COINCIDENCIA

ADVERTENCIA: Al final de la lectura; habrá un video comic que es parte de este capítulo. Si eres de esas personas que no tienen internet y solo usas los datos(megas) de tu celular. Les recomiendo que lo recarguen o se preste WiFi del vecino o ya vean como le hacen. Porque cuando uno sube un video a wattpad enlazado a YouTube, se le complicaran en reproducirlo por la poca cantidad de datos(megas) de su celular.

Sin más que decir: Disfruten del último capítulo del año.

La noche gobernaba la ciudad a estas horas de la madrugada. Casi la mayoría de las tiendas estaban cerrados a excepción de los bares y hoteles de prostitución. En Japón, el 60% de establecimientos son los hoteles o burdeles y casi un 40% son tiendas comunes o super mercados grandes entre otros establecimientos que no tenga que ver con la prostitución.

Se podría decir que casi es zona roja, pero con el paso del tiempo eso se fue disminuyendo. Actualmente los establecimientos para mayores de edad bajo en un 40%.

En estos momentos en uno de los establecimientos, las personas se están divirtiendo con toda la lujuria de sus vidas, como si no hubiera un mañana.

Fuera de ello. Una mujer terminaba con su turno de horario. Se habría tomado su tiempo para fumar y despejar su mente. El mal humor, cansancio, inquietud y entre otras cosas la estaban acabando. Lo único que necesitaba era sacar su estrés fumando un cigarrillo en la oscuridad de la noche.

Cada exhalación e inhalación del cigarrillo era un calmante. Podría el olor la tranquiliza y todo su alrededor dejaba de existir mientras estaba en su éxtasis.

Su mente estaba en blanco que no se dio cuenta que tendría alguien por sus espaldas. La señorita había dejado de fumar un segundo cuando sintió algo afilado en su garganta; para luego sentir un desliz inmediato.

La sangre brotó en su cuello y una lluvia de sangre se esparció por toda su ropa. El pánico se apodero en el individuo. No sabiendo que hacer ya que su vida se estaba apagando a lo segundos. Uso sus manos para parar el sangrado, sin embargo, era totalmente inútil. Sus piernas perdieron equilibrio y termino cayendo de rodillas seguido en caer de espaldas en plena convulsión por el corte en su cuello y llenando el piso sangre.

Justo cuando su vida se estaba apagando sus ojos visualizo una sonrisa maniática con esos ojos dorados.

Todo fue un silencio. Ni siquiera tuvo la oportunidad de pedir ayuda o que un héroe la viniera rescatar. Su último pensamiento fue.

La vida no era justa.

"En verdad lo lamento. Nada personal, pero necesitaba satisfacer mi deseo." El atacante uso un tubo con una aguja para succionar la sangre derramada. "Pero no te preocupe, tendré tu sangre en mí. ¡Y estaremos unidos por siempre!"

Desde que desapareció sin dejar rastro en su último año de secundaria, Himiko aprendió rápidamente que, si seguía presentándose como una colegiala desprevenida, la gente tendía a tratarla un poco mejor, un recordatorio constante de cómo la sociedad actual, por así decirlo, nunca lo haría.

Aceptar a alguien que llevó una vida como la de ella.

No podían aceptar una peculiaridad como la suya, como si pudiera controlar y elegir el poder con el que nació. Los años que tuvo que soportar fingiendo ser alguien que no era, fingiendo ser "normal", lo que sea que eso significara.

Siendo una farsa, una falsificación.

Pero, eso fue entonces, y esto es ahora. Finalmente era libre de hacer lo que quisiera cuando quisiera. Como un gorrión, viendo un cielo azul infinito e instintivamente extendiendo sus alas después de huir de una jaula en la que estuvo encerrado toda su vida. Sin saber a dónde ir, dadas las muchas posibilidades, Himiko decidió dejar que su peculiaridad la guiara.

Y, sin embargo, tenía una figura que mantener, ya que llamar la atención no la ayudaría a proteger esa libertad. Así que siguió usando la misma máscara que tenía antes de despertar y, así, se aseguró de mantener la apariencia cada vez que estaba en público. Ayudó que su pequeña estatura y su linda expresión fueran el engaño perfecto, escondiendo a un villano acrobático y experto en manejar cuchillos debajo de una fachada de inocencia.

Para todos los demás, ella era la imagen perfecta de una linda y tímida colegiala; antes de que alguien se acercara demasiado para conocer. La verdadera ella.

La normal ella.

La imagen ordinaria de Himiko hizo que fuera mucho más fácil atraer a una gran variedad de personas, desde niños y niñas de su edad hasta adultos, aunque en el caso de estos últimos, la mayoría eran unos pervertidos. No hizo una diferencia para ella, en realidad. La sangre la fascinaba, sin importar la fuente. Siempre que le interesaran, quería probarlos.

"Aunque tengo que admitir que ha pasado un tiempo desde la última vez que sentí de esta manera."

Finalmente podría ser ella misma, sin que nadie le diga cómo de ser. Vestirse como quiera, actuar como quiera y hacer lo que ella quiera en cualquier momento.

Camino por una acera dejando el cadáver en la escena, tuvo una buena noche de trabajo. A pesar de lo ocurrido por sus acciones, Himiko cambió sus pensamientos a otros más placenteros. Obtuvo lo que quería, una mujer joven de poco más de veinte cinco años. Ella fantaseaba cuando dreno su sangre, maravillándose con las cascadas de líquido carmesí que producía su obra, dejándose solo lo suficiente para llenar una taza. No sería mucho, pero calmaría su sed durante unos días, sin mencionar que un nuevo disfraz siempre venía bien. Y sin otros objetivos actualmente a la vista, tendría que funcionar.

Por supuesto, incluso mejor si tiene el sabor perfecto.

Sin embargo, sus pensamientos se detuvieron cuando, justo después de doblar una esquina y entrar en un callejón, dejando atrás el ajetreado distrito comercial, sintió que alguien la seguía.

"¡Alto deténgase!"

"Mierda..." la luz de la linterna del oficial de policía iluminó su cara felina. Ella se tapó con sus brazos para que no vieran su rostro.

Empezó a correr entre la oscuridad. El policía soplo su silbido. Al parecer tenía compañía eh utilizo el aparato para llamarlos.

Después de todo, durante un año había muchos asesinatos y todos tenían un patrón de falta de sangre en las víctimas. Y que el asesino o asesina mataba a sus víctimas para luego succionar cierta cantidad de sangre.

Con el tiempo los forenses descubrieron uno de las ropas de las primeras víctimas se encontraba ciertos mechones de cabellos rubio. La mayoría de las víctimas eran civiles, héroes, hasta delincuentes y villanos que se defendían o eso tratan de lograr, pero era inútil para ellos.

Al principio descubrieron que se trataba de una chica que escapó de su escuela después de introducir una pajilla en el cuello de su compañero. Creían que quizás la chica tenía alguna relación o quizás era ella la que asesinaba a sus víctimas. Sin embargo, las muertes se volvían más laboral y cuidado. El departamento de policía tenía la sospecha que el asesino podría ser otra persona.

Pero la realidad es que estos trabajos eran realizados por la misma persona. Solo que era más discreta y no trataba de aumentar las sospechas.

Los policías que la perseguían trataban de averiguar de quién era finalmente este individuo que asesinaba a sus víctimas. Tendría la respuesta cuando la atrapen.

Los oficiales corrieron por el callejón para perseguirla. Uno de ellos se quedó en la escena del crimen; se acercó a la mujer, pero ya era un cadáver.

Toga, por otro lado, solo corría lo más rápido posible para que no la atraparan.

"Diablos, como molestan estos idiotas..." Ella saco su teléfono para hacer una llamada, pero una bala atravesó su teléfono. "¡Maldición!"

Los pedazos del celular cayeron al suelo e inmediatamente los recogió. No quería que tuvieran algo de evidencia y menos sus contactos en el ship del aparato. Debe pensar en algo y perder a estos tipos o la atraparan.

"¡Pff! Cómo si eso fuera a pasar." Se burló de sí misma por ese pensamiento. Ella corrió y corrió hasta doblar a una esquina y saliendo del callejón.

Los policías se tardaron en llegar para salir de lugar. Estaban doblando la esquina solo para ver qué ya no había nadie en la zona.

"¡No es cierto!" Uno de los superiores grito de impotencia. No puedes creer que lo perdieron. Y no era novedad ya que la mayoría de los policías no podrían capturarlo o capturarla. Si tuvieran suerte en ello, solo terminarían muertos al minuto por su mano. "Avisa al detective Naomasa y armen un perímetro en la zona de Hosu."

"Si señor" obedeció uno de los oficiales para llegar al auto y comunicar esto a la estación de policía por la radio.

A cinco pisos más arribas de los oficiales una rubia felina miraba todo el espectáculo. Había sido muy rápida y precisa en llegar hasta arriba sin ser detectada gracias a sus habilidades Parkour y también en ocultar su presencia.

"Que suerte que no hay un héroe en la zona." Himiko dejo de inclinarse para luego dar unos leves estiramientos de brazos. "En fin, fue un día entretenido."

Observó su celular que estaba dañado. "Diablos. Tendré que conseguir uno nuevo."

Otro día que no termina como quería.

Dia de las pruebas de la U.A.

Las pruebas de acceso a la academia de la UA se dividirán en dos partes: el examen escrito y el examen práctico. Uno sería el modo escrito y el otro era el práctico.

"Bueno es lo que dice en el folleto." Murmuró Izuku mientras analizaba la hoja.

Vio a Katsuki en el camino, pero el adolescente simplemente lo saludó con una mirada amarga y se alejó furioso. Su relación al principio había sido agria desde que el adolescente explosivo descubrió que Izuku estaba intentando ingresar al curso de heroicidad de UA, e Izuku no estaba realmente de humor para arreglar las cosas.

Pero últimamente no lo molestaba desde que lo salvó del mostró de lodo. Solo espera que dejara de actuar con esa actitud molesta.

"Hoy daré lo mejor de mí. Se lo prometí a All Might" obtuvo su don como le prometió. Claro que no esperaba que se comería un pelo del héroe. Ya que necesitaba digerir una parte del ADN. Así funciona la transferencia de poder. "Lo peor que tuve que tragármelo y no pude probar este don"

"Si, entra a esa academia supremacista de Quirk"

Esas palabras de Garou vino en su mente. Y se hacía más fuerte cuando llegaba a la academia.

"Aún recuerdo eso. Y creo que sigue pensando de esa manera. Bueno basta de cosas. Hoy es el día."  Dio un paso y su pie chocó con el otro. "¡Concéntrate Midoriya, darás lo mejor de ti!"

"Oye"

La cabeza de Izuku se giró hacia un lado para ver a una morena nerviosa de la misma casi a la altura que él.

Una vez que la morena notó que todo estaba en orden. Ella giró un poco el cuerpo del chico para que estuviera de pie en el suelo "Eso estuvo cerca."

Juntó las manos, murmurando algunas palabras e Izuku se dejó caer.

Los ojos de Izuku miró el cuerpo de la chica que lo había ayudado mientras su mente hacía un escaneo rápido para encontrar algo sobre su peculiaridad. Encontró unas almohadillas extrañas en sus dedos. Nada de esto pasó desapercibido para chica.

...

Si bien el examen práctico era más famoso por razones obvias, eso no significaba que el examen escrito fuera pan comido. Una buena parte de los estudiantes reprobó el examen de ingreso al subestimar el examen escrito, pero Izuku estaba demasiado preparado.

Al terminar cada sección con facilidad, cada vez que tenía tiempo para verificar dos o tres veces sus respuestas, Izuku se sintió confiado en el puntaje de su examen. Estaría cerca de la cima, si no la cima, de puntajes en su año, sin duda. Los estudios siempre le habían resultado fáciles, y la U.A. era más famosa por su curso de heroicidad, por lo que no planteó las preguntas más difíciles en el examen escrito.

Una vez reunidos, lo condujeron con el resto de los estudiantes que solicitaban el curso de heroicidad a un gran auditorio.

Campo de pruebas de la U.A.

Después de un examen escrito. Escucho los chistes malos de Pro Hero Present Mic y de luego de recibir un sermón vergonzoso de uno de sus compañeros examinados por murmurar. Este último fue callado por Bakugou y que se buscará a otro neer para bulearlo. Esto habría dejado a Midoriya, sorprendido por la reacción de Katsuki, solo pudo mirar boquiabierto la escena que tenía delante. Ya todo ese embrollo que tuvo que pasar Izuku, se quedó solo entre la multitud para el examen práctico.

Empezó a trotar en su lugar para calentar su cuerpo. Esto no solo era parte de evaluación de quirk, si no de evolución física y mental. Debe crear estrategias en como derrotar villanos.

No se dio cuenta de las miradas que estaba recibiendo de los otros examinados. Especialmente dos en particular.

"¿Midoriya está en mi prueba? ¡Debería ir allí y desearle buena suerte!" Uraraka pensó.

Dio unos pasos hacia adelante y fue rematada por el gran brazo de un adolescente con gafas de pelo azul. "Yo no me acercaría a él. Está tratando de prepararse".

"Incluso si se hace de una manera tosca."

El chico se subió las gafas. "Además, es un poco alborotador y un posible delincuente como el otro chico rubio. ¿No tiene decencia?"

"Eso es bastante crítico", murmuró Uraraka, pero el chico alto no la escuchó. Aún que si podría de acuerdo con las acciones de rubio que lo acompañaba. Lo bueno que no estaba aquí.

Siguió quejándose de Izuku, teorizaba cosas extrañas sobre el chico de cabello verde. Algunos eran escandalosos, como que el niño era un estorbo que U.A. estaba usando para interrumpir los exámenes y probar cómo reaccionaban los estudiantes ante un aumento inesperado de enemigos.

Uraraka se salvó de más despotricar cuando Present Mic anunció que el examen acababa de comenzar. Perdió de vista a Izuku mezclado con la horda de estudiantes que corrían. Ella solo rezó para que el chico estuviera bien y se mantuviera a salvo.

Izuku, por otro lado, casi había sido derribado por la horda, pero había encontrado fácilmente su equilibrio y su lugar dentro del gran cuerpo de examinados. Una vez que llegó al área de examen, se separó del cuerpo principal y se dirigió en su propia dirección.

Había visto todos los robots a los que todos se dirigían y decidió que no quería mucha competencia. Y como él estaba cerca del final de la horda, la mayoría de esos robots serían destruidos cuando llegara al centro.

"Creo que tome la decisión correcta. Si bien podría haber una fiesta frente a mí, sabía que no ganaría más que sobras "pensó midoriya. "Además, esta es una prueba de caza solidaria.

El primer robot con el que se encontró Izuku fue un puntero. Tenía forma humanoide, con huellas en lugar de piernas. Vio a Izuku y corrió hacia adelante.

Midoriya con toda su agilidad salto por encima del robot y estar a su espalda, rápidamente abrió su capo y arrancó los cables de la máquina dejándolo sin funcionamiento.

"Muy bien, uno menos" dijo con satisfacción para ver a las demás máquinas yendo hacia él. "Debo ser rápido o perderé puntos"

Sitio de prueba de Katsuki

"¡Estoy teniendo el mejor momento de mi vida!" Katsuki pensó mientras volaba por el aire, causando tanta destrucción como quería. Estaba destruyendo robots a diestra y siniestra y nada se interponía en su camino. "¡Soy la puta mejor persona aquí! ¡Todos estos extras de mierda apestan!"

Un grupo de punteros no vio al chico rubio dirigiéndose hacia ellos. Katsuki aterrizó en el centro de ellos, desencadenando una explosión para dispersarlos. La mayoría de los robots perdieron el equilibrio y los dos que no intentaron atacar a su enemigo desde direcciones opuestas.

Katsuki dejó escapar una explosión de cada mano para destruir a los robots que corrían. Voló hacia un robot caído, destruyéndolo con un golpe explosivo por encima de la cabeza. Luego se dio la vuelta rápidamente para lanzar una explosión hacia el robot que se había levantado e intentó atacarlo por la espalda. El núcleo fue destruido, enviado volando en dos mitades.

"¡No lo suficiente!" Gritó, antes de salir de nuevo en el aire para encontrar más robots.

Katsuki descubrió que su próximo objetivo era un triple debajo de él y el rubio usó su peculiaridad para impulsarse hacia abajo. Hizo algunas grandes explosiones una vez que estuvo justo encima del robot, destruyéndolo.

Katsuki aterrizó sobre la carcasa del robot, los brazos ligeramente hormigueantes. "¡Mierda! Acercándome a mi maldito límite. ¡Tengo que conseguir más puntos! ¡Tiene que ser el número uno!"

"Gracias por la asistencia, hermano. No creo que pueda recibir otro golpe de esa cosa". Katsuki se dio la vuelta para ver a un chico con la dentadura más afilada que jamás había visto y cabello rojo caminando hacia él, "¡Supongo que eso es lo que me pasa por recibir todos esos golpes por otras personas!"

"¡No me hables, extra! Tengo una mierda que matar y no tengo tiempo para tus malditos ladridos", gritó Katsuki antes de volar usando la propulsión alimentada por explosión.

"¡Eres tan varonil!" gritó el pelirrojo, mirando con admiración la fugaz figura de Katsuki.

"¡Vete a la mierda!"

Docentes de la UA

"Tenemos un grupo talentoso este año", dijo el héroe profesional Vlad King, "¿no es así, Aizawa?"

"Eh, supongo", respondió Pro Hero Eraser Head. El hombre estaba en su saco de dormir favorito mientras estaba sentado en una silla para ver el examen.

Vlad King se limitó a negar con la cabeza. "Sin entusiasmo, como siempre".

"¿Por qué no puedes emocionarte, Shota?" Presente a Mic: "Solo mira a ese chico rubio con explosivos, ¡ya ha acumulado más de ochenta puntos! ¡Incluso podría pasar el puntaje de All Might!"

"Dudoso. Solo quedan unos dos minutos, y parece estar casi lleno de energía", dijo Aizawa simplemente. Tenía razón, ya que Katsuki respiraba con dificultad y los brazos le temblaban por el uso excesivo. "Él ha terminado."

"Tal agresión. Necesita ser domesticado", dijo la voz sensual de Midnight, haciendo restallar su látigo con entusiasmo, "Necesita el tipo adecuado de mujer para calmarlo".

"Sé que este examen siempre emociona a todos", dijo Nezu, provocando un gemido de Vlad King y una risita pervertida de Midnight, "El chico Bakugo tiene la puntuación más alta y la mayoría de los puntos de villano en este momento, pero hable sobre algunos de los otros examinados".

"Eijiro Kirishima está en segundo lugar, ganando la mayor cantidad de puntos de rescate. Luego está Ibara Siozaki, ella está usando sus enredaderas no solo para perforar los puntos débiles del robot, sino también para hacer escudos para los estudiantes más desafortunados", Thirteen, el especialista en héroes de rescate, dijo: "No muchos estudiantes este año están enfocados en salvar a otros. Solo golpean a los robots".

"Tal vez si realmente cambiamos el examen, podríamos ver el potencial de más estudiantes y no solo los idiotas", murmuró Eraserhead, recibiendo un asentimiento de Trece, pero ignorado por todos.

Mientras que los docentes hablaban entre sí de quien es mejor candidato. Yagi miraba la pantalla de Izuku. Su protegido fue un buen progreso, destruyendo una buena cantidad de robots e incluso rescató a otros dos examinados. El chico definitivamente iba a pasar, pero el héroe número uno todavía quería que su protegido brillara por encima de todos los demás. Quería que todos los maestros vieran lo poderoso que era su protegido.

Y su parte egoísta quería demostrarle a Nezu y eventualmente a todos los demás maestros que era un maestro competente.

"Podemos hablar de eso en otro momento. Present Mic, es el momento", dijo Nezu, lo que provocó que Present Mic presionara de forma exagerada un botón que decía '¡Robot BAMF!' en eso.

"Joven Midoriya este es el momento de probarse a sí mismo."

De vuelta con Midoriya

El peliverde recordó la cantidad de puntos que tenía. Ahora tenía veinticinco y cinco puntos y creía que no era suficiente para el Curso Heroico. Y por los gritos de los otros examinados sobre sus puntajes, su creencia solo se fortaleció. La única persona con un puntaje más alto que él era ese chico de cabello azul que lo regañó antes.

"¡Muy bien, niños, el verdadero examen comienza ahora!" Present Mic gritó, ya sea usando su peculiaridad o algunos micrófonos ocultos, Izuku no podía decirlo.

"Pero solo queda un minuto, ¿Qué más podría tener UA reservado para nosotros?" Izuku murmuró. Un fuerte estruendo respondió a la pregunta del niño, haciendo que Izuku notara la repentina aparición de un robot tuerto de cincuenta pies de altura que pisaba fuerte en el área de examen. Tenía manos enormes que agarraron el costado de un edificio cercano, arrancando un pedazo y arrojándolo a una multitud de estudiantes que huían.

El cero puntos.

"No gracias. ¡Quiero vivir!" Dijo Izuku, a punto de correr con todos los demás estudiantes que huían. Pero luego notó que alguien se alejaba cojeando del robot. Un cabello marrón en forma de hongo familiar.

Midoriya sabía que era la chica que conoció en la entrada de la academia. Vio como la máquina gigante levantaba su pie enorme para caminar sin siquiera notar que ella estaba en la zona donde pisaría.

"Ese robot la va a aplastar" pensó Izuku, ya corriendo hacia la chica. "Tengo que pensar en algo"

"¡Tengo que pensar en algo!"

"¡TENGO QUE PENSAR EN ALGO!"

Snif... snif... snif...

Sintió como sus piernas se llenaba de poder y como esas mismas dieron el impulso en dar un salto en los aires a varios metros hasta llegar al robot. Esto dejo sorprendido a los estudiantes que miraban a los aires.

El chico no lo pensó mucho. Apretó su puño con fuerza, recordando la frase de su maestro que siempre decía en sus combates.

"¡¡¡SMASH!!!"

Un potente golpe al robot lo mandó hacia atrás mientras explotaba en pedazos, este es el poder de All Might. Bueno eso no dudó mucho ya que estaba cayendo en picada.

"¡Diablos! ¡¿Qué hago?¡, ¡¿Qué hago?¡" Gritó desesperado y trato de mover sus piernas y brazos, pero ninguno le hacía caso ya que estaban hecho unas masas de carne.

Tan cerca en caer al pavimento una bofetada en su cara detuvo su caída para después flotar en el aire. Era la chica de cabello castaño que lo salvó de la caída. Ella con un gran esfuerzo junto sus dedos para desactivar su don para soltar al chico. Seguido de esto la niña vomito una gran cantidad de arcoíris de su boca. No se tiene que ser adivino que es lo que voto. Ya que esto pasa por repercusiones de su don al usarlo en exceso.

"¡SE ACABO EL TIEMPO!" Grito Present Mic por el micrófono. Dando culminado la prueba.

Algunas personas se acercaron al muchacho y notaron sus las articulaciones estaba desviado en un ángulo que no deberían apuntar.

"O-oigan... ¿creen que está bien?" pregunto uno de los jóvenes.

"Y- Yo no lo creo..." respondió una chica que no soporto y aparto la mirada para vomitar. Las extremidades del Midoriya no ayudaban en eso.

"Valla, que tenemos aquí" la voz de una anciana de estatura pequeña, apareció entre los jóvenes que de inmediato vio la situación del muchacho. Rápidamente le dio un beso que les pareció desagradable a los demás, pero fue la gran sorpresa de cómo las extremidades del peli verde, volvía en su lugar. "Listo, como nuevo."

Midoriya sintió que podía mover sus extremidades lentamente, todo estaba en su lugar. Movió sus dedos seguido de sus brazos y piernas. "Wao... esto es increíble." Escucho algunos murmullos a su alrededor. Al parecer llamo mucha la atención y es lo que menos quería hacer en este momento. Ignoro las miradas y decidió irse de lugar, después de todo la prueba ya habría terminado y no tenía nada que hacer aquí.

...

Himiko salió de la ducha, limpia, renovada y lista para cambiarse y salir un rato a patrullar ó mejor dicho a su siguiente casería.

Termino de secarse y se tomó su tiempo en cambiarse en su cuarto. Todo listo para su nuevo día, pero dejó de moverse cuando escuchó el sonido de la puerta del departamento abrirse. La puerta ce cerro con delicadeza y los pasos provenientes de la sala de estar se hicieron más fuertes cuando estaban llegando a su cuarto, Himiko instintivamente sacó un cuchillo que guardaba en el cajón de su cómoda y espero que el individuo se acercara a la habitación.

Silenciosa y lentamente como un gato espero, el individuo se acercó al final de la puerta. La chica miró con cautela, seguido escucha que toca su propia puerta.

La mujer identificada como Magne saludó a Himiko con alegría en los ojos y una sonrisa de bienvenida que a la vez lleva consigo lo que parece ser un imán gigante envuelto en tela.

A pesar de su aspecto tradicionalmente masculino, prefiere que se le refiera con pronombres femeninos

Himiko colocó el cuchillo en la misma cómoda antes de dirigirse a Magne nuevamente.

"Tienes suerte de haber escuchado tu voz, o de lo contrario me habría abalanzado sobre ti antes de comprobarlo".

"Yo también lo pensé, pero creo es mi culpa por que últimamente no te estoy visitando." Se excuso. "Por cierto ¿por qué no contestabas mis llamadas?

"Adivina" Himiko mostró su teléfono dañado.

"¡Valla! Adivinare, ¿policías?", Pregunto la mujer recibiendo un asentimiento. Mientras salía del cuarto y dejaba su imán gigante a una esquina. "Ya sabes que debes tener más cuidado y algo de cautela."

"Lose..."

"Pudiste despistar los ¿verdad?".

Himiko río débilmente ante ese comentario.

"Sí, aún que puede que me haya visto, pero me cubrí mi rostro lo más rápido posible". Entonces, la realización cayó sobre ella y sus ojos se abrieron. "¿Porque preguntas?"

Magne se rasco el puente de la nariz para darle una respuesta. "Sí, si puede sumar dos más dos, puedes estar seguro de que otras personas podrían sospechar de tu participación. Probablemente deberías comenzar a pensar en mudarte pronto".

"Quiero decir. Los asesinatos y drenados de sangre; se estarían vinculando a ti. Ya que tú eres la chica que le succionó con una pajilla en el cuello de su compañero de clase."

"Es una ¿broma?, y después de todos los problemas por los que pasé para finalmente encontrar un apartamento decente y abandonado que aún tuviera electricidad y agua corriente..." dijo Himiko exasperada, mirando al techo con una mueca.

La mujer miró al adolescente con simpatía. Al ser una fugitiva como la niña, aunque con muchos más años de experiencia acumulada e inteligencia callejera sobre sus hombros (y varios asesinatos más en su haber), la mujer sabía exactamente cómo se sentía tener que abandonar un escondite acogedor. Aún más trágico cuando el lugar tenía todas las comodidades modernas.

"Himiko, relájate. Por el momento, deberías estar bien. Incluso si alguien en la policía pensó en ti al tener algunas pistas, dudo que pensaran en mirar aquí." Rondo por el cuarto hasta llegar a la ventana y observar la ciudad.

"Sabes que no patrullan estos vecindarios lejos y menos con una playa lleno de basu...".

Normalmente esperaría una vista no muy hermosa ya que está zona de Dagoba, era conocida por su playa lleno de basura, pero para su consternación. Todo el lugar estaba vacío y limpio.

Magne se giró hacia la rubia, para obtener alguna respuesta. "A ver, a ver ¿Qué paso?"

"Según los rumores que escuche. Un adolescente estaba limpiando todo el lugar." respondió la rubia. "Quice saber quién era la persona, pero solo lo pude ver de lejos. No pude identificar bien quién era. Solo sé que tenía un cabello verde."

"Uhhh... pues debo decir que hizo un gran trabajo. Ósea mira esta hermosa vista." Magne actuó como si fuera un marinero para reflejar su reacción. "No muchas personas hacen servicio comunitario mucho menos esos estúpidos héroes."

Después de un largo momento, la rubia respondió, casi con nostalgia: "No sé, pero por alguna razón. Ese cabello verde me recuerda a alguien. Sin embargo, no recuerdo a quien."

"Uhhh... seguramente un antiguo novio." Se burló la mujer.

Himiko le sacó la lengua a Magne. Ignoraba sus burlar solo para su pequeño teléfono hecho jirones. Magne noto su mirada y solo se le ocurrió una idea.

"Oye si tanto te preocupa por no tener un medio de comunicación. ¿Por qué no le pides uno a Giran?"

Himiko cerró los ojos con irritación y habló en lo que casi podría considerarse un tono inexpresivo, si no fuera por la intención asesina que cubría su voz: "Sí lo pensé, pero seguramente querrá que le haga uno de sus trabajos sucios. Nunca debí toparme con él..."

Antes de que Himiko pudiera continuar con ese pensamiento, La peli roja, decidió aligerar el ambiente. La niña había pasado por mucho en un día.

"Sí, bueno, no puedes hacer mucho al respecto ahora. Y, si no hubieras tomado ese trabajo, nunca nos hubiéramos conocido, ¿verdad?"

Himiko suspiró, pero sonrió de todos modos. "Supongo..."

"Además, según me contaste que regresar a la casa de tu familia era una puerta cerrada. Y no tenías donde podrías ocultarte con ayuda." Magne se rasco su barbilla mientras pensaba en sus palabras. "...Oh si ¿tenías?"

La mente de Toga visualizo un dojo en la cima de una montaña; donde lo esperaba una persona en especial. Sin embargo, el temor que la rechazaría la carcomía por dentro.

"No. No lo había" lo negó.

"¡Bueno! ¡Basta de eso! Ahora, Himiko, vine a visitarte para ponerme al día, no para deprimirte. Voy a preparar algunas bebidas para nosotros ¿Hmm?"

"Je, eso en realidad suena bien. ¡Vuelvo en un momento!"

Himiko se acercó a su habitación para ponerse su ropa su suerte escolar. Mientras se ponía su ropa había no podría de ver la puerta rota a un lado. "Definitivamente Magne, tendrá que arreglar eso." Regresó a la sala de estar y encontró a Magne buscando en el refrigerador.

"Vaya, ¿No tienes cerveza? ¡Menos mal que yo si traje algunas latas!"

"Sabes que soy menor de edad, además no soporto ese sabor amargo. No se compara con una taza de sangre fresca".

"Uhum, lo que tú digas, rubia". Magne ignoro su comentario aún que si tuviera que adivinar. Estaba seguro que lo dijo con su sonrisa maniática.

Magne se sacó una lata de cerveza de una de sus bolsas de compras que dejó la sala, abrió la tapa, bebiéndose todo de un solo trago en un ritual bien practicado. Terminó, lo dejó en el fregadero y tomó otra lata. También tomó una pajilla de un cajón en el fregadero de la cocina y la metió dentro de una de las bolsas de sangre recién adquiridas por el adolescente. Le dio el paquete a Himiko antes de volver a sentarse en el sofá.

Ambos bebieron lentamente mientras conversaban sobre lo que cada uno había estado haciendo en los últimos meses, el programa que aún estaba reproduciendo tomas del incidente en el distrito comercial se quedó como ruido blanco en el fondo.

"¿Cómo vas con eso?" preguntó Magne con cautela.

Himiko solo se abrazó con sus piernas en posición fetal "Sigo tratando de evitarlo, pero no puedo." Claramente no muy alegre por sus palabras

"Se vuelven ¿peores?" Pregunto la mujer.

Himiko suspiró. "Cada vez que pienso ese día. Me atormenta todas las noches."

"Uhm... me gustaría poder ayudarte amiga, pero no soy psicólogo; más solamente te puedo darte apoyo emocional o lo que está a mi alcance."

Himiko le dedico una sonrisa gentil a Magne por sus palabras. "No te preocupes. Ya encontraré el modo de superar esto."

"Dejando eso de lado." La mujer tomo un sorbo de su cerveza y continúo hablando. "Se habla en las calles de una organización que quiere poner de cabeza a esta sociedad de héroes. Suena exactamente como el tipo de personas que comparten tu visión de la libertad. Deberías considerar unirte a ellos."

"¿Así?" Himiko levanto una ceja. "Tú piensas unirte a esa organización."

"Bueno, Giran es socio de ellos. Es posible que yo esté metido en ello a futuro." La peli roja, agrego con una sonrisa. "Que dices. No te da ¿curiosidad?

Himiko no respondió. Ella solo miró hacia otro lado mientras lo pensaba. Con todas las muertes que dejó en todo este año. Es posible que necesitaría aliados como respaldo. No podía hacerlo sola siempre y dudo que Magne este ahí siempre para sacarle de aprieto.

"No lo sé. La idea es bastante tentadora." Se expresó mientras analizaba la situación. "Talvez me gane la curiosidad, pero por ahora estoy bien. Sin embargo, no estoy cerrando esa puerta."

"No te preocupe, por ahora no hay nada. No obstante, si surge algo te mantendré informada por si te animas." La mujer le giño el ojo debajo de sus gafas.

Ella solo asintió. Se levantó del sillón y dio unos simple estiramientos. "Voy dar una vuelta. Si quieres quédate el tiempo que desees."

"¿Segura que es buena idea hacer una de tus travesuras?" Pregunto Magne seguido de una información. "Escuché por las noticias que el clima de hoy habría una gran llovisna muy temprana."

"Por favor. No todos los pronósticos aciertan." Himiko no era muy creyente en ese aspecto. Siempre desafía lo que se viene. "Me voy y si es posible..."

Tomo unos de sus cuchillos para guardarlos en sus bolsillos y está bien preparada. "Arregla la puerta de mi cuarto."

Y con eso, Himiko se fue, cerrando la puerta detrás de ella. Magne se quedó sola en un departamento solitario con sus pensamientos como su única compañía. Observó en dirección de la habitación de la niña con la puerta semi rota.

Magne dio un suspiro de puro cansancio. "Ahh... que aburrido." Tenía trabajo que hacer.

...

Midoriya caminaba por las calles para llegar a su destino. Habría llegado a su hogar más temprano si no fuera por ciertas circunstancias que lo detuvieron.

Desgraciadamente, se habría quedado en la sala de atención médica para que se recuperada de sus lesiones. A pesar de que la doctora lo curada con su don. El chico necesitaba algo de reposo. Lo que hizo que se quedarás por varias horas.

Tal vez para la próxima, debería pensar mejor en cómo usar este nuevo don y no tener este tipo de complicaciones. Lo bueno que tuvieron la hospitalidad de darle algo que comer para que el chico no muriera de hambre.

Le daba pena pedir algo, pero su estómago lo había traicionado con sus gruñidos y el enfermero le dio algo para que pudiera almorzar. Ya que no podía salir antes de que se recuperada. Aviso a su madre que llegaría tarde a casa con el propósito de que no se preocupara por él.

Hoy tuvo su prueba de admisión y tenía que esperar los resultados en una semana.

"No sé, si tuve buenos resultados." Susurro para él. "Pero lo importante es que puré salvar a esa chica de ser aplastada."

Recordar lo que pasó fue lo más extraño para el. Nunca pensó que se lanzaría de esa manera. Para ser honesto consigo mismo el miedo se había apoderado en él.

Y huir era la mejor opción, pero...

El llanto de una niña de ojos felinos, paso en su cabeza. Fue lo que le dio el impulso de usar su nuevo don. Si no fuera por eso quien sabe que hubiera pasado. Tal vez esa chica de cabello marrón, hubiera tenido un destino trágico. Midoriya, dejo de pensar en lo que hubiera sucedido, ya que lo importante es que no paso a mayores grabes.

Caminando lentamente hacia el parque, pasando por viejos columpios chirriantes y toboganes desgastados. No importaba, nada importaba ahora. Él tenía algo de esperanzas.

Y, sin embargo, algo más dominaba su mente en esos momentos de tranquilidad, una visión que no podía quitarse de encima: un par de ojos amarillos, cabello rubio y semi largo, flequillos que enmarcaban un rostro encantador.

No había visto a la chica rubia cenicienta desde ese incidente y no sabía quién era. La curiosidad lo estaba matando y quería saber si aún se encuentra bien.

"Ojalá al menos supiera su nombre..." fue el último pensamiento del chico antes de que le Calleja una gota de agua en el puente de su nariz.

Observó el cielo oscuro para ver que las nubes ahora están cubriendo todo. Las gotas de lluvia no se hicieron esperar para caer en toda la zona. Y cada vez se hacía más fuerte esta gran llovizna que empezaba a empapar su ropa.

"¿Enserio? Sabía que el clima de hoy sería de terrible, pero no pensé que la noche llegaría tan pronto." El tiempo pasa rápido cuando uno se distrae.

"No. La razón fue porque me quedé en reposo por varias horas" pensó con amargura.

Saco de su mochila un paraguas para no mojarse de la lluvia. Menos mal que antes de ir a la UA; había visto en las noticias que habría una fuerte lluvia.

Camino un poco más y puro visualizar como una persona en aquella zona.

...

"Estúpida lluvia..." maldijo Himiko por su situación actual. Tal vez debió escuchar el consejo de Magne, pero se conoce bien y sabe lo terca que es ella misma.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabía que tenía que haber sido un tiempo, estaba oscuro cada zona del parque. Estaba absolutamente empapada, la tormenta venía con toda su fuerza mientras estaba teniendo su crisis nerviosa.

Tratando de pensar en su próximo movimiento, rápidamente se dio cuenta de que no tenía ninguno. Volver con su familia ya no era una opción con ellos que la quieren fuera de su vida.

Regresar con esa persona que la ayudo para poder controlar sus instintos. Con solo pensarlo la devastaba. Ya que sus acciones lo avergonzarían y lo que menos quería era su desprecio.

Ahora con el teléfono destrozado recordándole por aquella noche. Había perdido el único plan de comunicaciones que le quedaba. Seguro que podría buscar a cierto contacto y talvez; proporcionarle un nuevo teléfono, pero estaba tan cansada.

Hubo un tiempo que quería un lugar al que pertenecer, quería conocer a más gente que se preocupara por ella y que estuviera bien con ella simplemente.

Estar allí.

Al darse cuenta de su situación, los gritos volvieron con toda su fuerza, sus hombros temblaban con cada voz susurrante de ella.

Cada voz que pasaba de en su cabeza. Su familia que siempre le decían que actúe como una persona normal. La criticaban por lo que era. Como si ella fuera la causante de que tuviera este don.

"¿Por qué los demás tienen libertad?, sin embargo... cualquier cosa que yo haga está mal visto. ¿Solo por tener un don diferente?" Eso lo único que preguntaba, pero ahora.

Ya no le importaba.

No era como los demás, ella era diferente. Ser normal no era su fuerte, pero...

¿Qué significa ser una persona normal? No tenía la respuesta.

¿Amar?

Lo único que ella entiende sobre eso. Es cuando las personas se unen y ella ama a todos cuando toma su sangre. Eso era su concepto de amar.

Pero nadie entendería eso. Solamente ella.

Al darse cuenta rápidamente de la extrañeza de estar en medio de una tormenta y no llover sobre ella, levantó la cabeza y miró a su alrededor. Al darse cuenta de los ruidos sordos que venían de arriba de ella, levantó la cabeza y sus ojos se abrieron como platos. Ver un paraguas verde agua justo encima de ella cubriéndola de la lluvia fue lo suficientemente impactante, las palabras que se dijeron a continuación la sacudieron hasta la médula.

Girando la cabeza, saltó, sacó su cuchillo y lo sostuvo frente a ella, con los ojos muy abiertos y frenéticos. Ella ni siquiera lo escuchó venir. Al vivir en las calles durante tanto tiempo, uno gana un mayor sentido de conciencia y, de alguna manera, este tipo pudo acercarse sigilosamente a ella. La lluvia y su estado emocional debieron ocultarle su presencia. Ahora que estaba lista para lo que sea que este chico tenía reservado para ella, finalmente lo miró bien y se detuvo.

" E... eres..."

Con el corazón retumbando en sus oídos, rápidamente se dio cuenta de que no era él, sino un joven que se parecía terriblemente. Su rostro juvenil y aniñado mostraba que tenía más o menos su edad. Sus ojos estaban muy abiertos por la alarma, sus rápidas acciones debieron haberlo sorprendido tanto.

Tenía ojos verdes oscuro que parecían atraerla, y las pecas en sus mejillas le daban una mirada suave y amable. Sacudiendo la cabeza y apartando la mirada de los charcos verdes, miró hacia abajo para comprobar si tenía armas. Al no ver ninguna, lo que sí vio fue que sostenía su mochila amarilla en su espalda y un paraguas verde agua en su mano izquierda.

"¡WOAH! ¡Oh, Dios mío, ¡lo siento mucho! ¡No quise asustarte! ¡Acabo de verte solo aquí y quería ver si estabas bien! Esta tormenta es tan mala que yo ¡Quería asegurarme de que no estuvieras herido ni nada, lo juro!"

El joven tartamudeó, claramente no preparado para su comportamiento hostil, saltando ligeramente hacia atrás. Bajando su cuchillo se relajó un poco, viendo su expresión de pánico.

Pero cuando noto sus facciones de la chica. Inmediatamente hizo clic en su cabeza. "¡Oye, eres la chica de aquella vez!"

Himiko parpadeo un par de veces mientras guardaba su cuchillo y recordó que este era el muchacho que se topó dos veces. Quien iba pensar que después de un año se lo toparía de nuevo.

"Oh. Tu eres aquel chico." Comento ella.

Midoriya por otra parte estaba sorprendido.

Uno: por la acción que acaba de pasar y que casi le cortan la cara.

Dos: porque finalmente pudo encontrar a la muchacha de aquella vez.

¿Coincidencia?

Tal vez, pero sea lo que sea. Esta podría ser una oportunidad para conocer a esta chica que la tenía siempre en su cabeza.

"S-si" respondió tartamudeando. Su mente deba muchas vueltas tenía está oportunidad y debe presentarse y talvez conseguir su nombre. "C-creo que nunca nos presentamos f-formalmente..."

Himiko inclinó la cabeza a un lado. Tuvo que admitir que eso es verdad ya que las dos ocasiones que se toparon nunca se dieron sus nombres, aunque en defensa propia de ella. No debe dar su nombre a una persona que apenas conoces o que al menos esa persona de su nombre primero.

Es por cortesía si quería saber el nombre del otro.

Midoriya trago saliva y levantó su mano como robot como saludo. Esto ya era nivel patético según él. Aún no puede quitarse ese nerviosismo con las chicas.

"Bueno, como veras... mi nombre es Izu..."

"Izuku ¿verdad?" Ella interrumpió completando su nombre.

"Si. Soy..." su voz se detuvo por alguna razón. A cierta medida no cuadraba para nada a Midoriya. "¿Eh?"

Quería mostrar su confusión a través de su rostro, pero todavía estaba atrapado en el modo de sonrisa confusa.

"Izuku, ese es tu nombre ¿cierto?" Ella volvió a preguntar.

"... ¡¿EHHHHH?!"

Izuku tenía tantas preguntas.

"¡¿C- como... sabes... m- mi nombre?!" Apuntó con su dedo acusador. Los nervios lo estaban invadiendo.

Himiko se quedó como estúpida. Como iba explicar esto. No había agregado una cuartada. Solo lo dijo porque si y ya. Toga inmediatamente sintió la necesidad de hacer facepalm. Tal vez un puñetazo en el costado de la cabeza sería más apropiado.

Pero recordó algo que la ayudaría salir de este lío. Apuntó su propia cabeza con su dedo para simpatizar.

"Aún que no lo creas tengo memoria fotográfica. Cuando tome tu libreta me dio tiempo en leer toda la portada y ahí decía propiedad de Izuku. No leí más, ya que me lo estabas pidiendo."

Himiko se río de todo corazón.

Izuku parpadeó dos veces, sin pensar que escucharía en realidad, pensándolo bien. Poner su nombre en un objeto es bastante tonto. Por un segundo se le vino algo parecido de una serie donde las personas tienen la piel amarilla.

Decidió no alargar más el asunto y decidió presentarse. "M-me llamo Izuku Midoriya y ¿Tú?"

"Himiko, Himiko Toga." Respondió con su gran sonrisa felina. El chico solo asintió. Ahora ya sabe el nombre de esta chica que tenía mucha curiosidad.

"Pero fuera de eso. Viniste a ver si yo estaba... ¿Bien?" Pregunto Himiko, inclinando su cabeza un poco confundida. El chico también se relajó un poco ante su pregunta, pero mantuvo sus ojos revoloteando entre los ojos de ella y el cuchillo que gracias a Dios lo guardo. Un sudor nervioso brotaba de su frente. Esto fue lo más extraño que le sucedió a la joven en mucho tiempo, alguien comprobando si estaba bien. Le dio una sensación cálida.

"Eso es... dulce de su parte."

"¡Por supuesto! Te vi cuando estaba c-caminando a casa, estabas sola, así que solo tenía que comprobar, ¿qué estás haciendo aquí?" Respondió el chico, caminando lentamente hacia ella, extendiendo su paraguas en un intento de cubrir su cabeza nuevamente a pesar de que ahora estaba lloviendo sobre él. Ella casi se río de sus intentos, pero rápidamente frunció el ceño al escuchar su pregunta.

"YO..." ¡¿Que estaba haciendo ella?! ¡Ella no puede hablar con él! La forma en que se mantuvo por delante de la policía fue manteniéndose discreta, nunca hablando con nadie a menos que fuera alguien a quien estaba a punto de matar. Pero esos ojos suyos seguían atrayéndola, haciéndola sentir segura, y él estaba allí de pie con tanta paciencia como si tuviera todo el tiempo del mundo solo para ella.

¿Cuándo fue la última vez que alguien le preguntó si estaba bien?

¿Cuándo fue la última vez que alguien hizo todo lo posible por ella de esta manera?

"Iba a algún lado, pero dejé caer mi teléfono y lo rompí, así que no puedo saber dónde estaba. Estaba realmente molesta, era muy importante...". Declaró Himiko.

"Oh... entiendo. Lamento por ello." Se disculpó Izuku por algo tan mundano como que su teléfono se rompiera fuera lo peor que había escuchado en su vida.

Lo más llamativo de la niña eran sus facciones. Cabello rubio que caía en cascada justo debajo de sus hombros, empapado por la tormenta. Llamativos ojos amarillos con pupilas entrecerradas y cuando ella le había hablado pudo ver unos largos caninos sobresaliendo de su boca.

"¿Algún tipo de peculiaridad felina?"

Su mentalidad de análisis de héroe rápidamente comenzó a deducir. En total, nada fuera de lo común en una sociedad de peculiaridades. Parecía una chica normal para él, y cuando bajó la mirada se sonrojó oscuramente ante su siguiente pensamiento, un poco avergonzado de sí mismo.

"Ella es muy bonita... como aquel día"

Rápidamente buscando alejarse de ese pensamiento, observó que la ropa de esta chica estaba empapada, acerco su paraguas para que lo tomara. "Ten, puedes sostener esto, no quiero que te enfermes ni nada".

Los ojos de la chica se abrieron en estado de shock. "¿No es tuyo? Quédatelo".

"No te preocupes. Estaré bien"

"¿Seguro?" La chica arqueó una ceja mientras tomaba el paraguas, mirando su ropa empapada. "Oh, no."  Ella vio como poco a poco la lluvia estaba mojando la ropa del niño. "Te estás empapando".

"¡E-estaré bien! ¡Has e-estado en esto mucho más t-tiempo que yo!"

La chica se río en voz baja antes de mirarlo fijamente, como si pensara en algo. De repente dio un paso hacia él y sonrió ampliamente, un pequeño rubor en sus mejillas y colmillos a la vista. Su pulso se aceleró por su proximidad a él.

"¡Podemos compartirlo, así!" Himiko no le importaba la proximidad y la distancia,  se acercó para cubrirce a ambos de la lluvia. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño, tenían que estar cerca, muy cerca.

Izuku, no puede recordar la última vez que estuvo tan cerca de una chica antes, solo Camie, pero ella mantenía cierta distancia. Su rubor llegó hasta su cuello antes de alejarse para que ella no pudiera ver su vergüenza.

"¿Así se debía sentir Kachan con Camie?"

"¿Estás seguro? ¡No tienes que hacerlo! ¡Puedes tenerlo!" Izuku tartamudeó, increíblemente consciente de su proximidad, sus hombros se rozaron ligeramente.

"¡Está bien! ¡Vamos!" Himiko se ríe de nuevo antes de pellizcar un poco su ropa escolar, tirando de él. "¡Dirige el camino!"

"¿Que es este sentimiento?"

Himiko Toga estaba terriblemente confundida. Se habían apartado del banco del columpio en el que ella estaba sentada y avanzaban lentamente por la calle guiados por él, pero ella no les prestaba atención. Estaba demasiado sumergida en sus pensamientos para realmente darse cuenta de su entorno.

Todavía estaba agarrando su ropa escolar entre dos de sus dedos mientras caminaban por la acera, ansiosa por sentirse más cerca de él o castigarse tratando de aceptar que esta era la realidad. Que ella, Himiko Toga, caminaba bajo la lluvia con alguien y quizás pensaba en matarlo. Estaba lo suficientemente cómodo con el para compartir su paraguas y espacio. Y si ella estaba mirando correctamente, tímidamente dándole rápidas miradas por el rabillo del ojo, una suave sonrisa en su rostro y las mejillas se oscurecieron en un profundo rubor.

Estos sentimientos que este chico le estaba dando eran algo que Himiko nunca había experimentado antes. El amor habitual que sentía la dejó con una intensa necesidad de tallar los cuerpos de sus obsesiones y beber su sangre. Esto fue muy diferente.

Seguro que tenía antojos alrededor de este chico, pero eran más como cada vez que lo miraba y veía su desordenado cabello verde, sus dedos se contraían con un repentino deseo de pasar sus dedos por su cabello solo para sentir cuán suave. simplemente tenía que ser. Era tan agradable y dulce y malditos esos ojos, ¡simplemente no sabía qué hacer!

Pero esta era una gran oportunidad. Una oportunidad que nunca podrá repetirse. Tenía curiosidad de la sangre de este muchacho hace tanto tiempo desde que se quebró su máscara. Y esta era una oportunidad genuina en poder probar su sangre.

Pero debe ser cautelosa si quiere su premio. Lo obtendrá a como de lugar.

"Entonces... Toga" Izuku no pudo evitar preguntar desde que la encontró. "¿Cambiaste de escuela o algo así?"

Ella inclinó la cabeza. " Lo dices por mi vestimenta"

"Bueno si..." contesto el chico. "Ya que usabas tu uniforme azul. Aparte que cambiaste tu estilo de cabello"

Llevaba un cárdigan beige de gran tamaño que mantenía sus manos envueltas en las mangas, metidas debajo de una corbata roja y el acento azul de un uniforme de marinero estándar sobre él. También lucía la falda azul estándar con polainas negras hasta la rodilla y mocasines marrones.

"Oh... bueno quise cambia un poco mi look. Y sobre mi vestimenta es correcto. Me cambié a otra escuela; ya que la otra era muy molesta." Eso último era una mentira.

"Ya veo"

"Sin embargo, parece que tú no cambiaste de escuela." Himiko resalto con su dedo por la vestimenta del chico.

Himiko sintió que una punzada de irritación la atravesaba ante la mención de esa academia que para ella son organizados por supremacista, pero rápidamente dominó ese sentimiento con la facilidad de la práctica. Debía mantener su máscara intacta todo el tiempo que fuera necesario.

En un tono agradable, ella respondió:

"Oh! Recuerdo que mencionaste que querías convertir en un héroe" comentó himiko mientras mantenía su mirada fija sobre él. "Pero parece no estabas muy convencido, o eso es lo que me pareció"

"Seh, tal vez fue por... algo de cuando era más joven." Su voz titubeó por aquello que estaba a punto de decir.

"¿Qué estoy haciendo? ¿Debería decirle que era quirkle? Si lo hago. ¿Ella me verá como los demás? Y... si lo hiciera ¿debería importarme?" Su mente estaba divagando sobre cómo ella reaccionaria. Pensó en contar un evento de su pasado, pero prefirió dejarlo de lado junto a que si lo hiciera también tendría que decir el cómo obtuvo su don o de quién lo obtuvo. Ya que muy pocos le creerían que su don despertó muy tarde debido que a esa edad sería un caso sumamente extraño.

Sumamente extraño en el planeta.

No creía haber necesitado una cuartada antes, pero ahora, justo en este preciso momento con aquella chica esperando por él, simplemente se maldijo a sí mismo mientras empezaba a improvisar "Vamos cerebro. ¡Trabaja, trabaja, trabaja!"

Himiko inclinó su cabeza algo confundida. Estaba segura que el chico iba a contar algo interesante, pero por alguna razón después de unos segundos no sólo parecía retratado, también se veía resignado.

"¿Sucede algo?" Pregunto ella curiosa.

Midoriya recobro la compostura por unos segundos fijando su mirada junto con la de ella. "N-no, no es nada. Solo estaba divagando." Ya tenía algo que contar o al menos omitiendo algunas pautas importantes. "¿Cómo lo explico?" Medito el chico un momento en explicar su situación. "Tuve a alguien que creyó en mí y... eso a veces lo vale todo."

El pecho de ella sintió una presión momentánea empatizando con aquello que él había dicho, desviando su mirada mientras una calma feliz la inundaba contando una situación parecida que ella vivió.

"Él sabía de mi situación que la verdad no era prácticamente... feliz. Resumiendo, que mi vida apestaba." Su voz era calmada y algo neutral mientras intentaba contar aquello sin pautas. "Yo siempre trataba de dar lo mejor de mí, pero siempre había gente que me decía que no lograría nada si seguía por el camino con el que siempre soñé, pero... yo solo avance como si tuviera una Venda en los ojos, esa posiblemente fue la más estúpida pero la mejor decisión de mi vida."

"Entiendo." Él estaba escuchando atento dejando escuchar el final. "Continúa."

"Él no dudó en darme una mano." Un recuerdo nostálgico llegó a ella, la imagen de aquel sujeto que la ayudó en sus momentos más complicados de se presentaba en la mente de ella mitras hablaba "Me ayudó física, mental y bueno... hasta llegar a mi yo actual. Aún que debo decir que era muy estricto y poco delicado"

"Que interesante." el chico se puso a meditar un momento. "Por alguna razón esa persona me recuerda a alguien."

"Es difícil de creer. Hasta ni yo me lo creo... que haya llegado a este punto. Y tal vez me espera cosas más adelante si es que llegó entrar a la U.A."

La mano de himiko estaba buscando debajo de su falda. Este era su oportunidad para saciar su sed de sangre.

Su mano comenzó a orbitar el lado izquierdo de sus caderas, esperando el momento perfecto para recuperar el cuchillo que guardaba allí. Y no había nadie al rededor que la detuviera.

Lentamente, pequeños pasos a la vez, cerró la distancia, muy paciente, como un gato que se prepara para arrebatar un pájaro de su nido.

Los procesos mentales de Himiko no solo se detuvieron, sino que chocaron, rodaron por una colina y estallaron en llamas, como un automóvil que atraviesa una barrera en la carretera y cae en un barranco.

Tal vez fue la sinceridad en su voz, o el hecho de que por primera vez de alguna manera no tartamudeó ni una sola vez. Podría ser la sonrisa tímida. O tal vez la forma en que sus ojos verdes brillaron cuando la miró mientras decía eso.

Su ritmo cardíaco se disparó. La mano de Himiko cayó inerte a su costado, el arma olvidada debajo de su suéter.

¿De dónde diablos salió eso?

"¿Qué?" preguntó ella, perpleja.

Midoriya trago saliva por lo que iba a confesar. "Ese día... cuando te fuiste llorando. No pude perdonarme en no poder encontrarte; aun sabiendo que no querías mi ayuda"

Himiko se mantuvo en silencio, aún congelada. Izuku, interpretando esto como que ella no entendía de qué estaba hablando, trató de elaborar.

"H-Hoy iban a aplastar a una persona en aquella prueba de evaluación... y yo t-tenía que salvarla. C-crei que no la alcanzaría y fue en ese momento me vino un recuerdo de ti... llorando." Su voz parecía que se quería quebrar. Izuku trata de no romperse y no sentirme tan débil, pero no lo puede evitar.

"C-cuando te recordé. Por alguna razón. Mi don se activó inconscientemente y m-me dio el impulso para poder rescatarla."

Esta interrupción por parte del chico fue más que suficiente para que ella reconsiderara sus sentimientos. Algo desconocido, pero no desagradable, tiró de su corazón, y los pensamientos agradables anteriores de infligir dolor al chico de cabello verde parecían un recuerdo lejano en este momento. La molestaba infinitamente.

Esto fue ridículo. Estaba a unos minutos de saborear una deliciosa sangre roja, ¿y una línea que podría haber salido directamente de algún manga de comedia romántica cursi fue suficiente para detenerla?

Himiko trató de recuperarse y obligar a su mano a obedecer y agarrar el cuchillo y cortar el discurso del chico, pero no pudo. Se había entrometido demasiado con sus emociones. Enojada, aunque no estaba segura si con ella o con él, habló para tratar de detener los murmullos de Izuku.

"Yo... ehm..." ella no sabía cómo expresarse. Estaba en una especie de encrucijada. Apenas podría decir algunas palabras.

"En verdad estaba preocupado por ti. Y traté mil maneras en encontrarte, pero no tuve ninguna pista de tu paradero." Él se explicó.

"S-Soy una persona d-difícil de encontrar" Himiko sentía los nervios apoderarse. Todo lo que tenía planeado se fue al demonio. No tenía el valor en realizar su pequeña acción.

Midoriya noto que la lluvia estaba parando poco a poco, pero aún así, no se detenía.

"oh! ¡Eso me recuerda! ¡Tenía la intención de preguntarte sobre tu peculiaridad! Nunca tuve la oportunidad de preguntarte por ciertas circunstancias, así que me preguntaba de que trataba el tuyo y-"

El chico, que tenía lápiz y papel en las manos, listo para empezar a escribir, fue silenciado llevándose un dedo a los labios, y sus murmullos terminaron antes de que pudieran volver a encenderse.

"¿Es su cuaderno de héroes? De seguro anota un montón de cosas que tenga que ver con dones o eso creo..." Himiko pensó, pero expresó algo más.

"Lo siento, pero no me siento lo suficientemente cómodo hablando de mi peculiaridad. No me gusta hablar mucho de ello".

El chico enrojeció un poco con el contacto físico, pero su expresión emocionada visiblemente se desinfló como un globo. Pero sonrió y se disculpó después de que Himiko le quitara el dedo.

"N-no, está bien. No e-a todos les gusta hablar de peculiaridades como a mí. ¡P-lo siento!"

Himiko negó con la cabeza. "Está bien, de verdad".

Hubo una pausa en la conversación, ninguno de los dos estaba seguro de cómo proceder. Izuku aprovechó esta oportunidad para mirar su teléfono y se aterrorizó cuando notó la hora.

"¿Ya es tan tarde? ¡Oh, no!¡No medí el tiempo!"

Rápidamente acomodo las correas de su mochila y se dio la vuelta para irse, pero se detuvo en seco cuando recordó que no se había despedido de la niña.

"Lo siento, Toga, pero tengo que irme, o de lo contrario mi madre entrará en pánico y llorará y comenzará a llamar si llego tarde a la cena. Fue un placer conocerte." Y se giró una vez más. Dio un paso, pero decidió volver a la chica que aún estaba con la mirada perpleja.

"En verdad, espero volverte a ver" le dio una sonrisa más sincera que puede dar. Se dio la vuelta para irse "¡Adiós!"

Un rato después de que el niño se fuera y solo se escucharan fantasmas de sus pasos haciendo eco en calles de la zona, se podía ver a Himiko parada en plena calle. Todo este tiempo había estado mirando el lugar donde una vez estuvo Izuku, su mente en una guerra abierta consigo misma.

Se tocó la cadera y sintió la hoja dura del cuchillo que no se usó. Pensó en cómo estaba a solo unos segundos de revivir ese mismo día. Y cómo una simple palabra de suma compasión la detuvo en seco. No debería importarle esto, no necesitaba hacerlo. Ni ahora, ni nunca.

"Él estaba preocupado por mí, pensó solamente en mí y en realidad me sentí feliz por escuchar eso... rayos, no se suponía que fuera así"

La vida nocturna ya estaba en auge en las calles más allá cuando Himiko salió de la zona.

Por alguna razón algo se le estaba olvidando. Hasta que un foco se prendió en su cabeza. Miro su mano derecha que sostenía el mango del paraguas.

"Olvido su paraguas."

ACADEMIA U.A.

Una inclemente tormenta caía sobre las instalaciones de la U.A. dejando resonar uno que otro trueno sin cuidado. Las gotas de lluvia se deslizaban en cada parte de su estructura de cristal que reflejaba las nubes de la noche.

Unas chispas tanto curiosas como inexplicables se presentaban en la noche refugiándose en aquel entorno sombrío muy difícil viéndose sobre la azotea de la Academia.

¿Serían relámpagos?

Algo curioso era lo mucho que se adaptaba al clima, pero cualquiera que lo mirara detenidamente sabría la diferencia de lo natural y de aquello.

Era imponente y daba parpadeos constantes y sutiles como si incitara atrapar algo, tal vez absorberlo o.... liberarlo.

¿Un proyectil?, tal vez un cometa... Sea lo que fuera no era muy grande, tenía una característica forma cuadrada y al impactar contra una piedra que salió rodando y atravesando un arbusto.

Tras rodar un par de metros salió del arbusto y se detuvo de inmediato, una marca de luz se hizo presente en el cubo, cada vez más brillante de manera creciente hasta expulsar un proyectil al aire disparado dejando un ruido imponente tras de sí.

Aquel proyectil voló a la distancia perdiendo velocidad gradualmente. Por otro lado el cubo perdió completamente aquel brillo que lo caracterizó quedando completamente apagado.

Aquello que expulsó quedaría en enigma, ¿qué habría sido aquel artefacto que expulsó?.

...

Izuku llegó lo más pronto a su departamento donde vivía con su madre. Estaba totalmente empapado la lluvia no había parado aparte que había olvidado de su paraguas, pero pensándolo bien. Es mejor que ella lo tuviera. No quería que tuviera un resfrío o algo así.

Entró al edificio para luego subir las escaleras. Tomaría el ascensor, pero este lugar solamente lo usan personas que tienen discapacidad según el dueño del edificio. No quiso darle más vuelta en el asunto y siguió por las escaleras hasta llegar a su puerta.

LA CONTINUACION ESTA EN EL VIDEO.

Fin del capítulo.

Bueno mi gente espero que hallan disfrutado del capítulo. Muy pronto subiré los siguientes.

¿Les gustó el reencuentro de los dos protagonistas?

Han flipado con el final del vídeo cómic. Apuesto que no se lo esperaban, pero la pregunta del millón.

¿Quien será el primero que se lo encuentre? Lo sabremos en los próximos capítulos.

Quiero agradecer de nuevo a turicsu11
por ayudarme a describir ciertas escenas. Enserio hermano, eres un crack y tu ayuda es grandiosa cuando necesito un apoyo. Vallan a su canal y disfruten su contenido que está muy bueno.

Bueno eso fue todo gracias por perder su tiempo conmigo. Recuerde que pueden hablar y criticarme... pues ya saben cómo hacerlo. ¡¡¡Bye!!!!

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