15.

Intuyó.

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Kali Reyes Pov:

Kali sabe leer a las personas.

Es fácil para Kali Guardalupe Reyes de la Rosa interpretar a las personas solo con sus miradas y lo que expresaban mediante sus expresiones faciales, es fácil correcto decir ella sabe «leer» el ambiente y por ello funciona tan bien en sociedad, a pesar de sus problemas para comunicarse y la ansiedad.

No es la mejor en el tema de los sentimientos, había crecido con una madre emocionalmente ausente.

Claro que Catalina la amaba, pero trabaja todo el día y cuando regresaba a casa lo último que pasaba por la cabeza de Kali era contarle a su madre todo lo que le aquejaba.

Claro que Catalina siempre la mimaba como una princesa, abrazaba, le decía todos los días lo mucho que la amaba y esas cosas que hace una madre; Pero no estaba presente en todo el día, no podía asistir a la mayoría de los actos o reuniones de representantes en la escuela, al tener que trabajar doble turno solo para comprar el material escolar. Y Kali, plenamente consciente de sus luchas, no quería agobiarla con sus «Estupideces de niña» aún más.

Su madre ya tenía demasiadas preocupaciones.

Y eso la enseño a callarse lo que sentía para no incomodar a los demás.

Por esa misma razón, como una niña que creció cuidándose prácticamente sola, había aprendido más rápido que la mayoría de niños sobre cómo leer el ambiente y el lenguaje corporal de las personas, normalmente esto le salvaba de meterse en problemas cuando iba a hacer el mandado y se topaba con gente extraña que visitaba la isla. Siempre había gente rara.

Siempre supo distinguir entre lo bueno, lo malo y lo peligroso.

En la escuela, con una corta y dulce edad, podía distinguir cuando sus compañeros presentaban «síntomas» de querer ser más que amigos o encontrarse enamorados de ella.

Lo notaba de inmediato y terminaba la amistad, a veces ni siquiera había amistad de por medio. Siempre odio el concepto de pareja, le daban asco los niños y los besos, simplemente le creía a su madre cuando decía »Eres muy joven para eso« y ella estaba más que de acuerdo, no estaba para eso, y le incomodaba el contacto físico.

Incluso le era difícil aceptar el cariño que le ofrecía su madre

A demás los chicos eran asquerosos, incluso si fingían ser sus amigos, en cuanto sus sentimientos salían a la luz y ella los rechazaba amablemente, sus «amigos» terminaban esparciendo un sin fin de rumores sobre ella. No eran mucho mejores que algunas niñas que la solían molestarla por el color de su cabello rojo cobrizo(ellas la llamaban cabeza de fósforo o zanahoria). Ahora esos apodos le parecían chistosos y medio jodidos, antes le resultaba en una enorme inseguridad.

Todos éramos niños no mayores de doce o trece años, pero estaban ansiosos por encontrar pareja de inmediato y compartir saliva.

No lograba entender por qué, es decir, tener pareja no es imprescindible.

¿Por qué? ¿Qué había de bueno en eso? Ella no le veía el sentido.

Las relaciones amorosas que había visto durante toda su vida se veían más bien miserables que otra cosa, nada como pintaban las relaciones en las películas románticas.

Había; peleas, gritos, celos, y mucho llanto, las chicas siempre terminan llorando y los chicos fingían no estar tristes. Drama, drama y más drama.

Estar en una relación se veía más bien como algo miserable e inestable.

Es decir, ella era el fruto de ese tipo de relación, aunque su madre le había intentado pintar de rosa el cuento, la realidad es que su padre biológico las había abandonado. No lo conocía en ese momento y ni siquiera sabía cómo se llamaba el tipo, solo que se fue.

Al menos eso pensaba hasta que conoció a Percy y Annabeth.

Ella podía ver su relación en vivo y en directo, todos los días, vivía con ellos.

Entonces creyó que quizás las relaciones amorosas no eran tan malas como se lo había planteado.

Claro, Percy y Annabeth no eran perfectos ni mucho menos

A veces discutían, la mayoría de las veces, por estupideces.

Percy hizo explotar las tuberías de la cocina y Annabeth se enojó, dejo la tapa del váter arriba y volvieron a discutir. Annabeth dejo material para hacer sus maquetas en el piso, percy los piso por accidente y termino en el hospital, resultaba que esos pequeños edificios estaban hechos de bronce celestial, en una ocasión dejo la ropa mucho tiempo en la secadora y esta se encogió hasta tener el tamaño de la mano de Percy. Y otras cosas más.

Bueno, estas pequeñas discusiones se desataban por qué ninguno de los dos estaba demasiado acostumbrados a la vida de pareja en conjunto. Claro que luego de tres años viviendo juntos, esas tontas y pequeñas discusiones se terminaron casi por completo.

Por lo que la mayoría del tiempo Kali veía una relación de pareja muy sana y estable como referencia a lo que debía aspirar cuando creciera.

No soportaría menos que eso.

Bueno, volviendo al tema de entender el ambiente y expresiones fáciles.

Para Kali era sencillo saber cuándo alguien empezaba a sentirse triste o incómodo, sabía cuado debía callar y cuando hablar, y normalmente esto le ayudaba a mantenerse al margen.

Aunque saber todo eso, no siempre la ayudaba a saber cómo reaccionar. Un ejemplo de esto es lo incómoda que se ponía cuando alguien lloraba frente a ella, como es costumbre con Frank.

Por eso, cuando empezó a ver esas señales en su amigo supo de qué se trataba, la forma en la que lo atrapaba viéndola cuando creía que no estaba prestando atención, la manera en la que parecía aceptar sus caprichos, aunque intentara parecer «molesto» e indiferente, y la dejaba ganar en los videojuegos apropósito. Incluso el detalle más simple como estar en el momento y lugar adecuado.

Se repetía a sí misma una y otra vez;

»Ya se le pasará, es una fase«

Fue lo que pensó al principio, pero luego de unos años y que esta actitud se mantuviera, supo que algo no andaba bien. El tiempo pasaba y él no hacía nada al respecto, no sé confesaba, ni intentaba ir más allá. Era raro.

Cuando tenía doce simplemente ignoraba estos pequeños detalles, pero cuando cumplió catorce empezó a sentirse un poco mal por él.

Pero como era su amigo, y lo había llegado a apreciar mucho más de lo que querría admitir, decidió no hacer nada al respecto como terminar su amistad de inmediato para ahorrarse la futura incomodidad. Después de todo, él no había hecho nada para que ella quisiera alejarse o no verlo más.

Él seguía mirándola con anhelo, seguían fingiendo molestia cuando cumplía sus locas peticiones y la miraba con indiferencia cuando se esforzaba por no sonreír.

Decidió prestar atención a la forma en la que Nico trataba a los demás para comprarla con como la trataba a ella.

Noto como él solía evitar el contacto físico con todos, como solía alejarse de los demás y mantener la distancia. Que evitaba siempre sonreír. Hazel era la única excepción, pero incluso la forma en que las trataba a ambas era abismalmente diferente.

Cada que entraba en una habitación la buscaba con la mirada.

Nunca sé molestaba en ocultar sus sonrisas hacia mí. Siempre lo hacía.

Siempre estaba muy cerca, muy cerca físicamente, cuando hablamos no existía el espacio personal.

Suele pararse frente a mí tan cerca que las puntas de nuestros pies se toquen o parada a mi lado haciendo que nuestros hombros se junten. Y no solo era eso, él siempre buscaba estar en contacto físico, tocándome. Suele poner suavemente su mano alrededor de mi antebrazo, en mi hombro o mi espalda alta. Busca excusas para darme la mano o un abrazo.

Si lo comparaba con como trataba al resto del grupo, pues … Su modo de socialización es algo agresivo.

Yo diría indiferente.

No es que no le agraden, Nico trata peor a la gente que no conoce, es que intenta no mostrar sus emociones. Lo entiendo, por qué yo también lo hago, solo que no lo hago apropósito.

Con el tiempo empecé a pensar que quizás estaba imaginado cosas, que se estaba inventando una película en la cabeza y las cosas no eran así.

Abandono el tema. Y decidió que estaba exagerando.

Nico di Angelo, el chico que conocía desde que tenía 14 años, no podría estar enamorado de ella.

Sabía que él salía con diferentes personas, según Jason no mantenía relaciones estables, pero siempre que preguntaba cómo estaba su pareja actual había un chico o chica nuevo.

Llegó a la conclusión de que Nico era lo más parecido a un puto.

Le hacía gracia, y se la pasaba haciéndole bullying por ello.

No es como si tuviera un novio/a nueva cada semana, había intervalos de largos de tiempo en los que no había noticias de una posible pareja, el más largo fue de seis meses en los que no parecía interesado en nadie.

La cuestión es que no duraba más de dos semanas en una relación.

Era tan raro que incluso Jason Grace empezó a preocuparse un poco de que su última relación seria hubiera sido cuando tenía catorce años.

Así que Kali pensó lo obvio:

¿Si es que en verdad le gusto por qué sale con otras personas?

Quizás por qué no lo hacía. La alivio saber que estaba equivocada.

Que era su imaginación o ansiedad de que su amistad se viera afectado por cosas tan ridículas como el amor.

La puerta del departamento abrió dejando entrar el frío de la noche. Dos adolescentes entraron rápidamente y cerraron la puerta detrás de ellos, con la ropa escarchada por la nieve.

—¿Lo encontraron?— Pregunto la señora Sally desde la cocina.

Kali exhaló con fuerza y dejo al gato naranja que llevaba en brazos en el suelo, incluso con la chaqueta de Nico estaba temblando como gelatina.

—¡Sí! —Chillo la pelirroja cobrizo.

— No puedo creer que haya tomado la primera oportunidad que tuvo para alejarse de ti.— Se burla Nico con un tono malicioso y una sonrisita cruel.

—Oye, Cheeto me ama.— Kali le dio un manotazo en el hombro, enojada.—¡No es su culpa que está horrible ciudad esté llena de ratas! ¡Es un gato! ¡Tiene que seguir sus instintos!-chillo.

Nico avanzó hacia la pelirroja cobriza, pero el gato naranja peludo de Kali se lanzó contra una de sus piernas entre bufidos y gruñidos.

— ¡Kali controla a tu gato! — Nico sacudió su pierna, pero el minino se aferraba a él.—¡Suéltame bastardo peludo!— El gato se suelta, alza su lomo mientras da vueltas. Tratando de lucir más grande y amenazante.

— ¡No le hables así a nuestro hijo!— Kali toma en brazos a la furia felina.—¡Solo mira lo triste que está!— Alza al gato al nivel de su rostro, este muestra sus colmillos y gruñe en su dirección.

Nico parpadeó lentamente.

— Esa cosa salida del Tártaro no es nuestro hijo.— Gesticuló palabra por palabra, mirando mal al felino.

Kali jadeo ofendida.

— Claro que sí.— Acomoda al gato en sus brazos y este empieza a ronronear como un motor.—Tú me lo diste y lo dejaste a mi cargo cuando era solo un bebé, a veces lo patrocinas y lo vienes a ver cada tanto. Eres como el típico padre ausente latinoamericano ¿Ves?—Explica con toda la naturalidad del mundo mientras Cheeto frotaba su cabeza contra su mejilla rosada.

Nico se quedó callado unos segundos. Respiró hondo y dijo;

— No.

Kali paso el resto de la noche riendo y molestando a Nico con «Cheeto Di Angelo Reyes» mientras Nico negaba ser el padre del gato. Aunque después de eso cada que la visitaba llevaba regalos para el gato de Kali y con el tiempo empezaron a llevarse mejor.

Desde la cocina, Sally miraba a sus niños en la sala. Su hijo Percy trataba de llamar la atención de Estelle, pero la pequeña estaba más interesada en Kali y su cabello rojo cobrizo. Leo seguía renegando por qué Piper y Annabeth le quitaron el puesto como ayudante de cocina, y rubio hijo de Zeus estaba consolando a Percy por qué Estelle no le hacía caso.

Hazel estaba embobada con esa vieja película navideña de un esqueleto, y Frank estaba a su lado comiendo palomitas acarameladas.

Sally nunca creyó que vería a Kali conviviendo con su hija menor de forma tan amable y atenta. Claro, era navidad y seguía negándose a usar los suéteres y pijamas, pero en definitiva se había vuelto más tranquila. Incluso solo le había recomendado mandar a dormir a su perro solo dos veces.

— Qué perro tan feo.— Murmuro Kali con desagrado, Estelle de ahora 4 años estaba sentada en sus piernas jugando con su cabello rojo cobrizo. Kali miro a Nico, sentado a su lado en el sofá.— ¿Cuándo se supone que va a morir? Respira como si hubiera fumado toda la vida y tuviera asma.

Nico evaluó al perro de rostro chato y ojos desorbitados. Sí, era feo

—Morirá como todos los perros viejos, dando la mayor cantidad de problemas que pueda a sus dueños.— Llevo sus brazos hacia atrás y los recostó del respaldar del sofá.— Yo le doy un medio año y 100 visitas al veterinario. Y una gran factura.

Bueno, solo lo había mencionado tres veces. Pero seguía siendo poco.

También le sorprendía que Nico estuviera aquí para navidad. El chico siempre él cayó muy bien, por qué era un pequeño caballero y siempre era muy respetuoso con ella. Siempre la hacía sonreír ver lo mucho que había crecido y lo saludable que se veía.

Quizás lo que más le sorprendió es que Kali buscaba su mirada. Ella lo estaba mirando a los ojos, Kali nunca te mira a los ojos, incluso si están en una conversación, ella buscará una forma de evitar mirarte a la cara y si lo hace, es solo cuando estás mirando a otra parte o cuando busca intimidar a la gente. Sally siempre pensó que para Kal era físicamente imposible mirar a alguien a los ojos por mucho tiempo sin sentirse incómoda.

Pero allí estaba, sonriendo y hablando con los ojos fijos en los de Nico.

Ella diría que incluso había un aura de romance platónico entre ellos.

Se veían adorables.

— ¿Desde cuándo Kali y Nico están saliendo?— Le pregunto en voz a nadie en particular. Las dos chicas que se habían ofrecido a ayudarla se tensaron visiblemente al escucharla.

—¿Qué?—Jadeo, Annabeth y sus manos se detuvieron.—No, no, no— La rubia negó con la cabeza. Ella dejó de mover la salsa, y en vez de rociarle sal, termino echándole azúcar.—Ellos no están juntos, son amigos.

—¿Por qué lo dice? —Pregunto Piper, empezando a cortar los vegetales en trozos más grandes, distraída.

—No es nada.— Sally sonrió y negó con la cabeza, volviendo sus ojos a la cocina.-No te preocupes demasiado.

Annabeth exhaló con fuerza. Y miro hacia la sala, como siempre Nico y Kali estaban juntos, charlando.

— Bueno, tengo que preocuparme.— Murmura.— Percy nunca se da cuenta de estas cosas y Kali está en esa edad.-La voz de Annabeth estaba llena de preocupación y ansiedad.

Sally saco el pavo del horno, lo dejo sobre el mesón y se quitó los guantes de cocina. Se giró hacia Annabeth con sus manos descansando en sus caderas. Y sonrió, sonrió dulcemente.

—¿Qué pasa mi dulce niña?.— Le pregunto Sally y Annabeth apartó la mirada avergonzada, igual que lo haría una niña pequeña.—Nico es un buen chico. Y ya lo dijiste, solo son amigos.— Trato de tranquilizarla.

—No, no. — Annabeth negó con la cabeza. No es que Nico le pareciera mala influencia o algo así, y no quería que la señora Sally pensará eso.—Se que es un buen chico— Afirma —Y un gran héroe… Es muy fuerte, pero.— La rubia guarda silencio.-Alguien como él.— Miro de reojo a Kali, sonriendo, con los ojos brillantes; siendo feliz por fin.—Nunca podría hacer feliz a una princesita como Kali que vive en las nubes. Solo va a lastimarla.

Todos se sentaron en la mesa para comer. Cómo siempre, Kali empezó primero y decidió ignorar el hecho de que todos estaba dando «Las gracias» ella era católica, pero religiosa solo cuando le convenía. Así que empezó primero, tomo un poco de todo en el plato y se lo metió a la boca.

El discurso Paul Blofis, el esposo de la madre de Percy, sobre lo agradecido que estaba por su familia se cortó por el sonido estrangulado que soltó Kali. Todos se giraron para verla, la chica se cubrió la boca, tenía las mejillas llenas y una expresión de dolor.

Pareció intentar masticar, pero soltó un alarido de asco y regurgito todo lo que había en su boca sobre el plato.

— Mmm…— Se limpió la boca con una servilleta, sudando. Busco a tientas él basó de agua frente a ella y se lo tomo de un trago.—Está rico. Me lo comeré, más tarde.— Apartó el plato, pálida.

Obviamente, nadie se atrevió a probar la comida o «riesgo biológico».

Durante toda la noche, leo Valdez se jactó de como la señora Sally no debió cambiarlo y dejar que las blasfemas contra la buena comida, Annabeth y Piper, la ayudarán a cocinar.

Terminamos pidiendo comida china y olvidando el plan de comer todos a la mesa, prefiriendo sentarse juntos para ver una película navideña.

—¿Qué dice?— Pregunta Kali llena de curiosidad por saber el futuro de su amigo. Amaba esas sandeces.

Su galleta de la fortuna decía «Recibirás lo que has estado esperando» muy vago.

Una predicción que podría interpretarse de mil formas.

Nico abrió su galleta y saco el pequeño pedazo de papel

— La familia es…—hizo una mueca.— Un regalo que recibes cada día.

Ambos se quedaron callados un momento, mirándose.

—¿Ahora las hacen sarcásticas?— Pregunto Kali mientras una sonrisa se apoderaba de sus labios.

Poco a poco ambos empezaron a reírse a carcajadas.

Cuando la hija de Neptuno noto que nadie más se estaba riendo, se giró para verlos y se dio cuenta de que el resto de los presentes los estaban mirando mal, callados, casi tristes.

Nico y Kali pararon de reír. Sintiéndose levemente juzgados.

Pero alguien seguía riendo, todos miraron al infante. Estelle se reía con dulces carcajadas infantiles en los brazos de su madre, llena de alegría.

—¿Ven? Estelle sí entendió.— Les indicó Kali, aunque era obvio que la niña no comprendía lo que decían y solo se rio por qué Kali lo hizo.

A la mañana siguiente y mientras bebían chocolate caliente, todos se dispusieron a abrir sus regalos.

—¿Te gusta?— Pregunto Kali, emocionada. Estaba prácticamente encima de él para ver su reacción.

—Es de chica. Y Nico solo usa joyería de plata.— Menciona Leo en tono de burla, solo para molestarla. Kali hace una mueca y le lanza un cojín. Leo se ríe y le revuelve el cabello.

Nico mira la cadena de oro con un caparazón de caracol o cangrejo al final de esta en sus manos. Leo tenía razón, era muy delicado y femenino. No tenía para nada el estilo de joyas que él solía utilizar, con formas oscuras de calavera, huesos, etc. De plata.

— Me gusta.— El pelinegro se lo coloca sin problemas sobre el resto de collares de plata en su cuello.

Kali deja de intentar estrangular a leo para volverse a su amigo.

— ¿En serio?— Pregunto mientras una gran sonrisa se forma en su rostro.

Nico asintió con la cabeza.

Este año Kali dio muchos regalos relacionados con joyas, anillos para las chicas y collares para los chicos. Dijo que los ganó jugando poker con el señor D, Annabeth la regaño por esto.
Nico le dio regalos muy elaborados a todas las chicas del grupo, a los chicos solo les dio tarjetas de regalo de 200 dólares para que se compraran algo ellos mismos. Lo que era gracioso.

— ¡Ariel! ¡Ariel!— Chillo Estelle, corriendo hacia Kali para mostrarle su nueva muñeca de la sirenita que causalmente era su película favorita.— ¡Es igual a ti! ¿Eres una princesa?— Balbuceó la menor apenas.

Tenía cuatro y aún se le dificulta un poco hablar claramente.

Kali lo pensó un poco.

— Sí, soy una princesa.— Afirmó con el mentón en alto.

— ¡¿En serio?! ¿¡Eres una sirena?!— Pregunta dando saltitos.

Kali lo reflexiona de nuevo.

—Sí, definitivamente.

— Kali.— Dice Annabeth severamente, pero Estelle ya estaba abrazando a la pelirroja cobriza con emoción.

Todos se tensaron visiblemente ante esto, pues Kali no soporta el contacto físico y tampoco reacciona bien a él. En una ocasión Percy la abrazo sin previo aviso y recibió un puñetazo.

Kali se puso rígida e hizo una mueca, pero en vez de lanzar a Estelle como una muñeca de trapo lejos de ella… Solo respiro hondo y la abrazo de vuelta, aún tensa como roca.

— Por los dioses.— Murmuro Leo.


(...)

Dos meses después.

Kali recorrió la casa como un zombie. Estaba sola, solía pasar mucho tiempo sola por qué Annabeth y su hermano estaban en la universidad. Se estiró en el sofá con la vista fija en el techo.

Maldición. Estaba aburrida.

Tomo su teléfono y busco el chat que tenía con el hijo de Hades. No lo había visto en un par de semanas, y quería socializar, pero Hazel estaba ocupada en la legión y sus amigas de la cabaña de Afrodita vivían muy lejos y ella no tenía ningún método de transporte.

Desde que Syrrax murió no había sido capaz de volver a montar un pegaso.

No sabía cómo usar autobuses y tampoco el metro. Bueno, si utilizaba el metro seguro estaría en peligro por la cantidad insana de monstruos que la atacarían y tampoco le gustaban las acumulaciones de gente.

En su ausencia, no tardó en darse cuanta que Nico es la persona con la que más habla. Con el que más tenía confianza para hacer estupideces.

Sirenita; Oye, cara de mazorca. ¿Por qué no has venido?

EmoDemaiz; Tengo mucha tarea y los exámenes finales pisándome los talones, pequeño demonio.

Luego envío una foto de él haciendo la seña con la mano de pulgar arriba, con bolsas debajo de los ojos y una pila de papeles en su escritorio.

Sirenita; Te ves miserable, qué bueno(⁠•⁠‿⁠•⁠)

EmoDemaiz; Apóyame, maldita.

Sirenita; Obligame, perro.

Pasaron las siguientes horas hablando por mensaje, Nico le explicó que se le estaba complicando un tema sobre la materia de biología (que no era de sus favoritas) y no lograba comprender, lo bueno es que esa materia era una de las favoritas de Kali y está le hizo una larga llamada de 30 minutos solo para poder explicarle el tema a detalle.

Incluso se pasó la tarde haciéndole apuntes para que fuera más sencillo para el comprenderlo y se los mando por fotos. En la tarde Annabeth y su hermano llegaron a casa y cenamos juntos tacos hechos por Kali, quien tenía mucho tiempo libre y energía que quemar cuando estaba sola.

Kali no pudo ver a Nico por dos meses, estaba muy ocupado con sus estudios y las peticiones de Hades. Pero se mantuvieron en contacto.

Apenas estuvo libre, Nico tomó un autobús a San Francisco e hizo un viaje de sombras para quedar en la entrada del campamento Júpiter. Dejo sus armas antes de entrar en la Nueva Roma e hizo otro viajes de sombras para llegar a la casa que tenían Percy y Annabeth en la pequeña ciudad.

Escucha un estruendo adentro, lo que le dice que Kali corre hacia la puerta. Esta se abre de golpe dejando ver a la pelirroja cobriza, sonriente.

— ¿Qué mierda te paso?— Nico se frota los ojos y vuelve a mirar.

— ¡Todo es gracias al sistema endocrino y las hormonas!—Exclama Kali con una chispa de locura en sus ojos.— ¡Pensé que eso de sangrar cada mes no era digno de un guerrero, pero mira las ventajas que tiene!— Alza los pulgares, emocionada.

Nico necesita un momento para recuperarse. Obvio Kali no se lo dio, mientras lo arrastra dentro de la casa solo podía pensar … En nada.

— Bueno, ya era hora de que diera el estirón, supongo.— Comento Piper mientras se trataba un pedazo de pastel en la cocina de Annabeth.

— Solo pasaron dos meses.— Nico volvió a frotarse los ojos, pero todo seguía allí.—¿Con qué te alimenta Annabeth?— Le cuestióno.

— Si Annabeth cocinara lo que tendría sería una intoxicación.— Se burló leo.

El pelinegro miró a los dos semidioses comiendo tranquilamente pastel en la isla de la cocina. — ¿Y ustedes qué?

—Guardalupe hizo pastel para celebrar que le crecieron los senos.— Piper alzó el plato con una sonrisita feliz y le tendió un pedazo.—Está rico, ¿Quieres?— Pregunto con la boca llena de glaseado de color rosa.

Nico hizo una mueca.

— Nunca había visto a alguien tan orgullosa de una copa A.— Se burló leo y señaló el pecho de kali.

— Cállate, perro envidioso.— Kali le lanzo un pequeño chorro de agua en el rostro.—No senos. No opinión.

— Estás más alta.— Nico se acercó y noto que la cabeza de Kali encajaba justo debajo de su mentón. Cuando antes le llegaba por los hombros.

— Sí, eso también es un plus.—Dice llena de emoción, baja la cabeza y jala su escote para verse los senos y Nico aparta la mirada inmediatamente.—Aún son más pequeños que los de Hazel, debería ver si algo que pueda hacer para que crezcan más.— Ella resopla un poco decepcionada.

—¿Por qué te obsesiona tanto los pechos?— Pregunto Leo.

— ¡Que tiene de malo querer un cuerpo bonito! ¡Ves está cara! —Se señala el rostro.—¡Soy la chica más linda del mundo mundial! ¡Un cuerpo bonito solo me haría aún más linda!

— Ya eres inteligente, no necesitas ser bonita.— Bromea, por qué sabe que eso va a molestarla. Y lo hace, Kali se pone roja como un tomate.

— Que se jodan las notas, lo único que quiero es ser bonita.—Grita ella y se pone aún más roja por la rabia. Leo suelta una risa.—¡Y puedo ser inteligente y bonita si se me da la gana! ¡Maldita sea!

Leo se ríe aún más fuerte.

—Había olvidado que eras la nieta de Afrodita, momentos como estos me lo recuerdan. — Menciona Leo, tomando un pedazo de pastel con su tenedor.

Se llenó la boca de pastel y empezó a masticar sin dejar de mirarla.

— Te odio.— Murmuro Kali.

— Que bien que hayas venido, pero tengo turno en el acuario.— Nico la siguió hasta su cuarto mientras leo y Piper se atascaban en pastel.

— ¿El sábado?— Le cuestionó mientras la veía moverse de un lado al otro.

El pelinegro, aún aturdido, se sentó en el borde de la cama de la chica.

— La otra chica está enferma, tiene amigdalitis o algo así.— Comenta.

— ¿Por cierto que haces allí?— Le pregunto, curioso. Cuando Kali le hablo de su trabajo, pensó que ella alimentaba a los peces o algo así.

—Ya sabes, me disfrazó de Sirena en el área para niños. Entro en el tanque, los saludo, doy unas vueltas y finjo salir a tomar aire.—Me explica.—Es un buen trabajo, me gusta.

— ¿Para qué quieres un trabajo?— Le cuestiona Nico, confundido.

— Comprar cosas. — Dice con simpleza.—Eso me hace feliz— Admite, toma su bolso y se pone una chaqueta gruesa—Sabes? Casi terapéutico.

Nico mira la habitación y sus ojos se detienen en el perchero. Colgado de un gancho había una cola de sirena con escamas verdes y azules, brillante y … Un maldito sostén de conchas.

— Espera.—Se levanta y toma el traje.—¿Tú usas eso?— Lo señala.

— Sí.—Kali asiente con la cabeza y sonríe.—¿Es lindo, no?

El pelinegro respiro hondo y exhaló dramáticamente. Luego soltó una pequeña risita amarga mientras negaba con la cabeza.

— Deja el trabajo.

—¿Qué?

— Dije que dejes el trabajo, yo te compraré lo que quieras.

Kali parpadeó, aturdida.

— Por dios Nico.

— ¡Es como estar prácticamente desnuda frente a extraños!—Nico tomo el gancho que sostenía el traje y lo agito frente al rostro de Kali

— ¡Son solo niños!— Chillo Kali.

—¡Esos niños tienen padres que los acompañan! ¡Y los niños no son tan inocentes como crees!— Le grito.

— Por los dioses, es igual a cualquier traje de baño.— Se excusó.

— ¡Esto no es un traje de baño! ¡Son dos putas conchas marinas!— Nico tomó el sostén y lo lanzó por la ventana.

Kali jadeo ofendida.

—¡¿Por qué me gritas?!— Le grito

— ¡¿Por qué tú me gritas a mí?!— Le grito Nico de vuelta.

(...)

— ¿Cuándo paso por ti?—Pregunto Percy al teléfono.

— Ah, no hace falta.— Le indicó.

— ¿Por qué? ¿Vendrás caminado? Es muy lejos, de ninguna forma.— Percy se negó rotundamente, pues el trabajo de Kali quedaba muy lejos.

— No… yo— Kali puso los ojos en blanco y miro mal al pelinegro.—Nico va a llevarme.— Exhaló con fuerza.

— ¿Cuándo saco su licencia de conducir? —Le cuestionó Percy.

— Es un niño rico, el hijo de… «Hades» tiene chófer.— Kali se contuvo para no insultarlo, por qué lo tenía al lado.— Da igual me iré con él.

—¿Qué hace Nico en el acuario? — Pregunto percy confundido.

— Creo que es algo de la escuela.

—¿Por qué vino hasta San Francisco para ir a un acuario?— Le cuestionó Percy aún más extrañado.

— ¡Haces muchas preguntas! ¡Adiós!—Le grito al teléfono y colgó.

— Me colgó…— Jadeo Percy, miro a Annabeth ofendido y esta se encogió de hombros ante su confusión.

—Y tú estás loco, te dije que todo era muy normal.— Le señalo.—Además, me gusta verme bonita. — Agregó.

— ¿Por qué no consigues un trabajo normal? En una cafetería o de mesera.—Le cuestiona. Se baja los lentes de sol y le abre la puerta del auto.

Kali entra al auto refunfuñando.

— Por qué no tienen uniformes bonitos, obvio.—Asegura cuando Nico entra al auto y se sienta a su lado.

— Yo pagaré cualquier mierda que quieras.— Dice mientras le indica al chófer zombie que avancé.

— ¡Ya te dije que no!

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— ¿No lo entienden?— Grito Leo.—¡La fiesta de quince años es el evento más importante en la vida de una chica! ¡Es el rito de iniciación para iniciar su vida adulta! ¡Kali, diles!— Señaló a la chica que dibujaba con un bolígrafo sobre la mano del hijo de Hades.

— Hablé con mi abuela y mi tía.— Murmuro.—Ellas quieren hacerlo, por mi madre, por mí. Se encargarán de todo el evento, el salón, las flores… Solo tengo ir allí y probarme un vestido.— Hablo sin verlos a la cara, tenía toda su concentración puesta en dibujar las alas de Syrrax sobre la mano de Nico en gesto distraído.

— Si es tan valioso para ti y tu familia, entonces hay que hacerlo.— Supuso Percy, convencido.

— ¡Ya quiero conocer a tu familia! ¡Suenan geniales…!— Exclamó Leo.

Kali hizo una mueca.

Se había mantenido en contacto con sus tías y primos por petición de su madre, pero no los conocía, solo los visto un par de veces en persona cuando era muy pequeña.

—¡Me encantan las fiestas de 15! ¡Son las mejores fiestas! ¡La comida, las tradiciones, la música! ¡En serio, son casi tan relevantes como las bodas!— Dice Leo con voz soñadora.

— ¿Cómo son estás fiestas?— Pregunta Jason con curiosidad.

— Bueno, antes de la fiesta hay una misa. — Detiene sus manos y se gira, pero no mira a nadie en específico.—¿Creen que a mi viejo le molesta que me consagre a otro Dios que no sea él?

— ¿Una misa? ¿Cómo en una iglesia?— Pregunta Piper y Kali asiente.

— Sí, es el evento principal.— Dice kali.—Luego está el vals con el padre… Aunque, yo no tengo a papá o mamá.

— Habrá que avisarle al Neptuno.— Exclama Percy con convicción. Como si estuviera listo para ir al fondo del océano para buscarlo.

Kali niega con la cabeza

— No, no, me refiero a ti.— Lo mira un momento y luego aparta la mirada.—Habrá que practicar y tu traje tiene que cambiar con mi vestido.

— ¿C-cómo…? ¿Yo?— Se señala a sí mismo y su voz se quiebra.

— Sí, tú. Percy.—Gruñe Kali, exaltada.—¿No quieres?— Le cuestiona.

—¿Y-yo? Cómo papá, es como… ¡Claro que quiero hacerlo!— Se apoyó de la mesa para cubrir la boca con los ojos verdes llorosos, igual a una presa que se desborda de agua.— Me gustaría.

— Ugr… — Kali volvió su vista al dibujo en la mano de Nico.—¿Estás llorando Percy?— Dice asqueada.

Percy negó con la cabeza mientras las lágrimas se escapaban de sus ojitos y Annabeth le daba palmadas en la espalda y le pasaba un pañuelo.

— Esto tiene mucho más significado cuando Kali literalmente sobrevivió a su infancia, con todo eso del tridente de Poseidón y la traición de su hijo. El coliseo, las musas— Enumero con los dedos, luego se detuvo.—Entonces después de la fiesta, Kali se convierte en mujer y deja de ser una niña.

Percy dejo de lloriquear.

—¿Cómo? ¿Cómo que mujer? — Tiro el pañuelo y su mirada se endurece.—Es decir, Kali es una niña, incluso cuando cumpla 15 lo seguirá siéndolo.

Todos en la mesa miraban a Percy y luego a Leo, como si fuera un partido de ping-pong entre los dos.

—No, chico.— Negó con la cabeza sonriente.—la fiesta de quince es como los padres le dicen «chao» a sus queridas hijas.— Le explico leo con cierta malicia.—Después vienen los novios, y tienes que aceptar que tu bebé ya no es una niña.—Hizo un gesto con la mano en forma de despedida y Percy se tensó.

— Kali no tendrá novio.— Afirmó.

— Es algo natural, para eso es la fiesta.—Dijo leo entre risas llenas de burla, solo para molestar un poco a Percy.—Es cómo los padres asumen que sus lindas hijitas crecen y se van del nido, metafóricamente claro.

— No, no lo hará.— Dijo entre dientes.

Leo alzo una ceja.

— En algún momento Kali va a enamorarse, Percy— Le recuerda.

— ¡Kali no tendrá novio hasta que yo muera!— Grita—¡Más tres días para estar seguros de que realmente me fui!— Dice rotundamente.

— Yo no quiero un novio, por si les importa mi opinión.— Murmura Kali.

— Hay que ir a comprar los vestidos y trajes.—Los interrumpe Jason antes de que leo haga llorar a Percy.— ¡Dioses! ¡Tenemos que reservar los vuelos…!

— No me gustan los trajes.— Sisea Nico, dando un resoplido.

— Incluso te voy a peinar, te verás como un caballero.— Jason extiende su mano y le revuelve el cabello.

— Urg.— Gruñe Nico por lo bajo, pero no lo aparta de él.

— ¡VAMOS A MÉXICO! ¡PREPÁRATE CANCÚN! — Grito leo, alzando los brazos con emoción.—¡LEO VALDEZ ESTÁ EN CAMINÓ…!— Chilla.

—¿Cancún?— Kali hizo una mueca.— Mi familia tiene una granja. Viven en una finca, lejos de la ciudad.—Le corta.

Los ojos de leo se apagan y baja los brazos lentamente.

—¿Cómo?

Hola chicas y chicos.

Espero que les haya gustado el capítulo. Repito, he estado enferma y sin muchas ganas de escribir.

Kali siempre lo supo, desde el primer momento. Ella lo sabe y no parece corresponder sus sentimientos.

F

Voten y comenten, si no me da ansiedad y no vuelvo a publicar.

Memes del cap;




Bye bye.

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