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5- "la sal es el nuevo oro"
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Al día Siguiente, Giyuu con Kyojuro a su lado emprendieron camino hacia el gremio de comerciantes. Después del desayuno, Giyuu le explicó al alfa prime de pelaje lustroso su plan del día y sus objetivos con ello. El tigre divino le dió el visto bueno mientras se limpia la cara con una pata.

En serio está dudando si no es un gato enorme, en vez de un dios capaz de destruir un país por mero capricho.

Era obvio que mientras caminan, llamarían la atención, bueno, Kyojuro lo haría. A él le dan un vistazo despectivo y luego retroceden ante la presencia del enorme felino. Cuando llegaron al establecimiento, Kyojuro decidió quedarse afuera. No le apetecen mucho los lugares cerrados, en cuanto al omega encubierto, directamente paso a la recepción.

Su primera impresión fue que el edificio tiene ese aire empresarial antiguo.de muebles de buen material y cristales finos. Definitivamente un poco más ostentoso que otro tipo de edificio.

– bienvenido al Gremio de comerciantes, mi nombre es Mikaela ¿En qué puedo ayudarte? - la joven mujer de cabello castaño le saluda cordial. El pelinegro uso todo su valor para poder entablar una conversación. Lo suyo no es sociabilizar pero tenía que hacerlo si quiere sobrevivir.

– señorita Mikaela, podría darme información sobre el gremio - pide en voz baja y suave. La chica tuvo que acercarse más para entender lo que dice pero no pareció molestarse.
– por supuesto. El gremio de comerciantes esta por encima de los países y está conformado de 5 grupos de comerciantes, separados por niveles: hierro, cobre, plata, oro y Mithril - empezó a explicar la joven mujer con paciencia.

Giyuu podía entender gran parte, es como la secretaria de hacienda e impuestos exclusivamente a los empresarios. Desde el más pequeño vendedor ambulante a aquellos con macroempresas internacionales (se pregunto si había alguien con tanto capital). Cada uno con su tasa de impuestos anual y renovación anual con valoración de actividades comerciales con el gremio. La ventaja es que podía ingresar en cualquier nivel o ir subiendo desde nivel hierro.

También ellos se encargan de impuestos al país y están prohibidas las ventas ilicitas. En caso de incumplimiento será revocado la licencia junto con todos sus bienes.

No es tan diferente a su mundo.

–digame ¿Desea registrarse y en qué nivel? -

Giyuu se quedó pensado en ello. No es necesario abrir una sucursal fija y tampoco cree que pueda con Kyojuro junto a el. Lo mejor sería tener una inscripción en el nivel más bajo, así no estaría tan comprometido.

– tengo un familiar y no está en mis planes inmediatos abrir una tienda establecida - volvió a hablar en voz baja.
– entonces le recomiendo el rango de Hierro y el costo de inscripción sería de 8 monedas de plata - Giyuu sintió un golpe en su monedero pero si es necesario para empezar a ganar dinero, tenía que. Tomo el formulario y lo lleno con la información requerida.

Para ganar, hay que invertir.

– muy bien señor Giyuu - la señorita le entrega una tarjeta simple de madera con información del gremio. – aquí tiene. Bienvenido al gremio de comerciantes. le deseamos buena fortuna-
– otra cosa señorita Mikaela. ¿Manejan compras al por mayor? -
– ¿Mayorista? Si. Pero depende del bien que desee vender -

No le extraño ese comentario. Siendo un gremio enfocado en ganar dinero.

– está bien. Mañana volveré - guarda su tarjeta en su bolso. Posiblemente tenga un costo de reposición si la pierde.
– lo esperamos señor Giyuu - despide cortes la chica.

El Omega encubierto sale del lujoso edificio con la idea de mañana volver y vender sal y pimienta. Si recuerda bien esas charlas con su malhumorado compañero profesor de historia, en esa época esos condimentos podrían considerarse un lujo. Quizás gane algo de dinero.

– Kyojuro, termine mis asuntos aquí -
– ya era hora. Es aburrido estar aquí quieto y tengo hambre - protesto el dios del oeste. Giyuu miro el cielo, ya estaba atardeciendo ¿Tanto tiempo estuvo adentro?
– lo siento. Vamos de regreso al hostal. - Giyuu empezo a caminar de regreso en compañía de Kyojuro, le parecía tan natural hablar con el enorme felino que no se daba cuenta de las miradas de asombro de los que lo rodean.

Al llegar, el pelinegro cocino un estofado de carne de jabalí con arroz que el tigre disfruto mucho. No paraba de comer y decir lo delicioso que esta.

– estos granos son muy buenos, absorben bien el sabor - comenta levantando la cabeza con mejor humor. Sus felinos cachetes están llenos de arroz y salsa.
– en mi mundo, el arroz es algo básico y esencial. - Giyuu comenta con una sonrisa pequeña, disfrutando el sazón de la comida. - suele combinar con muchas cosas - fue una suerte que pudiera comprar antes en oferta una del mercado en línea una olla de barro y arroz.

– ¡Pues esta delicioso! - mueve su plato con su pata – dame otro plato -
– está bien. - toma el recipiente y vuelve a preparar una copiosa cantidad de guiso y arroz. Una vez servida la comida, le pasa el plato que es rápidamente abordado. El Omega nuevamente vuelve a su comida.

– te llenaste las mejillas - señala Kyojuro ladeando la cabeza.
– oh - estaba por limpiarse con sus manos cuando una lengua rasposa pasa por su rostro. Con movimientos cuidadosos.
– Kyojuro... - las mejillas del Omega se pusieron rojas tanto por la rugosa textura de la lengua como la acción en si misma. Después de todo, seguía siendo un alfa.
– ¿si?- la inocente expresión del enorme gato lo hizo reconciderar. Kyojuro es un dios animal que actuó por instinto. Lo ha visto con perros con sus dueños cuando tienen sus manos manchadas con comida.

– no, nada. Solo me pillaste desprevenido- siguió comiendo más tranquilo.

...

Al día siguiente.

Giyuu volvia al gremio de comerciantes con sus productos a vender en el bolso. Había comprado 5 kilos de sal y 500g pimienta por la modica cantidad de 5 monedas de cobre por todo. Nada más los vertió en un pequeño tarro de madera en el caso de la pimienta y la sal en un saco de tela que le dieron cuando compro vegetales en el reino de Reijserger.

Salió temprano del hostal después de darle de desayunar a su peludo compañero de viaje, que por cierto, se terminó toda la carne de pájaro petreo y jabalí que restaba. Dejándole la opción de comer nada más un Sándwich de jamón y queso (que también quiso probar). Tenía que visitar el gremio de aventureros pero primero iría a vender. Su monedero está casi agonizando. Ahora que sabía la ubicación del gremio de comerciantes le fue fácil llegar rápido.

Kyojuro gruño un poco molesto por hacer esa clase de cosas, está vez entro junto con Giyuu al edificio. Naturalmente los comerciantes que están en sus asuntos dieron un brinco del susto al verlo.

–oh... Buenos días, Bienvenido al gremio de comerciantes señor Giyuu. - la señorita recepcionista pudo disimular su espanto de verlo llegar con su familiar.
– buenos días - el pelinegro saca de su bolso los productos que pensaba comercializar - vengo a vender -
– cierto. Déjeme darles un vistazo...- la mujer dió un vistazo a los productos y quedó pasmada.

– disculpe señor Giyuu. Espere aquí unos minutos - ella tomo ambos productos con cuidado y se retiró a la trastienda. El Omega encubierto se extraño de su actitud. Quizás no había Sido buena idea venderlo aunque era relativamente poco. Apenas 300grs de sal y pimienta.

Transcurrido unos 10 minutos, la señorita de nombre Mikaela regreso.

– señor Giyuu, por favor acompañeme a la oficina. - invita con una leve reverencia. Sin hacer muchas preguntas, obedece de inmediato y la sigue. La distancia no fue mucha e ingresaron a un salón más refinado y pequeño que la sala principal.

Era fácil deducir que es la oficina del jefe principal de la sucursal.

– buenos días señor Giyuu - no se impresionó tanto por ver Kyojuro, quizás la señorita lo puso en sobre aviso. En un movimiento cordial lo invito a sentarse en el sillon, mismo instante que tomo la cortesía. Ahí de pie estaba un hombre, un alfa; de aproximadamente 50 años. Robusto y cabello cenizo.
– buenos días -
– mi nombre es Robert, jefe de esta sucursal del gremio de comerciantes. He inspeccionado a detalle los productos que nos trajo y llevo mucho tiempo en este negocio - explica con calma. No es arrogante en presentarse, quizás un abrebocas para dar con el tema principal.

– jamás en mis años había visto tal calidad en la sal y pimienta que usted nos trajo. La sal con tan baja impureza y pimienta de un espléndido olor - Giyuu se relajo un poco. No eran malas noticias.
– me encantaría comprar esto aunque me preguntó dónde lo ha conseguido -
– durante mis viajes - sería su excusa para todo. Ni loco diria que lo compro con su habilidad.
– cierto, muy cierto. Mis disculpas. Mantener en secreto sus fuentes es vital para mantener el negocio. - Robert suelta una pequeña risa avergonzada. – puedo ofrecerte 6 monedas de oro por la sal y 12 de oro por la pimienta -

Giyuu levanto ambas cejas sorprendido. Sabía que la sal y la pimienta en la época medieval valía su peso en oro pero ¿tanto? Apenas y había gastado.

– ¿Demasiado poco? Bueno 25 monedas de oro por las dos - el pelinegro se sorprendió de esa nueva oferta. ¿Acaso creyó que estaba pensado en su oferta?

– emm... -
– 50 monedas de oro y es todo lo que puedo ofrecer - dictaminó el alfa seriamente.
– está bien- dijo en calma. Podía disimular su entusiasmo por ganar tanto por tan poca inversión. Aún así, Giyuu pensó que debe ser cauteloso con sus ventas de productos. Podría levantar sospechas respecto a las fuentes.

Quizás limitarse a una vez por zona y en tiempos espaciados.

– ¡perfecto! - hizo un ademan con la mano para que la asistente fuera a buscar el pago. No demoro mucho en traer el dinero en una impecable serie de columnas de monedas.
– son 50 de oro, si gusta contarlas. - el pelinegro hizo lo pedido y comprobado el pago, comento que pagaría de una vez la Cuota anual y los impuestos correspondientes.

Es mejor tener todos sus asuntos en regla de una vez antes de llegar a la fecha límite.

– ¡Excelente! Recibo del señor Giyuu una de oro para el impuesto anual y dos para cubrir el impuesto de rango de Hierro - Robert tomo las tres monedas mientras la asistente toma nota al respecto en su tablilla.
– fue un placer hacer negocios con usted señor Giyuu - le dio la mano mientras da un pequeño cabeceó respetuoso.

El Omega en compañía del enorme tigre salieron del edificio con calma y notablemente con más dinero en el bolsillo. El pelinegro hizo cuentas rápidas: le quedan 49 monedas de oro, 8 de plata y unas cuantas de cobre e hierro. Fue una buena negociación. Ademas, gremio a su inscripción al gremio le sera más fácil vender sus productos en tiendas establecidas.

– se te ve contento - el dios Byakko comento.
– salió mejor de lo esperado -
– bien, bien. Vamos a tu siguiente tarea. Entre más rápido vayamos, más rápido cocinaras para mí - apuro con más entusiasmo de lo que pensó.

Ahora tocaba inscribirse en el gremio de aventureros.

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Se que ustedes lector@s hambrientos de Yaoi quieren ver más interacción entre Kyojuro y Giyuu pero van Despacito, conociéndose.

Pero ya mero owo

Oh una aclaratoria sobre las equivalencias monetarias :3

Osea que Giyuu no anda tan pobre

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