Capitulo 5 (Reencarnación) [MinosXAlbafica]
Hola, mis terrones de azúcar. La verdad no sé en que momento logre publicar este capitulo, pues este domingo lo tengo mega ocupado, se los contare todo mejor mañana con mas chance.
Mientras, mejor pasemos a que disfruten el bonito One Shot del día de hoy.
Esta pareja es una que digamos no soy su mega fan, pero tampoco la rechazo totalmente, digo, si puede llegar a ser realidad en otros contextos, por que existe el enorme potencial, y eso nadie se lo puede quitar.
Por eso aquí traemos otro AU, que espero les guste mucho, es que sin duda queda perfecto.
La linda pareja y temática del día de hoy fue propuesta por nuestro terrón de azúcar nicolearcee16, que sin duda sé disfrutara este bonito capitulo de este especial.
Advierto de ante mano: Contiene misterio, incertidumbre, comentarios de hechicera o brujería como gusten llamarlo, y maldad, pero a la vez sus bonitas cositas, como amor, ternura y cariño, como una mención de un mpreg.
Sin mas pro el momento disfruten el contenido y den mucho amor a todos los capítulos y que este no sea la excepción.
A leer se ha dicho.
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-Desde hace tiempo, he tenido unas horribles pesadillas-
-¿De que tratan?-
-No sé con exactitud en que época sucede... Solo sé que es de un tiempo muy, muy antiguo-
-¿Qué sucede en ellas?-
-Sigh... No... No sé si pueda decirlo...-
-Minos- Su mano se posa suavemente en la espalda ajena, para sonreírle y brindarle su total apoyo –Solo cuéntame, no existe nada en este mundo que pueda hacerme dejar de amarte- Una preciosa sonrisa se refleja en ese hermoso rostro.
Verlo de esa manera, sonrojado, feliz, algo preocupado, pero atento a sus palabras, provoca que aquel peliblanco, no pueda evitar el admirar ese dulce rostro, y sentir como su corazón se estremece al momento en que miles de imagines extrañas invaden a su mente de golpe.
Ilustraciones de la cara de su esposo, llena de sangre, dedicándole una expresión de odio y dolor, que no puede resistir y desvía su mirada, mientras frunce el ceño, como el apretar sus dientes y, sentir una desesperación insuperable en su corazón.
-Eso lo sé. Pero eso no evita que tema tanto el decírtelo, porque... Creo que existió un momento en que sí me odiaste- Sus palabras se contradicen un poco, al mismo tiempo que pasa saliva, y parpadea varias veces para impedir que sus ojos se aguaden.
Estas acciones provocan que el peli celeste se incorpore un poco de aquel cálido lecho, para ver con mayor atención a quien demuestra una expresión tan dolida y llena de angustia. No entiende come es posible que unas pesadillas logren algo así en su amado esposo.
-¿De qué hablas?- Ambas manos se posan sobre una de las de aquel hombre, que yacen sobre sus rodillas.
-Albafica...- Sentir el tibio tacto de quien su corazón añoro siempre tener, como si fuera casi una necesidad permanecer a su lado, y temiera que en cualquier momento alguien se lo arrebatará.
Sus ojos color violeta se fruncen en son de preocupación, muestra sus dientes desesperado, sus manos se posicionan en puño, para que en un acto repentino, rodee con todas sus fuerzas el cuerpo de aquel joven doncel, aferrándose al camisón blanco que porta.
-¿Minos?- Esto toma demasiado desprevenido al peli celeste, sin embargo es no le impide abrazar de vuelta a su preocupado esposo, para tranquilizarlo, acariciándole suavemente la espalda cubierta.
-No entiendo el ¿Por qué? No sé... El ¿Cómo?... Pero...- Muerde sus labios para callarse un instante, en donde aprieta sus ojos para retener las traicioneras lágrimas, aspirando el dulce perfume de rosas que pareciera natural en su amado, al igual que eso le da un terrible presentimiento –Cada que tengo esas pesadillas... Solo puedo ver tu rostro manchado de sangre... Maldiciéndome y odiándome...-
Aquella revelación sorprende al doncel, el cual abre sus preciosos ojos celestes en son de confusión, sin comprender bien ni una sola palabra, y aun así entendiendo que eso nunca podrá ser su realidad –Pero es solo una pesadilla, sabes que eso nunca llegaría a pasar- Le explica con una dulce voz, mientras le dedicándole suaves caricias a quien ha amado desde hace años.
-Eso lo puedo comprender cuando despierto. Pero... Cuando estoy en mis sueños...- Cierra sus ojos un instante, los mismos que enmarcan unas ojeras, como si no hubiera tenido un apropiado descanso reparador por semanas.
Un suspiro lanza en señal de cansancio y entendimiento.
-Puedo ver cosas terribles...-
-Solo cuéntame, y te diré que nada de eso es verdad. ¿Sí?- Albafica confía plenamente en que jamás existirá algo que lo haga dudar o dejar de amar a este aristócrata que lo cautivo por completo.
No está muy convencido, ni confiado en hablar a viva voz sus pesadillas, pero... La insistencia, y preocupación por parte de Albafica, a la vez su enorme necesidad de que en efecto, su amado le diga que eso solo son horribles sueños, productos de posibles miedos, y no una realidad que fue.
-Ambos... Vestíamos armaduras... La mía... De un color negro, morado... O azul... No sé con certeza- Frunce el ceño -Recuerdo más unas enormes alas que salen de la misma. Yo luzco igual, pero mis ojos, mi rostro, el sentir, el emocionarme por asesinar a personas inocentes, me volvían tan frio y sádico, disfrutaba dañar a los demás...- En su mente, aquello que logra ver, simplemente debía es algo por completo inconcebible, una situación que jamás podría ser verdad.
El doncel escucha atento a su marido, no se ven a los rostros, pues el peliblanco prefiere seguir abrazándolo, aferrándose para continuar su relato. Albafica guarda silencio, pues sabe que es lo correcto ahora.
-Yo partencia a un ejército lleno de oscuridad, como maldad... De un Dios griego... ¿Hades...?- Lo menciona en forma de pregunta, pues no está del todo seguro -Y tú... Defendías a una joven mujer, una Diosa. La armadura que llevabas con orgullo, era dorada, representando a alguna constelación, pero tenía algo que ver con rosas- Asiente, abriendo sus ojos, suspirando, y poco a poco incorporarse, para sin dejar de rodear ese cuerpo, y así quedar de frente al peli celeste.
Sus ojos violetas se cristalizan un poco, pues aquello solo era la introducción a su dolor. En donde iniciaba el mismo infierno.
-Cuando te vi... Mis palabras te enfurecieron- Frunce el ceño, mirando directamente a las sabanas azules de la cama.
"-Así que al fin conozco al hermoso caballero de Piscis-"
"-No te permito que me hables de esa forma-"
-Me portaba como un verdadero idiota. Atacaba como si tuviera magia- Su rostro muestra la confusión en sus palabras, porque lo que dice no tiene sentido alguno -Hilos salían de mis dedos, podía manipular lo que fuera como marionetas. Te lastimaba, te hería y tú seguías luchando, protegiendo un lugar, protegiendo un pueblo-
Por aluna razón, Albafica al escuchar todo eso de manera atenta, su expresión cambia de una calmada y preocupación a una de fuerte impresión, como si todo eso lo estuviera también viviendo en su mente en cierta forma.
-Me atacabas igual, las rosas eran tus mejores aliadas, como el veneno. Tu sangre era un arma mortal, pero... Aun así, no podías detenerme y yo tampoco lo hacía-
Una mano la aleja de aquel frágil cuerpo, para posar sobre su rostro, justamente al nivel de sus ojos, lanzando un sonoro suspiro.
"-Podrás romper mis brazos, mis piernas, mi rostro, pero nunca... Podrías detenerme-"
"-Ja. Eso lo veremos, hermoso-"
-Odiabas que te dijeran hermoso, que te subestimaran solo por tu belleza... Y más lo hacía, decía ese tipo de cosas para enfurecerte y provocarte...- Tiembla, pues es allí que sus lágrimas se derraman.
-Pero... Eso... Si es verdad...- En su mente... Tiene recuerdos, de su niñez y adolescencia, en donde detestaba que los demás niños le digieran lo hermoso que es o que la gente lo considerara tan frágil e inútil como para que solo sea un muñeco de aparador, no creían en su fuerza, inteligencia o habilidades, por eso le tenía tanta repelencia a la palabra "Belleza", ya que venía de esa época.
Asiente desoladamente –Por eso... No entiendo que significa...- Baja su cabeza, apoyándola en el hombro del contrario –Moriste protegiendo un pueblo cercano a los territorios de aquella Diosa. Pensaba que había sido todo, dejando tu cuerpo en donde te conocí, pero seguiste hasta el final...Me lanzaste unas rosas rojas y bancas, una dio en mi pecho, envenenando mi sangre y a la vez extrayéndola... Me diste muerte primero, pero yo... Provoque tu muerte también y eso...- Sus lágrimas ya no pueden ocultarse y las exterioriza con mayor énfasis, de nuevo aferrándose al doncel, temblando desesperado –No me puedo perdonar, no comprendo que significa esto, pero... Es de lo peor que puedo soñar-
Mas la confusión sigue creciendo en su mente... Algo extraño, el dolor en su pecho se forma de manera abrumador, pues al escuchar aquello, las imágenes parecen abrirse campo en su mente.
¿Cómo es posible con datos que no poseen mayor detalle, pueda armarse algo que creía imposible de imaginar?
Se vio por unos instantes en aquella época...
Ver morir a quien ama ahora... Causándole un alivio que no entiende, pero también una amarga tristeza, pues dejaba el mundo en presencia de otros, porque él ya no podía protegerlo.
Era como si le quitaran la vida, aun sabiendo que su hijo se quedaría solo en este cruel mundo.
Dolor, tristeza, confusión, desesperación y angustia, es lo que en su ser se remolinea.
Por alguna razón ambos se sienten con una terrible mezcla de esas emociones, que destruyen de a poco su tranquilidad.
-A veces, solo sueño ciertas cosas y en otras... Toda la batalla. Puedo escuchar tu dolor, tu preocupación, pero aun así... Aunque deseo despertar, no puedo hacerlo, como tampoco logró detener a mi yo del suyo, que disfruta el hacerte sufrir, pero a la vez...- Niega con la cabeza, frunciendo su ceño –Ese maldito loco, no soy yo, dice estar interesado en quien asesina, pero... ¿Cómo puede alguien hacer eso?-
Los celestes ojos se clavan en la pared de atrás de su amado, parpadeando varias veces, siente como sus lágrimas caen por sus orbes, sintiendo ese pesar en su ser por una pesadilla que pareciera recordar, pero sin poder entender el porqué de eso.
-Solo... Fue una pesadilla...- Murmura eso, intentando también conversarse a él mismo como a su peliblanco.
-Lo sé... Eso lo sé perfectamente, pero... No solo te veo a ti... Si no a otros, personas que conocemos. Tu amigo Shion esta allí y la pequeña sirvienta que se encarga del jardín de rosas que amas- Cierra sus ojos un instante, para abrirlos rápido -Ellos eran tus aliados, a quienes querías proteger de mi- Sin duda cada detalle que revela más dolor le provoca, pensando que esto debe ser una terrible coincidencia de un sueño enfermo.
-¿Agasha?- Pregunta el nombre de aquella jovencita que le brindo su amistad cuando recién había llegado a esa ciudad.
-Si...- Asiente, mientras aleja su cabeza del hombro que ha empapado, tomando aquellas delicadas manos entre las suyas –Puedo repetirme las veces que sea, que solo son sueños, pero cada día, pienso que aquello... Puede ser una premonición o... Un recuerdo de un mundo fatídico- Minos deja que sus palabras expresen un poco de su miedo, mientras baja su mirada, y besa esos delicados dedos uno por uno.
Con eso, la mente de Albafica pareciera tornarse en una fuerte duda, como sí algo le diera sentido a ese hecho, abriendo sus ojos, estremeciéndose como si un balde de agua helada se presentará en todo su ser, estando sentado de rodillas sobre la cama, consolando a su marido -Cómo... Sí fuera un recuerdo de una vida pasada- Deja salir su duda, calmando sus lágrimas, con el corazón latiendo mil por hora, sintiendo un terrible miedo y desesperación.
-¿Vida pasada?- Su pregunta resuena en aquellas habitación, y es allí que igual siente una extraña sensación -¿Una reencarnación, nuestra?- Es la idea que se le viene al ver la expresión de angustia y miedo que posee el doncel, desesperándolo de golpe –Albafica... ¿Tú crees...?-
No logra terminar cuando alguien abre la puerta de su habitación. Unos pequeños pacitos y una risa de alegría se hacen presente.
-¡¡¡PAPIS!!! ¡¡¡PAPIS!!! ¡¡¡DESPIERTEN!!! ¡¡¡HOY ES EL DÍA QUE IREMOS AL ZOOLÓGICO!!!- Sin pedir permiso alguno, y aunque sea pequeño, el niño de cabellos turquesas, con ojos celestes iguales a los de su papá y con el mismo lunar debajo del ojo izquierdo, sube a la cama para abrazar a los dos adultos que siguen en su terrible confusión.
Pero con la energía y hermosa presencia de su hijo, es como si las nubes negras de aquellas pesadillas y recuerdos de cosas que nunca vivieron en esta vida, se esfumaran de golpe, para abrir sus brazos y recibir a su pequeño niño con tanto, el cual le sonríe a su papá con tanta alegría, mientras mira a su padre con atención.
-¿Durmieron mucho hoy?- Pregunta, al notarlos aun algo cansados a su ver.
Minos rápidamente y de manera discreta se limpia los vestigios de sus lágrimas, para sonreírle a su pequeño –Sí, de hecho... Yo fui quien despertó tarde, Afrodita-
-¿Por eso luces tan cansado, padre?- Ladea su cabecita, mientras se recarga en el pecho del doncel.
-Sí, un poco- Asiente, ya que su calma esta en ese niño que no necesita saber la verdadera razón por la que han tardado tanto en ir con él.
-Hoy te despertaste muy temprano, mi pequeño botón de rosas- Albafica besa con dulzura la frente del menor, abrazándolo con cierta fuerza, pues el temor se aleja de a poco y eso lo tranquiliza mucho,
-Es que quiero ir al zoológico, también al invernadero de la ciudad- Asiente decidido con una bella sonrisa –Por eso me levante muuuuy temprano, para vestirme y arreglarme y dejar todo ordenado- Orgulloso se muestra el niño –También ya le di de comer a mis pececitos-
-Eso es muy importante, nunca debes olvidar tus responsabilidades- Minos, le sonríe al pequeño, para acariciarle la mejilla y así tratar de olvidar aquellas terribles pesadillas, pues su presenté es otro, y no va a cambiar por nada del mundo esa fortuna.
Su instinto le indica que debe tranquilizarse, y pensar que eso será olvidado algún día. Por ahora... Solo debe abraza a su familia, darle tanto amor como pueda y hacerlos inmensamente felices, porque de esa forma él también estará bien.
-¿Qué te gustaría desayunar Afrodita?-
-No lo sé... Podría ser un pan tostado con leche y chocolate- Sonríe con mayor entusiasmo como todo un niño pequeño, y tiene un gran deseo de comer mucha azúcar.
La risita de Albafica resuena en la habitación –Bien, eso será-
Ninguno pudo prevenir el hecho de que son capturados por los fuertes brazos del peliblanco, que con pijama aun puesta, los abraza a ambos con sumo cuidado, y una sonrisa radiante les dedica, al igual que unas bonitas palabras –Los amo tanto-
Ambos se sorprenden por repentinamente ser abrazados, pero para el niño eso es lo más lindo del mundo –También te queremos mucho padre- Su inocencia no le permite ver más allá de lo que conoce.
En cambio Albafica, entiende de donde viene esa reacción y con una sonrisa, al igual que un suspiro, rodea con una mano a su esposo –También te amos mucho, mi valiente Minos-
Las pesadillas, los recuerdos, y vivencias del pasado no son nada ahora para ellos, pues... En esta vida están juntos, se aman y tienen una hermosa familia y eso es lo único que importa.
Aunque... Sí existen personas que están dispuestas a lo que sea a cambio de un poco de dinero, sin importa que hagan daño a los demás.
-No funcionó-
-Claro que sí. Estamos logrando que tengan memorias de su pasado donde se odiaron a muerte-
-Entonces, solo necesitamos que eso siga creciendo al grado que no lo soporten más-
-Deberán recordar muy bien lo que en su vida pasada los separo-
-Ja, ja, ja, perfecto. Nos darán el resto del dinero cuando terminemos el trabajo-
-Aun no cantes victoria, Kardia. Esto sigue teniendo sus trabas... Mmmh, es como si el destino en esta vida no quisiera ser cambiado-
-Oh vamos, Degel. Eres el mejor hechicero del mundo. El destino o esas tonterías, no son obstáculo para ti-
-Gracias por el apoyo. Lo volveré a intentar cuando el sol caiga. No vamos a fracasar en este trabajo que ese tal Manigoldo nos dio-
-Me gusta cuando tienes el destallo del mal en tus precisos ojos violetas, mi Degelcito-
-Concentrate Kardia, necesitaré el corazón de un cerdo para pudrir el de Minos, y así corromperlo por completo, y ya no pueda detener lo que fue en el pasado-
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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?
Yo me encuentro algo cansada, pero no diré mas... Quiero dejar esto publicado ante de irme a otra cosa mas tarde.
Sin mas, espero que disfrutaran el bonito capitulo del día cinco de febrero. La Dinámica sin duda esta siendo un hermoso éxito, gracias a todos ustedes, sus bonitos ánimos y apoyo que han dado ha sido precioso y valioso.
De verdad, se los agradezco de todo corazón.
En fin, digan ¿Que es ha parecido?
Bueno mis terrones de azúcar, me paso a despedir, no sin antes decirles que muchas gracias por su apoyo y cariño incondicional.
Hacen muy feliz a mamá terrón por todo su amor que le brindan a los One Shot.
Mañana les contare algunas cosas, o sino es mañana hasta el martes, pero si... Les diré algunas cosas importantes.
Cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene, no se expongan de mas y mantenganse a salvo.
Los mega quiero a todos.
Ammu se va.
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