17.

Las fiestas de quince son para ponerte hasta el culo en alcohol.

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—¿Leo?

— Sirenita— Se limpia las lágrimas y me sonríe.—¿Qué haces aquí?

— Yo venía a … ¿Estás bien?

— Soy el gran Leo Valdez, siempre estoy bien.— Dice sin ánimos.

Leo se enjuagó las lágrimas rebeldes que escaparon de sus ojos, cuando su visión se aclaró, miro a Kali. La chica traía puesto unos jeans claros de tiro bajo con corte acampanado, parecía una Barbie vaquera con su camisa de cuadros de color rosa y blanco, sobre su cabeza había un sombrero blanco típico de los vaqueros y llevaba una cadenita de oro con dijes de mariposa alrededor de la su estrecha cintura y su cabello del color de las castañas bañadas en sirope de fresa caía en cascada por sus hombros y espalda.

— Qué buen culo se te ve con ese pantalón.— Menciono de pasada.

Una sonrisa complacida se extendió en los gruesos labios de kali.

— Gracias.— Dijo con un tono alegre. Paso sobre el tronco y se sentó al lado del hijo de hefesto.— Esa era la idea.

Kali era bastante simple en realidad, le gustaban los halagos y cuando los recibía sus ojos brillaban de alegría.

—¿Tú y Calipso terminaron de nuevo?— Pregunto la pelirroja cobriza.

Kali y Leo se llevaban bien, pueden bromear y charla sin problemas, pero había una barrera entre nosotros que no existía entre Nico y ella. Por alguna razón, aunque ambos tuvieran miles de cosas en común, nunca llegaron a ser más íntimos, pero igualmente a Kali le preocupaba su amigo.

Kali sabe que es una persona muy complicada y es difícil establecer una relación con ella, pero eso no significa que no le importan las personas a su alrededor. Cómo Leo Valdez.

— Sí.— Alargó sonriente, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos.

Sus orbes estaban llenos de tristeza que ocultaba con una máscara de humor y alegría que podía funcionar con todos, menos con ella.

Cómo dijo antes, es buena leyendo a las personas. Y Leo Valdez, hijo de Hefesto era un libro abierto.

Nos quedamos en silencio unos largos minutos en los que pensaba que decir.

Kali era partidaria de decir solo lo importante, lo necesario.

— Leonidas.—Empezó, y cuando dijo su nombre completo, leo supo que esto era serio.— Verte aquí, deprimido en el monte, es tan humilde de tu parte y muy gracioso.— Leo hizo una mueca de fastidio.— Pero me hace sentir… Un poco triste. No sé por qué los demás se niegan a decirte la verdad, supongo que es para mantener la paz.

Kali odiaba eso. Odiaba como todos en su grupo de amigos ignoraban todo el tiempo la horrible y tóxica relación en la que leo estaba metido, solo por qué no querían causar más problemas. Por no entrometerse y salir perjudicados.

— A mí me importa un carajo la paz, así que seré honesta.— Tomo aire y exhaló con fuerza.—Yo creo que eres una maravillosa persona… Y si ella no puede verlo, entonces es su problema.—Kali giró su rostro para mirar a Leo a los ojos. El moreno, con justa razón, tenía la mandíbula desencajada y los ojos muy abiertos de la impresión.—Calipso y tú son buenas personas por separado, pero no juntas.— Afirmó con rudeza, sus palabras se sintieron como una cachetada mental.

La pelirroja se frotó las rodillas en un gesto incómodo antes de extender su mano y ponerla sobre el hombro de Leo. Se notaba que le estaba costando. El moreno alzó una de sus cejas y la miro con incredulidad y confusión.

¿Acaso Kali estaba tratando de consolarlo? ¿Cómo una persona normal? ¿La Señorita fría?

— Sé que no es mi asunto… Pero solo quiero que sepas que— Apretó los labios y arrugó la nariz. Entonces finalmente dijo.—Eres genial.

Leo abrió los ojos por completo.

No podía ser posible que esta niñita petulante y narcisista le dijera algo tan lindo como eso. Que intentará hacerlo sentir mejor con el mismo.

Kali le dio unas palmaditas en el hombro y se alejó.

Leo la miro en silencio.

—Gracias.— Susurro leo.

Kali miro a su alrededor mientras jugaba de forma distraída con el sombrero de vaquero color blanco extra en sus manos enjoyadas.

— Urg…—Lo miro de reojo.— Lo siento, no sé cómo proceder ahora.

Se disculpó apenada por no saber cómo reaccionar a continuación.

Leo sonrió enternecido. Se inclinó y la envolvió entre sus brazos, hundiendo su rostro en el hombro de la chica.

— Contacto físico. Okay.— Kali se tensó, pero luego de luchar para saber dónde poner los brazos unos minutos encontró la forma de abrazarlo.— Espero que sigas mi consejo, si no tendré que recurrir la terapia de Shock.— Menciono y leo rio.

— Sirenita.—Leo respiró hondo, por qué kali olía rico y era suave.—Te juro que si fueras cuatro años mayor serías la chica de mis sueños.—Murmuro.

Leo estaba seguro de que esté verano, Percy debía poner una sábana sobre Kali para evitar que los campistas se lanzará sobre ella como buitres, pero ni siquiera eso podría ocultar el brillo que generaba con su presencia.

—Qué asco, leo.— Siseo la menor y se separó del moreno. — Viejo verde.

Leo sonrió mostrando sus dientes.

— Por cierto, le gustas a mi prima. Aprovecha.— Menciono Kali.

A leo le brillaron los ojos

— ¿En serio? ¿Cuál?

— A todas.

—¿De qué se trata esto?— Una voz gélida se eleva detrás de nosotros.

Ambos semidioses se giran. Detrás de ellos se alzaba el hijo de Hades, con el rostro oscurecido por las sombras.

—¿¡Nico?! — Leo se separa de Kali tan rápido que se cae del tronco, despaldas y rueda por la hierba seca hasta que logra ponerse de pie.— ¡Esto no es lo que parece…!— Dice el moreno entre risas nerviosas.—¡Nosotros no! ¡Solo estábamos hablando! — Explica.

Kali alza una de sus cejas.

—¿Por qué le das explicaciones?— Le cuestiona al moreno lleno de tierra y hierba seca por su escapada rápida.

Ciertamente, Kali no comprendía que su cabeza estaba en juego, pero Leo estaba perfectamente consciente de que la mano derecha de Nico estaba alrededor del mango de su espada.

Como si el maldito loco estuviera listo para partirlo a la mitad.

Y con el largo historial de Nico de enloquecer cuando se trata de Kali lo creía capaz de eso y mucho más.

— Cierto, tú y yo tenemos un asunto que atender.— Recuerda Kali.

En cuanto escucha su voz, Nico aparta la mirada del aterrado hijo de Hefesto.
Y si las miradas pudieran matar, leo estaría tres metros bajo tierra.

Kali le tendió la mano y Nico la ayudo a pasar subir sobre el viejo tronco, lo que provoco que la pelirroja fuera un par de centímetros más alta que Nico. Leo miro toda la escena, sintiendo una extraña sensación de ser una lámpara decorativa, sin saber dónde poner los ojos o si debía irse. Kali tomó puso el sombrero de vaquero sobre su cabello negro desordenado, y lo ajusto de mil formas diferentes para ver cuál le iba mejor. Leo sintió las mejillas calientes cuando vio al pelinegro sostenerse de las caderas de Kali como si nada.

En definitiva, Kali no tenía problemas con el contacto físico cuando se trataba del hijo de Hades.

Sombreros de vaquero a juego

— Así.— Dijo satisfecha.—Perfecto.—El pelinegro ayudo a Kali a bajar del tronco, aunque ella era perfectamente capaz de hacerlo por su cuenta.—Bien vamos vaquero.— Exclamó la menor.

Kali empezó a caminar a paso enérgico y Nico la siguió.

Leo se quedó allí, rascándose la nuca mientras pensaba en como esos dos eran una bomba a punto de estallar.

— ¿Me veo bonita?

— Como Barbie latina, esas inclusivas.

— Qué hijo de perra.— Gruñe Kali.— Aunque Barbie latina suena bien.

(. . .)

— ¿Que te parece?— Pregunto Kali con voz suave y curiosa.

Tenía la espalda recostada en el pecho del pelinegro, con su cabeza apoyada se su hombro y los ojos clavados en su rostro. Nico sostenía las riendas del caballo, tratando de mantener al vista al frente del camino en lugar de a la chica bonita recostada en su pecho.

Kali lo había convencido para que dieran un paseo a caballo por la propiedad de su familia.

— Es un buen lugar.— Bufo Nico con desinterés.—Si te gusta el aire fresco, el campo, la naturaleza, los animales y esas cosas tontas. —El pelinegro se aclaró la garganta.— Básicamente las cosas que te gustan.— Murmuro.

— ¿Que fue eso?— Le cuestionó Kali entre risas jocosas.

Nico sintió sus mejillas ardiendo. La hija de Neptuno noto como las orejas y mejillas de Nico se ponían rojas, así que se alejo de el y tomo las riendas del caballo más valiente del establo. El pelinegro trago saliva, resintiendo la repentina perdida de contacto.

Fue el único caballo que aceptó llevar a Nico, los demás estaban asustados.

— Es ...— Se quedó callado un momento.—Diferente a la ciudad.

— Si, huele bien. — Mencionó con un gesto enérgico.—No hay ratas gigantes del tamaño de perros y tampoco hay basura. O gente loca viviendo en la basura.— Agregó con sarcasmo.

Kali odiaba la ciudad. Siempre era muy vocal sobre su opinión acerca de New York y sus calles apestosas.

— Tienes que aceptar que hay cierto  encanto en todos los drogadictos que intentan asaltarte y duermen en la basura. — Asegura el hijo de Hades.

—¿Cuál?— Kali alzo una de sus cejas con curiosidad y lo miro de reojo.

Nico lo piensa un momento y luego resopla en un gesto de fastidio.

— Pensé que se me ocurrirá algo, pero solo es triste y apesta. — Siseo.

La pelirroja cobrizo miro al hijo de Hades con una sonrisa.

— La mayoría de mis tías vivien en la ciudad. —Menciona.—Dicen que... Siempre tuve que estar con ellas, la familia y crecer con mis primos— Le explicó en un tono bajo.—Cuando ocurrió el accidente... Ya sabes, lo de mi madre. Piensan que hubiera estado mejor bajo su tutela.

Nico apartó la mirada y lo pensó un momento. Bueno, seguro crecer con adultos y no un par de adolescentes era lo mejor para cualquier niño, la cuestión es que Kali no es normal.

— Suena lógico, pero Neptuno decidió que estarías mejor con Percy.— Miro las vacas pastar en la lejania.—Sin el entrenamiento adecuado no hubieras pasado de los doce años.— Afirmó.

— Supongo, pero ya no soy una niña.— Le recuerda la cobriza.—Mi tía me ofreció quedarme aquí, terminar mi educación y ir de visita durante las vacaciones con Percy.—  Se giró para ver de reojo a Nico.—Y he no dejo de  pensar que quizás es lo que siempre he estado buscando, un lugar al que pertenecer. Con mi sangre. Y de todas formas podré visitar a Percy y dejar que inicie su propia familia.

Nico apretó la mandíbula.

— Es...—Respiro hondo y se sobo el entrecejo.—Es tu decisión.

Kali se quedó callada un momento y luego giró el rostro para verlo.

—¿Enserio? — Pregunto Kali con incredulidad.—¿Solo dirás eso? Pensé que enloquecerias.— Admitió.

Nico solto una risa amarga y la miro totalmente sorprendido.

— ¿Cuando he hecho eso?— Le cuestionó, ofendido.

Kali hizo sonar su garganta.

—Catorce de diciembre. El incidente de sombra y rayo — Menciona.

Se le desencajo mandíbula y se mordió la lengua. Tenso.

—Nunca me dejaras olvidar eso.

— Bueno, tu y Thalia casi se matan esa vez.—Kali guío al caballo con amabilidad por un sendero con más sombra y vegetación.—Tuvieron que intervenir la legión, las cazadoras y nuestros amigos.—Le miro de reojo con una sonrisa burlona.—Creo que un hijo de Apolo escribo una canción sobre eso. ¿Te la canto?

El pelinegro le cubrió la boca a Kali antes de que empezará a cantar esa estúpida canción. Ya tiene suficiente con escucharla durante el verano.

— No es lo mismo.— Afirmó.

Nico soltó un gruñido cuando sintió los dientes de la chica hundirse en su piel, la soltó y miro como la salvaje de  Kali se saboreaba los labios.

—¿Por qué no?— Pregunto Kali.

— Si te convertias en cazadora de Artemisa, no dejarían que ningún hombre se te acercará.— Explico con obviedad.—Si te mudas, solo será algo más complicado venir a verte. Pero no imposible.— Menciono, tranquilo.

La pelirroja cobrizo resoplo y volvió su vista al camino de arena.

— Aún no decido de todos modos.— Respira hondo.— Cambiado de tema, queriendo abandonar la conversación sobre su tutela—  ¿Cómo te va en tu relación a distancia?— Pregunto en un tono distraído, acariciando la cril del caballo marrón caramelo.

— Oh, rompimos antes del viaje.

Kali dió un salto. Parpadeo varias veces y se giró para mirarlo.

— Que poco confiable eres.— Bufo.

Nico frunce el ceño.

— ¿Yo? ¿Yo por qué?

—Cambias de pareja como cambias de ropa interior.— Negó varias veces con la cabeza.—Eres poco confiable.

— El rompió conmigo.— Le corto.

Kali hizo una mueca.

— Ah.—Siseo la pelirroja cobrizo.—No lo conozco y ya me cae bien.

Nico le pellizco la mejilla y la jaló.

— Pequeña idiota.— Gruñó. Kali lloriqueo hasta que la soltó.

Luego de dar un largo paseo por el terreno volvieron a los establos para dejar al caballo. Nico la espero afuera, por qué el resto de animales se ponían muy ansiosos con su presencia. Kali salió un rato después, por qué esos mismo animales la adoraban.

—¿Que fue todo eso de darle pase libre a leo con tus primas?— Pregunto el pelinegro, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Casi de inmediato Kali le lanzo una mirada asesina y frunce el seño.

— ¿Y a ti que?— Bufa.

— Bueno, fuiste bastante estricta conmigo en ese tema.— Le recordó.

Justo antes de bajar del avión, la hija de Neptuno lo apartó de los demás y básicamente le advirtió que si lo veía respirar el mismo aire que alguno de sus primos o primas lo iba mandar en primera clase al inframundo. Siendo sinceros, Nico blanqueo lo que dijo la pelirroja cobrizo, por qué Kali fue más descriptiva en los métodos que podría utilizar para descuartizarlo.

— ¿Que? ¿Estás interesado?— Le cuestiona con un tono agresivo.

Nico le dió una media sonrisa llena de burla y una chispa de malicia.

— Tal vez.

Su cabello rojo cobrizo se sacude cuando se gira para verme. Ups. Creo que la hice enojar, se ve tan linda.

Ella se quita el sombrero de vaquero y me lo lanza. Nico logra esquivarlo con facilidad mientras se ríe a carcajadas.

— ¡Bien! ¡Haz lo que quieras!— Me grito molesta y con ojos ardientes. No. Estaba malditamente furiosa.— ¡Hijo de...! ¡Maldito perro en celo! ¡Vete a la mierda y quédate allí! ¡Muérete!— Veo como Kali sale hecha una furia hacia la casa, su trasero redondeado rebotando con la fuerza de sus botas.

Su frustración es adorablemente divertida, como si pudiera mostrar su ira con suficiente ruido como para que yo cambie de opinión.

La escucho insultarme un rato más. Me agacho y tomo su sombrero.

Obviamente no estoy interesado en sus prima/os de esa forma. Estaría realmente enfermo de la cabeza y me podría realmente enfermo si por algún motivo terminará pasando.

Nisiquiera totalmente borracho o drogado haría algo como eso.

Solo quería molestarla un rato.

Kali es una persona extremadamente celosa, el verano pasado se dió cuenta que Percy pasaba mucho tiempo con los campistas más pequeños en clases para enseñarles a nadar. La tonta se puso celosa y paso más de 2 semanas afirmando no saber nadar para pasar más tiempo con Percy y alejar a esos adorables niños que querían robarse a su hermano mayor. Fue subrealista.

Me gusta verla fuera de sus casillas por qué se le iluminan los ojos y su cabello parecen llamas ardientes. Es todo un espectaculo si no te da miedo morir o que una chica de secundaria te surre a golpes, aún así, tengo que disculparme si no quiero que kali me mate durante la noche. Tenemos una buena relación, pero preferiría no confiarme demasiado.


La celebración por el cumpleaños número quince de Kali Guardalupe Reyes de la Rosa empezó temprano en la mañana. Maquillaje, vestimenta y peinado. Se tomaron su tiempo hasta que todo fue perfecto. Se desplazaron al pueblo más cercano para la misa. Y cuando Kali entro a la iglesia, parecía una princesa sacada de un cuento de hadas. Con un enorme vestido azul verdoso con detalles en dorado.

Su cabello estaba semi recogido que caían en hondas por su espalda, y una corona de conchas marinas, perlas y oro imperial sobre su cabeza. Se veía tan hermosa que si no supieran que estaban allí por su cumpleaños dirían que estaban viendo a una novia llegar al altar para unir su alma con alguien más. Había mucha gente en la iglesia. Familia extendida o amigos cercanos de la familia a través del tiempo.

Percy y Annabeth permanecían al lado de Kali, llorando como bebes en silencio. La familia de Kali les había hablado de lo mucho que significaba y lo importante que era esta fiesta en su cultura y estaban muy melancólicos por ver cómo su niñita crecía y crecía a pasos agigantados. Y ahora era toda una princesa, héroe y equilibrada.

Bueno, a veces no era tan equilibrada, pero estaban trabajando en ello.

Jason y Piper no se quedaban atrás, mirando todo desde los asientos. Y Hazel y Frank estaban confundidos por lo mucho que esto parecía una boda. Nico era el único que parecía comprender por qué esto era más un segundo bautizo o comunión.

Todo estaba yendo bien hasta que Poseidón interrumpió la misa con equipo de pesca en una mano y en la otra su tridente. Echo al padre de su lugar en el altar y el mismo le dio su bendición a su hija frente a todos.

Los presentes estaban… Confundidos.

¿Por qué un cuarentón vestido de pescador había suplantado al padre Pepe? ¿Por qué era tan atractivo?

— ¿Esto es normal? — Pregunto Hazel mirando a su alrededor.

— ¿Ese no es papá de Kali?— Pregunto una de las tías de Kali.

— ¿Qué trae puesto?— Siseo María mirándolo de arriba abajo.

— Princesa del mar, heroína.— Golpeó suavemente el hombro de la chica con su Tridente, lo alzó por encima de su cabeza y golpeó el otro de la misma forma.— Querida hija, tienes mi bendición. Mi campeona.

Una luz cubrió el cuerpo de pelirroja haciendo brillar sus ojos azules como las algas bioluminiscentes en el fondo del oscuro mar. El símbolo del dios del mar apareció sobre su cabeza y luego se desvaneció gradualmente.

Neptuno pasó un mechón del cabello de Kali detrás de su oreja y acaricio su mejilla, sonriendo cálidamente.

— Me alegra ver lo mucho que has crecido, mi niña.— Se inclinó y beso su frente. Enderezó su espalda y miro a Percy al lado de la rubia hija de su némesis.— Buen trabajo, hijo.

La misa terminó bien y el dios del mar desapareció poco tiempo después.

La mayor parte de la tarde se basó en hacerle fotos bonitas a Kali con su vestido de quinceañera.

La verdadera fiesta empezó cuando el sol se ocultó y dio paso a la noche, los semidioses se sorprendieron al ver que iniciará sin Kali presente.

Aunque la comunicación entre los semidioses y la familia de kali era un poco complicada por qué no todos hablaban inglés, supieron que era una tradición hacer una gran entrada con baile incluido y mucha pirotecnia.

Después de eso pasarían al baile de padre e hija, luego de eso, los demás familiares y amigos podrían tener un baile con la cumpleañera.

El salón que alquilaron para la fiesta se llenó hasta reventar de un montón de adolescentes amigos de los primos de Kali. Había mucha gente y cuando decían que este tipo de eventos era una locura no estaban bromeando.

Se hizo la gran entrada. Hubo mucho baile y fue divertido verlos, parecían compartir una sola neurona, así que se complementaban unos a otros.

Las Damas y chambelanes de Kali eran todos sus primos y primas, por qué una de ellas tuvo una muy mala experiencia con sus amigos y novio de ese entonces en su fiesta, y ahora cada que veía las fotos sé molestaba. Así que se decidió que todo quedaría en la familia, para cuando Kali quisiera ver su álbum no viera a algún ex o amigo con quien ya no se habla.

Percy Jackson se acercó como habían practicado y le tendió la mano a la pelirroja cobriza de gran sonrisa.

Caminaron juntos hacia el centro del salón donde estaban todos los focos y la gente se reunió al alrededor de ellos en un círculo. Percy puso una de sus manos en la cintura de Kali y con la otra tomo la de su hermana, entrelazó sus dedos y la llevo a la altura de sus cabezas. La pelirroja cobrizo dejo su mano libre en su hombro y entonces la música de vals empezó a sonar a todo volumen por el gran salón.

Ambos hermanos empezaron a balancearse al ritmo de la música.

Percy mantuvo sus ojos llorosos sobre los verdes azulados de su hermana, no sabía si estaba tratando de sonreír o de no ponerse a llorar como un bebé.

— Yo…— Balbuceó, Percy.

— No digas nada.— Pidió Kali.— No quiero que te pongas a llorar.

— Cierto, cierto.— Percy sorbió su nariz y asintió con la cabeza.

Se movieron en silencio por el círculo formado en la pista de baile como si no tocaran el suelo, habían practicado mucho y se notaba por lo fluido de sus pasos. Movimientos lentos y suaves.

— Aunque te vuelvas una adulta, siempre me tendrás.—Susurro por lo bajo, mirándola a los ojos.

Kali respiro hondo.

— Ya lo sé.— Exhaló.

Percy sonrió apenas.

—Siempre serás esa niñita de doce años que llegó a mi vida como un tsunami— Dijo con voz entrecortada— No importa cuánto crezcas.

Percy se limpió las lágrimas rebeldes que escaparon de sus ojos.

El rostro de Kali y respiro hondo, tenía los ojos cristalizados por las lágrimas y se notaba que estaba luchando para no dejarlas salir.

— Yo también te quiero.— Susurro Kali con voz estrangulada y recostó su cabeza del pecho de su hermano.

Minutos después, Annabeth se acercó lentamente a los hermanos y tocó el hombro de su novio, pidiendo en silencio su turno para bailar con la cumpleañera que la acepto con los brazos abiertos y una gran sonrisa. Poco a poco, todos los familiares de Kali tomaron su turno, su abuelo, su abuela, sus tías y primos mayores.

Nico miró esto en silencio, jugando con los gemelos de su traje. Intento no hacerlo, por qué sabía cómo lo verían los demás, pero no sé resistió. Empezó a caminar con la ansiedad picándole la nuca y tocó el hombro de uno de los primos de Kali, quien la había estado arrastrando por toda la pista de forma enérgica. Un chico moreno con ojos de color marrón y nariz identidad a la de Kali se giró para mirarlo.

Nico le indico con la cabeza si podía darle una oportunidad con la joven pelirroja cobriza en sus brazos.

— Claro, chico.

Le sonrió a Kali y la soltó antes de darle un beso en la mejilla.

— ¿Aún sientes tus pies?— Pregunta Nico cuando se acerca para envolver su brazo alrededor de su cintura y atraerla a su cuerpo.— Pareces un pez fuera del agua.— Se burla sonriendo de forma malvada y casi cruel.

—Ja, ja, ja… Disfruta cara de mazorca. Esto apenas comienza.— Sisea.

— ¿Cuánto se supone que dura esta fiesta?— Pregunta Nico.

— Hasta el amanecer.— Responde.— Oye.— Lo llamo suavemente.— Tengo pensado beber hasta por los codos el día de hoy. ¿Podrías cuidarme?

— Eso no suena sano y no tienes edad para beber— Le regaña, serio.— Pero te cuidaré por qué es tu día.

Nico cumplió su promesa de cuidarla. No tomo ni una sola gota de alcohol para poder vigilar como un Halcón a la pelirroja cobrizo, cosa que no era muy difícil por qué era fácil de ubicar con ese enorme vestido y cabello de fuego.  Cómo noto que Kali estaba rodeada por sus primos en la pista de baile y no había peligro alrededor, decidió irse a la mesa que compartía con el resto de los semidioses para vigilarla desde allí. Cómo un maldito Halcón.

—¡WA-CHI-TU-RRO! ¡Ella quiere latigo!— Gritaron los primos de la pelirroja cobriza al unísono.

—¡Turro dame látigo!— Chillo Kali.

—¡Ella quiere látigo!— Grito la horda.

—¡Turro dame látigo!— Chillo la semidiosa a toda voz.

¡Latigo, latigo, latigo latigo…!

Nico no entendía la música que estaba sonando, pero Kali se veía muy feliz bailando hasta el suelo y fingiendo darle nalgadas a una de sus primas.

— Se ve tan feliz— Aplaudió Hazel.— ¿De qué habla la canción?— Pregunto mirando a leo, el único de ellos, aparte de Kali que sabía hablar español.

— Bueno…— Tomo un largo sorbo de su bebida.—Cosas de dios.

Las horas pasaron rápido. Hazel y Frank se quedaron dormidos en unas sillas durante la madrugada. Percy y Jason se pusieron muy mal con todos los chupitos y pasaron de bailar como vaqueros a ponerse a llorar en una sesión improvisada de terapia.

Annabeth se llevó a Percy luego de que hiciera estallar las tuberías del baño de chicos. Piper saco a Jason por la puerta de detrás del salón, por qué el hijo de Júpiter había electrocutado a un tipo por accidente y no sabían si seguía vivo o que. Lo sabrían mañana.

Nico no sabe cómo, pero termino en la mesa de la familia de Kali con leo.

— Tienes que comer más mijo, estás todo pálido y flaco.—La mujer mayor le sirvió un plato enorme al pelinegro con tacos, quesadillas y pozole. Este era su segundo plato y sentía que iba a estallar.— ¿Eres el novio de Kali?— Le pregunto con una mirada astuta.

El hijo de Hades se volvió hacia Leo, quien comía muy a gusto.

— ¿Qué fue lo que dijo?— Pregunto Nico, confundido.

— Dice que necesitas comer más.— dijo entre bocados.— Y pregunta si eres el novio de su nieta.

Nico dio un respingón y las mejillas se le pusieron rosadas.

— ¡No, no, no! ¡Dile que no es así …! ¡Solo somos amigos!— Le pide.

Leo lo mira mal y se chupa los dedos, luego mira a la abuela de Kali.

—Dice que le gusta mucho su nieta, pero le da pena decirle.— Explico leo y la mujer canosa hizo una mueca de disgusto ante sus palabras.

— ¡La vida es muy corta para tener vergüenza!—Exclama la mujer.— ¿No has visto a mi nieta? Es una belleza, los chicos harán fila para hacerla feliz. Si no te pones las pilas será muy tarde cuando vayas a buscarla.— Asegura.

— ¿Y ahora qué dijo?— Pregunto Nico, algo alarmado por el cambio de semblante de la mujer mayor.

— Dice que Kali seguro encontrará a alguien mejor si no estás interesado.

—¡¿Qué!?

Poco tiempo después, el héroe hijo de Hefesto se fue con una de las primas de kali y no lo volvió a ver esa noche.

A las cuatro de la madrugada, Nico di Angelo estaba en el baño de mujeres sosteniendo el cabello castaño rojizo de la cumpleañera mientras está vacía a su estómago en el inodoro. Vómito y vómito, y volvió a vomitar. La pobre Kali se había chingado una cantidad insana de cocteles de frutas, pensando que estos no tenían tanto alcohol.

Spoiler; Tienen mucho alcohol.

Nico le acaricio la espalda y la alentó a qué dejará todo salir.

Cuando terminó, la llevo hasta los lavamanos y le limpio el rostro con agua muy fría, por suerte, Kali había previsto este feo escenario y llevo enjuague bucal por prevención.

El hijo de Hades se quitó el blazer de su traje y lo puso por encima de los hombros de Kali. Busco un lugar más alejado de las bocinas con música a todo volumen y se sentó para que la chica pudiera descansar. En lugar de sentarse a su lado, Kali se sentó sobre su regazo y lo abrazó por el cuello.

Nico suspiró ante la abrumadora cantidad de tela del enorme vestido de Kali, paso su mano con suaves y largas caricias en la espalda de la pelirroja cobrizo, mientras la chica escondía su rostro en su hombro y cerraba los ojos dispuestos a dormir. Envolvió con sus brazos a la joven en su regazo y beso su frente.

—Dormi amore mio, riposati— Susurro contra su oído.

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El día después de la fiesta es como ver a un montón de zombies tratando de obtener los nutrientes necesarios para pasar la resaca con pan dulce y suero de sabores frutales. Esa misma noche tenían previsto su vuelo de regreso a Estados Unidos, New York. Así que la familia de Kali estaba empacando un montón de comida para el viaje y una cantidad abrumadora de recuerdos y regalos de la fiesta que enviarían por paquetería al día siguiente.

— Las fotos originales se quedarán aquí, te enviaremos una copia del álbum.— Le indicó María, su tía.

— Me duele la cabeza.— Siseo Kali sobando su frente.— Fotos, genial.

La hermosa mujer soltó una risa y la abrazo, Kali se quejó sin aliento.

— Sabes que siempre tendrás un lugar aquí, ¿Verdad?— Sostuvo a la pelirroja de los hombros.— Este es tu hogar.

—Gracias.— Se puso de puntillas y beso la mejilla de su tía— Pero por ahora, mi hogar es con Percy.

La mujer respiro hondo.

— Lo comprendo, mi sirenita.— La abrazo de nuevo.— Ven a visitarnos con más frecuencia.— Pidió.

— Lo haré, muchas gracias por esta increíble fiesta.— Agradeció.

— Bien. Despídete de tus abuelos y primos, te extrañarán mucho.— La incito, dándole suaves empujones en la espalda para fuera con ellos.

Hola chicas y chicos.

Espero que les haya gustado el capítulo. Me tomo un poco más de tiempo hacerlo, pero algo me dice que tendré un estallido de creatividad y nuevos capitulos.

Kali siendo una celosa patológica es sencillamente fascinante.

Memes del capítulo;


Pregunta sería; Entre Kali y Nico ¿Quien creen que iniciaría el coqueteo y cuál de los dos no soportaría?

Bye bye.

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