昇る太陽のへそに... [1/?]

México x Japón.

Primea parte de la historia de la pareja de estos dos uwu

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-Nueva Hispania, 1609-

En la capital del nuevo mundo, se encontraba el hispano hablando con su "esposa". Mientras que en otra parte de la gran hacienda, la pequeña colonia se encontraba con su "hermana menor", una niña que había encontrado Antonio y la había traído al nuevo mundo, haciendo de la capital de novohispano, la de ella también, su nombre era, Filipinas; la pequeña conversaba con el mayor, pidiéndole, casi suplicándole que fuera a su casa.

-Por favor Nueva Hispania. -Suplico ella. -Ven a mi casa, se que te encantará conocerla, solo debemos cruzar el mar.

-N-no lo se Filipinas... El jefe Antonio no me deja salir de mi territorio. - omwnto el pequeño de lentes mientras la miraba.

-Él no se enterara, lo juro, iremos y vendemos, nunca se dará cuenta que saliste de aquí. -El de ojos oscuros dudó, nunca había salido de loa limites de su territorio, ni por el norte, ni por el sur, nisiquera por los mares. -Mira, en unos días zarpara un navío a mi casa para poder evangelizar por allá, enserio me gustaría que vinieras.

-¿Y si llegara a pasar algo malo? -Pregunto el de lentes. Ella negó con la cabeza diciendo.

-Te prometo, que nada malo pasara. Y te juró que Antonio no se dará cuenta. -Nueva Hispania suspiro, no habia otra opción, Filipinas no lo dejaría negarse nuevamente.

-Esta bien... Iremos con los evangelistas. -Acepto resignado el novohispano mientras bajaba la cabello, la filipina lo abrazo con cariño mientras festejaba.

[...]

Y justo como Filipinas había dicho, Hispania no se entero que el menor y ella no estaban. Abordaron en el puesto de acapul o, rumbo a la casa de la pelinegro.
La pequeña colonia novohispana, estaba temeroso, era la primera ves que salia de su hogar sin sus padres, solo... A un mundo desconocido.

El viaje en un principio fue tranquilo, el mar del pacífico estaba calmo. Filipinas y Nueva Hispania la estaban pasando bien junto a los evangelistas.
Hasta que una tormenta llegó...

La lluvia azotaba todo, el mar estaba descontrolado y movía el navío de un lado a otro, como queriendo voltearlo. Relámpagos centelleaban en distintos puntos y el barco era un caos.

-¡Filipinas! -Grito el hispanohablante, estaban muy alejados del otro, el feroz viento les prohibía juntarse. Ambos trataron con todas sus fuerzas y lo estaban logrando. Con mucho esfuerzo y estaban por juntar sus manitos cuando...

-¡Nueva Hispania! -Grito la pequeña cuando el viento los separo nuevamente y un rayo partía a la mitad en navío.
Se oyeron varios gritos y tanto Filipinas como Nuevo a Hispania cayeron al agitado mar, junto con los otros tripulantes.





[...]






El sereno paisaje, las calmadas olas, todo era tan hermosos en esos.momentos, que no parecía que la noche anterior hubo una tormenta.
Kiku Honda o, mejor conocido como el Imperio Japonés o simplemente Japón caminaba por la costa.
Había salido al fin de su habitación, algo bueno para él, porque su jefe ya no sabia que hacer teniéndolo todo el tiempo ahí dentro.

Se detuvo al ver que pedazos de madera llegaban a la costa. Fruncio ligeramente el ceño y se acerco un poco al ver un pequeño culto sobre un madero; abrió los ojos y se metió al mar, mojando su kimono, camino y arrastro el bulto a la orilla, pero al.alzar la mirada vio otros or el mar.
Mando a llamar a los lo ladores cercanos para que sacaran a los demás.

Cuando vio lo que él saco, noto que era un infante, un niño de no mas de 6 años.
El cual en una de sus manos sostenía con fuerza unos lentes y en la otra un rosario.
"-Es evangelista..." pensó y tomo el rosario ocultándolo, pues no hace mucho (en 1500 y cacho) habían ejecutado a varios de los suyos que predicaban el cristianismo en tierras niponas.

[...]

-Mientras tanto. En otra parte del pacífico. -

Filipinas era rescatada por unos tripulantes que pasaban por allí. Eran otros hispanos que se dirigían al nuevo mundo después de evangelizar en la tierra de ella.
Cuando reaccionó, busco con la mirada... Pero si hermano no estaba, solo había cuerpos, unos vivos y otros muertos, pero no había señales del novohispano.

-En Nueva Hispania -

Antonio estaba furico, preocupado, estaban buscando.por debajo de las piedras a su colonia. ¿Cómo había sido tan descuidado? ¿Dónde estaba su crió? ¿Cómo lo encontraba?

Todos buscaban al hispanohablante. Pero... No estaba, era como si la tierra se lo hubiese tragado.


[....]



-Japón. -

El novohispano despertaba de su sueño, se encontraba en una especie de metate acolchonado, la cabeza le daba vueltas y a la ves le dolía... Cuando se sentó, lo recordó todo. Volteo para todos lados, notando que la casa donde estaba era muy extraña a la suya. Al voltear al lado derecho, al fin noto la presencia de un joven pelinegro.
Este hizo una reverencia y con voz calma, hablo. Esperando que le comprendiera, porque su instinto.le decía, que ese niño, era como él, era un país.

-Kon'nichiwa, kibun ga yoku narimashita ka? -Pregunto el nipón, a lo que Nueva Hispania bajo la mirada. -Wakarimasu ka jibun ga dare ka shitte imasu ka?

-S-si... Creo que me encuentro mejor... -Contesto a la primera pregunta hecha por el mayor. -Si, puedo comprenderlo... M-mi nombre es, Nueva Hispania. ¿Q-quién es usted?

-Watashinonamaeha Honda Kiku to watashi wa taiyōganoboru-kokudesu. Nihon -Se presento el mayor. Nueva Hispania lo miro, aunque sabia que aquel país hablaba de forma extraña, podía entenderlo a la perfección, le era algo extraño, pero eso se debía a que no combibka con muchos otros países, ese era Hispania.

-Es un gusto conocerlo señor Japón. -Hizo también aquella pequeña reverencia. -¿Cómo llegue aquí?

Preguntó, a lo que el japonés le contestó que lo había encontrado junto con otros más.
Que lo devolvería a su lugar de origen, pero que para eso debía esperar cierto tiempo.
Para Nueva Hispania no era difícil adaptarse a un lugar, aprendía rápido y en unos 3 meses aprendió el idioma de Kiku.

En japones le alimento y le enseño algunas cosas, mientras el un nuevo navío se construía para que cruzaran el pacífico. A pesar de no querer extraños para hacer negocios o algo así, el joven país le hizo sentir felicidad, alegría al verlo aprender de él.
Kiku adoraba al hispanohablante, si, podía ser lindo, pero lo adoraba por el interés que mostraba en su persona, a pesar también, de ser exigente como lo dictaba su código Samurái. Nunca lo noto molesto por ello.

En los años que estuvo Nueva Hispania, Japón lo consoló en aquellas noches que lloraba por estar lejos de su hogar; Cuando eso pasaba, Kiku ordenaba que dieran mas aprisa con ese navío.
Fue, después de casi cuatro meses que este ya estaba listo y debían zarpas para ir a donde vivía el menor.

Kiku dudo, no quería salir de su hogar, de su zona de confort, pero tampoco quería abandonar al infante. Cuando tomó la mano de Nueva Hispania, sintió un apretón en su mano, eso lo hizo sentir seguro y avanzó, abordando el barco nombrado "Buenaventura".

Así empezaron el viaje, do de, esos cuatro meses fueron cortos para los países, mas para el nipón que no había tenido del todo contacto con otro país y menos del nuevo mundo.
De hecho, meses atrás había enviado una carta al tutos del infante, diciéndole que en algún momento llegarían al puerto de Acapulco (según le había contado el novohispano).

Kiku no se separo en ningún momento de Nueva Hispania durante lo que duro el viaje.


[....]

-Puerto de Acapulco; Nueva Hispania; 1611-

Hispania no estaba enojado... O al menos ya no lo estaba, pues cuando Filipinas les contó todo y que lla había sido la de la idea, Hispania la mando a castigar y mando a su embarcaciones car en alta mar a su niño.
Pero al no haber resultado se sintió frustrado, sabia que estaba vivo o lo querían las tierras físicas les hubiera pasado algo o... Hubiese nacido otra representación...

-¡Papá! ¡Mamá! -Grito Nueva Hispania al ver a sus padres en el puerto. Ambos al verlo, corrieron y lo abrazaron llorando, besaron su rostro, preguntaron como estaba, al verlo bien, agradecieron a dios (o al menos Antonio lo hizo).

Japón solo sonrió al ver al infante feliz, Antonio se levanto y se acerco a él.

-Os agradezco mucho el haber cuidado de mi Nueva Hispania. -Le extendió la mano, a lo que Japón nervioso so hizo una reverencia.

-No fue nada, me alegro él que este devuelta a donde pertenece. -Comento el nipón mientras levantaba la mirada. El castaño sonrió, así que, antes de que el de baja se fuera, lo llevo con el menor a la capital de la colonia. Donde ofreció un banquete para el nipón.

También de agradecimiento le regalo un reloj hecho en Madrid, algo que le encanto al japones, pues nunca había visto uno igual.
Antonio también se ofreció para alejar a Inglaterra o a Países bajos del territorio del país del sol naciente

Japón se despidió del menor, agradeciendo por dicho por Antonio, Nueva Hispania le pidió que volviera, pero Kiku no estaba seguro.
Quien diría que dos años después en 1613, el volvería al puerto de Acapulco con varios humanos suyos, fue a la capital donde paso tiempo con la pequeña colonia.
Hispania agradecido le comentó que seria un honor que él fuera a Europa.

A lo que, para propia sorpresa de Kiku, acepto ir. Paso unos años allá, fue en 1616 que decidió volver, se sentía extraño, no se sentía el mismo. Suspiro, debía hacer algo por ello, así que, cuando llego al puerto. Pero ahora de Veracruz, llego a la capital y le dijo a Nueva Hispania.

-Volvere a mis tierras, cuidate mucho por favor. Espero que nos volvamos a encontrar. -El pequeño de lentes lo abrazo y le dio un inocente beso en los labios al japones, que lo puso bastante colorado.

-Lo voy a extrañar señor Japón, espero nos veamos pronto. -Dijo amable y con cariño. Kiku solo.le.dijo que seria así, algunos de sus hombres se quedaron, pero él partió por el océano pacífico devuelta a su hogar.

Donde se aisló del mundo entero, donde no le abrió las puertas a nadie nueva mente. Donde solo recordaba al menor como un buen pupilo. Seria hasta 1874 que él y el novohispano se verían nuevamente...

¿Serian capaces de recordarse?


-Ohayo Perez.

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