37.
Finalmente feliz.
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— Percy, necesitas dejar de tratar a Cheeto como si fuera Kali.—Exigió.
— Pero son casi lo mismo.— Dice con ternura, tomando a la gata naranja en sus brazos.— Solo mírala.
Annabeth alzó una ceja y señaló la puerta de cristal del patio. Allí había un gato enorme rascando la puerta con sus patitas mientras maullaba.
— Sí, incluso tiene su propio Nico al que no dejas verla.— Exclamó la rubia con sarcasmo.—Estás torturando a la gata de tu hermana menor por nada.
— ¡Pero no es bueno para ella! ¡Es un criminal! ¡Le trajo un ratón muerto!—La gata escapó de sus brazos y empezó a maullar frente a la puerta—¡Es un vago que se viste todo de negro!
Sí, el gato tenía pelaje negro.
— Es un gato, Percy.—Annabeth se acarició el entrecejo y bufo— Y tú te estás proyectando.— Lo acusa.
— ¡Cheeto solo me necesita a mí!— Exclamó el pelinegro.
— ¡Es el padre de sus hijos! ¡Está enamorada! —Le grita la rubia por qué está situación era ridícula.— Y tú no quieres dejar que lo vea— Bufa— Estás paranoico.— Annabeth se acerca a la puerta y la abre—Listo.
—¡Mi bebé…!— Chilla Percy.
Cheeto literalmente sale disparada por la puerta y empieza a juguetear con único otro gato de la Nueva Roma (a excepción de sus propios hijos) en todo el patio, jugando y frotándose.
— ¡Déjala!— Chillo Annabeth Chase y bloqueo la puerta con su cuerpo—No te atrevas, basta.— Exigió y Percy la miro con ojos llenos de lágrimas.
Percy Jackson hecho la cabeza hacia atrás y empezó a soltar gemidos de ballena triste. Cómo hizo todos los días desde qué Kali escapo de casa.
— ¡Faltas dos días para que se cumpla su año sabático! ¡Y no se nada de ella! —Se queja, nervioso y exaltado—¿Qué pasa si se pelearon y está sola en un país extraño? —Le cuestiona—¿¡Si necesitas a su hermano, pero es muy orgullosa como para llamarme!?
Annabeth suspiro.
— Yo confío en Nico.— Afirmó la rubia con total seguridad.
— ¡Pues no deberías! ¡Es un hombre Annabeth!—Le grita Percy —Esas cosas ni siquiera son humanos.
— Tú eres un hombre.
—Me ofendes muchísimo.— Percy saco a Zoe de su andadera y la cargo contra su pecho —¿Tú no me dejarás por un hombre? ¿Verdad Zoe?
— Si— Exclama la niña.
Percy la mira consternado.
—¿Cómo que si?
— Sí.— Volvió a chillar.
—Percy.—Annabeth lo llamo— Recibí un mensaje de Frank, mañana se hará una reunión en el senado.
—¿Para qué? ¿Una maldita procesión? ¿Un nuevo templó? ¿Un niño romano se ahogó en el río y es culpa de Kali aunque no esté aquí?— Le cuestiona.
— La princesa del mar fue quien solicitó la reunión.—Dice Annabeth sorprendida —Kali y Nico regresarán.
(...)
Kali Guardalupe Reyes Pov.
— Podríamos quedarnos aquí para siempre —Dijo con la vista fija en el mar —Tú, yo y Nikolai…— Dirige sus ojos a mí —Creo que sería un lindo lugar para crecer.— Opina Nico.
— Yo también lo creo.—Le doy la razón.— Pero extraño a mi familia, y sé que tú también.— Insisto y los ojos de Nico se llenan de compresión.—No podemos huir todo el tiempo solo por qué es más fácil.— Le recuerdo.
Bueno. Eso y que no quiero que mi hijo sea un amargado egocéntrico.
Ya tengo suficiente con Nico.
Los italianos son antipáticos. Nada como mi gente de Latinoamérica. Y ni siquiera es todo lo malo que puede ser por qué con mi nivel de italiano ellos creen que soy nativa, igual que Nico. Pero no lo soy. Y algunas de las cosas que hacen son irritantes para mí. O quizás estaba embarazada y odiaba toda muestra de antipatía.
Las últimas semanas estuve tan incómoda e irritada que ni siquiera soportaba ver a Nico, el bebé estaba aplastado mis órganos y cada cosa o palabra me llevaba al límite.
Igualmente, no quería que mi bebé creciera siendo un amargado. Hasta hace esa cara de disgusto y asco que siempre tiene Nico en el rostro.
—¿Que pensaran de el cuándo lo vean?—Pregunta en voz baja casi para sí mismo, mirando al bebe que es ajeno a nuestros problemas.
Nico mantiene una mano sobre nuestro bebé acostado en la toalla.
— Percy estará molesto, pero sé que lo amara tanto como yo— Opinó.
Una sonrisita cruza los labios de Nico y creo que se imagina la reacción de mi hermano cuando vea al bebé.
— Hazel quizás me golpee por manchar tu honor o algo así, pero se querrá a Nikolai en cuanto lo vea.— Agrega Nico, ambos compartimos una mirada de suave y una sonrisa.
Nikolai está saltándose algunas etapas, los que en un principio nos tenía preocupados. Lo llevamos al pediatra y este sospecho de inmediato en sobre producción de la hormona del crecimiento. Él estaba bien, pero el doctor quería hacerle pruebas.
Yo no estaba convencida.
Así que lo llevamos con el dios de la medicina y él dijo que no era un bebé normal, obviamente, no iba a crecer como un niño normal y común.
— Annabeth sí que va a golpearte por fugarte conmigo.— Le advirtió.
Nico suelta una pequeña carcajada y mira a nuestro pequeño.
— Entonces habrá valido la pena.
Nikolai está perfectamente sano y no tiene ningún problema, solo que es un semidiós. O algo parecido a eso.
No estamos 100% seguros.
Tiene cuatro meses y no debería hacer las cosas que hace.
Él gatea, y balbucea, busca levantarse y algo de lo que estoy personalmente orgullosa: Es muy grande, parece de al menos unos 9 o 11 meses. Tan lindo.
Para nuestro alivio, Nikolai duerme con nosotros en una cuna pegada a nuestra cama matrimonial por lo que siempre tenemos un ojo sobre él.
Tengo miedo de que se arrastre y salga de la cuna, deambule por el departamento y se ahogue con algo.
Nikolai está tumbado sobre una toalla con el diseño de dinosaurios. Tiene las piernas en lo alto, mientras balbucea y juega con ellas, trata de morder sus pies y lo logre mientras se ríe. Es un bebé muy feliz, solo llora cuando tiene cólicos o exige que lo alimenten.
—¡Haggg…! ¡Aaaah!— Alarga antes de meterse su piecito en su boca.
Nico se ríe y se acerca.
Se cierne sobre él y se inclina. Sopla y besa sobre su inexistente cuello que sostiene su cabeza, Nikolai se ríe a carcajadas. Nico repite el proceso en ambos lados varias veces y nuestro pequeño está encantado. Su risa es clara, suave e infantil; Es hermoso.
—Hoy estás lleno de energía, mi pajarito cantor— Nico lo toma en brazos y besa su mejilla, me acercó y beso su mejilla libre. Nikolai sacude sus piernas y chilla con voz aguda.
Nico llama a nuestro bebé «Pajarito cantor» por qué Nikolai canta todo el día sobre nuestra cama. Solo son unos balbuceos, pero parece que canta y a veces que pelea solo. Es muy lindo.
Le canto para distraerlo, hacerlo dormir o para tranquilizarlo cuando llora y él intenta imitarme.
Ahora canta siempre que está despierto, hasta que se duerme.
El pelinegro se lleva al bebé al pecho.
Nikolai gime, abre la boca sobre su mejilla y sacude la cabeza mientras grita salvajemente. Nico solo se ríe, por qué es la represalia más linda.
— Mira como me ataca.— Nico limpia con la mano su mejilla llena de saliva.— Saco tu personalidad.— Nikolai se lanza de los brazos de su padre y jala la parte de arriba del bikini de mamá.
Nico intenta que lo suelte, por qué si sigue así dejará a Kali en toples en un lugar público. La pelirroja cobriza se ríe y lo toma en brazos. En un abrir y cerrar de ojos el bebé está pegado al pecho de su madre, abrazándola.
—Te admiro mucho por darle de comer a ese pequeño monstruo.
El pelinegro pone su dedo índice entre el pezón de Kali y la boca de su bebé.
Evitando que coma apropósito, Nikolai gruñe, intenta quitar su dedo y hace el amago de llorar, es hasta entonces que lo deja tranquilo.
—Ay, mi vaquita lechera.— Dice Nico con dulzura antes de darle un beso en el cabello. Hago una mueca.
— No me llames vaca.— Siseo y me distraigo con la succión incesante del bebé en mi pecho. Si soy una vaca.— Estoy orgullosa, mira lo grande que está.— Nikolai me mira y gime.
— Tenías razón.— Nico se inclina y besa la cabeza de su bebe.—Su cabello creció muy rápido y ondulado.
Nikolai no paso mucho tiempo pelón, al día siguiente empezó el nacimiento del cabello y unas semanas después ya tenía una abundante cabellera.
— Te lo dije.— Él me mira con cierto brillo en sus ojos, deja un suspiro beso en mis labios y por todo mi rostro—Solo eres un dramático.— Susurro.
— Me sorprendiste.— Admite.
—Si hubiéramos tenido a Saera — Él me aparta el cabello de la cara y pasa un mechón tras mi oreja. Acaricia mis labios con su dedo— Abrías vuelto no solo para encontrarla muy pelona, sino que también con perforaciones en las orejas con lindos aretes de oro.—Le indicó —Aún tengo los míos.
— Eres despiadada.— Susurra.
— Esto de ser una familia…—Dije apenada— ¿Es lo que quieres?
— Tú eres mi familia.— Asegura.—Nikolai es mi familia, y nunca voy a dejarlos.— Me abraza, y en el proceso también al bebe en mis brazos.
— ¿Quieres una familia grande?— Pregunto antes de relamer mis labios.
Nico me mira intensamente.
— ¿Por qué preguntas?
— Es algo de lo que tenemos que hablar, ahora estamos casados.— Murmuro en voz baja.
— ¿Por qué preguntas?—Insiste.
— Si quieres una familia pequeña—Suspiro.— Quizás debería— Hago la mímica de unas tijeras y Nico me mira perplejo— Para ya no tener más hijos. Incluso si nos separamos, solo tendré bebés de un mismo padre.—Exclamo con firmeza.—Y lo mismo va para ti, si no quieres más, tienes que deshacerte de las balas.— Lo miro con dureza y tono amenazante— Mi hijo no tendrá hermanastros, nunca.— Pronunció.
Amo a Percy Jackson con toda mi alma, pero incluso si no estoy con Nico en el futuro y él se atreve dejar embaraza a una chica, lo mató.
Mierda. Lo mató.
Esto funciona así; Familia tradicional o bala, monogamia o muerte.
— ¡No! ¡No…! —Exclama exaltado con los ojos muy abiertos —¡Por los dioses no! ¿Cómo?¿¡Cómo puedes decir eso!? ¿¡Quieres que nos castremos como los gatos?!—Me cuestionó con voz aguda.
Le miro mal.
— ¡¿Qué hay de malo con eso?!— Le cuestionó con preocupación.
Nico parpadea varias veces.
— Quieres que me corten los huevos, Kali.— Sisea con voz perturbada.
— Dioses, eres tan dramático.—Grito y Nikolai suelta mi pecho, exaltado—¿Escuchaste algo de lo que te dije?
Empezó a mecer al bebé en mis brazos y la pegó a mi pecho. Nikolai vuelve a prenderse de mi seno, pero está vez mira con ojos furibundos a su padre.
— No tendrás hijos de otro hombre y yo no le daré hijos a otra mujer.—Dice con firmeza.— Tú y yo, seremos una familia siempre.— Me promete.
— Estás evadiendo mi pregunta.— Murmuro con molestia.
Nico toma mi rostro con su mano y me obliga a mirarlo a los ojos.
— Quiero llenarte de bebés, si pudiera hacerlo todos los años lo haría. Hasta tener nuestro propio ejército.
Deja un beso en mi frente y me suelta.
—Eso último me dio miedo.—Digo con cautela —Creo que dos está bien. Una niña y un niño.— Genial, ahora tengo miedo por la integridad de mi útero.
— Eww.— Nico hace un sonido de asco—Sonaste tan americana que me removió el estómago.— Me mira con recelo y yo frunsco el ceño, confusa.
— ¿Qué?— Le cuestionó.
— Eso de tener solo un niño y una niña— Se pone los lentes de sol—Es la cosa más estadounidense del mundo.
Algo dentro de mí ruge.
—Estás…—Parpadeo—¿Usando mis prejuicios contra mí?—Pregunto.
— Para nada.—Niega con la cabeza —Pero solo quiero que sepas, que cada día te conviertes más en una mujer blanca.— Dice mirándome a través de
los lentes, alzando una de sus cejas.
Jadeo ofendida y boca forma una perfecta «O» ante tal acusación.
(. . .)
— ¡Ya pasó una hora! ¡Dónde está mi bebé…!— Percy toma a Frank de los hombros y lo sacude. Desde su asiento Annabeth se soba la cien y niega con la cabeza ante la actitud de su esposo.
— ¡Ya te dije que no lo sé! ¡Suéltame!— Balbucea Frank, mareado.
—¿¡Y por qué te escribo a ti y no a mí?! ¡Soy su hermano mayor!— Grita resentido hasta los huesos de que su hermana prefería escribirle a Frank que a él. Que es su hermano mayor.
— ¡Percy! ¡Contrólate! — Chilla Hazel mientras jala los brazos que sostienen a su exnovio.— ¡Ya llegará!
Las puertas del senado se abrieron, el enorme salón se quedó en silencio y todos dirigieron sus ojos allí.
La hija de Neptuno estaba allí con un vestido color crema, ajustado de corte sirena, junto a un corset que resaltaba su elegante escote recto. Cabello largo de color cobrizo, caía en cascada por sus hombros, trenzado alrededor de su cabeza en forma de corona.
Se veía radiante, incluso más bonita y hermosa que antes. Y cuando los miro una sonrisa naturalmente sensual se extendió en sus labios afelpados.
— Lamento la tardanza.—Toma la falda de su vestido para caminar con menos dificultad.—Tuvimos algunos problemas para llegar.— Cada uno de sus movimientos eran naturalmente elegantes, pero ahora resultaban más hipnóticos con ese bonito vestido.
— ¡Kali! ¡Bebé…!—Chillo Percy y corrió en el encuentro de su ya no tan pequeña hermana. La abrazo y luego la reviso de pies a cabeza—¿¡Dónde has estado!? ¿Estás bien?— Reviso sus brazos y la miro de arriba abajo. Sin dudas estaba más delgada. Paso a su atención al rostro de la semidiosa y busco alguna señal de agotamiento—Estás muy delgada, Kali ¿Todo está en orden? ¡Te extrañé tanto!— Volvió a abrazarla, sin dejarla responder.
—Yo también te extrañé.— Exclama la hija de Neptuno—Lo siento mucho por escapar, no quería preocuparte.
Percy negó con la cabeza y acaricio el cabello largo de su hermana.
— Todo está bien, Kali.—Le aseguro—No estoy molesto contigo.
— Kali, cariño.— Annabeth se acercó y la abrazo—Es tan bueno verte.
— Annabeth.— Kali la recibió con los brazos abiertos y recibió gustosa un beso en la frente de la rubia.
Los tres se abrazaron con cariño. En realidad Percy las cubrió a las dos con sus brazos y soltó un suspiro de alivio.
— Paga—Pidió un centurión en un susurro —Te dije que se había ido para hacerse una cirugía.— Se jacta.
Su compañero de cohorte puso los ojos en blanco, en su caso, el había apostado a que la hija de Neptuno se había fugado para casarse en algún lugar de mala muerte o en su defecto en una capilla barata en las vegas.
No era el caso por el obvio aumento de pecho de la pelirroja cobrizo. Que por cierto, le quedaba perfecto.
Saco los 30 dracmas, y los presiono contra la cara de su amigo.
— Vete al diablo.
— Princesa del mar, ¿Por qué pidió está reunión?— Pregunto Frank en un intento por mantenerse formal.
Aunque la otra Pretora de la legión quien se supone que debe mantener la compostura estaba abrazando a la princesa del mar con mucho amor.
— Bueno, yo— Su voz se cortó al sentir como la temperatura de la habitación caía dos grados.—Por fin llegas —Kali giró para encontrarse con el embajador de Plutón.
— No quiso soltar a Meleys— Se excusó el pelinegro. Aunque Kali se percató de que se había cambiado la camisa, por qué seguramente Nikolai lo vomitó.— Ya estoy aquí, ¿No?
Percy solo tuvo que ver a ese pequeño idiota traidor para abalanzarse sobre él para golpearlo. No. Lo iba a matar por llevarse a su hermana menor.
— ¡Espera…!— Chillaron Annabeth, Hazel a la vez, aferrándose al cuerpo del héroe del Olimpo para detenerlo de cometer un crimen de odio.
Nico se giró y a Percy se me bajó la presión al ver qué la tela enrollada alrededor de su pecho no se trataba de una toga, sino de un fular. Había un bebé apoyado en su pecho que se frotaba los ojos con sus manitas y hacía ruiditos de descontento.
El senado se quedó en completo silencio y el ambiente se tensó.
Percy literalmente sintió qué le cayó un balde de agua fría encima. Tomo el rostro de su hermana con una de sus manos y lo miro atentamente y luego al bebé en el pecho de Nico, y repitió el proceso varías veces tratando de encontrar explicación al parecido.
— Percy, te va a dar un aneurisma, relájate.—Pidió su esposa Annabeth—D-Debe haber una explicación.
Nico esbozó una media sonrisa.
— Es justo lo que parece.— Afirmó.
El Ex-Pretor, héroe del Olimpo, hijo de Poseidón. Se desmayó en el senado al ver a un lindo bebé chupar su puño.
Cinco minutos después Percy Jackson estaba sentado con una bolsa de hielo en el chichón en su frente, la rubia de ojos grises le estaba a su lado dándole palmadas en la espalda y un discurso de apoyo emocional. El pobre se puso tan estresado que le sangro la nariz.
Hazel tenía una expresión perpetua de Pikachu confundido. Jason estaba sobándose la frente y Piper estaba tomándole fotos con su teléfono.
Seguramente para enviarlas como spam al grupo que tenía con el resto de hijos de la diosa Afrodita.
— Cuando Percy me trajo aquí hace 5 años, fui presentada en el senado ante ustedes —Kali ayudo a Nico a sacar al bebé del fular y lo toma por debajo de los brazos. Alzándolo frente a ella con orgullo para mostrarlo—Hoy, vengo a ustedes de nuevo para presentar a mi primogénito. Mío y del embajador de Plutón —La pelirroja cobrizo lo alza a la altura de su cabeza y sonríe—Este es Nikolai Sebastián di Angelo Reyes de la Rosa.—Lo presenta, y lo muestra para que todos puedan verlo. Y como a Nikolai le encanta la atención, agito los brazos y empezó a reír— Es muy lindo, ¿Verdad?— Pregunta, dulce.
La centuriona de la primera cohorte se echó a llorar y no fue la única que se mostró perturbada. Básicamente, habían embarazado a su crush.
—¡E-esto! ¡Esto es inaudito!—Exclamo un Senador —¡Ustedes dos no pueden tener hijos!— Gritó con firmeza.
Nico tomó al bebé de las manos de su esposa y volvió a meterlo en el fular. Nikolai estaba más despierto, así que intentaba mirar a su alrededor.
El hijo de Hades había dicho que nunca usaría un fular. Eso fue hasta que su hijo nació, por qué en realidad disfrutaba de la sensación de tener a su hijo cerca de su pecho. Sentía que formaba un lazo especial con él.
— ¿Que no lo estás viendo?— Le cuestionó el pelinegro — ¿Quién eres tú para decir eso? Viejo — Sisea.
— Creo que estoy teniendo un ataque— Jadeo Percy, mareado.
—¡No entiende las repercusiones que podría tener! —Exclamo un anciano senador—¡Lo peligroso que podía ser un niño hijo del caos!—Los señalo.
— Oye.— Jadearon ofendidos Nico y Kali a la vez. Nikolai estiró la manito hacia la barbilla de su padre.
— ¡Esto es una blasfemia para los dioses Romanos y griegos!— Exclamó uno de los viejos lares. Nico lo miro y su boca literalmente desapareció.
El resto de los lares retrocedieron asustados y se marcharon.
— Pues estás en un error.—Dice Kali con una sonrisa maliciosa— Juno nos casó en una ceremonia tradicional en Roma, hubo cantos y fuego.
El hijo de Poseidón soltó un alarido y empezó a sollozar con la mención de las nupcias. Definitivamente, era una mala forma de enterarse de que Kali se fugó para tener un bebé y casarse a sus espaldas. Estaba molesto, pero de alguna forma triste por perderse los dos eventos más importantes en la vida de su hermana menor.
—Si se cuestiona nuestro matrimonio o a nuestro hijo legítimo— Exclamo el hijo de Hades. El adorable lactante en sus brazos empezó a balbucear en una forma de tratar de imitar a su padre y Kali sonrió apenas.—Entonces estarán cuestionando a los dioses.— Afirma.
— ¡No…! ¡Kali te amo! — Chillo un joven centurión que fue arrastrado fuera del senado por legionarios
A la legión iba a tomarle un tiempo recuperarse de tal decepción.
Nico miró a Kali con una mueca.
— Quien sabe quién sea— Le restó importancia alzando los hombros.
— ¿Alguien tiene pañuelos?
(. . .)
Estaban en casa de Percy y Annabeth, discutiendo sobre los meses en dónde Kali y Nico estuvieron ausentes.
En realidad, Annabeth y Percy estaban hablando con Kali y Nico.
Los demás estaban demasiado ocupados reunidos alrededor del pequeño Nikolai. Leo había tardado un poco en llegar desde Washington, pero en cuanto recibo una llamada enloquecida de su novia sobre tener un sobrino tomo un par de atajos.
Ahora todos miraban al bebito de cabello rojo y ojos oscuros, piel de porcelana con mejillas llenas de un tono rosa claro. Era tan bonito.
El pequeño Nikolai no había tenido mucho contacto con otras personas muy aparte de sus padres en lugar de mostrarse temeroso y tímido parecía encantando por toda la atención que recibía. Y los semidioses fascinados.
— Miren sus ojitos, es tan lindo.— Jason lo tomo en brazos y lo acunó en sus brazos —Di «Tío Jason», vamos.— Le insistió el rubio mientras el bebé lo veía sumamente fascinado.
— Tiene el cabello ondulado y largo— Exclamó Hazel, peinando el cabello rojo de su sobrino con sus manos.
— Es MUY grande, ¿No?— Opino Piper con voz sorprendida
Mira al bebe avispado que se tiraba de los brazos de Jason para alcanzar a Hazel, quien lo toma en brazos y suelta una risa encantada.
El bebé llevaba rato rotando por los brazos del grupo de amigos.
— Ese zorro astuto logro lo que quería, Ash— Se quejó el hijo de Hefesto y el bebé lo miro con sus grandes ojos marrones oscuros.— Tiene toda su cara— Exclamó.
Nikolai tiro los brazos hacia el para que lo tomara y gimió demandante.
— Sí, ven con tu tío Leo.— El moreno lo toma en brazos y el bebé le muerde el cachete, solo lo babea por qué aún no tiene dientes.— Es agresivo como kali, definitivamente es su hijo.
Percy miraba con cara de maníaco a Nico quien estaba sentado al lado de su esposa, Annabeth puso a Zoe en sus brazos como forma de prevenir que se lanzara encima del hijo de Hades para golpearlo, pero Zoe no dejaba de ver a su tía e intentar llamar su atención.
No estaban hablando, solo se estaban viendo mientras Cheeto hacia un gran escándalo de maullidos, corriendo por toda la casa, deteniendo su ataque de energía solo para frotarse contra Kali y morderla para exigir su atención.
— Cálmate, niña— Pidió Kali cuando Cheeto se subió encima de su regazo y empezó a frotarse contra su cara— Ya estoy aquí, ya cálmate —Acaricia de forma enérgica el pelaje naranja del gato que ronronea y maúlla feliz.
— Solo di lo que tengas que decir — Exigió Nico finalmente.
— Bueno…— Percy se relamió los labios, la vena en su frente palpita y está brotada.— Embarazaste y luego te fugaste con mi hermana menor.
— Si y ahora tienes un lindo sobrino— Soltó con obviedad.
Percy apretó tanto la mandíbula que sus dientes iban a estallar.
— No es solo su culpa— Exclamó la pelirroja cobriza apenas, viéndose sobrepasada por las demandas de cariño de su gata.— Yo quería irme, por qué no quería decepcionarlos.
— Nosotros te hubiéramos apoyado.— Afirma Annabeth algo exaltada.
— Lo sé — Kali baja la cabeza, algo apenada— El problema era yo, estaba tan avergonzada— Admite, cohibida y sonrojada—Ustedes dos se esforzaron tanto para cuidarme…— Suspiro— Yo, sentí que les había fallado.— Susurra.
Los ojos verdes de Percy se suavizan al mirar a su hermana menor.
— No, corazón. No nos fallaste, nunca lo has hecho — Aseguró Percy.
Kali se limpió las lágrimas rebeldes que caían de sus ojos. El hijo de Hades sostuvo la mano libre de la pelirroja en forma de consuelo, ignorando el hecho de que Cheeto se ha aferrado a su brazo mientras pateaba y mordía.
— Fue una ceremonia religiosa, no existe un certificado. Prácticamente, mi registro civil dice; Soltera.— Les explicó la pelirroja cobriza.
Nico la miro consternado.
— ¿Entonces no estás casada?—Pregunta Percy ilusionado.
— Si lo estoy — Percy se decepciona visiblemente — Pero eso significa que tendremos que hacer otra ceremonia y quizás está vez puedas llevarme al altar.— Le sugiere la hija de Neptuno.
—¿En serio?— Dice sorprendido.
— Claro.— Toma la mano de Nico — Quiero que sean parte de mi vida.
Pasaron el rato hablando sobre su tiempo en Italia y su boda. También les mostraron fotos de Kali cuándo estaba embaraza los últimos meses y Nikolai recién nacido. Fue bonito.
Se hizo tarde y la pareja decidió que era el momento de irse.
La hija de Neptuno metió a Cheeto en su transportadora y Nico tomó a su hijo de los brazos de su hermana.
Hazel solo había pasado 4 horas con el niño y ya lo amaba profundamente.
Y Jason Grace no se quedaba atrás.
Así que ambos protestaron cuando Nico les quitó al niño y se despidió.
— Kali—Percy lo persiguió por toda la casa, confundido—¿Dónde? ¿A dónde vas?—Tartamudo el joven.—Está es tu casa— Afirma —Puedes quedarte y el bebé también.— Mira a Nico.— Tú no, perro traicionero.—Exclamo y Nico hace una pequeña mueca de fastidio.
—Percy.— Le interrumpió Annabeth.
— Bueno, yo.—Tanto kali—Estoy casada ahora, y tengo un bebé. Debo vivir con Nico.— Le explica.
Percy hizo ojitos de fosa triste.
— ¿Por qué…?
— Por qué…— Kali parpadeó —Así es como funcionan las familias.
— Eres solo una bebé.— Dice Percy totalmente exaltado.
— Ya no soy una niña pequeña —Se queja kali— Mírame, tengo 18 años. 18.—Repite firme y frustrada —Soy prácticamente un adulto, pero me tratas como si fuera una niña.
— Basta, Percy.— Pidió Annabeth al ver que su esposo estaba a punto de enloquecer por completo.— Kali se tiene que hacer cargo de su familia.
Percy frunció el ceño con los ojos cristalizados. Ellos eran la familia de Kali, ella debió quedarse en casa.
— Vendré de visita a menudo.— Le tranquiliza y Cheeto maúlla desde la transportadora.—Seguro Nico estará muy ocupado en la universidad, así que podría venir en las mañanas.—Mira a su sobrina que choca contra las paredes en una andadera.—Para que Zoe y Nikolai se conozcan.
— Nos vemos.— Se despiden los chicos. Annabeth y Percy le dan un último abrazo a la pelirroja cobrizo.
Cuando la puerta se cierra Percy se queda allí parado, moqueando.
—No lo hagas, Percy.— Suplica la rubia rizada de ojos grises
El pelinegro echa la cabeza hacia atrás y empieza a hacer sonidos de ballena triste. Y Zoe trata de imitarlo.
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Cuatro años después.
— Si— Leo se lleva la margarita a la boca y tomo un gran trago sin apartar sus ojos de mi escote — De eso estoy hablando.— Dice complacido.
— Eres un puerco— Me burló y ambos reímos al mismo tiempo.
La gente a nuestro alrededor charla y se ríe, todos tienen platos llenos y una sonrisa en sus rostros. Percy organizo la barbacoa y todos nuestros amigos se reunieron para pasar el rato. Hay niños corriendo por el patio, veo a Zoe y Nikolai jugando a perseguirse.
Nikolai está del mismo o más grande que mi propia sobrina, lo que no tiene sentido, por qué es dos años menor.
Pero crece rápido y fuerte.
— Diablos Kali, eres más tetas que persona— Estira la mano hacia mí y me mira buscando permiso. Asiento con la cabeza y él acaricia mi vientre.— Ese perro astuto realmente se las arreglo para que pasaras los 3 de universidad embarazada.
Soy toda bulto y tetas.
Pechos gigantescos que hacen que todos se queden mirando mi pecho. Visité a Sarah en Manhattan, ella pasó todo el viaje mirándome y sopesando si quería una operación de senos.
Y mi carrera universitaria, que solo hice para que Annabeth pudiera decir que tengo un título universitario.
Enfermería. Es corta y la voy a necesitar cuando mis hijos sean lo suficientemente grandes para romperse un brazo y cortarse.
La barbacoa no era solo porque sí. Percy quería celebrar que me gradué como enfermera y yo lo dejé hacerlo, por qué con un bebé bailando salsa sobre mis órganos no tenía energía para planear una fiesta propia.
— Lo sé.— Resoplo— Es maquiavélico.
— ¿Es la niña que esperamos?— Pregunta acariciando mi vientre con el dorso de su mano y sintiendo como el bebé en su interior patea.— Parece que alguien será jugadora de Fútbol.
Respiro hondo y suspiro.
— Es… Es niño — Murmuro con voz estrangulada y posiblemente Leo sea la primera persona a la que se lo digo.
Decirlo en voz alta hace que mis ojos se cristalicen. Limpio las lágrimas que se me escapan y apartó la mirada.
Estoy feliz.
Claro que estoy feliz, pero…
Leo alza la mirada a mis ojos.
—¿Le dijiste?
— No.— Muerdo mi labio inferior.— Él quería tanto una niña… — Apenas digo eso las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas. Leo susurra «No, no, no llores» y me abraza para cubrir mi rostro y que la gente no se dé cuenta de que estoy llorando. Las hormonas del embarazo me vuelven sensible.
— ¿Ya elegiste nombré?— Pregunto tratando de desviar mi atención.
— Se supone que Nico elegiría el nombre de las niñas, pero no tenemos niñas nunca.— Balbuceó — Eso no es justo.— Murmuro agitada.
—¿Pero lo elegiste?
— Morgan.
— Morgan es bonito.— Responde Leo con entendimiento y me rio.
— Eres un buen amigo.—Apoyo mi mejilla contra su hombro — Oye, me sorprende que Nico no haya venido a patearte el trasero por tocarme.
— Se pone como loco cuando estás embarazada, pero está distraído por qué Killian vómito su saco— Informa y yo me rio ante la imagen mental— Y Kai está sobre mi prometida.
— Hazel es buena con los bebés.
— ¿Puedes parar de embarazarte? Alteras el reloj biológico de Hazel y pronto querrá bebés.— Se queja Leo.— Aún es pronto y quiero tener un poco más de tiempo de pareja.
— ¿Y eso es mi culpa por qué…?
— Si dejaste de llorar podrás verlo por ti misma —Me indica Leo.
Me apartó de él y me giró hacia la multitud que come y charla.
Hazel está jugando con mi bebé de 1 año, abrazándolo y meciéndolo. Ella se ve muy feliz como con Nikolai, pero él ya es demasiado grande como para que lo tome en brazos. Hazel siempre quiere cuidar y salir con mis bebés.
Son sus sobrinos y los ama, entiendo que quiera estar con ellos.
Y sí, tiene cara de que quiere uno propio. Pobre de mi amigo Leo.
—Lo siento.— Me disculpo entre risas.
— Urg — Se quejó leo y volvió a tomar de su margarita — Es obvio que ella quiere volver a la Nueva Roma.
—¿Y qué? ¿La vas a terminar?
— No, por supuesto que no. La amo.— Se defiende el moreno.— Pero quería poder trabajar más tiempo. Me gustan las naves especiales. — Suspiro —Es el trabajo de mis sueños y ella la chica de mis sueños. Pero no puedo tener ambas al parecer — Aseguro Leo.
Hace tres años Leo se mudó a Texas para trabajar con la NASA (cohetes) y obvio Hazel se fue con él. Son pareja, y ella puede conseguir trabajo como maestra en cualquier estado, pero es normal que quiera volver. Aquí en San Francisco está toda su familia y amigos, debe sentirse sola allá.
Incluso Nico y yo terminamos mudándonos a la Nueva Roma.
Al principio vivimos en Brooklyn por unos meses, todo estaba bien, excepto por los monstruos se apilaban en mi puerta para devorar a mi bebé.
Así que volvimos a la Nueva Roma.
Por qué priorizamos la seguridad de nuestro hijo mayor, luego de nuestros gemelos. Y más pronto que tarde, me quedé embarazada de un cuarto bebé.
— Habla con ella. — Le indicó —Seguro llegarán a un acuerdo.
— Eso esperó.— Leo me miro de reojo con una mueca de confusión— ¿Cómo hizo Nico para embarazarte tres veces en solo 5 años?— Me cuestiona.
Alzó los hombros.
— ¿Mucho amor?— Teorizó.
Leo hace un sonido de asco.
— Ewww…— Se sacude como si tuviera un escalofrío.
— Te vi abrazando a mi esposa.— Nico se acercó por detrás para darle un manotazo en la nuca a Leo.— Aleja tus manos de ella.— Sisea el pelinegro.
— Auch.— Se queja y se soba la nuca.— Estoy felizmente comprometido. Y hablando de eso, voy con mi novia.
Leo se despide y camina hacia Hazel.
Veo a Killian en los brazos de Percy a lo lejos y Nico con mala cara.
—No sé qué le pasa con Percy— Se queja el pelinegro, envidioso.
— Le agrada. Eso es todo.
Nico bufa y se cruza de brazos.
— Es mi hijo, solo yo tengo que agradarle.— Exclama Nico.
Lo miro de reojo.
— Te amó.
Los ojos de Nico se suavizan.
— Yo también te amó, cariño.
Holaaa chicas y chicos.
Espero que les haya gustado el capítulo final. Creo que mi bebé Kali creció y maduro mucho a lo largo de la historia, y eso hace honor al título.
Creo que haré un epílogo solo para explicarte cómo es su vida junto a Nico y su familia en la nueva Roma.
Espero que les haya gustado.
Y que amen a Kali y su historia tanto como yo.
Memes del capítulo;
(Kali preciosa en el senado)
Dejen sus opiniones de la historia, me haría muy feliz saber por qué les gusto.
Bye bye.
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