Capitulo 6 (Vampiros) [KardiaXDegel]

Terrones de azúcar... Jajajaja mamá terrón publicando a esta hora. La verdad tuve un día muy divertido.

Jajajajajaja como es un día festivo en cierta forma, pase el tiempo con mi mamá, con mi novio y mi mejor amiga...

Dioses, una de mis mejores amigas que no veía desde su cumpleaños. Ya que trabaja fueras, limpieza fácil, películas, y ambas nos aplicamos gelish, pasamos super hermoso día. La verdad se me paso volando, sin contar que fui al centro de mi ciudad, para ir preparando el regalo de papá terrón para San Valentín jijiji.

En fin, vamos a esto rápido por que tengo sueño y estoy cansada.

La parejita del día de hoy fue propuesta por el terrón de azúcar Erika Julieth.

Espero que lo disfrutes muchos, la verdad me encanto hacerlo, necesitaba poner una temática así, por que las amo.

Ademas, ayer fue el cumpleaños de Degel, por ende aunque tendrá un regalo por su día mas adelante, pueden tomarlo como un One Shot de aperitivo.

Advertencia: El contenido de este One Shot tiene toques de lemon, intento de suicidio, mención de homicidio y genocidio... Por favor, terrones menores de edad y personas sensibles a estos temas, absténganse de leer este tipo de contenido.

Sin mas, disfruten mucho el contenido.

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Una habitación a oscuras.

La noche haciendo acto de presencia.

La luz de la luna es incapaz de adentrarse entre las cortinas, pero unos muy débiles rayos quieren hacerse presentes.

Aquel lugar pose un fuerte olor a sexo en el ambiente.

Ropas regadas en el piso de madera, los espejos se han cubierto.

Un buen vino, un poco de queso y uvas en un recipiente, que casi habían sido consumidos en su totalidad.

Una cama distendida, las sabanas desacomodadas, y dos cuerpos que parecían haber tenido una noche muy activa.

Desnudos, sudados, los jadeos que despiden se pueden considerar por el sexo que se había estado mantenido entre aquellos dos amantes hacen, o personas que no desean mantener un vínculo más allá del placer.

Se supone que eso último debería significar sus encuentros casuales durante las noches.

En donde la lujuria reina en su ser, disfrutando del cuerpo ajeno, y perdiéndose entre cada beso, pliegue y deseo carnal.

Sin embargo... En un punto cruzaron el vínculo de amantes. Siendo necesitados siempre uno por el otro y viceversa. Deseando que no se aleje de su lado aquella persona al salir el sol.

Esto debía acabar, la muerte de uno pondría fin a este vínculo... Pero ninguno podía hacerlo.

Jugaron demasiado bien sus cartas, las tácticas de seducción y deseo fueron suficiente para cautivar a su presa, pero fue bastante contraproducente, porque se volvieron débiles ante sus mayores deseos.

Un cuerpo frio, y uno caliente...

Un ser radiante de locuras, y otro sensato como reservado.

Uno vive oculto para salir en la noche, y el otro puede pasearse libre bajo el sol, a la vez que en entre la oscuridad buscar a los seres que debe acabar.

Pensaron solo divertirse con su objetivo, para que así baje la guardia y puedan acabar con su miserable vida, pero... Llegado a este punto es cadi imposible.

Donde ambos desnudos, se miran con ferocidad y una plena tristeza...

Los colmillos del peliverde se han manifestado de forma desesperada, picando y anhelando tanto clavarlos en la cálida piel de aquel peli azul alborotado que lo mira con una hermosa sonrisa, pero una tristeza que no puede parar.

No quiere atacarlo, no desea hacerlo, pero sus deberes, las obligaciones que deba seguir y la presión de mantener a los suyos a salvo lo están acabando momento a momento.

Después de haber sido penetrado por ese cazador de su especie... Y haber compartido tantas cosas noches atrás, le era simplemente difícil poder hacerlo.

Y más que el otro ni siquiera ponía resistencia alguna.

-¿Por qué...?-

-¿Por qué...?-

-¿Por qué no haces... Nada para detenerme?- Sus palabras en un susurro desesperado, al apretar sus labios, y sentir como aquella sangre lo atrae, ese aroma, el deseo de alimentarse de él y matarlo... Es cada vez más grande, al igual que un sentimiento que nunca debió presentarse, y lo derrota a cada segundo.

Sonríe descaradamente, no es que este confiado en sus habilidades, pero... No deja de lado su actitud arrogante –No quiero lastimarte, Degel- Responde sin pisca alguna de duda en su voz.

-¿Qué?- Confundido, estando sobre el otro, sus brazos colocados a los laterales de aquella cabellera azul y sus rodillas a los lados de las piernas ajenas. Simplemente no puede entenderlo -¡¡¡ESTÁS LOCO!!! ¡¡¡DEBERÍAS ATACAR!!! ¡¡¡ESTOY A PUNTO DE ASESINARTE!!!- Le grita, para volver a mostrar sus colmillos puntiagudos y sus orbes color violeta que brillan cual luna en su máximo esplendor.

Es una advertencia que no se le debería dar al enemigo.

-Entonces, moriré feliz- Ladea su cabeza, sin dejar que sus preciosos ojos azules como la noche pierdan de vista a su amante y atacante.

Con solo aquellas palabras, es suficiente para que sus ojos desafiantes, que están listos para desgarrar esa piel y succionar hasta la última gota del líquido carmesí, se calmen, a la vez que se abren un poco más, sus pupilas se dilatan por aquella sorpresa.

Sintiendo como su viejo corazón se contrae por el dolor, uno que jamás había podido sentir, pues sus presas nunca habían representado más que solo noches de sexo salvaje, en donde al final los acababa drenando su vitalidad, para seguir alimentándose hasta el final de los días.

¿Por qué este sujeto tenía que ser diferente?

¿Por qué duda?

¿Por qué siente miedo de perderlo?

Si incluso, la misma vida se encargaría de separarlos con el pasar de los años.

No podía simplemente hacer su deber sin que su corazón se lo impida.

Es allí que niega con su cabeza, tratando de despejar sus dudas y miedos, para solo dejarse guiar por sus salvajes instintos. Tiene el cuello de su víctima descubierto, sin que se oponga, puede hacerlo, con una simple mordida la sangre seria drenada, directo a la yugular, tan profundo como pueda para que se desgarre y beba de él.

-¡¡¡ERES UN IMBÉCIL!!!- Es el grito que dedica, antes de que su cabeza se incline contra aquel hombre, directamente a su objetivo.

Esté solo cierra sus ojos, esperando sentir el dolor de ser consumido por el amor de su vida.

Había caído bajo a su embriagante hechizo de amor, pero no le importaba.

Sí, se enamoró de un ser de la oscuridad, una asesino sin escrúpulos. Había pasado su vida entera entrenando para lograr acabar con cada uno de ellos, y si bien al principio había hecho ese deber al pie de la letra... Al conocer a este hermoso monstrua, algo lo hizo querer jugar más de la cuenta con él, al grado de ya no poder seguir con el plan inicial.

Tantas oportunidades para matarlo tuvo, pero ninguna la aprovechó, pues en su mente se engañaba al pensar que el sexo era tan bueno, que lo rehabilitaba tanto el acabar en ese interior.

Al final se dio cuenta que su débil corazón había caído por completo ante ese peliverde de ojos violetas, que había robado su aliento desde la primera vez que lo vio jadear por el sexo.

Nada perdonara la sangre que tiene en sus manos, pero... No podía ser él quien lo asesinará, aunque estuviera haciendo un bien mayor a la humanidad.

Simplemente, quería que Degel siguiera con vida, aunque fuera un monstrua que debía acabar con otros para continuar adelante. Ya no podía ser su verdugo.

La sorpresa se mantiene en su ser, al no sentir ningún dolor en su cuerpo, ni siquiera que el líquido caliente y vital para los seres humanos se escape de su cuello.

Abre los ojos con lentitud, sintiendo que en efecto, algo que sí moja su piel... Pero no es lo que esperaba.

-¿Degel?- Lo llama con un susurro.

-No puedo... No puedo... No puedo hacerlo...- La voz se desquebraja en un llanto lastimero, mientras su cabeza se posa en el hueco del cuello y hombro izquierdo de su amante.

Escuchar lo que el peliverde siente, que es incapaz de darle fin a su vida, con el llanto que le dedica, le conmueve saber que están en las mismas condiciones.

Traicionando sus ideales y deberes, porque no son capaces de acabar con alguien que posiblemente les da algo de felicidad a sus inhóspitas vidas.

Lo rodea con sus brazos, la mano derecha sujeta la cabeza del vampiro y la izquierda toma posesión de la estrecha cintura.

El contraste de pieles, el calor en quien yace boca arriba, y el helado toque de quien está sobre él.

Ninguno puede acabar con la vida del otro, son incapaces de hacerlo.

Saben muy bien que sí en esa noche no han dado fin a la vida del enemigo... Alguien más lo hará.

Ambos están amenazados y advertidos.

Degel, debe asesinar con sus propias manos a Kardia, para que así los vampiros estén seguros de que aquel cazador no podrá seguir acabando con su gente, y de esa manera continuar con su deseo de consumir a la humanidad.

Pero no puede hacerlo, llego a su límite y sus fuerzas no son suficientes para controlar a su podrido corazón, que no quiere hacer caso a sus maliciosos impulsos.

Kardia por su parte, tiene el deber por la misma iglesia de matarlos a todos, un inquisidor oculto para asesinar a monstruos de todo tipo, que amenazan la paz y gracia de la humanidad, los devotos a un Dios, que desea proteger a la humanidad.

Juro que ninguno se le escaparía mientras su corazón siguiera latiendo, cosa que puede ser peligroso, ya que su mal de nacimiento de a poco le cobrara factura hasta hacerse viejo.

Conoció a Degel, a ese vampiro que sería una de las mejores presas, en un lujoso bar de aquella vieja ciudad Francesas, donde el frio reina la mayor parte del año, por la presencia de estos seres que no tienen remordimiento alguno de sus terribles actos.

Pensó que sería fácil, verse como un humano insolente y coqueto, pero... Descubrió su fracaso en el primer instante en que se poseyeron.

No era una presa común y eso le gusto tanto que término enamorándose perdidamente de un monstruo, el monstruo más hermoso que hubiera podido ver en toda su vida mortal.

Están atrapados, esta será la última noche en donde podrán verse, en donde sus cuerpos se vuelven uno, y sus corazones laten al unísono.

Después de este instante de cobardía por amor, saben que los contrarios de su ejército no van a descansar hasta darle muerte al enemigo que hizo cambiar a uno de los mejores aliados

Por esa razón, debían acabarse mutuamente, pero no eran capaces de hacerlo.

Tampoco el de convertir a uno en inmortal, o hacer que el ser de oscuridad vaya a la luz, no soportarían nada de eso, aunque fuera por amor.

Tan pocas opciones y ninguna les puede garantizar el ser felices a lado de quien aman.

Morir era la única solución que podían ver, pero... Ninguno es capaz de aceptar que el otro pierda su existencia.

Desean que su amado sigua con vida, pero eso significaría que tarde o temprano alguien más los mataría.

Huir tampoco es opción, los encontrarían en algún punto, o la luz del sol acabaría con uno, como el hecho de que la oscuridad consumirá a quien necesita comida humana para sobrevivir.

Sus mundos son distintos, sus cuerpos y sus necesidades no se pueden acoplar más allá del deseo carnal y el amor.

Por eso Degel llora, por esa razón Kardia lo abraza y derrama de manera discreta lágrimas, por eso... Sus últimos besos que se dedican saben a la hiel, a la terrible despedida, al hecho de que después de este momento, jamás volverán a verse.

Deberán escapar, pero no juntos... Si no por separado.

Y eso ya es una enorme crueldad para los dos, sin embargo es la única posible y sensata opción que queda.

-Kardia... Mátame... Por favor... Hazlo...- Le ruega al romper el apasionado beso, en donde el aliento caliente del peli azul lo invade.

-No lo haré- La respuesta es ronca y lastimera, mientras ve como esas pálidas mejillas contrasten tan hermosamente con los orbes violetas cristalizados que adora –Mejor, tú acábame a mí-

-¡¡¡JAMÁS LO PODRÍA HACER...!!!- Baja su mirada, apretando sus labios, dejando que el dolor líquido caiga por el contorno de su rostro.

-Entonces...- Aun existe una última opción, la que no debería nadie tomar, la que no los conducirá a nada bueno, pues sus almas desde el momento en que uno acepto el beso de la muerte como segunda oportunidad se condenó –Acabemos nosotros mismos con nuestras vidas- Esta desesperado, sabe que al final nada mas podrá funcionar, entrega una estaca al peliverde que yace ahora sentado sobre la cama de rodillas, y el peli azul se queda con un cuchillo en la mano.

-Kardia... Eso...- Ver aquel instrumentó para acabar con los de su especie, en su propia mano... Claro que le da la peor idea, solo debía clavarla en su corazón, pero... No podía resistir que el humano se matara por él.

-No tengo dudas. Si no puedo estar a tu lado, mi vida no tendrá ningún sentido- Le dice tal cual su terrible pesar, colocando el cuchillo cerca de su cuello, listo para el mismo darse fin.

Eso estremece al vampiro, que rápidamente impide aquella locura que el peli azul esta por cometer -¡¡¡NO LO HAGAS!!!- No le interesa que sus manos se hieran al tocar aquella hoja afilada, después de todo, esas heridas rápidamente se curaran.

-Es la única manera para...- Sus ojos se entristecen, al parecer esta perdiendo la cordura que casi nuca ha tenido.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO LO ES!!!- Responde con firmeza el inmortal, dejando que sus lágrimas caigan sobre aquella cama, mientras arrebata y arroja lejos ese cuchillo de la mano del pali azul, al igual que esa estaca.

Ambos se miran directamente a los ojos, enfrentando la realidad de sus actos, el pasado, presenté, y el futuro... No existirá para ellos.

Kardia por primera vez en su vida, no sabe que decir, como si estos actos le hubieran detenido la lengua.

Y más duele, al ver como Degel sufre, aunque se supone que ellos dejan de sentir cualquier cosa, al volverse un vampiro.

Entre sus lágrimas, toma las manos del contrario para llevarlas a su rostro, y temblando porque su alrededor y vida se volverán de extrema oscuridad, sonríe para dedicarle la última felicidad de su vida a este cazador –Para poder seguir... Yo necesito saber que estas con vida, al igual que yo sé... Que tú... Quieres que yo siga existiendo- Hace un enorme esfuerzo por no quebrarse, para que su amado lo vea de verdad bien.

Kardia siente una punzada en su corazón, rompiéndose al ver esa preciosa carita, y escuchar la verdad en palabras entrecortadas...

No puede soportar más, su llanto se presenta, y abraza de manera desesperada al vampiro...

Ambos saben que nada puede ayudarlos para seguir juntos, pero al menos esta noche, lo que queda de ella, será solo de ellos... Para amarse un poco más, besarse, mientras sus lágrimas y recuerdos se escapan, como las débiles palabras cliché cuando declaras tu más valioso sentimiento.

Es cruel y doloroso, pero así será de ahora en adelante y aunque no quieran, deben aceptarlo... A pesar de que allá afuera... Muchos esperan a darle fin al enemigo, si es que ellos no cumplieron su misión...

Es evidente ver como dos vampiros están vigilando, atentos a que cualquiera salga. Aliados de Degel, preparados para acabar con el humano, aunque... Entienden en cierta forma la situación, pues sus sentimientos también han reinado entre ambos, salvo que ellos sí pueden estar juntos.

Al fin de cuenta, Julián y Sorrento son seres inmortales, que asesinan juntos para que sus vidas no terminen, pues prometieron seguir amándose y deseándose, hasta que el mundo acabe y desde luego no dejaran que eso pase, mucho menos por la ineptitud de un vampiro enamorado, y cobarde.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones?

Yo bien.

Ayer les prometo contarles lo que hice ayer, pero la verdad ya no creo poder... Tengo sueño y necesito dormirme ya.

Por ende, gracias por leerme, votar y dejar sus comentarios.

Bueno mis terrones, me paso a despedir.

Gracias por estar aquí conmigo y disfrutar este especial.

Por favor cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y manténganse a salvo.

Los quiero mucho.

Ammu se va.

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