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Estado de México x Morelos


Un dibujo hecho por The_Hell_of_Lucy

Espero les guste y, espero poder hacer mas de ellos y de los otros estados que shippeo uwu







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El Estado de México es conocido por la violencia que posse, esa inseguridad.
El nombre humano de este estado de la república mexicana es Cesar de La cruz.
Y tuvo una etapa en la que se desconoció a si mismo como persona, pues se dejo envolver por la delincuencia y las drogas.

Era raro que los demás estados no supieran algo de él en ese tiempo. Nadie sabía nada de él, no era normal que un estado desapareciera (la forma física, claro).
Otro estado de la república, uno de menor estatura, de cabello oscuro y ojos café oscuro, aun lo buscaba.
Pues, le preocupada lo que le pudiera pasar a su amigo de la infancia.

Pregunto en cada municipio del sur de estado de México. Pero nadie le decía algo sobre el mexiquense.
Morelos se sentía frustrado al no encontrarlo... ¿Y si buscaba mas al norte?
También le pregunto a la cuidad de México silo había visto, este se veía algo nervioso como si ocultara algo.

—Mira, yo no podría decirte algo con exactitud, pero tal ves, una de mis delegaciones pueda hacerlo. —Comento mientras ambos se veían. Camilo asintió y esperó a que llegara la delegación chilanga.

—Pues... Mire, lo que cuentas por ahí, es que, posiblemente el patrón este por Cuidad Azteca. —Comentó la delegación de Tepito mientras rascaba su nuca. —No más, no le diga a la banda, que yo fui el topó... Sino, los weyes me van agarras a vergazos.

Yahir rodó los ojos, diciéndole a su delegación que se retirará. Luego volteo a ver al estado de Morelos.

—Mira Morelos, esa parte del estado, es bien peligrosa. No te recomiendo ir, de seguro estaba bien, entre barrios se respaldas. —El morelense solo fruncido el ceño.

—Lo siento Yahir, pero, no voy a dejar a Cesar. —Se cruzó de brazos, la capital suspiro. —¿Me llevaras?

—Te voy a dejar, yo no pienso meterme en problemas otra ves. Pueden ser muy violentas.


[...]

—Crei que solo me ibas a dejar. —Comentó el menor mientras veía a la capital. Ambos caminaban por las calles.

—Si, pero en el día... Ahora es de noche que lo hace peor. —Comento, volteando la mirada hacia atrás en varias ocasiones. —Ahg... Camilo, yo digo que volvamos mañana, esta bien peligroso aquí.

—¿Y donde tú vives no? —Pregunto algo serio. Yahir solo bufo.

Siguieron caminando. Pero no parecía haber rastros del mexiquense, se oían a los perros ladrar o a veces no se oía nada, el temor de estar en las calles de noche era evidente.
Estado y capital levantaron la mirada, viendo a un joven caminado allí, la poca iluminación les daba pistas de quien podría ser. Pero ese joven no pasaba de los 16-17 años.

El capitalino tomo de los hombros al morelense y empezaron a rodear al joven, que decía incoherencias y caminaba con tumbos.
"—Yahir...", se escuchó de parte del otro pelinegro, pero el chilango simplemente no quería parar, había visto la botella de aquel pegamento. Y en los pantalones del muchacho una pistola que se azomaba por la parte de la cadera.

Este los volteo a ver, a lo que la capital, por instinto empezó a apresurar el paso. Lo mismo le.pasaba por algunas de sus delegaciones, por eso no le gustaba estar de noche. Empezaron a oír que los seguían, así que, ese paso rápido se convirtió en un trote, hasta que sin darse cuenta, tomaron un taxi que estaba por ahi y lo abordaron.

—¡¿Por qué nos subiste?! —Exclamo el morelense, se había dado cuenta de algo en aquel joven que los había visto. —¡Ese era Cesar!

—¡Querias que te asaltaran! Carajo, por eso Cesar y yo no nos llevamos bien. —Su amigo le reclamaba. —Por si no te habías dado cuenta, estaba drogado y nos venia a asaltar y yo, ya perdí tres veces mi dinero por mis propios rumbos. Así que, vendremos por la mañana, que es más... " seguro".

El menor se cruzo de brazos y se quedo en un puchero, estaba seguro que el chico era la persona que buscaban.


[...]


A la mañana siguiente, el chilango ya no pudo acompañar al morelense por cosas del trabajo. Así que, la delegación de Tepito acompaño al estado, ambos volvía a donde Camilo había visto a Estado de México.

—¿Enserio lo vieron por aquí? —Pregunto la delegación chilanga, Morelos asintió. —No. Pues, si que tuvieron suerte, aquí si esta bien pinche peligroso. A mi me apuñalaron una ves.

El pelinegro solo miro extrañado a la delegación. Este hablaba de esas cosas como si fuera lo mas normal. Caminaron, pero no vieron nada del castaño.

—Tal ves fue con Ecatepec, ese vato siempre lo anda cuidando. —Comento, el pelinegro le pidió que lo llevara. —Ta bueno pues, solo que usted paga, yo no traigo ningún quinto, tuve que dejarle mi changarrito a Alamedas y es más al rato que tendré al menos algo de morralla.

El morelense asintió, pero cuando tenia la cartera a fuera, una pistola se poso frente a él. Era más alto que él, pero no podía verle el rostro por la capucha, la voz era rasposa y demasiado chueca...

—¡A ver! ¡Dame todo lo que tienes! —Le grito, el morelense volteo a ver a la delegación, no lo veía por que el hombre frente a él era mas alto. —¡La cartera, celular, cosas de valor!

Volvió a exigir, el menor tenia miedo, antes de poder entregarle todo, reconoció aquella voz chueca. El tipo ya desesperado de que no le entregaran nada se acerco más al menor, fue cuando Morelos se dio cuenta de que era la persona que buscaba.

—Cesar... —Lo llamo, su voz tembló. Este solo le arrebato la cartera. —¡Cesar basta!

Volvió a exclamar, logro ver los ojos del mexiquense, estaban rojos y las pupilas estaban dilatadas... Estaba drogado.
La respiración de ambos era agitada, pero ninguno despegó la mirada de su contrario, hasta que el mexiquense cayó al piso.

—Disculpa la tardanza, pero no encontraba la fusta. —Dijo Repito mientras la mostraba.

—¡¿Le disparaste?! —Exclamó mientras se agachaba para ver al mayor.

—No, ni balas tiene. —Comento el contrario. —Solo lo deje fuera de combate. Vámonos antes de que despierte.

—No, es él. Es Estado de México. —Dijo. Ambos se miraron y la delegación se agacho. —¡Hay que llevarlo al hospital, rápido!

El contrario asintió y se levanto para detener cualquier vehículo que pasara... Hubiera sido mas fácil llamar una ambulancia, pero ninguno de los dos lo pensó a la primera.





[...]



Cuando Cesar despertó de la inconciencia, se encontraba en una cama de hospital, en el brazo izquierdo tenia suero y en el otro, más cables.

—¿Qué? —Cuestino débil, recordaba tan poco. Solo la mirada asustada del Estado de Morelos. —¿Dónde estoy?

Se cuestionó a si mismo mientras veía todo, lo que mas le sorprendió es que estaba en el hospital Juarez. Bufo un poco, se levanto un poco y, apoyado con sus brazos vio al morelense dormir a su lado.
El mexiquense parpadeo y acarició la cabeza del muchacho.

Antes de poder decir algo, alguien toco la puerta del cuarto, Morelos despertó al oír los golpes y vio al castaño. Ambos se vieron.

—¡Cesar! —Exclamo y lo abrazo, el nombrado se sorprendió por ello, pero no dijo nada más. El doctor entro por la puerta.

—Buenas tardes, joven de la Cruz. ¿Cierto? —El pelinegro asintió. El humano continuo con su reporte medico. —Bien, debo decir que lo trajeron a tiempo. Antes de que toda toxina le hiciera mal y no hubiera vuelta atrás. Estará en tratamiento para desintoxicación y poder hacer un estudio mejor con su cuerpo libre de sustancia nociva o de alcohol.

Cesar bajo la mirada, en sus brazos se notaban ligeros puntos, de lo que se había logrado inyectar. A pesar de haber inhalado, inyectado y tomado todo tipo de droga que le ofrecieron, a él le tardo en hacer efecto por ser un estado.
El morelense asintió ante todas las palabras del medico, pero este se puso serio (mas serio) de un momento a otro.

—Tambien quiero que este mas tiempo, porque..  Queremos hacerle la prueba del VIH/SIDA. —Cesar abrió los ojos a modo de sorpresa.

—¿Por qué necesita hacer esa prueba? —Preguntó Camilo. Pues Cesar se mantuvo callado todo el rato, solo oyendo, todo el daño que se había hecho.

—Bueno, porque tenemos sospechas que el joven Cesar, podría tenerlo. —Es medico anoto algunas cosas en una tabla. —¿A tenido relaciones sexuales sin protección?

El nombrado desvío la mirada, ¿qué si las había tenido? No lo recordaba, probablemente si.
"—No lo recuerdo." Fue lo único que contestó, Morelos no dijo nada, sabia que eso era posible, pero no se espero que el mexiquense pudiera tener aquello.

—Bien, Cesar, tiene un gran amigo, sino lo hubieran traído, lo mas seguro, no estaría vivo o, en un peor estado. —Diko el humano y se despidió. Dejando nuevamente solos a los estados.

—¿Si tuviste relaciones sin protección? —Preguntó Morelos.

—No lo se, no lo recuerdo, el ultimo año esta borroso... —Camilo bajo la mirada. —Gracias...

—No podía dejarte solo, no de nuevo... —Menciono. Pues cuando el mexiquense se había comenzado a meter con las drogas, el alcohol y el asalto, él y Morelos se habían alejado. —Pero, no creas que estas salvado de esta. El señorito México me dejo quedarme a tú lado hasta que estés mejor.

—¿Y si recaigo? —El pelinegro tomo las manos del mas alto y las apretó entre las suyas.

—Estaré ahí para levantarte. —Dijo con firmeza, el castaño sonrió y abrazo al menor






—Ohayo Perez.

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