Capitulo 11 (Familia) [AiorosXShura]

Bueno terrones, espero que disfruten este One Shot.

Esta basado en el fanfic de mi autoría "Mi Único Deseo", algo así como un spin off de ese hermoso fanfic.

Que recuerdos... Ya no se van a repetir. jajajaja

Oh, también les diré, que me voy atrasar unos días con este especial, tengo otras cosas que hacer.

La pareja y la temática tan linda fue propuesta por nuestro terrón de azúcar Fiorediloto40.

Espero que te guste mucho al igual que a los demás terrones.

Advertencia: Si no han leído el fanfic antes mencionado, tendrá algo de spoiler, como temáticas algo fuertes mencionadas solamente y traumas, obviamente intentemos manejarlo de manera discreta.

A leer se ha dicho.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Como ha pasado el tiempo-

-Sí, parece como si hubiera sido ayer que luchábamos contra los Shadow's para defender a todos-

-Tal vez no fue ayer, pero sí, poco más de dos años-

-Ja, ja, ja, es cierto- La risa se le escapa, estando delante de aquella mesa de madera, contemplando lo más precioso qué tiene en esta vida.

-Hermano Shura, ¿Puedo llevar a Connor a jugar?-

-Después de que desayunen y hagas tus deberes- Lanza un suspiro el peli verde, mientras limpia la mejilla de su pequeña niña de un año de edad, quien experimenta el estar comiendo sólita y haciendo un desastre matutino.

-Oooh... Pero no quiero hacerlos- El puchero de aquel adolecente se hace presente.

-Aioria, sabes que debes hacer caso y seguir con sus deberes, tanto educativos como matemáticos, ya que has avanzado muy bien. Se nota que eres muy inteligente- Nunca pierde la oportunidad de alagar a aquel hermano perdido qué volvió a él.

Aunque los viejos recuerdos de desconfianza hacia los humanos aun siguen en su mente, saber que su hermano mayor, aquel qué siempre lo extraño y añoro, le ha tenido tanta paciencia y cuidado desde su regreso...

Aioros lo quiere tanto a pesar de al principio no creía la relación que poseen y el ser diferentes por uno ser fauno y el otro no lo hizo dudar bastante, aunque ahora se ha dado cuenta que puede confiar ciegamente en el castaño y que jamás le representarán algún tipo de amenaza.

Sus pucheros son algo fingidos, pues... Sí, el castaño o el peli verde fauno le dicen lo que debe hacer o le piden algo es obediente. Pero a veces el sonrojo y algo de pena se implantan en su regordetas mejillas, aunque usualmente tiende a ser muy salvaje para ocultar esa vergüenza.

-Está bien...- Contesta algo derrotado, mientras come uno de sus tres huevos cocidos qué su hermano y cuñado le prepararon -¿Pero, puedo jugar con la cachorra?- Su felicidad por siempre estar con la más pequeña de la familia es enorme, sobre todo por qué se nota el inmenso cariño que ambos se tienen.

-Mmmh, ¿Podrían jugar después de sus clases?- Pregunta en son de duda exagerada, como algo de sobreactuación, hacia el fauno cabrío -¿Qué dices, Shura? ¿Los dejamos?-

El fauno de cuernos limados, mira con cierta seriedad al Alfa menor, mientras carga a su pequeña, para alimentar apropiadamente, pues es muy juguetona, como inquieta -Solo depende de que no sean muy brucos-

-¿Eh?- Se sorprende por aquello, hasta su rostro muestra una enorme preocupación -Pero, yo no soy brusco con Connor- Sus ojos verdes claro se posan con angustia sorbe el fauno herbívoro -Jamás le haría daño a la cachorra- Se nota que le angustia muchos el qué Shura piense de esa manera de él, tanto es así, que siente miedo de que por pensar que no sea cuidadoso al jugar con la bebé, ya no lo dejen jugar con su sobrina.

Lanza un pequeño suspiro, dedicando una muy pequeña sonrisa, denotando qué la cabrita fauno es sumamente importante por el impetuoso, algo rebelde, pero amable joven león.

-No me refiero a ti, sino a ella- Mira como la nenita de un año y pocos meses sigue comiendo con las manos los restos de su desayuno a bases de frutas y verduras cocidas, y al notar los preciosos jades de su papá Omega, el fauno que le dio a luz, estira las manitas para tocarle la cara.

Como había soñado con ese momento, desde el día que entendió que su salvador no era un monstruo, y lo rescato de aquella horrible vida.

En donde solo fue consumido por la maldad Alfa y humana... Cuando le arrebataron su deseo de traer al mundo a alguno de aquellos bebés qué le hicieron abortar... Aunque fueran producto de constantes violaciones, no las podía odiar.

Aquella pequeña niña, era el fruto más preciado y delicado qué tiene... La hija del amor de su vida y él. Del único humano que puede considerar de toda su confianza.

Shura al fin es feliz, el gremio de Atena acepto la relación del primer líder con él, se olvidaron los votos de castidad, gracias las ocurrencias de uno y aceptando qué pueden continuar así sus vidas, cuando cumplieron un trato, pues ya no necesitaban seguir guardándose para combatir una amenaza qué al fin se había acabado.

No entendía por qué... A veces simplemente al verla, podía sentir que los malos recuerdos se iban y la felicidad lo inundaba, como si no pudiera creer del todo qué al fin podía estar en paz, si temer, ni derramar lágrimas de amargura.

Aunque en otras ocasiones lo hacía, sin darse cuenta.

-¿Shura?- El llamado gentil de su ahora esposo, lo saca de sus pensamientos, se puede notar que lo ha estado llamando varias veces antes, mientras ambos Alfas preocupados lo miran atentos.

-¿Eh?- Se pregunta la duda por ser sacado de sus pensamientos de golpe, pero a la vez notando que su pequeña está un poco incómoda y eso lo confunde aún más.

-¿Por qué etas llorando, hermano Shura?- Aioria ya tiene la costumbre de llamar de esa forma al cabrío a pesar de que no tengan esa relación, pero llamarlo cuñado seria lo último que haría, no le agrada para nada usar palabras que a su pensar son más de humanos.

Para Aioros, esto es algo que comprende bien, claro que no necesita que Shura le de alguna explicación de aquellas lágrimas por ver a la linda bebita de ambos.

Su amado Omega le conto que aquellos recuerdos de su amargo pasado, lo volvían a atormentar en las noches cuando aún estaba embarazado, le hacia tanto temer por el futuro que podría correr la criatura que llevaba en su vientre, que por azares del destino llegara a tener la misma condición que él.

Aquel Alfa tan dulce y bueno, que nunca dejo de luchar por quienes más ama en este mundo. Jamás abandonaría a su familia por nada de lo que ocurriera, siempre ha tenido la paciencia y el corazón para comprender cualquier temor, miedo, y dolor... Y ser lo suficientemente fuerte para ayudar a Shura o su hermanito a manejar y superar lo que les atormenta. Igual... Cuando su pequeña crezca esa misma paciencia y amor será también para ella.

Sabe muy bien que hacer en estos casos, se levanta de su asiento para por atrás, aunque la silla tenga un respaldo que le estorbe, posa sus manos sobres esos fuertes y a la vez delicados hombros, para hacerlo entender que está a su lado, para cuidarlo y hacerlo ver que no está solo, mientras libera suaves feromonas para calmar a su Omega y cría.

-Shura... Mi amado y hermoso Shura. Todo está bien y siempre lo estará, ¿Si? No tienes nada de que temer- Sonríe, bajando levemente la vista, para encontrarse con esos ojos iguales a los de su precioso marido, junto a una mirada curiosa y calmada de la pequeña -Nada malo va a pasar, te lo juro... Todo ha quedado en el pasado. Y solo debes pensar en el futuro tan hermoso qué tenemos delante- Le da ánimos, le dedica las más lindad palabras que necesita escuchar, pues con eso puede lograr calmarlo, como varias veces antes lo hizo...

Al abrazarlo, hacerlo recostarse en su pecho, sobre la cama o regazo, para acariciarlo y limpiarle las lágrimas que lleguen a escapar y hacerlo recordar que nada malo puede pasarles al estar juntos. Pues el Alfa va a luchar por su familia sin importar lo que ocurra...

Sentir el tacto de su Alfa, aquel que con mucho amor lo marco y lo ha tratado con todo el amor del mundo, gracias a eso lo logra hacer sentir mejor, sin embargo... Es difícil poder alejar los miedos qué se implantaron en él, cuando llego a conocer la maldad humana en su máxima destrucción.

Siente como su cuerpo tiembla, sus brazos se aferran a la bebita qué puede sentir los cambios de humor de su papá Omega, el labio inferior tiembla y no sabe que hacer para olvidar aquellos malos momentos, cuando la felicidad está por completo en su posesión.

No quiere que las lágrimas toquen a la inocente fauno, qué en su cabecita de suaves cabellos castaños oscuros se ven aquellas protuberancias, herencia de la especie del Omega. Ese hecho es el que le aterra, le duele y le lastima.

¿Cuantas veces en la privacidad de la habitación de los dos, pidió entre los brazos de su Alfa, qué su bebé no fuera nada parecido a él, que todo lo heredara de Aioros, que fuera su viva imagen, para que no tuviera la el infortunio de ser un Fauno o un Omega?

Al ver que su deseo se cumplió a medias, la felicidad reino en su corazón, pero la incertidumbre también... Pues la pequeña nació siendo una Fauno.

Veía reflejado en los pequeños ojitos jades, su propio pasado antes de la luz de su amado destinado Aioros, y temía que eso se repitiera.

Habían sanado algunas heridas, pero... Otras aún no han podido ser aliviadas del todo.

El Alfa humano, lanza un suspiro y entiende aquel dolor. No va a permitir qué sigua haciendo sufrir a su Shura, la da igual el estar incomodo en aquella posición; su más grande deseo es abrazar al peliverde cabrío tanto como pueda, si debe estar de rodillas, de lado, o como sea, le dará un abrazo para rodear a ambos con sus fuertes brazos, para darles la calma qué necesitan.

Pues la bebita esta quejándose por la conexión qué tiene con sus padres, y el lograr sentir que uno está mal, le inquiera mucho.

-Todo estará bien, Shura... Nada malo le va a ocurrir a Connor, jamás lo voy a permitir, ni a ti ni a ninguno de nosotros- Su mirada levemente se afila, mientras deposita un beso en la mejilla del cabrío qué no puede dar la cara, pues sus lágrimas siguen cayendo entre la desesperación de los terribles recuerdos -Yo haría lo que fuera por protegerlos a todos y lo sabes, mi valiente Omega de ojos cuales jades preciosos... Mi Shura, qué es invencible y es mi mayor fuerza- Le dará los cumplidos más sinceros y certeros posibles, siempre le ha hablado con la verdad y la razón que posee una fuerza inquebrantable en su corazón.

Ante la mirada verde claro, esto no tiene mucho sentido. Había veces que si notaba los cambios de feromonas en el Omega, pero creía que era porque estaba encinta, y la sensibilidad le ocasionaba molestias... Pero, era la primera vez que Shura dejaba ver ese lado qué desconocía y le hacía preocuparse tanto.

Aunque Aioria es el hermano de Aioros de sangre, más ve al fauno como si él lo fuera de verdad, por ser ambos de la misma condición de especies.

Por eso logro confiar en él de manera rápida y le hacía mayor caso ante sus palabras, solo por Shura, fue creyendo que el castaño no es un humano malvado.

Puede que las feromonas de ninguno de ellos le afecten, más allá de ponerlo algo alerta, pero le provoca cierta angustia. Pues es su familia y la ama mucho, aunque no entienda aun por completó todos los estos sentimientos.

-Yo... Yo... No quería... Que ella fuera... Un fauno...- Revela su sentir a su destinado –Lo único que no... No quería... Era que se pareciera a mí... En algo-

El primer líder comprende este hecho, y claro que no le va a recriminar nada, pues entiende muy bien a que se refiere, su Omega.

-Pero... Gracias a que es similar a ti, es la fauno más linda, adorable y activa del mundo, será muy fuerte y valiente al igual que tú y...- Con cuidado besa una de las manos del Omega, para darle todo su apoyo -No vamos a dejar que nada malo le pase, mi amor- Aioros demuestra que su ternura es inmensa, como su paciencia y comprensión. Sabe que solo debe abrazar al peliverde, para ir lo calmando y así pueda desahogar su pesar.

-Pero... Aioros- Su voz tiembla... Sintiéndose muy mal por decir algo como eso en presencia de Aioria. Por ende se siente tan débil y estúpido, por no poder aguantar aquellos terrores –Solo pido... Que por favor... Ella no sea una Omega... Es todo... Lo que ruego...- Su llanto se incrementa en un silencio, mientras aprieta levemente sus labios -Que no lo sea... Que ella... Nunca sea herida, jamás... Yo... No quiero eso para Connor- No puede evitar aferrarse a la bebé, a ese pequeño cuerpo que no puede soportar la idea de apartarse mucho de su hija... Ni dejarla al cuidado de cualquiera que no sea de él mismo, su amado destinado o el joven fauno carnívoro. Fuera de ellos no es capaz de soltarla a nadie más.

Le duele en el corazón el darse cuenta que aquel pasado aun hace estragos en la mente del cabrío. En cierta forma sabe que es normal todo eso, ya que los traumas tan aterradores no son fáciles de olvidar, incluso el mismo a veces suela pensar o soñar con aquella horrible noche donde se le arrebato toda su familia, pero trata de nunca dejarse vencer, pero en cambio Aioros dejara qué Shura se desahogue y saque todo su pesar las veces que sea necesario él será su hombro pata llorar, y su pilar para que nada se derrumbe.

Con cuidado, rodea la espalda del Omega con una mano, y la otra justo al nivel de la bebé que está muy inquieta.

-Nada malo le pasara, estaremos siempre para ella. Sabes muy bien que vamos a protegerla toda nuestra vida, fuerza y amor, mi lindo Shura- Le dedica una mirada cariñosa y tan llena de sinceridad -Así que, no tienes que temer por nada de este mundo- Besa ahora la cabecita de la nenita –Mientras yo viva, nada malo le pasara a ninguno de ustedes- Lanza un suspiro para intentar ver esos precioso jades –Esa es la promesa que te hice el día que nos casamos mi amor-

No puede ser razonable ahora mismo, sus terrores aumentan con cada pensamiento. Pero poco a poco el amor lo puede hacer calmar ese dolor.

-Pero... Y sí... ¿No somos... Suficientes...? Yo...- Levanta la cabeza dejando ver su empapado rostro, como los hinchados jades, la agitación en su respiración es notoria de pánico, al igual que las mejillas rojizas -No quiero qué sea nada parecida a mi... Nunca quise darle una horrible maldición... Como el ser como yo... Ella no merece tal destino- Sin duda en el embarazo pensó muchas cosas que le lograron perturbar mucho la mente, haciéndolo creer que sí su bebé fuera un Fauno y Omega como él, le daría el peor resultado del mundo.

Es allí qué la misma bebé, ya no puede soportar más la angustia de sus progenitores y rompe en un fuerte llanto.

-Buaaaaaa... Buaaaa... Ma... Má... Pa... Pá... No... Lloles...- Es bastante sensible, sobre todo a los sentires del Omega, solo pudiendo ser un poco calmada por su padre Alfa, pero llegando a un punto que la ha desesperado tanto. Y a pesar de su corta edad, entiende muy bien que su papá está mal.

Shura al verla llorar, al escucharla llamándolo y notar las tenues lágrimas qué caen de esos lindos y delicados jades, lo hacen de a poco volver a la cordura. Como si aquella ansiedad por el pasado y la desesperación por el pasado, se esfumaran de a poco, y lograra entender qué está en un presente tan maravilloso qué no debería manchar.

-Connor...- La llama a la vez que sus lágrimas también caen, pero son delicadamente limpiadas por el Alfa más dulce del mundo -Lo siento...- La culpa por verla así crece de a poco -Perdóname... Por hacerte llorar... Mi... Niña...-

Uno de sus sueños era tener a una cría, una qué pudiera cargará, amar, cuidar y que fuera suya a la vez de quien amara con todas sus fuerzas. Se le cumplió el deseo, pero el temor de que todo lo que le ocurrió por su condición le pase a ese pequeño ser es enorme, y a veces no lo pude controlar... Sin embargo, la diferencia de su pasado y su presente, es que él ya no está solo y jamás lo volverá a estar y mucho menos la pequeña fauno lo estará.

-Shura, esta todo bien... Connor solo se preocupó por su papá...- La sonría del Alfa mayor es cálida, para acariciar esos cabellitos como los suyos y las pequeñas protuberancias -Quiere que también sonrías y estés bien- No niega qué algunas lágrimas se escapan de sus orbes, pues el ver llorar a quienes ama es algo difícil.

Se da cuenta que en efecto, la bebita estira sus manitas sucias hacia él.

Ya no siente rechazo hacia la suciedad como antes lo hacía... Aquellos traumas de esa índole se fueron poco a poco con el pasar del tiempo, al entender que los bebés no son del todo limpias y los padres deben mantenerlos aseados. Así que ahora ser tocado por manitas manchadas de frutas y verduras, no le afecta en nada.

Igual, gracias a cierto corderito fue aliviando algunos males, así que aquello le ayuda un poco en su presente también.

Pero de repente se da cuenta el Omega qué aparte de sentir a su Alfa el flanco izquierdo, puede notar como una mano un poco más pequeña de aquellas qué lo rodean, pero más grande de la diminuta que le acaricia la cara.

-Hermano Shura...- Aioria, siendo ahora un león fauno de quince años, se acerca a él, del lado derecho -No sé que este pasando... Pero... Lo que sea- Serio se muestra, aunque su rostro también de angustia esta presente -Puedes también contar conmigo, para cuidar a la cachorra, y no dejaré que nada malo le pase- Frunce el ceño, mostrando sus afilados colmillos, denotando su naturaleza salvaje y protectora -Y si alguien llegara a acercaré o intentar algo... No me importara quien sea, por que lo voy a destruir en ese mismo momento- Se nota el salvajismo en sus palabras, como el hecho de querer proteger a su sobrina y dar tranquilidad al peli verde.

Aquel Omega, puede ver está rodeado de dos bondadosos y ocurrentes Alfas. Uno siendo aquel que lo salvo y enseñó qué la cruel de los humanos no siempre está en todos, pues lo entendió al estar en ese gremio, y el más joven le mostro que la bondad de un fauno Alfa y bastante salvaje, puede existir igual para proteger a los suyos.

Pero también algo más aprende en este mismo momento, algo que conoce bien... Y comprende, pero sus terrores qué se vuelven grandes, lo hacen olvidar su hermosa verdad.

Una que ahora tiene presente y nunca se ira

-Gracias... A los tres...- Es difícil para él poder expresar sus sentimientos de cualquier índole, es complicado incluso controlarlos cuando algo negativo lo amedrentar. Pero... El amor de su vida, su pequeña niña y el adolescente qué es su cuñado.

Los tres hacen lo que sea para hacerlo olvidar sus peores momentos antes vividos.

Que si bien... Jamás dejara qué Aioria, ni Connor conozcan su pasado, no va a permitir que se llegue a repetir con ningún Fauno u Omega.

Solo de verdad pide para sus adentros qué su pequeña hija, qué ha parado de llorar y le dedica una pequeña, bonita e inocente sonrisa, nunca sufra nada de esa crueldad.

Aquella sonría qué desea proteger con todo su corazón, le hace sentir una inmensa felicidad, mientras siente el amor de Aioros, asiente, para también darle una pequeña sonría a la hermosa familia que tiene, y que a pesar de sentir los tormentos qué no se han ido del todo de sus pensamientos... Al estar ahora rodeado de ese amor que jamás le va a faltar y lo seguirá inundando de calma, como de paz por siempre.

La hermosa escena familiar, se da a cabo en una modesta casita que es el hogar de estos cuatro.

Mientras en una pared se puede ver uno hermoso dibujo de ellos feliz, al igual que a un lado dos cuadros con personas diferentes, uno con los padres de los hermanos Alfas y otro donde esta el padre del Omega.

El sueño de aquel Omega fauno, de que sus dos hijos volvieran a estar juntos y sean eternamente felices se ha hecho realidad.

Regulus, como su Alfa y el padre de Shura, podrán al fin descansar en paz, lejos de toda esa maldad qué se inició con la crueldad de muchos, y entre ellos el nombre de Aspros se pudo conocer, pero terminó con el nombre de otro loco.

Más eso queda en el pasado, al ver que el amor puede vencer al odio al final.

Y es lo que todos ellos intentarán proteger hasta el final de sus días. 

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me a robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Espero que les gustara.

Quienes amen el AiorosXShura, con toques de hermandad y familiaridad con Aioria y otro bonito personaje, van a disfrutarlo mucho.

En fin.

Me paso a despedir, gracias por leerme.

Cuídense mucho.

Los quiero tanto.

Ammu se va.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top