XVII. Cambiando de perspectiva
Si te digo algo
es porque he colapsado,
no me cabreo
todos los días,
yo aguardo
bajo la lluvia
y el paraguas usado,
agrietado
y dolido.
Yo no rompo mi testimonio,
convenzo a mis testigos
y huyo del juicio.
No pongo en duda
tus testículos,
tus palabras,
tus actitudes...
solo las abrazo
y continúo con los dedos
cruzados.
Si te digo algo
es porque me araña,
arde
y escupe
tu hipocresía,
tus actitudes
y emanan de la tierra,
brotando como heridas muertas
las verdades
que aplasté
con la esperanza,
de que se callasen
confiando en la fantasía
tan bonita
que pintaste.
Si te digo algo
es porque me has dañado,
porque prefiero
mil veces
sufrir yo
a infligírtelo,
pero eso se acabó
llevo mucho tiempo
llorando en un rincón,
cargando con el dolor
de todos a mi alrededor,
sufriendo en silencio
por miedo
a que el juez
me acuse
de cómplice
y difamación.
Si te digo algo,
es porque he llorado
y tengo que gritar,
defenderme,
para quitarme
una carga más
y poder volver...
a respirar
sin romperme.
— Janny.
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