20

"Las víctimas no quieren ser vistas como tal"

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Kali Reyes Pov:

No recuerdo demasiado de lo que pasó después, sentía que estaba fuera de mi cuerpo. Fue como ser una niña de nuevo, de pie sobre los escombros, sola en su isla, en la que crecí y yo destruido cegada por la ira, tristeza y miedo.

Trataba de atar los cabos en mi memoria, intentar averiguar cómo fue que deje que esto me pasara.

Me engañaron, jugaron conmigo y yo solo me quedé allí como una tonta.

Casi me matan… Y quizás algo peor que la muerte. Estando lúcida, puedo ver ahora qué no habría soportado vivir después de algo así.

Recuerdo llegar a la barrera del campamento mestizo.

Tenía la chaqueta de Nico alrededor de mis hombros, él me guiaba con cuidado, sin tocarme.

Cuando llegamos a la barrera los siete, Calipso y Quiron nos esperaban.

Al ver a Percy y Annabeth sentí tantas ganas de llorar y correr a sus brazos que sentía que me ahogaba. Ambos parecían tan preocupados que note que la rubia de ojos grises estaba al borde del llanto. Mi hermano mayor abrió sus brazos y no dude en ir hacia él, me abrazo con cariño paternal y yo me sentí segura en sus brazos.

Todo mi cuerpo se relajó y mi corazón se calentó de forma agradable.

Annabeth Chase me beso en la frente para luego inspeccionarme de arriba abajo, buscando heridas. Se detuvo en la herida en mi mejilla y luego en mi brazo, entonces miro mi rostro.

— Por los dioses, ¿T-te rompieron la nariz?— La voz de la rubia se corta y flaquea mientras toma mi rostro entre sus manos temblorosas.— ¿Q-que? ¿Que te pasó? ¿Quién te hizo esto?

Sus ojos grises estaban llenos de preocupación y miedo.

— Kali.— Percy me tomo de los hombros y me miro preocupado.— ¿Estás bien?— Preguntó.

Mire a mi hermano mayor a los ojos. Tan verdes y llenos de matices, como un mar revuelto. Abrí mi boca y quise decirle a Percy «estoy bien» pero nada salió de mi boca, aunque intente articular las palabras, no lo logré. Me frustró y me asusto que no pudiera hablar.

Estoy bien.

Estoy bien.

Estoy bien.

Solo tengo que decir «Estoy bien»

— Y-yo…— Balbuceó y aquello fue lo único que salió de mi garganta.

Mis ojos se nublaron.

Y por un momento pensé que me estaba desmayado de nuevo, pero pronto sentí las lágrimas saladas y tibias bajar por mis mejillas como cataratas. Al darme cuenta de que estaba llorando, intenté detenerme, pero las lágrimas se abrieron paso.

Percy me abrazo.

— Tranquila. Estarás bien, estás con tu hermano mayor ahora.— Susurro Percy, envolviéndome con sus brazos con fuerza y acariciaba mi cabello.

Fin del Pov.

No saben lo que Percy y Annabeth sintieron cuando pasaban de las 8 pm y Kali no regresaba al campamento, luego de enloquecer durante unas dos horas, recibieron una muy alarmante llamada de Nico diciendo que Kali estaba bien, pero que algo realmente malo había pasado y que los vería la mañana siguiente. Percy casi tiene un ataque cardíaco, por qué Nico no fue demasiado descriptivo. Luego reciben un mensaje diciendo qué estaban en camino, y lo primero que ven es a su pequeña toda llena de tierra y polvo, con hojas secas en su cabello, sangre en seca salpicada en su ropa (la cual se encontraba echa jirones), piernas y rostro. Aunque en esa zona parecía que habían tratado de limpiarla.

Nico no se veía mucho mejor, en realidad se veía bastante mal. Jason siempre creyó que Nico era un chico fuerte y valiente, pero eso no impedía que se preocupara por él. Al ver la expresión de dolor en su rostro, no dudo en acercarse y abrazarlo.

El hijo de Hades estaba tan mal que ni siquiera intento apartarlo, incluso parecía necesitarlo. El solo cerro los ojos y le devolvió el gesto, por lo que Jason supo que algo realmente malo había pasado. Lo suficientemente malo para que Nico se pusiera así.

Hazel rodeo a su hermano, histérica, se detuvo y lo sostuvo de las mejillas mientras le preguntaba que le pasó, como estaba y si había comido.

Jason Grace notó la herida en el rostro del pelinegro y empezó a buscar más heridas, vio la sangre que manchaba su camisa gris y sin pensarlo levantó la tela. El rubio soltó un grito ahogado y Hazel jadeo exaltada cuando vieron la gran herida que parecía hecha por una daga que atravesaba el costado de su abdomen en forma lineal. Desde su vientre hasta llegar a sus costillas.

Aún sangraba, es más, necesitaba puntos para cerrarla.

— ¡Dioses! ¡Necesitamos algo para detener el sangrado…!— Chillo Piper.

Jason se sacó la camisa y la presionó contra la herida del pelinegro para detener el sangrado.

Y aunque los siete estaban ansiosos por escuchar lo que había pasado, se apresuraron a llevar a Nico y Kali a la enfermería para tratar sus heridas.

Todos los líderes de cabaña (Frank, Hazel y Annabeth aunque ella había dejado de ser la líder de la cabaña de Atenea hace mucho tiempo) bajo la supervisión de Quiron se juntaron en la casa grande para tener una reunión de emergencia. Por era obvio que esos dos no habían tenido una pelea con un monstruo, sino con un humano.

Tomaron asiento alrededor de la mesa de ping-pong, super serio, y miraron en dirección al puesto donde debería estar sentado el hijo de Hades, él no estaba allí. Estaba de pie al lado de la mesa, prefirió no tomar asiento.

Él había salido de la enfermería antes por qué solo tenía una herida grave.

Lo dieron 10 puntos y luego de tomar un poco de néctar su herida mejoro lo suficientemente como para asistir a la reunión luego de darse una ducha.

Se supone que Kali también tendría que estar allí, pero aún estaba en la enfermería siendo un dolor de trasero para todos los hijos de Apolo que solo querían ayudarla. Mientras trataban a Nico, este pudo escuchar los forcejeos y resistencia que ponía Kali.

— ¿Qué fue lo que pasó? Nico.

Fue Percy quien se atrevió a romper el silencio. Annabeth y él no eran de desvelarse, pero no pudieron dormir de la preocupación en toda la noche.

Así que ambos se veían mal, con bolsas debajo de sus ojos y una mirada de muerte.

Nico se mantuvo en silencio por unos segundos, saco el cuaderno escondido en su chaqueta y lo dejo sobre la mesa de ping-pong. Annabeth extendió una de sus manos y lo tomo el cuaderno.

La rubia abrió y en cuento empezó a leerlo, se puso pálida.

El hijo de Hades empezó a explicar la situación por encima, no quería ser muy descriptivo, nadie lo interrumpió y lo escucharon en silencio. Cuando levantó la mirada, todos tenían una expresión consternada, mezclada con sorpresa y molestia. Era demasiada información para analizar, ni siquiera Quiron pudo pronunciar palabra.

Bueno, supuso que era una reacción normal cuando explicaba que un loco estuvo a punto de matar a la hermana menor del héroe del Olimpo y que no contento con eso, estuvo lavándole el cerebro por una semana completa.

— Así que el supuesto novio mortal de Kali, no era su novio y ni siquiera era mortal…— Alcanzó a decir Percy, este llevo su mano a hasta su frente y soltó un suspiro tembloroso. — Esto es…

Estaba rojo y le costaba respirar, parecía que iba a explotar.

Como si no se decidiera entre estar molesto, tristeza o desesperado por el pánico de lo que hubiera podido haberle pasado a su hermana.

Annabeth acaricio la espalda de su novio en forma de consuelo.

— ¿Q-que significa la «X»? Esa es mi hermana.— María, la hija de Hécate corto el silencio con su voz y señaló la fotografía en la libreta, la cual tenía una «X» roja marcada por encima de su rostro.— Este verano no vino al campamento, ni siquiera me envió un correo electrónico…— Murmuro.

Todos bajaron la cabeza con el rostro oscurecido, nadie dijo nada, nadie quería decir lo obvio.

Si había intentado matar a Kali dudaban mucho que se tocará el corazón a la hora de matar a sus pares, por lo que era más que obvio lo que había pasado con sus objetivos marcados con «X».

Los ojos marrones de la peli-verde se llenaron de lágrimas, se cubrió la boca con su mano temblorosa y recostó su espalda de la silla.

— Ya lo sabes, María.— Soltó Nico con simpleza, pues nadie más lo decía.

— Aún no lo sabemos.— Intervino Quiron.— No estamos seguros.

— ¿Quién diablos escribe sus planes malévolos?— La voz de leo había interrumpido el ambiente tenso.

Le pasó la libreta forrada de cuero a Jason, quien se puso los lentes para leer el contenido de esta.

— Parece que tenía un plan explícito para matarnos, y todo iniciaba con la muerte de Kali.—Jason miro de reojo al hijo de Poseidón, quien no sé veía muy bien.— Quizas supuso que si ella moría, Percy bajarían la guarida y los demás serían pan comido.

— No a todos, solo hay fotos de semidioses griegos.— Le indico Piper.

Y en ese momento todos llevaron su mirada a los pretores de la legión.

El ambiente se puso más pesado y denso, tanto que podía ser cortado con una espada de bronce celestial.

— ¿Pero como fue que Kali no se dio cuenta de que estaba utilizando él embrujahabla con ella? Siendo ella legado de Afrodita.— Cuestionó la líder de la cabaña de Deméter.— No está precisamente indefensa, todos la hemos visto luchar… incluso recupero el tridente de Poseidón ¿No es ella un objetivo demasiado peligroso?

Era una duda bastante razonable, incluso muchos se lo pensaban dos veces a la hora de aceptar una pelea con ella. Que hubiera caído con puro control mental, embrujahabla, era demasiado extraño.

—No tiene nada que ver, yo podría utilizar él embrujahabla con mis hermanos y obligarlos a hacer lo que me plazca.—Explico Piper.— Tiene más que ver quién tiene el poder más desarrollado.— Soltó casi en un tono agresivo, por alguna razón sintió que estaba insinuando que Kali había dejado que todo esto pasará.

—¿Pero por qué lo haría?— Cuestionó el líder de la cabaña de Hermes.

Nadie dijo nada.

No sabían qué responder.

Nico bajo la mirada y se cruzó de brazos, no quería estar aquí, quería irse a su cabaña para estar solo.

— Pase la noche investigando, es hijo de Venus, estaba apadrinado por una de las familias más ricas y poderosas de la Nueva Roma.— Dijo Nico en un tono de voz bajo, mientras jugaba con el anillo en forma de calavera en su dedo índice.— Yo no pude reconocerlo al instante, pero ustedes lo conocen. Cassius Aurelius, Ex-Centurión de la primera cohorte.— Hazel y Frank se pusieron tensos y pálidos al instante. El tipo siempre había sido agresivo y problemático, aún así nunca habían podido expulsarlo de la legión por sus contactos con miembros respetados de la comunidad. Hasta hace unos meses cuando fue expulsado por sus constantes ausencias—Hay algunos Romanos que no aceptan a los griegos, no es un secreto.— Le dio una mirada a Jason, quien confirmo el hecho asintiendo con la cabeza.

Los Romanos, en especial los de edad más avanzada, se ciernen demasiado a las tradiciones, mantienen vivo el odio a los dioses griegos y por ende también a sus hijos semidioses.

— Pero… ¿Llegar a este punto?— Cuestionó Hazel con incredulidad.

Intentaba encontrar el sentido a toda la situación que parecía sub-realista.

Parecía una estrategia demasiado extremista, incluso para los Romanos más tradicionales.

— Las personas pueden ser más crueles de lo que crees.— Le indico su hermano mayor en un tono bajo.

El líder de la cabaña de Ares dio un fuerte golpe en la mesa con sus puños, y se levantó de su silla.

— ¡Esta es una maldita declaración de guerra! ¡Se suponía que estamos en buenos términos, pero ellos rompen el acuerdo matando a los nuestros!— Le grito a Quiron y le lanzó una mirada feroz a Frank y Hazel.— ¿Qué no son ustedes la autoridad allí? ¿También están metidos en esto?

Annabeth se levantó de su asiento, y le lanzó una mala mirada.

— No vamos a iniciar una guerra.— Exclamó la rubia de ojos grises.

El hijo de Ares resoplo y miro a su prima con odio, como si lo hubiera traicionado de la peor manera.

— Dices que los nuestros no serán vengados, ¿dónde está tu orgullo y hermandad, hija de Atenea?— Le cuestionó el hijo de Ares.—Tú más que nadie deberías saber que esto es una declaración de guerra.

— Líderes de cabaña, no es momento de pelear entre nosotros.

Los Interrumpió Quiron, antes de que la discusión terminara en un duelo.

— Ustedes dos.— Nico dirigió su mirada a Percy y Annabeth.

Estaba molesto por qué fue el único que creyó que toda la situación era rara. No, no solo era eso. Nico estaba muy asustado, tenía miedo de que Kali no volviera a hablarle, que de pronto le incomodara su presencia, que lo viera… Como un monstruo.

Ella ni siquiera le habló, no lo miro a la cara o dejo que la tocara.

Si Kali lo odiaba…

Annabeth y Percy pudieron evitar todo esto si le hubieran prohibido ver a ese chico, si tan solo ellos hubieran verificado que la chica a su cargo no estaba saliendo con un psicópata, se hubieran dado cuenta de lo que pasaba y nada de esto hubiera pasado.

Kali no lo miraría con ojos llenos de miedo, tampoco retrocedería cómo lo hizo cuando lo vio acercarse.

—¿No creyeron que era raro que Kali se enamorará en menos de 3 días? Es Kali, por Hades. Se tardó cuatro meses en llamarte hermano.—Señalo Nico con obviedad, sonando furioso. Para él fue tan obvio para el que Kali se comportaba raro que no entendía por qué los demás no lo veían.—¿Por qué no lo verificaron? ¡Ese idiota estuvo jugando con su mente…! ¡Quién sabe que más cosas pudo haberle hecho! ¡Convenciéndola de que estaban perdidamente enamorados!

— ¡Nico…!— Le grito Jason.

En ese momento el hijo de Hades se percató de las expresiones en los rostros de Percy y Annabeth.

Por un momento había olvidado que esos tres jugaban a la casita, y Percy trataba a Kali más como una hija que como una hermana menor.

Nico callo sentado en su silla y bajo la mirada. Estaba alterado, molesto y no pensaba bien lo que decía, lo último que quería era hacerlo sentir mal.

— Lo siento.— Susurro.

— No, es cierto.—Afirmo Annabeth, la rubia desvío la mirada inyectada en sangre.— Estaba tan emocionada de que Kali estuviera actuando como una adolescente normal que yo…—Soltó un suspiro, y se cubrió el rostro con sus manos.—Debí estar más atenta, Kali nunca se comportaría así.— La rubia llevo su cabello hacia atrás y negó con la cabeza.— Le da asco y vergüenza ver escenas románticas en películas.— Bufo con cierta gracia.

Annabeth se sentía culpable, ella misma fue quien detuvo a Percy de hacer una locura como espiar a su hermana. Ella lo convenció de que dejara a Kali manejar todo el asunto por su cuenta, que era una chica muy fuerte, suficientemente madura para cuidarse por sí misma. No imagino que algo como esto fuera a pasar.

— No es tu culpa, Ani.— Percy tomo su mano y le dio un apretón.

— Lo siento.— Se disculpó, Annabeth seco la lágrima rebelde que se escapó de sus ojos grises.

— Esto es una locura.—Soltó Connor.

— Ya me voy.— Nico se levantó de su silla y llevo sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta.

— Joven di Angelo la reunión aún no termina.—Le indico Quiron y al ver a qué no se detenía, Percy se levantó.

— ¡Nico, espera un minuto! ¿A dónde se fue Cassius? Sí.—Percy dejo su mano sobre la mesa, acaricio su sien con su mano libre.—¿Qué se supone que haremos? ¡Hay que buscarlo! ¿Qué tal si trata de acercarse a Kali de nuevo? ¿Qué pasa si intenta terminar el trabajo?—La presencia de Percy estando molesto era aterradora.

Percy Jackson era un tipo agradable y carismático, a la gente se le olvida que es el semidiós más poderoso, al menos en lo se refiere a la fuerza.

Y cuando se molestaba, podía poner nervioso a los mismos dioses.

Nico se detuvo, respiró hondo, se giró sobre sus talones para ver directo a los ojos verdes de Percy.

— No, ya no puede…—Dijo Nico.

Percy lo miro confundido.

— ¿A qué te refieres?

Nico desvió la mirada, no soportaba ver los ojos de foca bebé.

—… Era él o ella.

Y yo siempre voy a escogerla a ella.

Nico se volvió a sentir como raro a la Percy paralizarse ante su declaración.

— ¡Eso sí es pensar como griego! ¡Deberían aprender de Di Angelo!— Exclamó el líder de la cabaña de Ares.

— ¿Otro más? Debes tener algo en contra de los romanos.— Bromeo leo.

— ¡Leo…—Jason le dio un codazo y el aire se escapó de los pulmones de leo.

— Aún no es tiempo para hacer chistes…—Dijo sin aliento, se cubrió las costillas y alzo una de sus manos—
Avísenme cuando sea tiempo.

Cuando Nico intento volver su vista a Percy sintió como alguien lo rodeaba con los brazos en un abrazo, ahora tenían la misma altura, bueno Nico era unos centímetros más alto.

— Gracias por cuidar a Kali.— Le agradeció Percy.

— Nico, esto es serio, cuando vuelvas a la Nueva Roma serás juzgado.—Frank interrumpió el abrazo.

Percy se separó de Nico, no sin antes sacudir su cabello de forma fraternal.

Nico lo apartó, pero Percy se puso muy cariñoso y amistoso. Cómo Jason cuando le dijo que tenía las mejores calificaciones de historia en su clase.

— ¡Fue por defensa propia y de los demás! ¡Es inocente!—Exclamo Hazel.

— Ya paso una vez, ¿Qué crees que pensarán el resto de senadores?— Le cuestionó Frank preocupado.

Hazel le lanzó una mirada muy propia de los hijos de Hades.

—… Hablemos afuera.— Le indico Hazel y ambos se fueron.

El lugar se quedó en silencio hasta que Quiron hizo sonar su garganta para llamar la atención de todos los semidioses presentes.

— Es mejor que el joven Di Angelo vaya a su cabaña a descansar, fue una noche agitada.— Nico asintió con la cabeza.— Se ha evitado una posible tragedia, sé que están tristes por la posibilidad…

— ¿Qué hay de los funerales?— Le interrumpió María.

— Contactaré con los padres de los semidioses en la libreta, esperemos que estén todos bien— Quiron respiro hondo.— Si no es así, les aseguró que se harán los rituales correspondientes para despedir a sus hermanos y a sus hermanas como se debe.— Afirmó.

Todos miron al centauro con una expresión de tristeza.

— Se supone que ya no estamos en guerra…— Susurro, Emilia, la líder cabaña de Deméter.

— Líderes de cabaña, estaré informándoles lo que averigüe.

Antes de que pudieran ponerse de pie, todos los líderes de cabaña asistentes a la reunión vieron la figura de una chica pelirroja pasar a toda velocidad por el pasillo frente a la sala, y detrás de ella tres hijos de Apolo pidiéndole que volviera a la enfermería. Percy y Annabeth se apresuraron a ir tras ella.

— ¡Por favor! ¡Necesitas más tratamiento! — Pidió Will.— ¡Kali!

Kali ni siquiera se detuvo, abrió la puerta de la casa grande y salió.

Los niños de Apolo y Annabeth la siguieron sin pensar.

— ¿Qué pasa?— Preguntó Percy agitado.—¿A dónde va?

— Se negó a consumir ambrosía o néctar. Le pusimos 6 puntos en el brazo, tres en la mejilla y pusimos su nariz en su lugar sin anestesia.—Le explicó el rubio de rizos dorados con un gesto de preocupación.—Ella debe estar sintiendo mucho dolor, pero no dejo que le diéramos nada.— Suspira.—¿Puedes hablar con ella? También se arrancó la vía intravenosa.

—Lo siento.— Se disculpó Percy.— Trataré de hablar con ella.

— ¿Le sacaste sangre?—Pregunto Nico asomándose por la puerta.

— Bueno, sí.— Will metió las manos en los bolsillos de la bata. Se puso un poco nervioso por qué la voz de Nico sonaba un poco acusadora— Para hacerle exámenes, es una cosa de rutina.— Murmuro nervioso.

Sí, no. Will debía pedir permiso a los representantes legales para hacer eso, pero esto no era un hospital y estaban en el campamento mestizo.

— Está muy drogada.— Responde Nico.—Pero eso ya lo habías notado, ¿No?— Le cuestiona y Will asiente.

Cuando reviso a Kali y vio que tenía las pupilas casi del tamaño de sus iris, se preocupó mucho. Por eso, tomo la muestra de sangre sin preguntar.

— ¿¡Qué?! ¿Cómo que drogada?— Balbuceó Percy, poniéndose aún más pálido de lo que estaba antes.

— Mañana tendrán los resultados.— Les indicó Will, se dio la vuelta para volver a la enfermería, pero se detuvo antes de dar un paso más, giro su cara hacia ellos.— Ah… ¿Quizás, necesita un examen de otro tipo?.— Le pregunto. No a Percy, sino a Nico.

El rostro de Nico se llenó de sombras y sus ojos se cristalizan.

Él quería decirle «No, llegué a tiempo» pero no estaba seguro de eso.

Llegó una semana tarde.

— No estoy seguro.— Admitió con la voz rota y soltó un gruñido frustrado para no llorar. Se frotó los ojos y paso se llevó el cabello hacia atrás.

Will suelta un quejido y se acerca para abrazar a Nico. El rubio no sabía exactamente qué había pasado, él no estuvo en la reunión, solo sabía que Nico nunca lastimaría a Kali.

Tenía que sacar conclusiones con los pocos datos que tenía. Y ver el dolor y angustia en los ojos de su exnovio, le dijo todo lo que necesitaba saber.

— Nico.— La voz de Percy tembló.— Siento que no contaste la historia completa en la reunión.

Will se separa del pelinegro, le da una palmada en el hombro y se va.

—Kali… Me hizo jurar por la laguna Estigia que no te diría.— Le explico Nico, rodeo a Percy y siguió su camino hacia la salida de la Casa grande.— No puedo decir nada frente a ti.

Nico extendió la mano hacia la manilla de la puerta y la gira.

— ¿Ese tipo abuso de ella?

El pelinegro se detiene, mira a Percy por encima del hombro y luego abre la puerta, sale y la cierra detrás de él.

(...)

Se corre un rumor en el campamento mestizo. Se dice que algo realmente malo había pasado, involucrado con los hijos de los tres grandes.

Todos los líderes de cabaña se niegan a comentar nada.

Se rumorea que vieron al hijo de Hades y Kali llegar muy temprano al campamento mestizo, golpeados y sucios, se dice ambos terminaron en la enfermería y justo después hubo una reunión de todos los líderes de cabaña. Y esa misma tarde, cuatro grupos de mestizos experimentados se salieron en una búsqueda.

No podía ser una coincidencia, pero no había forma de corroborarlo.

Los siguientes dos días, la hija de Neptuno no salió de la cabaña de Poseidón, lo que aumento los chismes y especulaciones. No sabían nada de ella y poco tiempo después volvieron los tres grupos de semidioses que se embarcaron en una búsqueda.

Al día siguiente se hicieron los ritos funerarios de 4 semidioses.

Una hija de Hécate.

Dos hijos de Nike.

Y una hija de Hermes.

Los ritos funerarios fueron dirigidos y organizados por Nico di Angelo.

Los líderes de cabaña parecían tener la boca cocida. No decían por qué ni como supieron de todos los mestizos que fallecieron, normalmente dirían el monstruo responsable y daría unas cuantas clases de como enfrentarse a dicha criatura si se la topan en algún momento. Pero no sé dijo nada.

Y aunque no sabían lo que había pasado, era obvio que el hijo de Hades y la hija de Neptuno se lo toparon.

Quizás fueron ellos quienes se encargaron del monstruo, no sería raro que esos dos pudieran acabar con un monstruo que sería imposible de vencer para otros mestizos.

Entonces, ¿Por qué el secretismo? ¿Por qué no simplemente decir «Una bestia intento asesinarnos» y ya?

Se llegó a una conclusión «No fue un monstruo, fue otro humano» lo que era más alarmante, pero si se había topado de frente con dos hijos de los tres grandes, no podría seguir vivo.

De todos modos, no volvieron a verle la cara a la hermana menor del héroe del Olimpo el resto del verano.

(. . .)


Nico di Angelo Pov;

Nico se dirigió a la playa tan rápido como pudo cuando Jason le comento que Percy había traído a Tyson para obligar a Kali a salir, plan que resultó ser un rotundo éxito. Pues el cíclope logro convencer a la chica de pasar tiempo de «hermanos» en la playa.

No había sol, el día estaba un poco nublado. Quizás el humor de Kali tenía mucho que ver con eso.

El pelinegro se detuvo en el lugar donde la tierra se volvía arena. Se quitó los zapatos y enterró los pies en la arena caliente, odiaba la sensación, pero siguió adelante hacia la orilla de la playa, dónde las olas chocaban una y otra vez contra la arena mojada.

Percy y Tyson estaba jugando en el agua, Kali se mantenía cerca, pero fuera del agua. Estaba sentada sobre el muelle de madera, totalmente seca, riendo de las estupideces que hacían sus hermanos mayores. Su cabello de color cobrizo se sacudía levemente con el viento, lo lleva suelto y parecía más largo que la última vez que la vi.

Nico siempre pensó que con el cabello así de largo parecía una princesa.

—¿Saliendo para que te dé el sol?— Pregunto forzando una voz sería. Es la única forma que tenía de enmascarar los nervios y miedo que sentía.

Llevaban 3 sin hablarse y la última vez que se vieron fue… Cómo una escena sacada de Alicia en el país de las maravillas. Él era la Reina Roja.

Tenía miedo. Miedo de que Kali hubiera visto su peor lado, el que no tiene límites o arrepentimientos.

Seguramente Percy hubiera dudado. Quizás ni siquiera lo hubiera hecho.

Tenía miedo… De que ella se asustara de él, que lo rechazará.

El pelinegro metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta para ocultar el temblor en sus manos. Kali lo miro de reojo, y volvió su vista a la playa.

— El manipulador de Percy trajo a Tyson para convencerme de salir.—Señalo al cíclope que reía cuando el hipocampo se sacudia.—No puedo decirle que no a esa cara.

Percy había dejado de reírse en cuanto vio a Nico. Se preocupó, ya había sido todo un calvario, sacar a su hermana de la cabaña, no necesitaba que la presencia de Nico pudiera ser detonante para que ella volviera a aislarse y esconderse de los demás.

El pelinegro de ojos verdes hizo él amagó de salir del agua para pedirle a Nico que les diera tiempo, pero Kali le hizo una pequeña seña con la mano para decirle que todo estaba bien.

Percy hizo una mueca, sus labios se volvieron una línea recta, pero no sé movió y se mantuvo en su posición.

— ¡Hermanita! ¡Mira!—Tyson acaricio al hipocampo.—¡Un caballito marino!

—Sí, ya lo vi.— Exclamó Kali.—Es muy bonito Tyson.— Aseguro.

— Yo.— Por un momento se quedó sin palabras, se aclaró la garganta y dijo.—Note que no los llevabas puesto ese día.—Nico saco una de sus manos de los bolsillos de su chaqueta, sostenía una pequeña bolsa plástica de la que sobresalía unos aros color dorado y se la extendió a Kali—Los busque, pero no tuve la oportunidad de devolverlos antes.— Ella la tomó en sus manos y saco los brazaletes que de inmediato se volvieron más grandes.

— Gracias.— Kali dudo un minuto, pero se los puso —Son un regalo muy especial y útil. Nunca me los hubiera quitado siendo consciente…— Ella susurro esto último, abrazando sus rodillas.

El hijo de Hades aún recuerda cuando Neptuno le regaló esos brazaletes a su hija, el primer pensamiento que se le vino a la cabeza en ese entonces fue:

«Qué peligro para la sociedad»

— ¿Cómo estás?— Pregunto Nico con voz suave, casi un susurro.

— Bien.— Murmuro.—Solo olvida lo que pasó, yo ya lo hice.— Afirma con simpleza y evita su mirada.

El silencio entre ambos era inundado por el sonido natural de las olas chocando unas contra otras.

Nico miró la herida en el brazo de Kali, le habían quitado los puntos, pero la piel seguía resistiéndose a sanar por completo. La herida en su mejilla, por otro lado, había sanado casi por completo, pero había dejado una cicatriz de un tono más claro que su piel bronceada. En relación con su nariz rota, no había sufrido cambios estéticos visibles. Aunque Will tenía la sospecha de que su tabique se desvió por el golpe. Heridas que pudieron sanar con facilidad con el agua, o la comida y bebida de los dioses.

— ¿Por qué no tomaste el Néctar?— Pregunto Nico y el aire se templó a su alrededor. No recibió respuestas, así que volvió a preguntar—¿Por qué no lo hiciste?— insiste con seriedad.

Kali lo miro con ojos asesinos.

—Nico, ¿Por qué insistes en meter el dedo en la herida?— Le cuestionó.—No tome el Néctar o comí ambrosía por qué no quise ¿Bien? Mi cuerpo se curará eventualmente por su cuenta.—Explico entre dientes, amarga.

Nico entrecerró los ojos y decidió no echarse para atrás.

Sabía que la estaba presionando, pero en su experiencia callarse no sirve de nada y solo intensifica el dolor.

— ¿Entonces por qué no te lanzas el agua ahora mismo y te curas?

La pelirroja cobrizo respiro hondo y se puso de pie echando humo.

—Porque merezco este dolor. Por qué esto me recuerda todas las mañanas que deje que esto pasará. A mí— Su voz se elevaba cada vez más, se señala el pecho.—¡Soy un maldito dios en la tierra! ¡Y mira lo que me pasó!—Grita y el agua responde, las olas se vuelven más altas y salvajes. Y La marea sube.—Esta es una lección que tengo que aprender, esto me lo recordará.— La pelirroja señala la herida en su brazo y la cicatriz adorna su mejilla.—¡Me recordará que fui una estúpida…!

— Kali…— La llama Percy al notar como el mar empieza a volverse más turbulento y remolinos empiezan a formarse en el fondo marino.

— ¡Necesitamos un minuto! — Gritan ambos a la vez. Percy y Tyson alzan las manos en señal de derrota, y se alejan de la tormenta lentamente.

Aunque desaparecen de su campo de visión, Nico está seguro de que siguen estando cerca para escucharlos.

—No es tu culpa.—Afirma Nico con rudeza y seriedad. Firmé— No es tu culpa y no importa cuántas vueltas le des, no hay forma que sea tu culpa.

Kali suelta una carcajada amarga mientras camina en círculos en el muelle mientras juega con su cabello.

— Pero es mi culpa.— Asegura.

— Eso no es cierto y lo sabes, solo estás buscando culparte por algo de lo que no tenías control.— Exclama.

Kali detiene su caminata ansiosa y gira para ver al pelinegro.

—¿Sabes? Ese día mi cerebro se reinició, por un momento no podía recordar nada de lo que había pasado esa semana. Ni siquiera sabía dónde carajos estaba. No sabía quién era la persona que jugaba conmigo a la caza recreativa.— Sus ojos se cristalizan y sus manos tiemblan.—Pero hace poco todo volvió a mí. Todos los recuerdos y momentos que pase con él.

— Eso no fue real. Te manipuló y quién sabe cuántos brebajes te dio.

— ¡Fue real para mí!—Exclama con voz temblorosa, se frota los ojos y se tira del cabello con fuerza— Estaba tan convencida de que era real. Que, por fin, finalmente estaba actuando como una persona normal.— Pasa de estar furiosa a verse frustrada y triste.— Que dejaría de ser un fenómeno y Annabeth y Percy no se preocuparían más por mí.— Dice entre dientes.

Nico se acerca y toma sus muñecas, la obliga a soltar su cabello y a mantener sus manos a sus costados y no jalando su precioso cabello de princesa.

— Entiendo que tienes sentimientos encontrados por esto.— Dice Nico.— Sé que estás pasándola mal, no quería presionarte.— Se disculpa por lo bajo.

— No quiero que nadie se entere…—Murmura frustrada.— ¡No debimos decirle a nadie!— Gruñe y se deshace del agarre de sus manos, empezando a caminar en círculos de nuevo.

— Kali.

— ¡Todos pensarán que soy débil! ¡Ingenua y estúpida!—Grita exalta y las olas se vuelven tan grandes que chocan contra el muelle. Nico nota como Kali lucha contra la risa y las lágrimas.—Que soy joven y estúpida y un hombre adulto me manipuló como quiso.— Se burla de sí misma, ríe de forma amarga y oxidada.—¿¡A mí?! ¡La invendible hija de Neptuno dejo que le lavaran el cerebro!— Exclama como si hablara de una historia que no era la suya, como si fuera persona aparte de lo que los demás veían.—¡Nunca más volverán a respetarme!

—Nadie pensará eso. El culpable será el juzgado.— Refuta con calma.— Y no fuiste su única víctima, hay muchos más mestizos.— Le recuerda.

Se mantiene calmado, aunque si se cayera del muelle había una gran posibilidad de que se ahogará.

—¡Pero ellos están muertos! ¡Ellos no tendrán que vivir el puto escarmiento público al que me someterán cuando ponga un pie la Nueva Roma!— Grita y se señala— ¡Seré juzgada! ¡Incluso más que tú o él!— Me asegura con voz quebrada y ansiosa. Kali niega con la cabeza y me da la espalda.—Ese juicio será mi ruina, todo por lo que trabaje, todas las misiones que complete…— Dice con voz derrotada y temblorosa— Seré reducida a esto.— Susurro.

Una víctima.

Ella se mantiene en silencio por un momento y se limpia las lágrimas que bañan su rostro rápidamente.

El mar agitado rompe contra la arena y el muelle con fiereza mientras Kali fija la mirada en el ocaso, dejando que el aire salado sacuda su cabello y sus ojos se bañen de la luz dorada.

— Lo siento.— Se disculpa. Kali lo mira por encima del hombro.— ¿Me ves de forma diferente? ¿Crees que soy débil?— Pregunto en voz baja.

Nico niega con la cabeza.

— No.— Afirma.— Eres la chica más fuerte que conozco. Te has enfrentado a muchas cosas, y sé que esta mierda no será la que te derrumbe.— La voz de Nico está llena de seriedad.—Esos prejuicios Romanos pueden pensar lo que quieran, no les des importancia.

Entonces todo se detiene.

El mar se aplaca y las olas enormes desaparecen. La corriente se torna tan tranquila que el agua parece estática.

— Perdón por gritarte.— Se disculpa y un sollozo se escapa de su garganta.—No sé qué me está pasando, creo que me estoy volviendo loca…— Kali sorbe su nariz, mientras trata de limpiar esas molestas lágrimas que se escapan de sus ojos verdes azulados.—Siento que me ahogo... Yo debería estarte montando un maldito altar por salvarme, no estar aquí teniendo un ataque de pánico.— Murmura.

— Esto es mejor que el silencio.—Le asegura el pelinegro.— Estaba muy preocupado por ti.— Admite.

— Lo sé.— Kali se acerca con pasos cautelosos y lo abraza.—Lo siento.

— No te disculpes.— El pelinegro la envuelven con sus brazos.—No tienes que disculparte.— Kali descansa su cabeza en el pecho del joven.

El hijo de Hades sabía que a Kali no le gustaba el contacto físico, por lo que era sorprendente el tiempo que estaba durando este abrazo. Nico pensó en apartarse, darle su espacio.

Pero Kali se aferraba a él con fuerza.

— Nico.— Lo llamo.— ¿Me odiarías demasiado si le pido a Dionisio que borre esos recuerdos de mi mente?

Nico sabía que sería enjuiciado, eso no le preocupaba. Sabía qué había hecho lo necesario para protegerla.

Pero Kali era la única testigo, seguro le harían muchas preguntas…

Se le iba a cuestionar.

Podrían implicar que estaba mintiendo o que fue su culpa.

Ella tendría que hablar de lo que pasó frente a todo el Senado.

La hija de Atenea había dicho que Kali no quiso hablar de lo que paso. Ella se ponía tan mal cuando sacaban el tema que simplemente dejaron de hacerlo.

¿Cómo podría hablar de ellos frente a un montón de extraños para ella?

— No tienes que estar allí si no quieres.—Besa su frente.—Es tu decisión.— Le asegura.

Kali hunde su rostro en el pecho de Nico y cierra los ojos.

— Gracias.

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Kali tenía razón. Nico lo noto en cuanto fue «escoltado» por un grupo de legionarios hacia el senado.

Se le trató como un criminal de guerra desde que llegó.

Y el juicio fue más de lo mismo.

Annabeth se ofreció a presentar el caso y defenderlo, Nico acepto.

Este juicio no nada parecido a los juicios normales. Aquí no había un juez, solo un jurado compuesto por los miembros del senado. Los castigos eran más imaginativos que el simple encarcelamiento, cosas como darme de comer a los lobos o meterme en un saco y lanzarme al Río Tíber. La hija de Atenea presento mi caso y todas las aplastantes pruebas, desde fotos de la cafetería y su mural de víctimas, hasta la bitácora de asesinatos de Cassius.

Annabeth era lo más parecido al abogado del acusado.

Y Stevan era el fiscal.

La defensa de Annabeth se basaba en que el Ex-Centurión Cassius Aurelius estaba atacando a otra persona con intensión de matarla cuando la pelea inicio que lo llevo a su muerte.

«Fue en defensa propia y la de un tercero» Básicamente.

Nico di Angelo pensó que Annabeth pudo haber estudiado fácilmente la carrera de derecho y terminar siendo una excelente abogada penal

Pero este juicio no se trataba de Cassius. Si él era culpable o no.

Se trataba de Nico, asesinando a un Ex miembro de la Duodécima legión.

Se trataba de que el uso la fuerza extrema en lugar de contener a la persona y traerla para que fuera juzgado por el senado Romano.

Bajo las leyes romanas.

«El embajador de Plutón tiene los recursos para contener y transportar a una o varias personas. Traerla para ser juzgada por sus crímenes, en lugar de tomar justicia por manos propias, como es costumbre para el cuándo se trata de mestizos Romanos»

Y como Kali profetizó, también fue cuestionada. No solo por su ausencia en el senado, si no por no ser capaz de detener la amenaza por ella misma.

Durante una hora, el juicio pareció orientado a desprestigiar a Kali.

Por qué …«¿Cómo podía ser posible que el semidiós más poderoso de su generación no pudiera ver la realidad estando justo frente a ella?»

«Lo sabía y no hizo nada al respecto. Quizás se enamoró y para protegerlo decidió callar lo que encontró»

Y un sin fin de teorías dadas por el representante del senado, que ponían a Kali en el papel de cómplice y en lugar de como una víctima.

—¿Qué relación tiene con la hija de Neptuno?— Pregunto un miembro del senado. De Familia respetada. Y buena posición económica.— Responde.

— ¿Qué relevancia tiene eso?— Le cuestionó Annabeth, casi en un grito.

— Es importante para demostrar que el embajador de Plutón utilizo fuerza excesiva de forma intencional.—Dijo el romano explicando su punto. Miro al hijo de Hades— Ahora, responda mi pregunta.— Volvió a pedir.

Nico respiro hondo.

— Somos amigos.

El Romano alzó una ceja.

— ¿Le importa la señorita Kali?— Le cuestiona el hombre.

El pelinegro apretó los labios.

— Como me importan todos mis amigos.— Dijo, incapaz de mentir.

— ¿Por qué decidió seguirla hasta la ciudad desde el campamento mestizo?

— Ya lo dije antes, fue por petición de los niños de Afrodita.— Gruñó.

— Pero usted aceptó.— Refutó.

— No me dejaron opción.

— Pero si tenía opción.— Afirmó, y Nico apretó la mandíbula, por qué seguro ese refinado senador nunca se ha enfrentado a un ejército de Barbies y Ken's con dagas.—Tenía la opción de contener al Ex-Centurión Cassius en lugar de cortar su cabeza, pero usted tomó la decisión.— Lo acusó.

—En una pelea real—

Alcanzó a decir Nico entre dientes, pero fue interrumpido.

— Eso no es relevante.—Los ojos de Nico se oscurecieron.— Embajador de Plutón, ¿Está usted enamorado de la hija de Neptuno?— Le pregunto.

Todo el cuerpo de Nico se tensó y su respiración se cortó. Sus ojos oscuros se fueron de forma instintiva hacia el rostro sorprendido de Percy Jackson

Al instante siente esos pinchazos de culpa picarlo en todo el cuerpo. Y su sangre se congelo en sus venas.

— ¿Qué?

— ¡¿Esto es una broma?! ¡¿Cómo esto podría demostrar su punto!?— Annie se puso de pie y golpeó la mesa.

— Por qué estoy seguro de que Nico di Angelo, el embajador de Plutón actuó en relación con sus celos y se encargó de eliminar a su competencia.— Dijo como si fuera una realidad y no una simple teoría suya, con el mentón en alto y seguridad en su voz.

Los ojos grises de Annabeth se llenaron de fuego ardiente.

—¿Y después golpeó a Kali y la drogo? ¿También mato a cuatro semidioses griegos para inculparlo más tarde? ¡Tu argumento no tiene lógica!— Grito la rubia, totalmente exaltada.

— Responda mi pregunta.— Se volvió hacia el pelinegro y todo se quedó en silencio—¿Nico di Angelo está usted enamorado de la señorita Kali?

El rostro de Nico palideció y se le erizó la piel por completo. Repaso el senado con la mirada, notando que todos los ojos estaban sobre él.

La habitación pareció bajar tres grados y las sombras hacerse más oscuras, como si intentaran tragarse el enorme salón. Todos esperaban.

Él solo debía decir «No»

Intento articular la palabra, pero el lugar en el que estaba sentado ahora mismo lo ataba a un hechizo que solo le permitía decir la verdad. No podía mentir, si

— Responda.— Insistió.

Una gota de sudor se deslizó por su cien y recorrió su mejilla.

Jason se puso de pie, listo para intervenir ahora mismo

—La princesa del mar está aquí.— Anunciaron los legionarios que vigilaban la puerta del senado.

Las grandes puertas de madera se abrieron y cerraron una vez que la figura femenina entró. Todos los ojos se posaron en la recién llegada.

—Qué bonita reunión.— Kali junto sus manos frente a ella. La pelirroja cobrizo respiro hondo y miro a todos los legionarios reunidos. A los juicios se les tenía la entrada permitida al público, así que no solo estaban los senadores.

Toda la legión está presente. Había mucho público, demasiado.

— Hazel.— La llamo Frank en un susurro.

La morena se encogió en su asiento y desvío la mirada hacia la ventana, ignorando la llama de su novio.

Estaba prohibido interrumpir un juicio así, pero no sería ella la que se lo dijera a la hija de Neptuno.

— Princesa Kali, pensamos que no vendría.— Inquiere el representante del senador romano y sus intereses.

Vestida de negro.

Los hijos de dioses suelen usar los colores que representan a sus padres.

Percy usa el verde.

Jason el azul y el blanco.

Y Nico el negro.

Lo normal para la hija de Neptuno visitera una toga verde con el objeto representativo de su padre divino, pero se presentó toda de negro. Con un vestido corto de color negro con joyas incrustadas y cristales, tacones a juego y una toga negra con el cello de Plutón en color dorado. Incluso tenía los ojos ahumados y maquillaje en tonos oscuros y sobrios.

Incluso llevaba puesta una diadema similar a una corona hecha de perlas.

Nico enterró sus uñas en las palmas de sus manos y resistió las ganas de tomarle una sesión de fotos.

Kali sonrió. Se puso la máscara que usaba en los eventos sociales.

No fue hasta entonces que avanzo por el pasillo hasta donde se reunían los senadores, con una sonrisa.

— Estuve reflexionando en el templo de Plutón.—Comento al aire. Tomo la tela de su toga y la alzó para subir los escalones.— Soy la única testigo, creo que es mi deber dar mi testimonio.— Miro a los presentes con una sonrisa que no llegaba a sus ojos azul verdoso— Bien, empecemos esto.— Exclamó.

No fue una petición. Fue una orden.

Sacaron a Nico del estrado, y lo dejaron de pie. Aún custodiado por dos legionarios y esposas hechas de bronce celestial en sus muñecas.

Kali tomó asiento. Con una sonrisa imperturbable en el rostro.

— Voy a contar mi versión de lo que pasó ese día y supongo que estando aquí sentada solo diré la verdad.— La joven se acomodó en su asiento.— No se escandalicen demasiado, es una historia un poco sangrienta.

Les advirtió antes de empezar.

Hablar de «Eso» era difícil, por algún motivo hablarlo frente a Percy era mil veces peor. No sabía por qué. Lo amo y confío en él, pero no quería que me viera de ese modo; Indefensa.

La única razón por la que vine fue por qué… No debía sentirme avergonzada.

Yo no debía avergonzarme. Cassius debía sentir vergüenza, aún muerto, debía hacerlo. Yo no. Yo no hice nada malo y no debo sentirme mal.

Por eso debía venir aquí y contar mi verdad. Esto se trata de mí.

No de Nico. Este juicio es una tontería y no podrían hacerle nada.

Yo necesito esto.

Necesito sacarlo de mi sistema.

— En ese momento solo pensé en que no quería morir como mi madre, así que deje de luchar.— Una sonrisa se extendió en mi rostro mientras un par de ojos verdes inyectados en sangre me miraron con tantos sentimientos, dolor, tristeza, impotencia.—Además estaba teniendo la peor Crisis alérgica que había tenido en años y no podía respirar…— Agregué, sonriente.

Un recuerdo llegó a su mente.

—Lo siento, por tu novio.—Sus ojos ardían con llamas carmesí. Exhaló una nube de vapor, hizo un rápido movimiento con la espada y la sangre en ella se desprendió por completo y manchó el rostro de kali.—Todos esos músculos no fueron de ayuda…

Kali sonrió. Una sonrisa genuina se extendió en su rostro.

— Entonces Nico llegó y lo apartó de mí, pelearon. Hizo que sus esqueletos lo sostuvieron y vino para darme una inyección de epinefrina.— Explico con calma.—No sé cómo se liberó, pero en un parpadeo estaba sobre nosotros y al otro la cabeza de Cassius rodando en el suelo como una pelota de playa.

La habitación se había quedado en completo silencio. Durante el juicio la audición sonaba como una colmena, llena de murmullos, pero cuando Kali empezó a hablar todos se callaron.

— Gracias por su testimonio.—Stevan se ve un poco decepcionado.

Parece que no contaba con que un testigo se presentará y las palabras de Kali lo hicieron envejecer tres años.

—Lo tendremos en consideración.

— Y una cosa más.— Kali se puso de pie.—¿A que se debe esta casería de brujas? Por qué a mí me parece tratan de manchar el nombre de mi amigo.— La pelirroja cobriza mira de reojo las esposas alrededor de las manos del hijo de Hades.—¿A costa de qué? ¿En favor de un asesino?— Se burla.

—No tengo más preguntas.

— Pues yo no he terminado.—Le interrumpe Kali, su voz fuerte y llena de poder se proyecta a cada rincón del senado.—Este juicio no solo es un sin sentido. — Gruñe.—También me ataca directamente. A mí. Y A mi dignidad y credibilidad— Su mirada se vuelve dura y escuchó el viento de tormenta chocando de forma violenta contra las ventanas.—¿Qué esperan demostrar? ¿Qué no fue su legionario quien me atacó y trato de matarme? ¿Qué él no intento aprovecharse de mí?— Les cuestiona, no solo a Stevan, sino a todos los senadores presentes.

— Princesa —Stevan se acerca en un gesto tranquilizador.

— ¿¡Cuántas veces más necesito ser humillada!?— Grita y las botellas de agua frente a cada Senador explotan al mismo tiempo como volcanes en una feria de ciencias.— Mi padre, el dios Neptuno es un muy peligroso e inestable elemento, puede provocar desde terribles tormentas, terremotos y tempestades hasta olas tranquilas y pacíficas.—Su mentón se mantiene en alto y voz está llena de orgullo.—Si algo me hubiera pasado ese día a manos de su Ex-Centurión.— Suelta una risa amarga.— La Nueva Roma y el campamento Júpiter devastados. No, serían arrasados por tormentas, terremotos y tsunamis— Un destello verde atraviesa sus ojos como un mar revuelto. Cómo si el dios Neptuno la estuviera escuchando y apoyara su idea—Si el Hijo de Hades es juzgado tan severamente por salvarme. — Vuelve a sentarse. Ahora incapaz de mentir de nuevamente—¿Quién sabe qué podría pasar? —Se queda callada un momento y luego dice—Al igual que mi padre divino, mis emociones son inestables.— Explica, seria.

Todo el senado se mantuvo en un silencio sepulcral.

Nico soltó un suspiro y se sobó la cien con las manos esposadas.

Annabeth se dejó caer en la silla de golpe. Y Percy exhaló hasta quedarse sin aliento. Hazel fingió demencia y Frank se vio obligado a ser hacer lo mismo por qué eran un equipo.

Piper desvío la mirada. Jason abrió mucho los ojos y tosió falsamente.

No. No era posible que kali hubiera amenazado a una ciudad completa con la destrucción masiva.

Bueno, aún podrían fingir que lo que dijo no era una amenaza sino una posibilidad que no podía controlar.

—Espero que tomen mi testimonio como lo que es.— La pelirroja cobriza extendió su mano hacia la botella de agua frente a ella.—Una amenaza.

Abrió la botella y bebió de ella.

— Es buena. De manantial.— Volvió a beber.— Debe ser muy cara, quizás no debí hacerlas explotar.— Murmuro.

Kali sorbió su nariz.

— El juicio terminó.— Aclaró.— Vamos, todos a casa. Liberen al embajador de Plutón.

Al final se decidió por voto unánime que no había usado fuerza excesiva y que el «Decapitamiento/asesinato» fue por defensa propia y de un tercero.

Hola chicas y chicos.

Espero que les haya gustado el capítulo. Quede 🤡 cuando dije que el romance empezaría en el capítulo 15 cuando vamos por el 20 y estos dos ni un beso se han dado. Mantenme.

Dato interesante; Cassius tiene 22 años, osea que es un año mayor que Percy y Annabeth. Básicamente el tipo se enamoro de su sobrina. Los demás hijos de Venus y afrodita ven a kali como una hermana más, aunque sean en realidad sus tíos y tías. Nunca sé meterían con ella de forma romántica.

Ser la víctima de un crimen, más cuando es uno sexual es muy doloroso y traumático. Nunca lo he experimentado, pero entiendo que las víctimas se avergüenzan tanto por lo sucedido que deciden mantenerse calladas. Sin saber que eso solo beneficia a su maltratador. Las víctimas no deben sentir vergüenza, no hicieron nada malo.

Incluso un personaje como Kali se ve abrumada ante un suceso tan terrible como ese.

Otro dato; Es que Cassius nunca llegó a abusar de Kali, con lo mucho unos cuantos besos, que también son graves, por qué sigue siendo abuso sexual.

Kali en el Senado.

Bye bye.

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