IX. Péguenme, tropiezo de nuevo
Me hiciste el amor
sin tocarme,
tu alma
se coló entre las sábanas,
puso la cabeza en la almohada...
Se miraron,
se rieron
y se entrelazaron.
No tuvieron
que presentarse
ya se conocían
como si se estuvieran esperando
toda una vida.
Me hiciste el amor
al abrazarme,
apretándome
contra tu pecho
y desmembrando
mi aciago,
urgiéndome de energía
y caricias.
Desgajaste mi congoja
y la aplastaste
como una simple mosca,
me insuflaste
de excelsa armonía
y dejé de sentirme
tan exigua
porque me entregaste
un amor inmarcesible.
Me robaste
retazos de mi alma
obnubilada, enajenada
y enmarañada,
expiaste y resarciste
mi inconclusa
inapetente,
desbordándome
de requiebros
intrínsecos.
Me allegaste
a tu cuerpo
y superaste
aquello que no tergiversaste.
Limpiaste la inmundicia
y me sacaste tantas sonrisas,
que mi lugar se encuentra
entre tus agasajos.
Te amo
y no hay palabras raras
que puedan describirlo,
esto para mí
es extraño
pero nunca me arrepentiré
de decirte...
que te amo.
— Janny.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top