Deuxième intervention française.




Francia x México.

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—1863; Segunda intervención francesa.—

Ya había pasado tiempo, desde la famosa guerra de los pasteles. El contrato que había hecho Inglaterra entre el país galo y el país novohispano logro llevarse al pie de la letra.

Pero los planes de Francia eran otros, pues él aun quería la dulce inocencia del menor. Y estaba dispuesto a todo con tal de obtenerla; después de leer por milésima ves el contrato. El rubio sonrió.

En la convención de Londres, donde los países a los que México les debía dinero se llevo a cabo.
Pero el presidente, Benito Juarez decidió que no podían pagar mas lo que le debían a la alianza tripartita.

Así que España, Inglaterra y el propio Francia fueron a los puertos del menor a exigir su dinero. Unas disputas después, los primeros se retiraron.
El menor los despedía en el puerto, pero Francia... Él seguía ahí con su barco.

—¿Por qué no se va señor Francia? —Pregunto extrañado el pelinegro. —Ya le he pagado lo que le debo.

—Lose, lose Mon Amour. —Dijo el galo con una voz coqueta acercándose al joven país. Tomándolo por la cintura y pegándolo a él. —Pero ahora, quieto algo más que el dinero~

—D-de que rayos habla... —Trataba de quitárselo encima México. Cosa que no podía. —S-suelteme... Ya le pague, vallase...

—Hablo de... —Lo tomo por el mentón, haciendo que el moreno le mirara. Y acercándose a sus labios peligrosamente, admirando sus ojos oscuros, sin esos lentes que los opacaba. — Que te quiero a ti~

Y al decir esto, beso al menor, el cual no sabia como reaccionar. Pero trato de apartarlo, no se sentía cómodo con eso y, menos cuando el francés empezó a pasear sus manos por su cuerpo.

Cuando se logro quitar al galo de encima, pues le había pateado. Lo miro mal; el francés había roto las clausulas del contrato.
Siendo esto, una declaración de guerra.
Y no solo México lo sabia, España e Inglaterra lo sabían por igual.

Pero esta ves, el francés estaba mejor preparado. Pues en Europa, Napoleón empezaba su invasión por esos lugares, tomando grandes ventajas.
Haciendo que España no pudiera ayudar a su pequeño, pues estaba mas que endeudado.

Así México se enfrentaría a una guerra mas, después haber perdido contra Alfred.










[....]




—¿Enviar a Zaragoza? —Pregunto el moreno, viendo al presidente Juarez.

—Así es, él ira junto con Diaz. —Menciono el jefe del menor. —Tu tendrás que ir con ellos. No podemos perder.

—Si señor. —Acepto el país, alejándose del gobernante de su nación.

Después de hablar con Ignacio Zaragoza, y ayudar a un joven Porfirio Diaz con su armamento y a dirigir a las tropas. Partieron de la ciudad de México.

Al llegar a Puebla, el representante del estado los esperaba; Puebla era un joven de unos 18 años, de piel morena, ojos café oscuro. Pelo castaño oscuro y una estatura de 1.69.

Esperaba a su nación, ya vestido para la guerra. Al verlos llegar, organizaron a las tropas.

Y junto al mandato de Ignacio, el 5 de mayo. México le dio la paliza de su vida al francés, pues el moreno aun tenia rencor por la guerra pasada con Alfred. Y vio la oportunidad para quitar parte de esa ira con el galo.

Pero, las tropas francesas no se rindieron. Y menos Francia. Sabia que México había agotado sus reservas en ejercito, ya que este aún estaba divido por  conservadores y liberales.

Y sus estados, no todos lo apoyarían por el mismo hecho.
Así que, la ventaja y la guerra estaba mas que ganada. Así que... Podría disfrutar del menor, sin ningún problema y nadie intervendría en ese hecho.







[....]




—N-no.. S-suel... Suelteme... —Gimio con dificultad, pues el galo le había amarrado en las barras de la cama y el menor tenia las manos por encima de su cabeza. —N-no me... Toque...

Pedía, pero el francés ignoraba las palabras del menor. Besando su cuello, dejando varias marcas notables.
La piel del menor era, sedosa mente suave. Sus manos le había quitado la parte del uniforme militar del moreno.

Y ahora lo acariciaba, pellizcando los pezones del moreno. Oyendo los gemidos que por inercia el menor sacaba de su boca.

Ya que nunca lo habían tocado de ese u otro modo. Ya que era casto;  pero no le agradaba mucho la sensación que le daba Francia.

—No sabes cuanto e esperado esto Mon Amour~ —Le dijo Francis, coqueto. Besando al menor en un apasionado beso que el mexicano no pudo ni quiso corresponder. —Tu inocencia sera toda mia~

Le comunico al finalizar aquel beso. Para después quitarse la ropa de encima. Y empezando a besar, morder y marcar el torso de Juan.
El cual se retorcía porque le daba cosquillas y porque quería quitarse de encima a Francia.

El galo bajo poco a poco, quitando las ultimas prendas del muchacho. Dejándole totalmente desnudo, admiro el joven cuerpo del menor, admirando sus delicadas y suaves curvas.
Se agacho nuevamente, y viendo el miembro erecto del menor, sonrió.

México que jadeaba y quería que esto acabara de una buena ves. Pues no espero que su primera ves fuera con el galo.
Un grito/gemido salio de sus labios involuntariamente. Pues Francia había "devorado" miembro, no pudo evitar gemir alto.
El sentir aprisionado su pene, lo hacia sentir extraño. Se retorcía por la sensación que le causaba.

Francis hacia lentos vaidenes, simulando embestidas, mientras veía el rostro de su Mon Amour.
Cuando el mexicano sintió que se iba a venir, se lo comunico al mayor.
Haciendo que este, dejara su miembro, y levantara las caderas del menor. Ahora si, México iba a ser todo suyo.

Empezó por dilatarlo. Pues no quería causarle daños o una mala experiencia al menor. (Aunque ya lo esta haciendo, porque México estaba incomodo con todo).
Al sentir la intromisión en su parte baja, Juan se retorció de dolor, pero Francia le calmo.

Las lágrimas bajaron por sus mejillas, y mas al llegar el segundo dedo. Que el galo movía en forma de tijeras.

—S-saquelo... Por favor señor Francia... —Suplico el adolescente. Con la poca voz que tenía. Pero Francia solo le beso. —Por favor...

Lloraba, pero el francés pensaba que era por la intromisión en su recto. Que en parte lo era.
Juan no quería que el europeo fuera el primero en su vida. Él quería que fuera con una persona que enserio amara.

Pero al sentir el tercer dedo, que lo hizo arquearse. Sabia que eso no era posible.

—Ya estas listo, Mon Amor~Mencionó el rubio, acomodándose entre las piernas del mexicano, levantando sus caderas. —Ya veras como te va a gustar, hasta me vas a pedir mas~

Menciono con algo de cinismo, y comenzó a entrar en el menor.
El cual, al sentir tamaño del miembro ajeno, dentro de él.
Comenzó a llorar, suplicando que parara, pues le dolía.

Pero el francés, trato de calmarlo, diciendo que si seguía así, le podría lastimar. México su que no quiso, le hizo caso; había perdido la virginidad con alguien que no quería.

Y así, el galo, después de un rato comenzó a moverse. Penetrando una y otra ves al menor.
El cual, la primera ves. Tuvo suerte de que la invasión de Francia no diera frutos.

Ahora, se estaba llevando algo mas que la victoria de una guerra. Donde solo el galo lo disfruto, pensando que el menor también lo hacia. Cosa que erro.

Así paso la noche, hasta que el menor acá o con la mente en blanco y Francia satisfecho.









[....]





En los días siguientes, a México le dolía la cadera y trataba de caminar muy poco.
Pero Francia lo había mandado  llamar.

Transcurría el año de 1836, y Juarez no le había dado una solución aun. De como sacar al francés de ahí.

Mon Amour, estos hombres me han dicho lo que tu quieres. —Hablo el rubio dirigiéndose a él. México los miro, ellos eran conservadores. —Y como yo estoy aquí, para hacerte feliz, e aceptado por ti.

Juan fruncio el ceño, eso no le gusto para nada. Pasos detrás de él se oyeron, haciendo eco por la habitación.

—¿Qué a decidido señor Francia? —Pregunto molesto. Viéndolo.

—Que a partir de hoy. —Los pasos se oían mas cerca, el moreno volteo par ver de quien se trataba.

Abrió los ojos al ver a la personas a detrás de él. Formal, alto. Serio, pero sobre todo europeo.
Lo vio con un anillo entre las manos.
Eso no le gusto, lo vio acercarse, vio como tomo su mano y sin pedírselo. Puso el anillo en el dedo correspondiente.

Su cabello castaño, sus ojos amatista, ese lunar junto a su labio. De todas las naciones, Nunca espero verlo a él.
Pero ahí estaba, el aristócrata beso la mano donde tenia el anillo, mientras Francia decía:

—Seras una monarquía.

Y desde ahí, empezó el segundo imperio mexicano.

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—Ohayo Perez.

Lamento la tardanza 😥😥

Es que estoy salvando el semestre, estas son las ultimas semanas. Prometo que cuando acabe, actualizare las demás historias.

Tenganme paciencia, por favor. 😥😥

Este es mi quinto semestre, ya el próximo medio año salgo de la prepa. Por eso e estado bajo presión. 😥😥

Perdón, y pronto actualizare 😢😢

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