Pikku muukalainen
Finlandia x México
Dedicado a: -SirenOfDreams-
N.A: Solo admiremos lo hermoso que es Tino ♥️
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13 de Julio de 1920
Tino Väinämöinen mejor conocido como Finlandia, respiraba entre jadeos, se encontraba en piso ya que Rusia lo había empujado con bastante fuerza, entre las manos del eslavo una tubería con la que jugaba.
No hace mucho, como hace un poco más de dos años el finlandés había declarado su independencia de la gran madre Rusia.
Y a pesar de que Iván había firmado los papeles de eso y "aceptado" el hecho de que Tino ya no era parte de él.
La verdad es que el eslavo solo quería partir cada uno de los huesos de Finlandia.
Y aprovechando que Suecia no estaba por allí, pero Rusia también sabía que el nórdico no era calmado, sabía lo bueno que era para la batalla, incluso era mucho más capacitado que el grande y silencioso Berwald Oxenstierna.
Pero bueno, la gran madre Rusia sabía como atacar y aunque el general invierno no estaba de su lado en esos momentos, podía hacerle frente al rubio mas bajo.
Y antes de que el eslavo pudiera atacar, una voz mucho más joven lo detuvo, Finlandia volteo a ver en dirección de aquella voz.
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver al joven país americano.
---¿Qué rayos piensas hacer Iván? ---La voz del adolecente se oía con notable seriedad, ¿cuántos años aparentaba? ¿15? ¿16? Esas eran las preguntas que Tino se hacía al verlo avanzar hasta el más alto.
No parecía tener miedo de él, eso era sorprendente ya que la mayoría le tenía miedo a Rusia y a Suecia. Pero esa joven nación... No sé intimidaba por la gran figura del ruso el cual era mucho más alto que él.
---México, no te metas por favor, este es asunto entre Finlandia y yo. ---Contestó el mayor mientras le sonreía de manera infantil al moreno.
---Pues fíjate que no. ---Tino no conocía mucho del mexicano, por lo que sabía este apenas iba a cumplir un centenario de que España lo reconociera como un país independiente del reino hispano. ---Finlandia ya no tiene nada que ver de ti, se que se independizó hace poco y no dejaré que lo lastimes.
El rubio hizo un pequeño gesto de asombro, a pesar de que Juan no era el primer país latinoamericano en reconocerlo independiente de Rusia (el primero había sido Argentina), si le sorprendió ya que él y México nunca habían interactuando , de ningún modo, nisiquera habían cruzado mirada alguna ves.
---México, por favor. ---Comentó amable, pero el rubio menor sabía que este estaba perdiendo la paciencia. Más el mexicano no cedio y siguió ahí de pie, observando con sus ojos oscuros al más alto. ---México...
---Vete Rusia, porque yo no pienso dejar a Tino. ---El ruso solo mostró esa sonrisa mientras cerraba los ojos y ponía la tubería por detrás de su espalda. Dió media vuelta y comenzó a marcharse, ya después arreglaría cuentas con el nórdico.
Cuando el eslavo se marchó, Juan dió media vuelta y le extendió la mano al finlandés.
---¿Te encuentras bien Finlandia? ---Preguntó el menor mientras ayudaba a levantar al mayor.
---Si, muchas gracias México. ---Agradeció el nórdico con esa amable voz suya y regalando una sonrisa al mexicano el cual devolvió el gesto.
Y como se lo había dicho, el mejor no se había alejado del finlandés, Tino tuvo la oportunidad de conocer un poco más del americano, estando en una dictadura con el pueblo para nada contento, el rubio ya intuía que una guerra pudiera ser desatada por esos casos, pero el mexicano no parecía estar preocupado por ello.
El nórdico trato de recordar sus viajes en su época vikinga, pero no recordo el ver a alguien parecido a Juan en esos viajes. Hasta que se enteró el año de nacimiento del adolecente, ahora comprendía el porque no haberlo visto, si bien Romano y Veneciano se declararon los descubridores del "nuevo continente", él y los otros nórdicos ya habían viajado a esas tierras pero solo como un viaje casual y del cual no volverían.
Ambos se despidieron en el puerto después de la reunión que hubo en casa de Iván. Finlandia solo pudo ver cómo el navío se alejaba por el Pacífico.
[....]
A pesar de estar bastante alejados, ambos países empezaron a enviarse cartas para estar comunicados. Las cartas fueron el inicio de su amistad y, el 2 de octubre de 1936 ambos países hicieron un tratado de amistad en casa de Alfred, lo que daba inicio a sus relaciones diplomáticas y aunque Juan estaba muy golpeado por la revolución y otras cosas, para Tino, la sonrisa que le dedicaba seguía siendo igual de cálida que la primera ves.
Una de aquella cartas llegó un mes después de que empezará la Guerra de Invierno (noviembre 1939); Tino descansaba en una trinchera cuando la carta le fue entregada y, aunque confiaba mucho en Suecia, decidio alejarse para leerla con más calma.
“Ciudad de México, México; 1939
Querido Finlandia:
¿Cómo has estado? Supongo que no muy bien, me enteré que Iván a decidió atacarte y que cambio su nombre por "Unión soviética". Que mala pata a decir verdad, no pensé que Iván quisiera atacarte nuevamente.
Bueno, está carta no es para lamentaciones, sino para decirte que, te mantengas fuerte y firme, eres un país que nunca se rinde y se que le darás una buena lucha a la unión soviética.
Si pudiera meterme en la guerra que tienes te ayudaría. Lastima que no puedo salir ahora.
Te deseo lo mejor, eres fuerte y se que lograrás resistir. <3
Con todo el apoyo y ánimo.
Tu siempre buen amigo: México”
El nórdico sonrió, eran unas buenas palabras de aliento aunque no las pareciera, doblo la carta nuevamente guerdandola en el sobre y la metió dentro de su abrigo. Ya que el frío era demasiado horrible en esos momentos.
Finlandia no se sentía decaído por la invasión, era fuerte y sabía hacerle frente a la unión soviética. Y si su querido amigo México lo creía, eso le daba más motivos para seguir resistiendo.
No dejaría que Iván ganara la guerra de invierno.
[....]
Después de los horrores causados por el tercer reich y de las dos bombas atómicas soltadas en Japón. Finlandia y México se volvían a ver en persona una ves más en la capital de los Estados Unidos.
Solo que esta ves, sus tratados de amistad llegarían un poco más lejos (hablando diplomáticamente), pues habían decidido tener una embajada en el otro.
Aunque...
---Muy buen Tino, firma aquí y aquí y tú embajada con México estará hecha. ---Dijo Alfred, ya que la embajada se situaría en la capital estadounidense.
Lo mismo pasaba con México, si necesitaba algo de el nórdico, tendría que ir a Estocolmo para arreglarlo. Pero ninguno de los dos se molestó, su privacidad seguía dándose por carta.
Era curioso para ellos como si relación había crecido por cargar y aunque hubo un tiempo que estás se detuvieron para no ser intervenidas y que no las registrarán las armadas.
Mientras los otros dos "representantes" de los países estos fueron a caminar por allí, hablando de cosas que solo las cartas contenían.
Tino como Juan seguían siendo muy alegres, la guerra no había causado ningún efecto negativo (a simple vista) en ellos.
Se quedaron en uno de los balcones de la Casa blanca, una que tenía algo de vegetación como decoración y, las flores como testigos mudos, vieron como aquellos dos países unía sus labios en un pequeño beso tímido.
No había sido algo que hubieran planeado, ninguno tenía pareja (aunque Suecia siguiera diciendo que Finlandia era su esposa).
Ambos se sintieron avergonzados pero felices y una ves más repitiendo aquella muestra de afecto. Se demostraron silenciosamente que esa amistad podría ser algo más.
Algo que no pasó a mayores, solo se sonrieron y dijeron cosas que ambos los hicieron reír... Tal ves, aún no era el momento, pero ya llegaría y ambos estarían dispuestos a ser algo más que amigos.
----Ohayo Pérez
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