28.
El primer día en la universidad había sido aburrido y lo que le sigue.
No habíamos hecho nada más que aburrirnos (y sí, hablo por mis compañeros también) con los lineamientos de las materias y las formas de evaluación. Incluso dos maestros no se presentaron.
― ¡Ven a comer!―gritó mi mamá desde la planta baja.
Bajé corriendo las escaleras, la verdad es que tenía muchísima hambre, había olvidado llevar algo de comida a la universidad y lo que vendían allá no se veía muy agradable que digamos.
― Llamó Alonso―soltó Javier cuando se sentó a mi lado en la mesa.
― ¿Qué dijo?
― Que al rato te llamaba―pausó―. Algo de una sorpresa, no sé, no se escuchaba bien.
Pues al parecer ya no era tanto una sorpresa.
De seguro Alonso le había dicho que no me dijera nada y el tarado de mi hermano ya me había contado la parte más importante.
SPOILER.
Maldito idiota. Pero así lo amo.
Mi mamá sirvió la comida y mientras comíamos estuvimos platicando de lo aburrido que había sido mi día y de que mi hermano probablemente se quedaría a estudiar acá.
Para cuando terminamos de comer, ya eran las cinco de la tarde. Ayude a mi mamá a lavar los trastes y luego subí a mi habitación.
Pareciera como si Alonso hubiera instalado una cámara en mi cuarto porque apenas entré el celular comenzó a sonar.
Me lancé sobre la cama para alcanzar el teléfono que se encontraba sobre la mesita de noche y respondí.
― Si me tenías una sorpresa, no le hubieses dicho nada a mi hermano―solté una risita después de escuchar como bufó.
― Gracias por el dato, enana.
Podía verlo sonreír a pesar de que fuese una llamada.
― ¿Cómo te fue?
― No quiero aburrirte con mi historia, así que sólo diré que estuvo muy aburrido―hice una mueca de asco aun sabiendo que él no podía verme.
― ¿Tan mal?
― Sí, es el primer día, en realidad no hay mucho que hacer. ¿A ti qué tal?
― Estuvimos grabando un poco para el nuevo disco y luego nos dieron la tarde libre, por eso te hablé.
― Tienes mi atención Villalpando.
Soltó una risa antes de hablar.
― Paso por ti a las siete, lleva algo semi formal.
― ¿Esto es parte de la sorpresa?
― Me temo que sí.
Sonreí
― Bien, te veo más tarde.
Y colgué.
Obviamente me iba a bañar, así que saqué ropa interior limpia, una playera blanca holgada y mi toalla.
Me dirigí al baño y afortunadamente Javier no estaba ahí. Él prácticamente vive en el baño.
Abrí la llave del agua caliente y mientras llegaba a la temperatura deseada por mí, me desvestí.
Cuando terminé, me puse la ropa interior y encima la playera blanca. Enredé una toalla en mi cabello y caminé de vuelta mi habitación.
― Dijo semi formal.
Susurré para mí mientras abría el closet y examinaba las prendas de ropa que ahí había.
Opté por unos pantalones negros ajustados, una blusa blanca de manga corta y un blazer color crema. ¿Desde cuándo lo tenía?
Cuando terminé de vestirme me dirigí al tocador y me maquillé como toda una profesional.
Es broma. Sólo me puse algo de rímel, un poco de delineador negro en la parte de arriba de los ojos y un labial muy claro.
Nunca me habían gustado los polvos y todas esas cosas.
Saqué unos aretes que simulaban perlas y me los puse.
Busqué una bolsa de mano y metí lo necesario, celular, crema de manos, un botecito de perfume, bálsamo labial, antibacterial, toallitas húmedas, una toalla sanitaria (por sí acaso) y dinero.
Lo necesario, he dicho.
Até mi cabello en un moño alto y algo despeinado y dejé algunos cabellos sueltos, esa era mi idea de peinado semi formal.
Miré el reloj en mi celular y vi que tenía un mensaje de Alonso.
Alonso V.
Ya voy en camino. 6:28P.M
Un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo, incluso los vellitos de mis brazos se erizaron.
Me senté en la silla de mi intento de escritorio y me puse a jugar Cooking Dash.
+ + +
― ¡Sofía!, Alonso está aquí ―gritó mi mamá. Que costumbre la suya.
Me salí de la aplicación y me levanté de la silla. Agarré mi bolso y eché el celular en ésta, me miré al espejo por última vez, todo estaba en su lugar.
Cuando llegué a la sala Alonso de inmediato se levantó y sonrió de lado.
Se veía más guapo de lo normal.
Llevaba unos pantalones negros ligeramente holgados, una playera con un patrón en blanco y negro, encima llevaba una chaqueta negra y por último, unas botas café claro.
Sin querer se me escapó un suspiro, él lo notó porque lo vi sonreír divertido pero no dijo nada.
― ¿Nos vamos?―asentí.
― No lleguen tan tarde, Sofi tiene que ir a la escuela mañana―dijo mi mamá mientras nos despedía en la puerta.
Alonso abrió la puerta del auto y me hizo una seña para que entrara, luego la cerró y se subió.
― Olvidé que eres una chica ordinaria―dijo tratando de imitarme.
― Deja de hablar con esa voz chillona―me quejé―, no la tengo así ―pausé―. ¿O sí?
Sonrió.
― ¡Ay, no! Dime que mi voz no es así de chillona.
― No, no lo es―soltó un risita y luego puso el auto en marcha.
El camino a donde sea que nos estuviéramos dirigiendo ya se había hecho largo.
― ¿Cuánto falta?―lo miré haciendo un puchero.
― Ya casi llegamos.
Me dediqué a ver el paisaje pero caí en cuenta de que no había paisaje, sólo parecía haber sembradíos y...
¡Ya sé a dónde vamos!
Alonso giró a la izquierda para salir de la carretera y entrar a un camino de terracería, cinco minutos después estábamos en la casa de campo de los Villalpando.
Ajá.
Aquella que le había ayudado a pintar y acomodar.
La luz de la entrada estaba encendida y los barandales que había afuera estaban adornados con luces navideñas.
Una sombra pasó por la ventana.
― ¿Quién más está aquí?―dije mientras me quitaba el cinturón de seguridad.
Él se limitó a no decir nada y a poner el freno, se bajó y luego me ayudó a bajarme.
Sacó las llaves de la casa y abrió la puerta dejándome pasar primero, el aroma a manzana canela inundaba la casa.
― Ven―me tomó de la mano y me guió al comedor.
Había una mesa pequeña en lugar del enorme comedor que recordaba haber colocado junto con Alonso y había dos sillas, una en cada lado.
Dos platos reposaban sobre un par de manteles al igual que cubiertos y una especie de copas.
― Buenas noches―esa voz―, esta noche voy a ser su mesero. Gracias Alonso ―susurró eso último y reí―. En un momento les traigo algo de beber.
Sonreí divertida mientras veía a Jos entrar a la cocina.
― ¿Es en serio?―miré a mi acompañante y él solo asintió igual de divertido que yo.
― ¿Qué tal señorita?―me sobresalté cuando sentí la mano de Alan en mi hombro― ¿Qué le gustaría escuchar?
― Yo... ―lo miré confundida― no lo sé, sorpréndame.
Alan se retiró y de pronto Yellow de Coldplay se escuchó de fondo.
Jos salió de la cocina con un cartón de jugo, fruncí el ceño.
― Ya sé como te pones al beber alcohol así que decidí que no tomaríamos vino, además el jugo es perfecto para lo que comeremos―dijo Alonso.
― De acuerdo―sonreí y bebí un poco del jugo.
A los pocos minutos salió Freddy con dos platos, uno en cada mano. Miré a la mesa y vi que los nuestros ya no estaban.
¿Cómo rayos...?
― La especialidad del chef―dijo colocando ambos platos frente a nosotros―. Sólo para que lo sepan, el chef soy yo―nos guiñó un ojo y se fue.
― Era de esperarse―sonreí y miré a Alonso.
― Se ve delicioso, ¿no lo crees?―sonrió― Freddy hace unos tacos buenísimos. Pruébalos y lo verás.
Freddy salió de la cocina una vez más y colocó salsas, limones, cebolla, cilantro y sal frente a nosotros.
― Por un momento creí que cenaríamos algo con un nombre súper elegante y difícil de pronunciar.
― Se está haciendo un poco tarde―dije mirando mi teléfono―, tengo clases mañana.
― Un par de minutos más, ¿quieres?―asentí.
No le podía decir que no a esa hermosa cara.
Estuvimos platicando un rato y contando chistes malísimos. En serio, eran tan malos que te daban ganas de que la tierra te tragara y no te escupiera jamás.
Alonso se paró frente a mí y Something de The Beatles comenzó a sonar.
Me extendió su mano y la tomé, me impulsé para ponerme de pie y coloqué mis manos alrededor de cuello mientras el colocaba las suyas alrededor de mi cintura.
Recargué mi cabeza en su hombro y nos comenzamos a mover lento.
Nunca me había gustado bailar así, pero por alguna razón me sentía bien haciéndolo ahora, aquí, con él.
― Te digo algo.
― Ajá ―susurré.
― Desde que te conocí he cambiado mucho―pausó―. Lo que quiero decir es que desde que pasó lo de mi hermano, no me había atrevido a venir aquí y entonces apareces tú con tu indiferencia y para nada interesada en mí y mis ganas de luchar por alguien aparecen y...
― Yo también cambié.
― ¿En serio?
Asiento.
― Era la persona con el autoestima más pisoteada de la vida―solté una risilla o al menos eso intenté―. Todo el tiempo que estuve contigo ni siquiera lo recordé, me hacías que lo olvidara y eso es increíble, me haces sentir que valgo la pena el sacrificio.
Alonso se detuvo en seco.
― Una metanoia.
― ¿Qué?
― Ambos pasamos por una metanoia.
― ¿No querrás decir metamorfosis?―fruncí el ceño.
― No ―rió suave―. Una metamorfosis es algo más superficial, una metanoia es algo más, espiritual, por así decirlo, cambias de forma de pensar y tus sentimientos también cambian.
― Ya veo ―sonreí entendiendo―. Metanoia, me gusta.
― Y tú me gustas a mí.
Sonreí.
― En serio me gustas Sofi―tomó mis manos entre las suyas― y no quiero ser tu amigo.
― Pero tu...
― Tal vez sea difícil por los conciertos, las coders, y tú con los estudios, pero en serio, me gustas mucho, quiero que seamos más que amigos.
― ¿Cómo la canción?―sonreí, él frunció el ceño―. De Matisse... ¿no?
― No, ¿cómo va?
― No voy a cantarte, mejor escúchala. Tal vez, y sólo tal vez te la dedico―sonreí y saqué el teléfono de la bolsa trasera de mi pantalón, busqué la canción y la puse.
― Tal vez, y sólo tal vez, también te la dedico―dijo cuando terminó la canción.
Sonreí, últimamente sonreía mucho.
― ¿Entonces?―soltó.
― ¿Qué cosa?―fruncí el ceño.
― ¿Quieres ser mi novia?
― ¿Esa es tu idea de declaración?―lo miré divertida y él asintió― Eres malísimo, Alonso.
― Lo sé―se rió― ¿Qué dices?, ¿te gustaría estar por tiempo indefinido con este muñeco de aparador que tienes enfrente?
― Eres un tarado―lo abracé.
― Tomaré eso como un sí.
― Hazlo.
+ + +
¡ÚLTIMO CAPÍTULO!
Así es chicas, este fue el último capítulo, pero no se asusten, aún falta el epílogo.
¿Les gusto? espero que si.
Les dejé la canción de Matisse en la cajita esa de multimedia y espero que busquen más canciones de ellos, son muy buenas :)
Y bueno, espero que esté de maravilla, tal vez el epílogo lo suba como regalo de Navidad, ¿que dicen?
Espero que comenten mucho y le den mucho amor a la estrellita y compartan mucho.
Si aún no pasan por ¡Hey, Jos! ¿Qué esperan? :)
Las quiero muchísimo, un besote enormeeeeeeeeee.
Una cosita más, ¿Les gusta 1D?, ¿su crush es Niall? Porque pronto subiré una historia de él por aquí :)
Paaaaaaaaaaaaz,
Cit.
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