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La hija de Neptuno
Percy Jackson Pov.
El día anterior, antes del inicio del campamento, Percy vio una noticia que lo dejo pensando, hablaba de un sunami que arrasó con una pequeña isla en el Caribe. Según el reportaje, no hubo casi supervivientes.
Fue un evento catastrófico e hizo que Percy se preguntará su padre se había levantando con el pie izquierdo y pensamientos genocidas.
Cuando llegó al campamento mestizo con Annabeth y el resto de sus amigos, se dirigió a su cabaña para hacer algo de limpieza antes de que su novia lo regañara por tener el lugar hecho un desastre, extrañaba a Tyson en estos momentos. Se moría de aburrimiento.
Entonces apareció un mensaje de iris y se arrepintió de inmediato, Percy creyó que el aburrimiento no era tan malo después de todo.
— ¿Cómo que una hermana? N-no comprendo...— Balbuceó Percy totalmente incrédulo.
¿Semidiosa? ¿Otro cíclope?
— Es hija de mi versión Romana, está de camino al campamento, sé bueno con ella.— Le pidió su padre.— Está pasando por un momento difícil.
Percy se sobresaltó, por alguna razón esa última frase se sentía como una despedida. Su padre era el tipo que corta la llamada sin avisar.
— ¡Pero papá...!— Chillo Percy.
— Gracias, Percy.— Su padre sonrió de forma amable y agradecida.
Entonces el mensaje de iris se desvaneció por completo, dejando a Percy con la boca abierta.
Poco después, un campista entro en su cabaña gritando y diciendo que una niña había salido del mar.
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Percy dejo de comer, por primera vez en su vida, sé le quitó el apatito.
El hijo de Poseidón hizo una mueca de desagrado y disgusto, sintió el sudor frío bajar por su nuca y espalda al ver cómo su hermana apuñalaba con su tenedor el filete en el plato frente a ella con tanta fuerza que podría decir que la vaca que fue usada para hacer ese filete era la reencarnación de un antiguo enemigo suyo.
Tan antiguo como podría ser el enemigo de una niña de 12 años.
Todo esto mientras lo veía directamente a los ojos.
Los ojos de su hermana menor eran desafiantes, azules en la periferia y en el centro verdes como el mar, en una combinación perfecta que desprendía un salvajismo casi barbárico.
Percy trago saliva, si le hacía eso a ese pobre filete que no le había hecho nada o intentando conectar con ella.
¿Qué cosas le haría a él?
La primera vez que Percy vio a su hermana en la playa pensó que quizás sería divertido convivir con ella, le enseñaría a atrapar la pelota, utilizar sus poderes y aprender a utilizar la espada. Él tenía una media hermana, hija de su madre y su padrastro, apenas tenía un año y medio, por lo que creyó que esto de convivir con una hermana de corta edad podría servirle de práctica.
Podría practicar para cuando tuviera que tratar con su hermana real.
Él pensó que ella sería algo así como una mascota. Un perro.
Qué equivocado estaba.
— Soy Percy Jackson, tú debes ser mi hermana.— Exclamó sonriente a la vez que le extendía la mano.
Quería parecer más educado de lo que era y darle una buena impresión.
Quizás quería aparentar ser más serio y seguro de lo que era realmente.
Quería impresionarla.
La niña de piel trigueña y ojos verdes llenos de matices mirarlo de forma tan intensa que se sintió incómodo.
Intento volver a hablarle y ella solo lo ignoró, entonces cayó en cuenta de que quizás no sabía inglés. Y por sus rasgos advirtió que podría ser una persona hispanohablante.
Entonces trajo al único latino que conocía para que le hiciera de traductor, Leo Valdez.
— Yo también soy hijo de Poseidón.— Percy artículo cada palabra como si la niña frente a él fuera una bebé, tonta o una especie de perro y se señaló a sí mismo con la mano— Percy Jackson, ese es mi nombre.— Pronunció.
Leo le tradujo a la niña, y esta le miro peor que cuando miro a Percy.
Aquella niña tenía la mirada más aguda e intimidante que Percy había visto en un niño. Incluso más que Nico cuando tenía esa edad.
Lo miro con fastidio y dijo;
— Sé que eres hijo de Poseidón.— Ella inhaló profundamente y lo barrió con la mirada en un gesto de desagrado.—Hueles a prostituta marina.—Declaro.
Ella le hablo en un perfecto inglés. Dándole a entender al hijo mayor del dios del mar que todo ese tiempo que trato de comunicarse con ella, estuvo fingiendo no poder entenderlo y lo dejo actuar como un idiota durante horas, solo por joderle. Perfecto.
Percy abrió la mandíbula y dejo salir una especie de quejido.
Leo estuvo riendo como morsa epiléptica durante 20 minutos.
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Percy estaba aterrorizado por su nueva hermana menor.
Lo había intentado todo para agradarle, pero la niña era muy testaruda y agresiva.
No daba su brazo a torcer y estaba intentando escapar continuamente, cada vez que frustra su huida, su de por sí inexistente relación familiar se tensa aún más y ella se reciente con el porqué el mar la sigue rechazado.
Kali parecia sentir que la está privando de su libertad. Y lo odia intensamente por eso.
Cada que intenta abrazarla, acariciar su cabello o darle una simple palmada en la espalda su hermana enloquecía por completo. Le gritará, lo golpeará y amenazará con cualquier cosa que tuviera al alcance. Percy tiene suerte de conservar todos sus dedos intactos, por qué a su linda hermana le gusta mucho morder. No importa lo amable que sea con ella, Kali lo detesta.
Cuando le ofrece comida la tira con desprecio, cuando intenta enseñarle a manejar la espada le lanza las dagas que tomo de la armería y cuando trata de integrarla a su grupo ella se va en dirección contraría, ignorándolos.
Percy intento ser comprensivo, por las noches intentaba establecer una conversación con ella, aunque fuera unilateral, por qué Kali no se digna a responder nunca. Le contaba sobre todas sus misiones y aventuras con Grover y Annabeth cuando tenía su edad, era muy específico, describía los sucesos desde el detalle más simple hasta las descripciones más difíciles de lo feos que eran los monstruos.
Por los dioses, Incluso le contó que tenía una ligera aversión hacia los conejillos de indias, por qué cuando tenía 13 años una hechicera loca lo transformó en uno por corto tiempo.
La mañana siguiente, Kali llegó a la cabaña de Poseidón con un conejillo de indias entre sus manos. Y le sonrió mientras Percy la veía horrorizada.
Luego de tres semanas, Percy dormía con un ojo abierto, aterrado de que su hermana menor decidiera que era el momento para cortar su cuello.
Y paso de intentar conectar con ella a intentar que ella no lo matará.
La chica creaba terremotos y se la pasaba hablando sola en el lago.
Demonios.
Percy estaba asustado. Y no veía la hora para largarse del campamento y abandonar a su endemoniada media hermana para ir a la universidad.
—Dime que está hibernando.— Rogó Percy, el miedo se notaba en su voz.
Nico se inclinó y miro dentro de la jaula, allí yacía un animal tieso.
— No, está muerto.— Afirmó y Percy grito como una niña asustada.
—¡Asesine al hámster de Kali!— Chillo exasperando, se puso rojo y entro en pánico total.— ¡Ella va a lastimarme y no tengo tiempo para el dolor...!
Percy se fue hacia su armario y empezó a empacar su maleta.
Nico lo miro extrañado.
— ¿A dónde crees que irás?— Le cuestionó al verlo tirar ropa de forma torpe en su maleta.
— Al mar.—Exclamo Percy.
— ¿Por qué al mar?—Pregunto por qué era obvio que Kali podía ir tras él incluso en el mar.
— Por qué en el mar.— Cerro la maleta.— ¡la vida es más sabrosa!
— Si recuerdas que ella es hija de Neptuno...— Percy se quedó frío, y miro a Nico como si su hermanita fuera un titan.— Y una cría.
Por qué parecía que Nico era el único en el campamento que pensaba que Kali solo era una cría; Él con catorce años pensaba que era ridículo que los mayores le tuviera tanto miedo de ella.
La puerta de la cabaña de Poseidón se abrió dejando ver a Kali.
— ¿Qué está pasando?— Pregunto con un tono casi inocente.
Percy se quedó paralizado, miro a Nico buscando apoyo y este le devolvió la mirada.
Ambos sudaban.
— Este no es mi problema.
Y el pequeño traidor se esfumó en un viaje de sombras.
Entonces Percy se quedó solo.
Percy explicó cómo pudo lo que pasó, le tomo una foto con flash al señor pelusa y a este le dio un infarto.
El hijo de Poseidón se cubrió con lo primero que encontró, esperando a que su hermanita lo zurrara a golpes.
Pero no hubo golpes.
Solo silencio.
El pelinegro se quitó la almohada de la cara, por qué de eso vive y tenía que cuidarse, miro a su hermana y entonces dejo de sentir miedo, pánico y terror para ser reemplazado con una enorme culpa sobre sus hombros qué le cerraba la garganta.
La mueca en el rostro de su hermana reflejaba tanto dolor y desconcierto que le hizo sentir que se le rompía el corazón, ver sus intensos ojos verdes mar, llenarse de lágrimas y caer por sus mejillas como cataratas, sin que su rostro se enrojeciera le hizo sentir un nudo en la garganta. Kali estaba en shock.
Ella soltó algo parecido a un chillido de conmoción. Miro el cuerpo inerte de su mascota en la jaula. Abrió sus labios como si quisiera hablar, pero las palabras salían atropelladas y poco claras de su boca, estaba temblando como gelatina y palideció.
Percy pensó que kali iba a tener un ataque de histeria y lo iba a matar.
Pero no lo hizo.
Su hermana salió corriendo y se encerró en el baño.
La cabaña se quedó en silencio durante unos minutos, Percy se quedó paralizado en su lugar hasta pudo escuchar el apenas audible sonido de sollozos venir del baño.
Entonces Percy se sintió un idiota por creer que aquella niña lo odiaba, solo estaba dolida, solo era una niña de 12 años llena de tristeza. Y él la trataba como si fuera un demonio que le cortaría el cuello mientras duerme.
No estaba preparado para esto.
Para tener que cuidar alguien tan triste como ella.
Salió de su cabaña para aclarar su mente. Debía reflexionar sobre como arreglarlo.
Hablo con Jason y luego con Nico, y cuando estuvo seguro de que debía hacer volvió a su cabaña para poder disculparse con su hermana. Cuando abrió la puerta se encontró con una escena que no esperaba, Annabeth estaba allí, abrazando a su hermana que lloraba en su pecho mientras le acariciaba y daba palmadas en su espalda tratando de consolarla.
La rubia alzó la cabeza, tenía sus ojos grises llenos de lágrimas y me hizo una señal para qué entrará.
Percy entro en la cabaña y se sentó al lado de su hermana en la cama.
— Lo siento mucho, kali.— Se disculpó, tomando su mano.
Su hermanita se veía tan agitada, tan vulnerable. Lloraba tan fuerte que su cuerpo daba saltos y parecía incapaz de hablar o hacer otra cosa que no fuera sollozar. Pero se apartó de la rubia y abrazo a Percy con fuerza.
A Percy se le partió el corazón al verla de esa forma.
Esa misma tarde le hicieron un funeral al señor pelusa, con la ayuda del único hijo de Hades y sus amigos presentes, dando sus condolencias.
Desde ese día todo cambió.
Se encariñó tanto con kali que no podía pensar en dejarla sola todo el año y solo verla los veranos. Ella lo necesita, necesitaba una familia.
Y cuando habló con Annabeth ella sentía lo mismo.
Después de lo que pasó con Kali, esta la seguía a todas partes y terminaron haciéndose muy cercanas. A la hija de Atenea le gustaba tener a alguien a la quien impartir sus conocimientos y kali era como una esponja, además luego de recibir unos buenos abrazos y consuelo dejo de ser agresiva y se mostró tal cual como era; Y era una niña encantadora e inteligente.
Entonces, cuando fue el momento de volver a la universidad en la Nueva Roma, se la llevaron con ellos.
La aceptaron en su lindo y pequeño departamento de universitarios.
La inscribieron en la única escuela de la nueva Roma que también era una preparatoria y sus vidas siguieron su curso como una familia. Literalmente.
Percy y Annabeth tomaron el lugar de padres, se levantaban temprano para hacerle el desayuno, le ayudaban con la tarea e iban a las juntas escolares como sus tutores. Los dos semidioses de 18 años rápidamente se volvieron los padres de una niña de 12 años.
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Nico di Angelo Pov;
Nico odiaba el calor y la playa, pero estaba aquí obedientemente por qué su novio se la pasaba bien en las olas con una tabla de madera. Claro, él no. Estaba sentado en la arena bajo la sombra de una sombrilla arcoíris, con una tonelada de bloqueador solar en el rostro, con una chaqueta negra y unas bermudas del mismo color.
Se acomodó los lentes oscuros, y sonrió apenas cuando vio a su novio a la distancia montando una ola.
Will lo hacía sentir bien, seguro y tranquilo. Era el chico más amable que hubiera conocido jamás.
Esperaba que su relación durará para siempre. Realmente lo quería.
Nico sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, se llevó la mano a la nuca por reflejo y sintió un extraño malestar en la boca de su estómago.
Es Percy, está por aquí.
El pelinegro miró a su alrededor al sentir una presencia parecida a la del héroe del Olimpo, no, él sentía la presencia de otro mestizo.
Tenía esa extraña sensación de que algo estaba llegando.
— ¡Will...!— Lo llamó con un grito al ponerse de pie.— ¡Vuelve aquí!
— ¿Ah?— Jadeo con confusión a la lejanía antes que lo golpeara una ola.
Nico puso los ojos en blanco y se acercó a paso rápido y decidido hacia la playa. La arena le quemaba los pies. Él no era del tipo que nada muy bien, pero igualmente iría a buscarlo.
El mar de la playa se removió con una intensidad que hizo a Nico retroceder, entonces una esfera de agua se forma unos metros antes de llegar a la orilla y se impulsa hasta la arena y de ella sale una niña antes de deshacerse.
Nico la miro perplejo mientras ella evalúa su alrededor.
Esto era raro, pero ... ¿Qué tan raro era para un mestizo?
— Mierda...—Nico alza sus lentes de sol para ver mejor los colores.
La niña se ve como uno o dos años menor que yo, pero no estoy seguro, recuerdo a Artemisa la primera vez que la vi casi de inmediato, debe ser una diosa, pero elimino la idea de que sea Lady Artemisa. Noto como sus pómulos están marcados por escamas ligeramente coloreadas de azul que parecen empezar a desprenderse de su piel dorada bronceada.
Ella fija su mirada en mí y sus ojos azules, no, son azules en la periferia y verdes en el centro. Sus orbes parecen analizarme con la misma agresividad con la que mira a su alrededor. Como si me juzgara en silencio.
Traía puesto un vestido blanco que no luce para nada griego, es más cerrado y cubierto, con mangas largas de tela transparente blanquecina, la falda del vestido es larga, pero puedo notar que está descalza. Además, tiene muchos símbolos extraños pintados en todas las partes visibles de su cuerpo.
Hay una especie de tiara o diadema que conchas marinas y perlas sobre su cabeza, así que de inmediato puedo relacionarla con Poseidón y Afrodita. Su cabello es largo con rizos definidos y abundantes del color de las castañas bañadas en sirope de fresa y sus ojos como el mar en plena tormenta. Sus mejillas están rosadas, y su piel es de un color dorado bronceado. No hablo, por qué aún supongo que es una diosa y va a darme una loca misión.
Parecía ... Una pequeña princesita.
Nico nunca había visto a Afrodita, pero se preguntó si es que quizás estaba frente a la diosa...
No, no podía ser, si lo fuera tendría que parecerse a Will o eso oyó.
— ¡Nico! ¡Acabo de ver la cosa más loca!— Will se tropieza mientras sale del agua sosteniendo su tabla.— Oh... Mira está justo aquí, es una locura.
La niña ni siquiera se molesta en ver a Will, alza el mentón y aparta la cabeza hacia otra dirección en un muy claro desaire hacia mí. Y no puedo evitar jadear ofendido por su actitud.
Ella se aleja en la playa, pero no desaparece y debo suponer que soy insuficiente para la misión que tenga.
— Está mocosa de mierda ...— Siseo Nico en voz baja, esperando que la niña vestida elegante no fuera una diosa y lo fulminara con un rayo divino.— Will, ¿puedes creerlo?— Nico mira a su alrededor.—¿Will?
Okay, su novio lo abandonó.
Nico puso sus manos sobre sus caderas y miro a la niña rodear la playa como una especie de animal acechando a su presa, bueno, quizás más cómo un gato callejero arisco.
¿Qué está buscando?
Es como si estuviera tratando de volver al agua, pero esta retrocede cada que ella avanza.
La miro moverse y noto como la falda de su vestido blanco se mueve de un lado al otro con la brisa marina.
Su cabello pelirrojo cobrizo se sacude y brilla mientras mira las olas romper contra la arena a sus pies, aun así el agua se las arregla para evadirla de forma descarada. Eso hace que Nico piense que podría ser una de las muchas bastardas de Poseidón, y no de afrodita.
Una diosa menor, quizás. Aunque aún no descartaba que fuera mestiza.
No le quitó la mirada de encima durante unos minutos, por qué algo le decía que debía tener un ojo en ella.
Percy llegó con Will unos minutos después, se veía agitados.
— Poseidón, cada que supongo que podemos tener una mejor relación haces algo como esto... — Susurro Percy tembloroso, mirando a la niña con ojos desbordados.— Yo puedo.—Se anima a sí mismo.
Percy corre hacia la niña y veo como intenta hablarle mientas esta lo evade ignorándolo de forma descarada.
— ¿Qué está pasando?— Arrugó la nariz al ver la escena.
— Lo que ves es la hija de Neptuno.— Anuncia a Will solace, sonriente.
—¿Neptuno?
— Por lo que dijo Percy la primera en mucho, mucho tiempo.
Nico pone los ojos en blanco y hace una mueca de fastidio.
— Que el señor nos ayude.— Hago un gesto con la mano haciendo la señal de la cruz en mi pecho y frente.
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— Creo que deberías hablar con ella.— Le sugirió el rubio a su lado.
Nico detuvo el movimiento de su mandíbula, él degustaba una deliciosa hamburguesa antes de que su pareja lo interrumpiera. Llevo siguió con la mirada de Will que finalmente lo llevó a la mesa de Poseidón dónde Percy parecía estar siendo intimidado por una niña de doce años que apuñalaba un pobre pedazo de carne.
El hijo de Poseidón tenía grandes ojeras debajo de sus ojos verdes y últimamente parecía paranoico, se quedaba dormido en todos lados y por lo que sabía no estaba durmiendo en las noches por la presencia ajena en la cabaña de Poseidón; Nico le parecía bastante gracioso.
El gran héroe del Olimpo le aterra su hermana menor.
El pelinegro trago el contenido de sus mejillas, y volví su mirada a Will.
Ambos estaban sentados en la mesa de Apolo. Normalmente, el hijo de Hades estaría en la mesa de Poseidón con el resto de los siete, pero desde que llegó la hermana de Percy, este les pidió algo de espacio. Al menos hasta que su hermanita se aclimatara al campamento mestizo; Y dejara de intentar escaparse.
Por desde que llegó había estado intentando escapar.
— ¿Por qué?— Preguntó Nico.
— Me recuerda un poco a ti cuando llegaste ¿Sabes?— El rubio apoyo su mejilla en la palma de su mano y miro a la niña.— Quizás si hablas con ella pueda sentirse más cómoda en el campamento.—Especulo y volvió su mirada a su novio.— ¿No te sientes un poco identificado con ella?
El mismo Will Solace había intentado charlar con ella, pero la menor lo llamo «Gringo, molestó» y se fue.
Nico di Angelo no quería meterse en ese problema, la hermana de Percy parecía inestable. Últimamente estaba feliz con su relación y sus amigos, no quería acabar en el fondo del lago del campamento mestizo. No es que le tuviera miedo como los demás.
Solo no quería involucrarse.
— Ese es un problema de Percy.— Nico volvió pegar un mordisco a su hamburguesa.
— Podrías aplicar el consejo de ser amable, y hacer nuevos amigos.— Will giro levemente su cabeza y le dio una sonrisa encantadora. Nico odiaba cuando ponía ojos de cachorro, así era imposible decir que no.— Vamos, solo inténtalo ¿Sí?— Le rogó el rubio.
Nico soltó un gruñido y puso los ojos en blanco. No, no podía decirle que no. Quería que Will lo quisiera y se quedará con él, si le decía que no, él quizás podría molestarse y terminar la relación; Y Nico no quería eso.
— No prometo nada.— Dijo antes de volver su mirada a la comida.
—¡Gracias!—Exclamo en un tono feliz, Will aplaudió y dio beso en la mejilla de su pareja.— Qué buen novio.
Nico se puso rojo como tómate.
Eso del contacto físico en público le daba mucha vergüenza.
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La joven estaba sentada sobre sus rodillas en el muelle, con las manos apoyadas en la madera, inclinada como si quisiera ver su reflejo en el agua del lago. Estaba sola, pero le hablaba al aire, más discutía.
El pelinegro creyó que estaba loca.
Nico se acercó sigiloso, sus pasos no se escuchaban contra la madera.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo escuchar lo que decía.
— ¿Por qué no quieren ayudarme? Yo soy la hija de tu rey.—Kali golpeó con su mano la madera debajo de ella, lo que causó un pequeño temblor, grito más fuerte. —¿Qué papá dijo qué? ¡Eso no es justo...! ¡Gr...!
Entonces Nico di Angelo advirtió que Kali no estaba hablaba sola como los demás campistas habían pensado, estaba hablando con espíritus del agua, las nayades del lago.
La mujer de agua se percató de su presencia, se hizo para atrás soltando algo parecido a un grito asustado y desapareció en el agua.
— ¡Oye! ¡No te di permiso para que te fueras!—Grito la menor, casi sonando ofendida. Soltó un gruñido antes del golpear con su puño el agua.—¡Grr...! ¡Malditos espíritus del agua! Son bonitos, pero les falta un tornillo.
— Se fue porque se percató de mi presencia.— Le avisé y ella giró la cabeza para verme por encima del hombro.— No les gustó a las ninfas.
Todos los espíritus de la naturaleza le tenían terror a su aura de muerte.
— Pero si es el niño que huele a pan de muerto.— Siseo de forma burlona.
Nico no estaba seguro de que si eso era un insulto, pero iba a ignorarlo.
Solace había insistido en qué le hablara y aunque le podía muy incómodo iniciar una conversación con un desconocido que fuera una niña pequeña, le hacía sentir algo de control sobre la situación.
Se acercó al final del muelle y le hizo una seña para que le hiciera espacio, la niña al final se apartó.
— ¿Qué se supone que haces?— Pregunto la hija de Neptuno con un marcado acento, casi parece que lo hace apropósito, es como si quisiera hacernos saber que no es de aquí.
Que de ninguna forma es como nosotros. Ella alza un muro a su alrededor, incluso antes de que te puedas acercar. Inteligente.
Quizás Nico debió hacer eso cuando llegó aquí por segunda vez y no quería hablar con nadie.
— ¿Que haces tú?— Ella me mira alzando una ceja.— ¿Por qué intentas escaparte del campamento?
Sus ojos se tornan hostiles casi de inmediato y frunce el ceño.
—¿Te pagan por metiche?
— Ojalá.
Kali me mira como si quisiera golpearme en la cara.
— Eso no es tu asunto, Niñito.—Sisea con un fuerte acento. No respondo a su provocación por qué me parece un poco irónico, solo la miro en silencio y ella se ve obligada a responder—Solo quiero irme de aquí.— Admitió en vos muy baja, se escucha enojada.
No puedo evitar reír ante tal declaración. Quizás demasiado.
La mayoría de los campistas son huérfanos, y la verdad no considero que ella sea la excepción.
— ¿A dónde? ¿Tienes realmente un lugar a donde ir?—Me carcajeo.
Y debí sonar demasiado cruel (muy poco empático) por qué durante unos segundos su ceño fruncido desaparece y sus ojos se apagan con tristeza.
—¡Tengo más familia!— Bufó en un tono a la defensiva. Ofendida.
No comprendo que puede que la haya herido con mi comentario, por qué redobló la apuesta y alzó una ceja para mirarla con curiosidad.
— ¿Entonces por qué tu padre te envío aquí?— Le cuestionó.
Ella parpadea varias veces, y puedo notar su molestia en sus ojos.
— Maldito emo—Gruñe Kali, enojada.—¿Estás tratando de ser amigable? ¿Consolarme? Por qué no lo parece.
A Nico le salta una vena en la frente.
— ¿Cómo me dijiste maldito demonio?— Jadeo ofendido.
Ella respira hondo.
— Emo cara de mazorca.— Pronuncia cada palabra con agresividad.
— ¿¡Sabes que...!?— Me pongo de pie furioso por su insulto.
— ¿¡Qué...!?— Ella exhala aún más ofendida, sumamente incrédula.
— ¡No necesito esta mierda! ¡No te ayudaré de ninguna forma!—Grito.
Kali abre la boca y se le escapa un bufido de pura frustración.
— ¡¿Y quién quiere tu ayuda?!— Chilla furiosa, se pone de pie solo para no estar debajo de mí.— ¡Idiota!
— ¡Todos! ¡Soy jodidamente solicitado y amable!— Aseguro a toda voz, Kali mira como si estuviera loco o no entendiera lo que digo realmente.
Lo que es una posibilidad, por qué sé que el inglés no es su primer idioma.
— Y superhumilde por lo que veo.— Bufa con sarcasmo.
Se me sale una carcajada maniaca desde el fondo de mi garganta.
— Soy la persona más humilde del planeta.— Llevo mi mano a mi pecho para señalarme.— Increíblemente humilde.— Aseguro con fuerza.
Entonces siento una ráfaga de agua chocar contra mi rostro, me tambaleó sobre el muelle. La mitad de mi pelo está mojado, el agua se resbala por debajo de mi camisa y mi rostro.
La miro incredulidad.
Los ojos azules brillantes de Kali centellearon en actitud desafiante.
Ella se ríe.
Se rio.
Y no puedo evitar verla con total confusión y sorpresa, mi rostro debe tener una expresión rara, debo estar viéndola como si le hubiera crecido una segunda cabeza de la nada, por qué ella empieza a reír más fuerte.
En la primera vez que la escucho reír, su risa es clara y llena de vida. No creí que ese pequeño demonio podría reír, hasta ahora solo la había escuchado gritar, gruñir e insultar al igual que todo el campamento mestizo.
Hay algo de malicia burlona detrás de su risa, pero es linda de escuchar.
El sol da contra su espalda, haciendo que el frente de su cuerpo se llene de sombras, pero, en cambio, la luz solar que se proyecta en sus cabeza hace que sus cabellos se enciendan como una antorcha. Ella se gira levemente mientras se reí, por lo que su rostro se baña de luz solar, y esa pequeña luz cálida hace que los colores en su rostro se intensifiquen.
Entonces comprendo por qué el dios Poseidón querría tener a Kali cerca en su castillo submarino como un lindo adorno que exhibir en una repisa.
Discutimos durante unos minutos más, casi son puros gritos.
Cuando por fin me largo del muelle, estoy empapado de pies a cabeza y tengo una mordedura en el brazo.
Más tarde, durante los juegos de guerra, me la encuentro de nuevo a mitad del bosques, sentada a los pies de un árbol, abrazando sus rodillas mientras lloraba en silencio.
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Hola chicos y chicas.
Espero que les haya gustado el primer capítulo de esta esperada historia. Este primer capítulo está narrado enteramente por Percy y Nico por qué creo que su perspectiva sobre Kali es muy diferente.
Es más o menos así.
Si, Kali inicia la historia con 12 años y Nico es dos años mayor.
Espero que les guste el capítulo y me dejen sus opiniones en los comentarios (. ❛ ᴗ ❛.).
Kali cuando salió del agua(ʃƪ^3^)
BYE BYE.
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