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20.- "la misericordia tiene su recompensa"

Advertencia: violencia y contenido sexual moderado.

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Al día siguiente, en el territorio de los grifos. La familia seguía avanzando hasta llegar a una zona llena de peñazcos y elevaciones montañosas menores. El terreno favorecía la ausencia de árboles, dando una visión más amplia pero con mayor exposición.

Misma que fue suficiente para que un enorme grifo los viera desde las alturas, soltando un poderoso grito y bajara rápidamente. Giyuu se afianzó del pelaje de su pareja pero al ver que este aterrizó a una distancia prudente e hizo una reverencia, supo que el monstruo no es como los otros.

–lord Byakko... Por favor... Aceptar una petición - hablo con torpeza, como un niño aprendiendo a hablar pero con suficiente claridad y firmeza. Eso fue llamativo, Giyuu no sabía que los Grifos tuvieran la suficiente inteligencia para aprender lenguaje humano.

– este es una excepción. Normalmente los grifos no hablan. Este debe ser un ejemplar único. Cómo Senjuro- escucho en su cabeza el eco de la telepatía. Su alfa respondió su duda. Posiblemente pensó tan alto que el mismo lo pudo escuchar.
– los únicos que pueden aprender lenguaje humano con todo y su sintaxis son los dragones antiguos. - complemento.
– entiendo-

– lord Byakko, correcto. Palabras humanas. Solo yo. - también podía razonar lo suficiente para responder con coherencia.

–lider de la manada... Quiero ser... Luchar conmigo por favor - por lo que entiendide. El grifo quiere ser el líder de la manada, así que para demostrar su fuerza debía enfrentarse a un oponente poderoso y ganar (o mínimo sobrevivir)

– fuerte... Lord Byakko... Luchar conmigo... Todos reconocer - Giyuu admiro la valentía del monstruo volador.
– de acuerdo pero no me contendre - respondió Kyojuro. Ante eso, Giyuu bajo de su lomo con Senjuro en su bolso.
– gracias lord Byakko -

– no lo mates - susurro el Omega a su amante pero solo movió la oreja como indicador que había escuchado. Espera que le hiciera caso, sería una pena que un monstruo unico se perdiera. Se alejo lo suficiente para refugiarse entre unas rocas y árboles.

– ¿Mama Giyuu? ¿Que paso? - la voz de Senjuro le llamo la atención. Aún está adormilada y algo distraída.
– papá Kyojuro va a pelear contra un Grifo. De hecho, mantente alerta Senjuro -
–¡Si mama! -

Mientras entre Byakko y el grifo se miran fijamente, esperando quien haga el primer movimiento. La tensión es grande y ninguno de los dos baja la guardia hasta el crujir leve de una rama los puso en alerta y empezó la pelea. Kyojuro se le echo encima con su mandíbula abierta, mostrando sus afilados colmillos mientras que el grifo se eleva al cielo aleteando con fuerza en un intento de cegarlo un poco por levantar polvo.

Al estar en alto, este arrojo varias plumas que cayeron al suelo como fueran cuchillos y tan duras que rompían el suelo y rocas grandes, Kyojuro esquiva cada uno como si bailara. Nuevamente levanto polvo con sus fuertes alas hasta formar un nubarron. Mismo que aprovecho el grifo para atacar directamente con sus garras. Kyojuro respondía al sus ataques con zarpazos y mordidas pero no había conectado sus golpes porque el mitad ave podía escapar a tiempo.

El enorme tigre levanta un tornado plateado que despejó la tierra y cubrió la zona alrededor de el, atrapando al grifo por la fuerza del viento. El viento debía tener cuchillas o algo parecido porque unas gotas de sangre salpicó su rostro y el plateado del tornado se estaba volviendo carmín.

–¡Kyojuro! - el Omega sale de su escondite, haciéndolo que se detenga en el acto. El viento se disipó en un instante dejando caer el maltrecho y sangrante cuerpo del grifo en el suelo de una altura considerable. Su plumaje antes majestuoso estaba maltrecho y sucio por la tierra y sangre.

– es suficiente - comenta Giyuu pero el tigre solo mira a otro lado.
– el estaba preparado para ganar o morir -
– existen límites - reprende con su mirada.
– es un guerrero, contenerme sería faltarle al respeto. Se que lo puedes comprender- ¡Oh claro que sí! Giyuu lo entiende por los torneos pero no llegan al punto de matarse.

– ¿Estás bien? - se dirige al grifo  semi inconsiente.
–no importar... Yo saber - hablo lento y herido.
– aguanta un poco. Tengo medicina -
– de humanos... Es cara- vaya, sabe de eso también. Definitivamente no puede dejarlo morir, su conocimiento y habilidades se perderían.
– está bien - Giyuu saco de su caja de objetos la poción de alto grado de Senjuro y le pidió al Slime cubrirlo con la misma. El menor obedeció de inmediato y lo baño en zonas especialmente dañadas. En eso, Giyuu le da uno de los hongos curativos y lo ayuda a comerselo. No sabe que tan dañado está pero no quiere correr riesgos.

En un parpadeo, las heridas desaparecen dejando atrás solo manchas rojas propias de la suciedad. El monstruo se puso de pie lento. Un poco sorprendido por la benevolencia del humano. En cuanto a Giyuu, está aliviado que la poción de Senjuro sea tan efectiva. Esperaba no usarla con regularidad.

–¿Te duele algo? - Giyuu se pone de pie, dándole su espacio.
– ya no... - se escucha triste, como resignado. - perdido. Incapaz de hacer nada -

El pelinegro entendió un poco el sentimiento de frustración. El grifo sabía que no vendería a Kyojuro pero no esperaba perder sin dar tanta batalla. Su especie es orgullosa de su fuerza y al ser clasificados como monstruos de alta clase era un golpe a su orgullo. Miro hacia el dios del oeste quien se mantenía imperturbable en su lugar. Sabe lo poderoso que es, casi hacerlo pedazos con un hechizo solo lo demuestra. Fue que se dió cuenta...

– ¿No has hecho nada dices? Mira - señala el cuerpo del tigre. Arriba del hombro, había un razguño que brotaba un poco de sangre entre el pelaje naranja-dorado con blanco.

Se supone que Kyojuro levantaría una barrera para protegerse y evitar daño. Al menos eso haría por lógica. ¿Acaso lo había hecho deliberadamente? Oculto una sonrisa.

Lo tenía planeado desde el inicio.

– quizás fue en uno de los ataques en el nubarron de polvo. es un razguño pero lograste herir al dios del oeste. - comenta en calma. Sin pretención.
– es cierto - admite Kyojuro manteniendo su postura firme. El grifo levanto la cabeza asombrado.

–¡Yo hacer! ¡Al gran Byakko!! - soltó un  gran grito al cielo, un chillido agudo que retumbó bastante lejos. Fue que empezaron a llegar muchos más grifos volando hacia ellos y aterrizando en el suelo detrás del que se enfrento a Kyojuro. Giyuu no evito ponerse a la defensiva por la enorme comitiva pero su preocupación fue innecesaria porque solo hicieron una profunda reverencia.

– yo, líder. reconocido - aún cuando su voz es naturalmente orgullosa, hay humildad en sus palabras. Una mezcla curiosa.
– es grato saberlo - el alfa prime solo se sacude un poco. El grifo le da una reverencia de agradecimiento al dios del oeste y dirigió su mirada hacia Giyuu.

– humano procreador. Toma - arranca una de sus plumas. Es larga, bonita de un color marrón con destellos de bronce. Un agradecimiento por salvarle la vida aunque no sabe que hacer con... ¿Espera? ¿Humano procreador? ¿El sabe que es omega?

– libre. Venir. Con tus crías. Nosotros no atacar. - ¡Sabe que es un omega! Bueno, agradece que tiene de su lado al jefe de los grifos (aunque dudaba mucho que volviera) pero ¡¿como sabe que es uno?! No sé supone que están extintos.
– ah... Gracias - dicho eso, la parvada de grifos sueltan un grito más y se van volando. La peculiar familia los ve marcharse. El pelinegro enfoca su atención en el alfa prime que los seguía con la mirada.

– Kyojuro. Se supone que los omegas están extintos. ¿Cómo sabe que lo soy? - pregunta acercándose a él y guardando la pluma en su caja de objetos.
– los omegas humanos, elfos, enanos, animales atropomorficos y demonios fueron los que se exigieron. Solo algunos monstruos Omega sobrevivieron y su especie los resguarda celosamente. Por eso los orthus y los Grifos están aquí. protegen su territorio con ferocidad - eso fue sorprendente.

– todo ser vivo con suficiente intuicion sabe que perder la parte procreadora de tu especie es estupido. Que los puede llevar a la extinción - Hasta los monstruos que no parecen tener conciencia son muchísimo mas cuidadosos. ¿Dónde los deja a los humanos con eso? – además, cuando se enteraron que los omegas humanos desaparecieron, tomaron la precaución de resguardar a sus Omegas. -
No tiene que preguntar porque. La raza humana puede ser desalmada.

– es momento de irnos - Kyojuro sacudió su cuerpo para quitarse la tierra.
– espera tu herida - se acercó al alfa y lo tomo de la cabeza– dejame intentar algo - eso lo tomo desprevenido pero no  hizo ademan de resistencia.
Giyuu por otro lado, suspiro y mentalmente activo su habilidad sanadora. Con ternura, le dió un beso en la frente, sería desagradable besar directamente las heridas, así que debía funcionar así.

El dios del oeste sintió un suave calorcito en su frente que se recorrió por su cuerpo hasta la punta de su cola que se movía interesada. Cuando miro a su hombro, ya no estaba el razguño, solo el manchón de sangre en el pelaje.

– !así que adquiriste una habilidad nueva!! - apremia Kyojuro con una sonrisa orgullosa. – una sanadora y que curiosa forma de activarla -
– no lo digas así por favor - notando la sospechosa mirada que le dió.
– no entiendo papá Kyojuro, ¿que paso? - Senjuro se acercó a grandes brincos. Veía curioso todo el panorama, vio como un destellito rosado tocó la frente de su padre, luego hizo ¡Puff! Y después desaparece.

– tu mamá Giyuu me curo con su amor - le dió un mimo con su pata. Giyuu dió un respingo. Sonó tan innecesariamente cursi que lo hizo sonrojar.
– ¡Que bien! El amor de mamá Giyuu cura -
– gracias Giyuu. Ya no duele - le da una lamida a su mano, podría alcanzar su cara pero sería tumbarlo al suelo por su peso. No era molesto el rasguño pero no negaría el momento de hacerse mimar.
– e-esta bien... - aún avergonzado, se sube al lomo del alfa y vuelven a su camino.

Se alegran que todo haya salido bien para todos.

...

Esa noche, hubo pedido especial para cenar. Tanto Kyojuro como Senjuro pidieron Tonkatsu con salsa de soja y ajo.

Tanta acción y emociones les abrió el apetito y era lo más rápido que podían comer. Mientras Giyuu prepara la carne,  Kyojuro se encarga de los futones con ayuda del menor. le dice a Senjuro que el tonkatsu fue de los primeros platillos que comió. Eso ánimo ánimo mucho al Slime, quería comer lo mismo que su padre (aunque ya lo hace).
No pasó mucho para que la cena estuviera lista, acompañado de arroz y col rallada, el tonkatsu con salsa llegó a sus manos. El olor de la carne empanizada y frita fue decisivo para que su apetito se abriera más.

La generosa cena cayó en gracia a sus estómagos y corazones, aún se pregunta de vez en cuando como pueden comer tanto. No cabía ni un alfiler en sus estómagos pero no negaron degustar un postrecito de chocolate. «Par de golosos» decía el Omega en sus adentros.

Con sus pijamas puestas, a Senjuro le pusieron un gorrito con pompon. Los tres se dispusieron a dormir. Ya acomodados, Giyuu abrazo a Senjuro y cerrando los ojos, Kyojuro lo tomo de la cintura, relajándose con el calor de familia. O así era hasta que uno de los pies del Omega roza sus piernas. Pensó que fue accidental pero al repetirse la acción con mayor lentitud entendió la sutil indirecta.

Su sonrisa se escondió con el cabello del Omega.

– entonces... Cómo la última vez - deduce Kyojuro, cuidando su nivel de voz. Giyuu afirma con la cabeza suavemente.

Solo quedaba esperar un poco.

...

Dos horas después...

Al notar que Senjuro estaba profundamente dormido junto con sus suaves ruiditos al dormir, salieron del futón y tomaron una sana distancia del campamento. Apenas avanzaron 4 metros cuando el rubio bicolor tomo de los hombros al más bajo para besarlo en un movimiento hambriento.

Se controlo lo suficiente para no estamparlo con fuerza contra el árbol más cercano.

– mmh... Kyo... - jadea en pleno beso mientras siguen devorándose mutuamente y acariciando sus cuerpos, deleitándose con las caricias y gemidos suaves. Giyuu hace su cabeza hacia atrás mientras Kyojuro muerde y besa su cuello sin importar el collar mientras sus manos pellizcan un poco sus pezones o acarician sus costados con meticuloso cuidado.

– mhhg - suelta un pequeño gemido cuando sus pantalones se deslizan por culpa de la larga cola que se encargó de bajarlos.

– precioso, me encanta oirte - jadea en voz profunda contra su oído. Suelta un gruñido grave cuando la mano del Omega pasa por su entrepierna, recorriendo despacio por su abdomen y pecho.

– Giyuu... - sus ojos, normalmente energicos, juguetones y amables ahora son dos brasas ardientes que podrían quemarlo. El Omega se sentía nervioso, podía sentir en el nexo la necesidad de cercanía del alfa, jamás se había sentido tan deseado.
– se que quieres... - pero también le da confianza. el Omega le dió un beso suave a sus labios, aprovechando para colgarse de su cuello y dar un pequeño brinco, atrapando la cintura del alfa con sus piernas. En un acto reflejo, Kyojuro lo sostuvo con sus brazos y lo apoyo contra el árbol, frotando su entrepierna con el cuerpo contrario.

Giyuu dió un brinco de asombro. No sé había dado cuenta de las dimensiones de su pareja Incluso cuando lo toco, ahora que lo siente endurecido contra su entrepierna, trago saliva.

– ¿Que pasa dulzura? - esa sonrisa pretenciosa y lujuriosa. Con intención se frota contra el, rozando su erección con su aún escondida entrada.
– Kyojuro... Aaahh - se movía lento, lo suficiente para hacerlo sentir ansioso. En esa posición y con la creciente humedad del Omega podría entrar fácilmente. ¡Dulce tentación!
– recuerda lo que te prometí hermoso - beso su cuello una vez más. Lo escucho lamentarse en un gemido.

– oh precioso, no te preocupes... – muerde provocativo su oreja. – Te haré sentir muy~ bien -

Con cuidado toma asiento en el suelo, abrazando a Giyuu, lo acomoda en su regazo. Con calma le retira el collar y lo deja por ahí.

–¿Confías en mí precioso? - susurra en su oído.
– si... - hablo quedito, abrazando al rubio. ¡dios! Tenía unos brazos y espalda fuerte, podía repasar sus dedos por cada línea marcada.
Con el permiso puesto, Kyojuro se dispuso a complacer a su dulce Omega cariñoso.

Giyuu esperaba que tocara el paquete básico de placer entre otras cosas, no espero que fueran caricias suaves en su espalda y brazos, acompañados de besos en su cuello y labios, suave y tranquilo a diferencia del primero. Fue contraproducente pero agradable. Lentamente se fue relajando más, disfrutando de las caricias amables cuando siente su cuerpo estremecer de forma peculiar.

– aah... - suelta un gemido en el momento que la mano de Kyojuro acaricia su coxis en suaves círculos y lame su glándula de olor.
– Kyojuro... Que... Ahhh - su cuerpo daba espasmos de placer. Abría y cerraba las piernas mientras gemía entrecortado, cada centímetro de su piel estaba hipersensible, reactivo al más mínimo toque del alfa. Su entrada estaba mojada y escurriendo de fluidos propios por su excitación. Arañaba la espalda del alfa cuando el espasmo es más intenso.

–¡...! - se mordía la boca intentando no gemir más fuerte. Cada vez que los dedos del contrario pasan por su piel, lo hacen vibrar y estremecer haciendo arcadas de placer. Para colmo, su boca no para de atacar su glándula de olor. Su mente vuela mientras la excitación azota su mente con fuerza.

En algún punto, empezó a ver estrellas y sentir su cabeza ligera, aún con su cuerpo caliente y confundido, pudo sentir su entrepierna muy mojada y la risita sospecha de su pareja ¿Tuvo un orgasmo? ¡¿Lo hizo tener un orgasmo con solo tocarlo?!

– kyo... ¿Cómo...? ¿Que? -
- magia mi dulce Giyuu. - beso su mejilla – estimulando tus nervios de forma adecuada. - le ronronea al oído.

– te hice llegar sin quitarte la ropa- muerde su oreja aún sonriendo. El pelinegro se dió cuenta que era cierto, aún tiene su camisa y ropa interior. Giyu no sabe que decir, fue bueno ¡Malditamente bueno! Aún su cuerpo está sensible y caliente.

– ¿bonito, me ayudas? - pidió en un ronroneo, llevando una mano del Omega hacia su erección. Está dura y palpitante, atrapado en la ropa interior.

– si... Solo... - se aparta despacio, recuperando la motricidad voluntaria. Después se agacha un poco para liberar la erección de su alfa. Bien desde su ángulo podía ver qué es doloroso y... Grande. Empezó a acariciar un poco por encima de la ropa y luego retirarla con un poco de esfuerzo.

Lo que vio lo hizo salivar y asustarse.

–¿Que haces? - Kyojuro lo vio con genuina curiosidad. ¿Porque lo masturbaria desde esa posición?
– ¿una oral? - comenta algo extrañado ¿Kyojuro no sabe que es? Por lo que ve, no.
– es mi turno de sorprenderte entonces -

Antes de que Kyojuro diga algo, el Omega empezó a mover sus manos para darle placer a su alfa. Esto lo relajo un poco e hizo la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro. Movia las manos con ritmo suave, acariciando su falo y la punta en forma circular.

–!Giyuu! - suelta un gemido ronco cuando algo húmedo y suave toca su erección. La lengua de Giyuu saborea la dura carne, paseando por la punta y dando pequeños besos en ella.
– aah Giyuu - jadea excitado. Lo ve mover su cabeza arriba y abajo "devorando" su miembro con su lengua y  besos. De vez en cuando lo succiona, provocando arcadas de placer.

¡Deliciosa sorpresa!

–grr... grrr... Giyuu...- jadea gustoso mientras acaricia la cabeza del pelinegro que seguia succionando su falo y masturbando con ambas manos. Cómo podía movía la cadera para tratar de entrar más en esa pecaminosa boca.

– ya voy a... - quiere llenar a su precioso Omega, dejar en cada parte de su cuerpo su olor en especial a otros alfas que se atrevan a mirarlo. ¡Giyuu es suyo! Esa posesividad primitiva que lo hace olvidar su estatus divino.

Giyuu recibió en su boca, rostro y pecho la densa semilla de Kyojuro. Caliente y abundante. Lo hizo toser un poco, no está acostumbrado a dar orales pero ver a su querido alfa satisfecho es mucha ganancia para el.

– lo siento - Kyojuro sale de su supor orgásmico para ver el desastre que hizo a su pareja. Provocador pero inapropiado por el momento. Invoca magia del agua para limpiar su cuerpo con cuidado.
–esta bien... - su voz es ronca pero nada preocupante.
– fue una sorpresa bastante agradable - beso su mejilla con una sonrisa.
– en serio no sabías de... -
– no, para nada. Fue grato aprenderlo. Recuerda que prometiste seguir enseñándome cosas de tu mundo precioso - suelta un gruñido de satisfacción ante las mejillas rosadas de su pareja.

– será mejor volver. - comenta Giyuu. Aunque su comentario fue matapasion instantáneo, Kyojuro no dió negativa al respecto. Era momento de volver a su cachorro. Además estaban satisfechos por el momento.
– déjame terminar de limpiarte y secarte -

Ambos compartieron una mirada amorosa y un beso cariñoso.

Las buenas obras tienen sus recompensas.

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Ven? Ser amables tiene su recompensa.

Se que posiblemente lo intuyan pero Giyuu ya tiene experiencia en el ámbito sexual asi como Kyojuro (por obvias razones) no será un impedimento en su relación pero les ayudará a saber que quieren y conocerse en ese espacio.

Lo de los nervios es canon pero no muchos son muy diestros en ese arte amoroso. Porque requiere práctica y  paciencia de ambas partes. Tambien la privación de sentidos e hipersensibilidad.

Porque si, en el frutifantastico hay variaciones owo

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