, David observa detenidamente a Leire mientras camina hacia él, viste unos cortos pantalones vaqueros en azul marino, una camiseta blanca con estampados grises, zapatillas Isabel Marant y un pequeño bolso. Luce tan cómoda, juvenil y sexy que se le hacía difícil no mirarla.
—Ya podemos irnos— le dice bajando las gafas de su nariz.
—Vamos—le dice David y abre la puerta del acompañante del coche y agrega—por cierto estás muy guapa.
—Eh...gracias—responde sorprendida por el alago.
David arranca el coche y mientras avanzan comienza a sonar la dulce y angelical voz de Ellie Goulding en su canción "Burn" o en español "Quemar". El trayecto lo hacen en silencio, la tensión por la conversación de hace pocas horas aún establece una gran distancia entre ellos.
Al entrar a Miami Beach, David le explica que llegarán un momento al Hotel Dealano ubicado en la calle 17 y avenida Collins.
—Recogeré los documentos de un cliente en la recepción—le comenta sin dejar de mirar la carretera.
Está bien, pero no demores, te espero aquí en el coche.
Solo será un minuto, pienso llevarte a un lugar—le dice y esta vez, la mira a los ojos por un momento.
David estaciona el auto y sale hacia la recepción del hotel, un hombre de mediana edad le entrega los papeles, que había dejado el dueño del hotel, cliente habitual de David, esta vez ha recibido la demanda de divorcio. David le da las gracias al señor, camina hacia el auto sube y guarda los papeles en la guantera.
— ¿Y bien, a donde vamos ahora?—le pregunta Leire.
—No seas impaciente, es un lugar que disfruto mucho cuando vengo de visita y espero a ti te guste.
— ¿Ahora también eres guía turístico?—bromea Leire.
David decide no responderle, sigue conduciendo, Leire observa los hoteles y lugares de la zona, se encuentran cerca del Lincoln Road y el Bayfront Park .Leire se sorprende y lo mira con ojos brillosos.
— ¿Vamos al Soundacape Park?
—Exactamente, es uno de mis lugares preferidos de la ciudad—revela David orgulloso.
—Yo deseaba venir, pero mi tiempo libre es algo reducido, las vacaciones las paso en casa de la familia de Sara y ahora con esta situación, no es sano pensar en viajar o dar paseos—le cuenta con un tono de voz bajo que refleja su angustia.
Me alegra mucho que te guste el lugar, ya vez, cumplí uno de tus deseos—le dice riendo para sacarla de sus pensamientos tristes.
— ¡Gracias, esto es fenomenal!—le dice al observar que llegan y David estaciona el auto.
Bajan del coche, hablan mientras caminan hacia una gran sombra debajo de uno de los tantos árboles del lugar.
—Este lugar, me recuerda la naturaleza que dejé atrás en Alabama, es asombroso observar algo tan natural en medio de tan moderna cuidad—reconoce David metiéndose las manos en los bolsillos del pantalón.
— ¿Eres de allí?
—Sí, mis padres aún residen allá, en uno de los mejores ranchos de la zona, del que mi familia ha sido dueña hace muchas generaciones atrás.
Recorren el lugar observando varias personas disfrutando del lugar, paseando a sus perros, niños que juegan y ríen en compañía de su familia. Leire se asombra al ver que hay personas de todas partes del mundo.
Se sientan cómodamente en el césped bajo la sombra de un frondoso árbol.
—El parque, ocupa un área pequeña alrededor de 10.000 metros cuadrados y fue diseñado como parte de las mejoras para la ciudad en los años XX—le explica David mientras Leire sigue observando a su alrededor.
Me atrae mucho el diseño del lugar.
Fue inspirado en las nubes que suelen estar en el cielo de la Florida— le cuenta David y se quita la chaqueta del traje para ponerse cómodo.
—En serio te agrada este lugar, sabes todo acerca de él.
—Uno nunca sabe todo de algo, pero sí, digamos que me gusta estar informado—responde David encogiendo los hombros.
David mira la hora en su reloj de pulsera, un lindo rolex, son las 15hs de la tarde por lo que le dice:
—Espera, en el coche tengo una pequeña cesta de picnic, tenía planeado llegar y disfrutar de este lugar aunque no sabía que tendría tan grata compañía. La busco en un segundo.
Cuando David llega con una linda canasta de mimbre, Leire le ayuda a colocar sobre el césped una manta de cuadros rojos y blancos, colocan la deliciosa comida: sándwiches, frutas, huevos duros, galletas, verduras,chorizo, quesos, jamón y Coca Cola.
—Para ser el picnic de una sola persona, podría comer un regimiento— se maravilla Leire.
—Sí, la mande a pedir en el hotel, al parecer han puesto de todo y en gran cantidad—le dice riendo David.
—Todo se ve delicioso, gracias por compartirlo conmigo.
—No agradezcas, simplemente disfrutemos del lugar.
—Tienes razón, gracias a mí no estás charlando con alguna ardilla— bromea Leire.
Tienes razón, hasta las ardillas mueren por hablar conmigo—le responde irónico y sonriente.
—Sabía que reaccionarías así, tú y tu gran ego—le responde Leire terminando una Coca Cola.
-Leire para no conocer nada de ti, me he dado cuenta de que tienes diversas pasiones además de tu profesión y ayudar a las personas. Amas la música, la naturaleza, te gustan las cosas simples y modestas, eres una excelente compañía.
Leire se queda sorprendida por la capacidad el interés David en recordar los pocos detalles de su vida, detalles que ella le ha dado a entender en tan poco tiempo.
<< Estoy empezando a creer que David no es lo que yo pensaba en realidad, siento curiosidad y algo de miedo, no puedo creer que me guste cada día más.>> considera Leire en silencio.
—Al final resulta, que somos mucho más más de lo que aparentamos, nuestra fachada solo cubre nuestro verdadero ser, es más simple ocultar que demostrar—habla por fin Leire y baja la vista.
En ese momento comienza a sonar el móvil de David.
—Espera un segundo, tengo que contestar—le dice y Leire asiente.
David acepta la llamada.
—Dime madre.
— ¿Cómo está mi niño bello?
—Estoy bien, no te preocupes, ahora mismo en Miami Beach.
¿Estás de vacaciones y no has venido al rancho?
No estoy de vacaciones, en cuanto me decida a tomar unos días libres voy al rancho a verlos.
—Pensé que las discusiones con tu padre, habían hecho que no volvieras a casa —le dice la mujer con la voz rasgada a punto de llorar.
—No te pongas así, yo tengo mis diferencias con él, pero nunca los abandonaría, ustedes son mi familia, por favor no llores.
—Hijo, espero que sigas bien.
—Te quiero— contesta y cuelga.
David guarda su móvil en el bolsillo interior de la chaqueta.
—Disculpa, era mi madre. Está algo ansiosa por tenerme unos días en el rancho.
—Nunca he estado en Alabama, imagino que es un lugar muy tranquilo y agradable.
—Es un estado muy lindo, su nombre proviene de una tribu nativa que habitó el territorio del estado en tiempos antiguos, estos se autodenominaban Alibamu que en inglés significa "I open the thicket"— le cuenta amablemente.
—Suena interesante.
—El rancho de mi familia está ubicado en Grove Hill, en el condado de Clarke, es un pueblo pequeño de apenas mil y pico de habitantes— continúa explicándole David.
—No entiendo porque abandonaste tu vida en un lugar así.
Salí a perseguir mi sueño profesional y aquí estoy ayudándote gracias a ello— David le responde y sonríe.
—Entonces fue una genial decisión.
—Sí, sin embargo por otra parte mi padre, no piensa lo mismo, no está de acuerdo en ello, pero ser abogado es genial para mí—le confiesa.
—Imagino que quería que vivieras en el rancho y continuaras con la tradición familiar.
— ¡Adivinaste de una!—le dice sorprendido.
—Es que, a mí me sucede algo parecido, mi madre deseaba que fuera modelo como todas las mujeres de la familia y por lo que vez hoy por hoy soy doctora.
—Considero que somos muy valientes, la mayoría de las personas no son lo que desean ser, son lo que la sociedad exige, lo que sus padres eligieron con tal de no decepcionar a nadie.
—Ya tenemos algo común—le dice Leire y ríen juntos.
—Hasta el Sol y la Luna tiene cosas en común siendo tan diferentes— le dice David y le giña un ojo.
—Tengo la sensación de que nos están observando—le dice ella mirando a todos lados.
—No creo, estamos un poco lejos y este lugar no forma parte de tu rutina diaria—le dice para calmarla, pero él también tiene la sensación de que están siendo espiados y piensa << ¿Podría ser ese hombre? ¿Nos habrá seguido?>>
Son casi las 20hs de la noche, recogen las cosas de la manta y las colocan en la canasta.
—Te tengo una sorpresa, has tenido días muy complicados, llenos de miedo y, a pesar de saber que aún faltan más días así o peores nunca ha desvanecido tu sonrisa —le dice David mientras caminan.
Pueden escuchar los acordes de una dulce melodía, un grupo de música está ofreciendo un grandioso espectáculo. Disfrutan en silencio y cruzan miradas disimuladas de vez en cuando. Son conscientes de que está llegando a su fin este paseo, que sucedió de forma inesperada por destino o casualidad, pero no dejan de pensar en la realidad inminente, solo son una persona con problemas legales y su abogado.
Al terminar el espectáculo, deciden que es hora de marcharse, el camino al departamento de Leire es ameno, disfrutan de una charla sobre el espectáculo musical, Leire le recomienda que visite el Museo de Arte Bass donde la colección permanente se especializa en arte del Renacimiento y arte asiático agregando que su obra favorita es La valquiria del pintor Hans Makart.
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