Epílogo.
Familia feliz.
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Kali Guardalupe Reyes Pov.
La puerta de entrada sonó levemente, lo que significa que habían quitado el seguro. Literalmente veo como todos en la mesa levantan sus orejas como pequeñas antenas y giran su rostro.
Ni siquiera se había abierto cuando tres niños enérgicos se levantan de la mesa y salen en estampida hacia la entrada para lanzarse sobre Nico.
Todos excepto Nikolai que se queda en la mesa enfurruñado. Está en esa edad en la que le da vergüenza darle abrazos a su padre y admitir que lo quiere en voz alta. Kai y Killian son casi de la misma edad, pero bueno, ellos tienen un cerebro diferente.
Abrazan a Nico y exigen su atención, el pelinegro reparte besos en la frente como si fuera el papa. Son una bola de energía caótica y emoción infantil.
Me acerco a Nikolai quien mira la escena con cierto recelo y pongo mi mano en su hombro para animarlo a qué saludé a su padre. Él pone los ojos en blanco y se levanta de la silla.
Nico espera con una sonrisa a qué Nikolai se acerque, él dice algo como «Hola…» y Nico solo se rio, aparta el cabello de su frente y le da un beso.
— Me llenaste de baba.— Se queja el pelirrojo de ojos ónix mientras limpia su frente. Nico lo toma de la barbilla y lo examina.— Papá— Chilla el menor.
— Ningún rasguño ni moretón nuevo.— Opina mientras los niños revisan sus bolsillos como terremotos.— Todo bien.— Suelta su barbilla y sacude su cabello con cariño fraternal.
Nico camina hacia mí dando sacadas entre los niños que se aferran a él. Se pone de pie frente a mí y me tiende el ramo de margaritas en su mano. Nico sonríe como adolescente enamorado y tiene ese brillo resplandeciente en sus ojos ónix que solo tendría un niño.
Tomo el ramo de flores, él se inclina y me besa rápidamente los labios.
No es más que un pico muy rápido, por qué tenemos un acuerdo con no demostraciones exageradas de afecto frente a los niños. No es que sea raro, es solo que a mí me da vergüenza.
—Hola, Sirenita— Acaricia de forma distraída mi cintura —Llegué a casa.
—Hola, cariño.—Digo con una gran sonrisa mientras abrazo las flores —¿Cómo te fue?— Le pregunto.— ¿Qué es esto? ¿Alguna ocasión especial?
Nico frunce ligeramente el ceño.
— No necesito una ocasión especial, solo quiero recordarte que te amó.—Nico me mira como si deseara llenar mi cara de besos, pero yo le hago una pequeña mueca y niego con la cabeza.
El pelinegro resopla. Me río un poco de su reacción y le sonrió.
— Qué lindo.— Se puso de puntillas y le dio un beso. Nico suspiró.
— Eeew…— Se quejaron los cuatro niños a la vez haciendo muecas de asco tomando asiento a la mesa.
Termino de servir la comida, Nico me ayuda y se asegura de poner vasos de plástico en lugar de vidrio y sopesa la opción de amarrar a los gemelos.
Los niños esperan que Nico y yo nos sentamos a la mesa para empezar a comer. Hice arroz con pollo y mucha ensalada (que es aguacate y tomate) básicamente, poca cebolla y lechuga.
— Me gusta una chica en la escuela— Murmura Nikolai de pronto.
Alzó ambas cejas. Nico también alza una ceja mientras bebé de su vaso.
Los gemelos empiezan a reírse y cantan el nombre de la chica en cuestión para hacerlo avergonzar.
Nikolai se pone rojo y se hunde en su silla, luciendo totalmente apenado.
— ¿Y qué tan linda es?— Pregunto.
— Es linda.— Asegura y me mira con ojos temblorosos— Ma, ¿Cómo hiciste para conquistar a papá?— Pregunta.
— ¿Por qué no me pregunta a mí? Mira lo linda que es tu mamá, y yo conseguí su amor.— Dice ofendido.
Nikolai alza la ceja.
— Es obvio quién manda en la relación.— Dice con simpleza.
—¿Qué?— Chilla Nico.
Yo no puedo evitar reírme a carcajadas mientras Nico se mira ofendido por tal acusación.
— Igualmente, no soy la mejor para dar consejos. Tu padre fue realmente fácil.— Exclamo con dulzura.
Nikolai suspira.
— Lo supuse.
—¿Lo supusiste?— Le cuestionó.
— Pero, ¿Qué hacían cuando empezaron a salir?— Pregunta interesado— ¿De qué hablaban?
— No hablábamos gran cosa, más bien solo…— Miro a Nico y él me mira de vuelta consternado. Mi voz se cortó— Jugábamos Mitomagia— Exclame— Horas y horas de Mitomagia.
Nico y yo nunca fuimos una pareja normal que se conoce, tontea por un tiempo y se emparejan. Fuimos muy amigos durante años y cuando llegó el momento no había nada que saber, por qué ya lo sabíamos todo.
Así que solo nos faltaba una parte que explorar en nuestra relación.
— Mamá— Nikolai me llama—¿Cuántos novios has tenido?
Levantó la cabeza y miro a Nikolai.
— Tu padre.— Respondo.
— Papá, sírveme jugó— Pide Morgan, Nico lo mira expectante— Por favor— Agrega, el hombre se pone de pie de inmediato y busca la jarra de jugo.
— No, aparte de papá. — Insiste Nikolai con curiosidad.
—Tu papá es mi novio.—Digo y Nico se ve notablemente orgulloso—Nunca tuve otra pareja.— Le explicó.
El pelirrojo hizo una mueca.
— Ah.—Revuelve su comida— ¿Y tu papá? ¿Mama es tu única pareja?
Nico se tensa visiblemente y deja de comer. Le toma un momento hablar, me mira y luego mira a nuestros hijos.
— Bueno, verán soy unos años mayor que tu madre.— Carraspea la garganta y se da unos golpes en el pecho.
Kai levanta una ceja.
— Son solo dos años.— Dice el gemelo malo (autodenominado).
Killian llena sus mejillas de comida mientras mira a su padre.
— Sí— Le apoya Killian después de tragar el contenido de en su boca—¿Eso que tiene que ver? Responde.
Morgan no entiende nada. Tiene 8 años y aún no piensa en parejas o amor. Solo quiere comer su pollo.
Yo me estoy riendo mientras Nico parece entrar en pánico.
— Tuve un par de parejas antes de tu madre, nada serio.— Murmura.
— ¿Cuántas?— Le cuestionó Nikolai.
Nico parpadea.
— Tres o cuatro.— Balbucea viéndose acorralado por sus hijos mayores.
— Soy la número 25.— Respondo —Soy un número impar, genial ¿No?
La mesa se queda en silencio, los niños miran a Nico con ojos llenos de incredulidad. Él empieza a reírse de forma nerviosa y pausada, inquieto.
De pronto parece que todos los hombres en la mesa lo juzgan.
Que son todos. Por qué soy la única chica en la casa, obviamente.
—Mamá, ¿Cómo se le dice zorra a un hombre?— Pregunta Nikolai mirando directamente a Nico a los ojos.
— Creo que no se ha inventado la palabra, cariño.—Respondo mientras mastico—Pero puedes intentarlo.
— No. — Le corta Nico—Y no soy una zorra.— Exclama con seguridad.
— Mamá deberías conseguir otro novio.— Exclama Kai con una gran sonrisa en el rostro. Tiene 11 años, pero tiene esa fibra malvada y caótica en su médula—Para estar pareja con papá, claro — Se justifica el niño.
Kai, Killian y Morgan tiene el pelo negro. Lo único que tiene de mí es esa linda nariz de botón y nada más.
Bueno, Morgan tiene los ojos verdes azulados como los míos.
—¿Tú crees?— Le cuestionó interesada en su propuesta.
— ¡Sí…!— Exclaman los cuatro en coro y Nico pierde la cabeza.
— ¡No!— Exhala —Su madre no tendrá otro novio.— Está tan exaltado y nervioso que le tiembla la voz —Yo soy su novio, su esposo.— Chilla.
— A Papá le va a dar otro ataque.—Sisea Nikolai con diversión.
— ¡Todos en mí contra el día de hoy!— Exclama Nico siendo ruidoso.
Nico di Angelo Pov.
Llegué a casa en la tarde después del trabajo, abrí la puerta de entrada y me sorprendió no ser derribado por una avalancha de niños enérgicos.
Lo único que escucho son «Cantos de ballena» lo que significa que algo paso y Percy se está desahogando con kali. Pongo los ojos en blanco al pensar en ese entrometido en mi casa, cuando está presente no me deja ni siquiera tomar la mano de mi esposa.
En la entrada hay marcos en las paredes con fotos de los niños.
Me siento nostálgico cada vez que más veo por qué crecen muy rápido. En mi mente, hace dos días Nikolai gateaba por toda la casa y me mordía los tobillos para qué lo cargará.
Me detengo de golpe cuando pasó por la escalera y veo a mi esposa sentada en los escalones llorando. Me alarmó y literalmente corro hacia ella.
— Kali, cariño—Me arrodilla frente a ella—¿Qué pasa?— Pregunto.
— Estos pequeños ingratos.—Sollozo la tomé del rostro. Tenía los ojos rojos y las mejillas llenas de lágrimas, estaba inconsolable— Ellos jugaron con mi cabeza, ¿Cómo no lo vi venir?
— ¿Debo ir a buscar a la estación de policías?— Pregunto. No sería la primera vez.— ¿Al hospital?
Tampoco sería la primera vez. Amaba a sus hijos, pero los cuatro eran unos pequeños monstruos. Aterrorizan a nuestros vecinos, les hacen bromas y montan revoluciones en sus clases.
Trato de educarlos y guiarlos, pero son el resultado de la mezcla de mis genes y los de Kali. Son una versión extrema de nosotros contenida en un vaso pequeño lleno de energía.
Le faltaban dedos para contar las veces que asistió a Kali mientras ella le agarraba puntos en las heridas que se habían hecho «jugando» rudo.
Si mi esposa no hubiera estudiado enfermería, estaríamos perdidos.
—¡Escaparon! ¡Escaparon con esa diosa lobo!—Chillo Kali —¿Cómo puedo competir con eso?— Se cubrió el rostro con las manos—Mis bebés… Urg.— Solloza con dolor y tristeza.
Suspiro y la abrazo.
Los niños querían formar parte de la legión, la mayoría de sus compañeros se prepara para ir con la diosa lupa y hacen los meses de prueba. Es obvio que quieren sentirse incluidos.
Kali se negó rotundamente a dejarlo ir por meses al bosque con una diosa. Yo estuve de acuerdo con ella, por qué es mi esposa y somos un equipo.
Además, Kali aseguraba que «Nikolai no soportaría estar en la legión» y yo le creí, por qué, bueno, ella lo tuvo en su vientre, lo conoce más que nadie. Bajo su lógica, nuestro hijo mayor era demasiado parecido a nosotros.
Y la gente como nosotros no está hecha para recibir órdenes.
— Ya, ya, ya.—Le doy palmadas en la espalda.— Sabíamos qué pasaría, pero no que se robarían tu auto.— Quisiera decir que me sorprende, pero no.
Cuando no vi el auto en la entrada, pensé que Kali estaba buscando a Morgan en su clase de gimnasia.
Obviamente, el autor de este crimen es mi hijo mayor. Y puede que sea en parte mi culpa, solo un poco, por qué estado enseñadole a conducir.
Nikolai estaba molesto por qué su prima Zoe tenía permitido ir a la prueba y él no. Paso semanas haciendo berrinches por ello.
Él y Zoe crecieron como hermanos. Ella es dos años mayor, pero Nikolai pareció crecer el doble de rápido solo para alcanzarla. Eso me gusta pensar.
Me gustaría tener una hija tan buena y talentosa como ella.
— ¡No los quiero lejos!— Chilla—¡No soy una desobligada que deja que una institución militar críe a sus hijos!—Me abraza devuelta—¡Por los dioses! ¡Morgan solo tiene 8 años! ¡Aún no le enseño lo básico! ¡Es un bebé!
Yo creo que estarán bien.
Soy su padre, los conozco y ellos tuvieron una espada en la mano desde que tiene la habilidad para sostenerla. Yo personalmente los entreno todos los domingos.
Estarán bien.
— Son 6 meses nada más.— La beso en la frente y mi esposa gime como un cachorro triste— Ha pasado mucho tiempo desde que estamos solos, pero sobreviviremos.— Le aseguro.
Kali sorbe su nariz y me mira.
— ¿Y los niños?
— Ellos pasarán las pruebas de lupa. Estoy seguro, son nuestros hijos.— Limpio las lágrimas de kali con mi corbata y ella se ríe—Son fuertes, más que cualquier niñito romano.
— Eso espero o haré caldo de lobo.— Gruñe entre dientes. Qué linda.
— Claro, cariño.
Las primeras semanas son difíciles, la casa estaba silenciosa y mi dulce esposa terriblemente deprimida
Kali es ama de casa, no ha trabajado un día en su vida a pesar de tener un título, así que básicamente pasa todo el día vigilando que los niños no se maten entre ellos o a otros niños
Estar sola en casa la estaba volviendo jodidamente loca, incluso pensó en empezar a trabajar como enfermera de medio tiempo en el hospital.
Yo no estaba de acuerdo con eso.
Desde que la noticia que los niños se fueron con la diosa lupa se corrió por la Nueva Roma, no paran de llegar a la casa todo tipo de insinuaciones en cartas, flores y mensajes de texto.
Para resumirlo, la mitad del pueblo está haciendo fila para consolar a mi dulce y joven esposa mientras yo estoy ocupado en el trabajo.
Cada día llego del trabajo y hecho al bote de basura ramos de flores.
Me está volviendo loco, y sé que si empieza a trabajar tendrá a todos los médicos detrás de su trasero.
Ese trasero es mío. Legalmente.
Así que decidí que era el momento para unas pequeñas vacaciones de pareja. Llevamos 12 años siendo solo padres, y tuvimos poco tiempo como novios. Ahora Kali tiene 29 y yo 31.
Mi esposa aceptó, por qué no estaba haciendo nada productivo y había empezado a tejer compulsivamente.
Buscamos juntos sitios donde ir y nos decidimos por hacer un recorrido por las mejores playas de Hawaii. Yo soy un fanático del mar, pero a Kali adora las islas. Así que la lleve a unas largas vacaciones de un mes. Fui divertido ser solo una pareja casada sin hijos.
Me daba la perspectiva de como sería nuestra jubilación. Es decir, cuando los niños se fueran a la universidad.
Cuando regresamos dos meses más tarde, solo fue por qué recibimos el mensaje de que la prueba terminó antes y los niños habían regresado.
Kali le jalo tan fuerte las orejas a Nikolai que se las dejo rojas.
Meses después.
— Por favor, mamá, no lo soporto más.—Súplica Nikolai desesperado. Kali, en cambio, teje con tranquilidad.—Utiliza tus influencias en el senado, no lo sé, solo sácame de la legión. Por favor.— Pide con voz inocente.
Kali alzo una ceja.
— ¿Qué fue el detonante?—Pregunto— Compartir baño, habitación o…—kali empezó a enumerar y su hijo la interrumpe de golpe, exaltado.
— ¡Lo odio todo! ¡Odio que me den órdenes! ¡Odio lo rígidos que son! ¡Y odio la jerarquía!— Nikolai hace las mismas rabietas dramáticas que hace Nico. Kali anota eso a otro aspecto en el que se parecen—¡Quiero de vuelta mi libre albedrío! ¡Y mi privacidad!
— Suena duro hijo.— Suspira antes de tomar un sorbo de su café sin cafeína.
— Mamá, ayúdame.— Se arrodilló frente a su madre y suplico.
Kali lo miro con los ojos entrecerrados, recelosa.
— Sí, eso no va a pasar. Tendrás que hacer tu servicio, los diez años.—Kali vuelve a su tejido—Te advertí que no te gustaría, pero no escuchaste.
—¡Y por eso vas a castigarme por 10 años!—Chilla y se deja caer en el suelo como un niño de cuatro años—¡Tienes que dejarme volver!— Lloriquea de la forma más dramática posible. Su hijo señala su vientre hinchado—¡Mira…! ¡Solo tenemos 6 meses fuera de casa y mira lo que pasó! ¡Papá te llevo a una playucha y te embarazo!— Exclamó.
Kali parpadea un par de veces.
— No diría eso de las playas en Hawaii.—Deja en tejido y hace una seña para que Nikolai se acerque. El pelirrojo se acerca y recuesta su cara del pecho de su madre, sorbe su nariz y la abraza.— Sé qué la pasas mal, mi dulce niño— Le acaricia el cabello con cariño maternal. Nikolai estaba muy grande, pero aún le daba sueño cada vez que escuchaba el corazón de su madre latiendo.—Y esto hubiera pasado incluso con ustedes aquí, tu padre es maquiavélico y ya tenía planeado esto desde hace un par de años.— Teoriza la mujer.
— ¡Mamá…! ¡Por eso necesitas apoyo!— Dice haciendo un puchero. Nikolai era un niño de mamá, siempre lo fue.— ¡Si te dejo sola con el terminaré con diez hermanos más! ¡Está loco!
Suelto una pequeña risa.
— Necesito que te responsabilices de tus acciones.—Pido con cariño. Le doy palmadas reconfortantes y suaves en la espalda—Me desobedeciste, te dije que no lo hicieras, ¿Y qué hiciste?— Nikolai hizo un puchero—Escapaste con tus hermanos menores. — Dije.
Nikolai frunce los labios y aguanta las lágrimas. Estaba harto de todo
A sus hermanos menos se les daba bien la legión, pero él no la soportaba.
—Quiero volver a casa.— Pide.
— Eres un pequeño manipulador— Kali le pellizca la mejilla—Los ojos de cachorro no sirven conmigo.
— Miren, quién es, el hijo pródigo regreso a casa.— Nico deja su maletín en el piso. Se acerca y besa a kali con los ojos brillosos—Hola, cariño.—Le dice con dulzura. Luego besa la frente de su hijo mayor—Hola, engendro del inframundo.— Exclama en con burla.
— ¡Papá! ¡Dile a mamá que me deje volver a casa!— Chilla Nikolai y se levanta para abrazar a su padre.
Nico suelta una carcajada y saca 100 dracmas de su billetera.
— Eres un demonio.—Le tiende las monedas a su esposa.— Ten.
— ¿Apostaron?— Les cuestionó.
— Yo aposté a qué regresarías después de una semana— Le explicó Nico— Por qué es lo que yo haría.
— Y yo aposté que lo llevarías hasta las últimas consecuencias solo para tener la razón, por qué es lo que yo haría— Guarda las monedas —Y dices que no te pareces a nosotros. Te dije que es algo genético bebé.— Afirma.
— Aprendí la lección, no debí escapar ni llevarme a mis hermanos.— Dice el menor—Solo sáquenme de la legión.
— Eso no va a pasar.—Le asegura su madre con firmeza. Entonces Nikolai se arrepiente de no haber ablandado a su padre primero, por qué es más sentimental y blanco con ellos— Si tanto te molesta que te den órdenes, entonces haz algo respecto.
—No se puede hacer nada.— Se queja el menor, aferrado a su padre.
— Tu madre se refiere a que confabules.— Le explica.
—Zoe quiere ser Pretora desde que tiene conciencia y tú quieres más libertad, la respuesta es obvia.— Le señala la cocina.—Bien, llévale esos topers a tus hermanos y come antes de irte.— Le indica con cariño.
Nikolai hace una mueca y Nico le acaricia la mejilla con amor.
— No pongas esa cara.—Pide.— La legión te hará bien, tu madre y yo nunca le dimos una oportunidad, pero no significa que no sea bueno para ti. — Le asegura su padre.
— Bien.— Resopla.
— ¿Por esto tanto escándalo? Parecen tomates enojados.— Dice Nikolai.
Todos los hijos del grupo de amigos estaban alrededor de la cuna para mirar a las niñas di Angelo.
—¡Son otro par! ¡Son otro par!— Cantaron Killian y Kai con emoción. Que fueran dos los hacían sentir que ganaron de alguna forma.
— Shhhh —Zoe, sisea molesta, como la mayor tiene que poner el ejemplo a sus primos.— No griten frente a las bebés. Tienen oídos sensibles.
— Son pequeñas.— Murmuro Luka muy bajo por su hermana mayor, dijo que no debían alzar la voz.
Se aferra a las barras de la cuna y se pone de puntas para ver a las bebés, posición que imita Sol, la hija de Leo y Hazel. Ambos nacieron el mismo año solo con dos meses de diferencia.
— Parecen muñecas.— Susurra la niña quien estira la mano para rozar su dedo con una de las bebés.
—¡Hola! ¡Soy Morgan su hermano mayor!— Chillo el pelinegro. Estaba feliz de no ser el hermano menor.
— Yo soy el hermano mayor.—Le corrige Nikolai mirando con recelo a las nuevas pelirrojas de la casa.
Estaba un poco celoso, por qué ser pelirrojo era algo que compartía con su madre. Solo ellos dos. Pero estás niñas habían decidido suplantarlo.
—¿Cuál es cuál?— Pregunta Sol.
Zoe la toma en sus brazos para que vea mejor a la bebé y le explica.
— La de la pulsera rosada es Saera y la de la pulsera morada Bianca.
— Cárgame, primo.— Pide Luka jalando la camisa de Nikolai, quien pone los ojos en blanco y lo toma en brazos para dejarlo echar un vistazo a las nuevas integrantes de la familia.
Kali miro desde la cocina a los niños admirar a sus mellizas. Era la primera vez que la conocían, pues ella dio a luz en México, como la mayoría de sus otros hijos, a excepción de Nikolai.
Todos sus amigos habían venido para atenderla y ofrecer su ayuda. Trajeron comida preparada y otros víveres.
Kali escucha a un bebé llorar y se dispone a levantarse para revisarlas, pues quizás estaban abrumadas por tanta atención. Pero el llanto paro.
La mujer sonrió al ver a su hijo mayor tomar a la bebé en brazos, meciendo a la niña con suavidad. Nikolai dice que no le gustan, pero está muy pendiente de ellas. Igualmente, Nico se apresuró a ir por la bebé, por que no confía que los niños carguen a los bebes; Ellos son muy bruscos y ellas frágiles.
Hazel se encargó de Bianca, quien empezó a agitarse.
— Es la última vez, ¿No?— Pregunto Percy con cierta preocupación.
— Sí, es la última vez.— Responde su hermana menor, satisfecha.
— Seis.— Percy silva, incrédulo.— Aún recuerdo cuando tenías doce y decías que nunca ibas a casarte.
Kali se sonroja.
— Yo quería una familia propia.— Kali miro a sus hijos rodear a Nico para ver a Saera quien lloriqueaba cada vez que tocaban a su padre.— Ahora la tengo.— Murmura.
— Kali, creo que quiere a su madre ahora mismo— Le indica Hazel con la pequeña Bianca en brazos, quien llora inconsolable con la cara roja.
Hazel le entrega a la bebé con cuidado y está deja de llorar de inmediato.
— Lo siento.— Se disculpa Kali con una sonrisa encantada.— Aún son muy pequeñas, solo quieren estar con sus padres.— Explica la mujer.
Hazel sonreí con entendimiento.
— Escuché que Nikolai y Zoe son los nuevos Pretores, felicidades.
— Gracias.— Acomoda a la bebé en sus brazos.— Yo les dije que sacarán a patadas a tus remplazos del puesto.
— ¿Qué?
Kali Guardalupe Reyes Pov.
Bianca y Saera chapoteaban en una pequeña piscina infantil al lado de la real, siendo vigiladas por su padre.
Se veían tan lindas, sus cabellos rojos brillaban con la luz del sol y sus ojitos verdes azulados resaltaban llenos de alegría por jugar con el agua. Nico y yo habíamos llegado a un acuerdo, él me dejó raparlas y ponerles aretes de oro al nacer y básicamente yo lo dejé embarazarme. No iba a tener niñas sin que pudiera perforarles las orejas, pero sabía que Nico se podrían loco.
Sentí mucha ansiedad durante todo el embarazo, por qué está era nuestra última oportunidad de tener niñas.
Yo no pensaba tener hijos a los 30, así que era ahora o nunca.
Si no lo habíamos intentado antes era por qué a Nico le parecía mal dejarme la carga de cuatro infantes y un bebé mientras él estaba en el trabajo.
Para ser sincera lo agradezco, por qué me hubiera vuelto loca.
Para mi alivio, el embarazo gemelar resultó en dos preciosas niñas. Era como si me hubiera fotocopiado.
Pero creo que Nico era el más feliz.
— Aquí tienes.— Le entregué un vaso de limonada con hielo y yo me senté a su lado para beber la mía.
— Gracias, sirenita.— Dice Nico antes de beber un sorbo del vaso sin quitar sus ojos de ambas niñas de un año.
Saera chapoteaba y se reía. Bianca parecía hipnotizada y confundida por el agua que la rodeaba mientras juega con unos pecesitos de plástico.
— Extraño a los niños.— Dice Nico en un suspiro.— Dioses.— Exhala.
— Yo también. — Murmuro.
Nuestros hijos varones venían de vez en cuando los fines de semana. A veces se paseaban por la casa para ver cómo estaban sus hermanas menores. Kai se las había llevado sin decir nada en un cochecito al campo de entrenamiento para que vieran cuál era su destino y que se acostumbraran a la lucha.
Yo había pasado 12 años cuidándolos, viéndolos irse a dormir y levantarse la mañana siguiente. Llevándolos a la escuela, clases extracurriculares y un sin fin de eventos escolares.
Nico suele trabajar, pero siempre que volvía era para ayudarme con ellos.
Nunca sentí que los estuviera criando sola, él siempre estaba allí.
— Quizás es momento de la piscina grande.— Agrego divertida.
Nico me lanzo una mirada asesina.
— Te amo, pero no.— Se niega.
Resoplo y pongo los ojos en blanco. Cuando los niños eran bebés solía lanzarlos a la piscina, todos pueden respirar bajo el agua. Y en realidad siendo bebés estaban más limitados en la superficie que en el agua.
En una ocasión Nico llegó temprano y me vio lanzando a Morgan como una pelota a la piscina de 3 metros de profundidad y perdió la cabeza.
Se puso tan mal que no dejaba de llorar, incluso vómito un poco.
Yo estaba confundida. Por qué no sé qué esperaba que hiciera con los niños cuando no estaban en el kínder.
Nadar es una actividad madre e hijos normal, así que pensé que exageraba.
Cuando nacieron Saera y Bianca lo primero que hizo fue comprar esa piscina infantil que se infla sola.
Nico está encantando con las niñas. Cuando me trae flores se asegura de traer dos ramos pequeños para ellas. Él disfruta todo con lo referente a la paternidad, levantarse a mitad de la noche para consolarlas, cambiarles el pañal, darles biberón y pasar el rato con jugando con ellas. Es buen padre.
Siempre quiso niñas.
Ahora que las tiene pasa la mitad de su tiempo mimándolas. Es muy celoso con ellas. Hasta hace muy pocos Saera y Bianca solo conocían sus brazos.
Me duermo tranquila sabiendo que hice una buena elección con él.
— ¡Mamá!— Bianca empezó a gatear en el agua hacia mí, alzó los brazos en mi dirección mientras abría y cerraba las manos —¡Ah! ¡Arrigua!— Pide.
— Es «arriba» Bianca — Le corrijo y la tomo en brazos. De inmediato frota su carita contra mis senos y entiendo lo que quiere de inmediato — ¿Por qué la leche se digiere tan rápido?— Me quejó, pues ahora que tienen dientes no dejan de morderme los pechos.
Ya son muy grandes y lo peor era que cuando una comía la otra también se antojaba y en un parpadeo tengo a dos bebés prendadas a cada pecho.
— Buscaré un biberón.— Dice Nico al verme luchar con las niñas.
— No. Quédate.— Le pido.— Pronto ya no podrán hacerlo, déjalas.
El tiempo de lactancia se había reducido desde que empezaron a comer sólidos, ahora solo lo hacían una o dos veces al día. Ellas mismas estaban perdiendo el hábito.
Pronto dejarían de hacerlo por completo y eso me entristece de una manera muy extraña. Me gusta esta conexión que tengo con ellas.
— Mira eso, somos geniales haciendo hijos.— Opina Nico mientras acaricia el cabello rojo de Bianca que empieza a dormirse en mi pecho.— Es como si estuviéramos destinados a esto.
— Ya lo creo.— Murmuro con una sonrisa.— Son tan lindas.
— Por qué son iguales a ti.— Agrega Nico, se inclina y me besa.— Los niños heredaron tu belleza y personalidad caótica.— Asegura con firmeza.
—Tú también pusiste mucho té di, la mayoría tiene tu carota.— Me quejó.—Morgan es literalmente tú.
Nico sonríe orgulloso.
— Los gemelos y Nikolai también. Tengo los genes dominantes, preciosa.
Resoplo.
— Mis genes le dieron una paliza a los tuyos.— Le aseguro.
Nico estira su mano y acaricia mi cabello, toma un mechón y lo besa.
— Deberíamos llevar a los niños de vacaciones.— Opina Nico — ¿A dónde quieres ir?— Pregunta.
— Con mi familia.— Respondo de inmediato y con emoción.
— ¿Segura? La última vez una vaca persiguió a Kai durante 2 kilómetros —Me recuerdo Nico dudoso y sonrió ante aquel bonito momento de unión con la madre naturaleza.— A Morgan le dio Dengue y Nikolai se robó a un caballo, fue una locura.— Resoplo.
— Y Killian se intoxicó con la comida — Recuerdo con un suspiro.
— ¿Y eso fue bueno?— Me cuestionó.
— Algún día tenía que pasar, ¿Por qué no ahora cuando tiene a una madre que lo cuida?— Le explico a Nico.
Mi esposo me mira con los ojos entrecerrados.
— Hay algo mal en tu lógica.
— ¡Yo sí quiero ir con mis primos!— Opina Nikolai saliendo de los arbustos con una gata gorda y anciana en sus manos. Cheeto maúlla al ver a Kali.
— ¡Corazón! ¡Viniste a visitarme!— Exclama la mujer encantada.
Nikolai sonríe.
— Tu mamá se refiere a la gata.— Le indica Nico y el chico deja de sonreír.
El pelirrojo bufa y deja a la gata en el suelo. Esta va hacia Kali muy lento y se frota contra sus piernas, luego sube en su regazo como puede, lame a las niñas y se frota contra ellas. Cheeto estaba muy vieja, Zoe apenas la deja salir. Kali sigue yendo a visitarla.
— ¿Te estás escondiendo de tu prima?— Le cuestionó Nico.
— Psss— Resopla y se cruza de brazos.— Claro que no. Ella no me da miedo.
— ¡Nikolai!— Chilla una voz femenina y la rubia de ojos verdes aparece por la puerta trasera — ¡Lo sabía! ¡Sabía que estarías aquí holgazaneando!
Mi hijo mayor chilla y toma a mi antigua gata como rehén.
— ¡Aléjate de mí! ¡O está gata, pasará a ser gato muerto! — Grita.
Cheeto empieza a ronronear.
Zoe lo mira escandalizada.
—¿¡Te robaste a mi gata!? ¿¡Para no cumplir tus horas de servicio!?
— ¡Yo no quería ser Pretor! ¡Solo quería volver a mi casa!— Chillo.
— ¡Te voy a matar si no mueves tu trasero al campamento!
— ¡Oblígame!
Zoe se lanza contra él, Nikolai suelta a la gata y sale corriendo, pero es muy tarde por qué su prima le hace una llave y lo tira al suelo con facilidad. Forcejean y gritan.
Cheeto le gruñe a Nico y vuele a frotarse en los pies de Kali.
— ¡Mamá! ¡Mamá, quítame a esta loca de encima!— Grita, Nikolai.
Y mientras mi hijo es apaleado por su prima, sonrió por lo bonito que es crecer con primos y hermanos.
Ellos sin dudas tienen todo lo que nosotros no tuvimos.
Ambos padres presentes, hermanos y hermanos con los que jugar y una comunidad a la que pertenecer.
Esto era realmente la felicidad.
Estabilidad y amor.
— ¿Debería separarlos?— Pregunta Nico alzando sus lentes de sol.
— No.— Digo sonriente.— Déjalos que se peguen un poquito más.
Hola chicas y chicos.
Espero que les haya gustado el epílogo. Es triste para mí despedirme de esta historia que me tomo tanto tiempo hacer para ustedes.
Espero que la hayan disfrutado y amado tanto como yo lo hice.
Algunos datos curiosos;
∆ Nico y Kali se casaron 3 veces, una boda religiosa, otra civil y una renovación de votos.
∆ Durante las cuatro décadas siguiente el puesto de pretores fue ocupado por alguien de apellido di Angelo; Zoe y Nikolai, y diez años después Saera y Bianca. Los nietos de Kali y Nico también fueron pretores.
∆ Cheeto vivió el tiempo suficiente para ver a todos los hijos de Kali y murió poco tiempo después de que más gemelas nacieran.
∆ Nikolai nunca murió. En realidad no puede, no es un dios, pero no es humano tampoco. Y no se dieron cuenta de esto hasta que sus hermanos menores empezaron a mostrar signos de envejecer y el parecía un adolescente. Cuando su familia murio de causas naturales termino haciendo cosas estúpidas y Zeus lo castigo haciendo que se encargará del campamento mestizo durante los siguientes 100 años. Lamentablemente no se podría decir que es feliz en la actualidad.
∆ Nico y Kali tuvieron un matrimonio feliz y estable. Murieron de causas naturales y se reencontraron en los elíseos donde siguieron amándose.
Memes;
Nico viendo que después de tantos años los romanos siguen queriendo tirarse a su esposa.
Bye bye.
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