18.
El fin de semana había llegado más rápido de lo esperado y con éste una gran noticia.
¡Me iba de vacaciones con mi familia!
Así es, resulta que después del día que salí con Alonso, al llegar a casa me encontré con mis padres y con Javier sentados a la mesa. Por un momento creí que algo malo había ocurrido así que pregunté qué era lo que estaba mal y resulta que lo único malo era que no había hecho maletas aún.
El plan era el siguiente: iríamos a la playa, para ser más específicos a Cancún y estaríamos una semana entera allá visitando lugares arqueológicos y parques acuáticos y esas cosas que hay allá. Nos iríamos el domingo por la noche, es decir mañana, y yo me desconectaría del mundo real por un rato.
―Voy a extrañarte tanto ―me abrazó Marie mientras guardaba un par de playeras en la maleta.
―No es para tanto ―me moví para que me soltara―, sólo me iré una semana además está Jos. Últimamente se ven mucho.
―Pero si tú con Alonso estás igual ―me codeó y la miré con el ceño fruncido―. Ya me enteré de su salida.
¿Acaso ese chico no podía mantener su boca cerrada?
―Sí, bueno ―me encogí de hombros― nada importante.
―¡De qué carajos hablas! ―gritó― ¡Te llevó a su antigua casa de verano!
―¿Y qué? ―maldita ceja que no se levantaba.
Caminé hacia mi guarda ropa y agarré uno que otro jean y varios shorts y faldas. Sé que sólo era una semana pero seguramente me cambiaría varias veces al día.
Marie siguió balbuceando desde mi cama algo sobre el hermano de Alonso y lo importante que era esa casa para su familia. Mencionó también algo acerca de lo duro que debió haber sido para ellos aceptar una pérdida tan grande y tener que seguir viviendo con ese dolor.
Remotamente recordaba a Marie casi llorando porque uno de sus castores había perdido a su hermano en un accidente, entonces reaccioné.
El hermano de Alonso era el que había fallecido aquel día.
―Vale, ya ―coloqué mi mano en su boca cuando comenzó a hablar cerca de los hermosos ojos de Canela―. Mejor ayúdame a guardar mis cosas.
Gracias al cielo Marie ya se había ido, no es que no me agradara su compañía, es sólo que a veces hablaba mucho de CD9 y llegaba a ser un tanto fastidioso, yo tenía un límite y ella casi siempre lo sobrepasaba.
Mis papás habían salido a comprar bloqueadores y no-sé-qué-más, Javier estaba en su habitación haciendo video llamada con no-sé-quién y yo estaba tumbada en el sofá con un enorme bowl de palomitas entre mis manos mientras veía High School Musical 1.
Debo admitir que era una gran fan de esas películas. De pequeña solía decir que era como Sharpay pero al final siempre me gustaba más Gabriella, era muy linda y no es que Ashley Tisdale no lo fuera, si no que el papel de Vanessa Hudgens era el papel de una chica tierna e inocente y los chicos siempre las preferían así, cosa que había cambiado en la actualidad. Ahora sólo estaban interesados en una cosa y no era precisamente un tierna e inocente personalidad.
Mi celular comenzó a vibrar a mi lado, lo alcancé y en la pantalla leí Alonso V.
Dudé en contestar pero al final lo hice.
―Creí que me ayudarías con lo de la casa ―se escuchaba molesto.
―Hola a ti también ―dije con sarcasmo.
―Lo siento ―su voz se volvió suave―, es sólo que Jos acaba de decirme que te irás por una semana.
Puse los ojos en blanco al imaginar a Marie contándole a Jos acerca de mi viaje.
―Las vacaciones son largas amigo ―dije tranquila y busqué el control para bajar el volumen―. Cuando vulva te ayudaré.
―¿Estás viendo High School Musical?
El hermoso número musical de Ryan y Sharpay me había delatado.
―Tal vez ―rápido bajé el volumen.
―También yo ―una risita se escapó de su boca y sonreí ante tal gesto.
La puerta de un auto se escuchó afuera, seguro eran mis papás.
―Debo colgar ―dije en un tono suave―. Nos vemos, Alonso.
Colgué entes de que me pudiera decir algo.
Subí el volumen de la tele nuevamente y seguí comiendo palomitas.
Pasaron alrededor de cinco minutos y nadie apareció por la puerta.
El celular vibró y lo alcancé.
Alonso.
Buenas noches. 12:56 A.M
Ya duérmete. 12:56 A.M
En eso estoy. 12:57 A.M
Opté por no responder el último mensaje y continué viendo la película.
+ + +
El trayecto al aeropuerto había sido de lo más aburrido y estresante del mundo. A pesar de ser domingo, el tráfico estaba a la orden del día y el clima estaba más que loco, en algunos lados llovía y en otros simplemente estaba más seco que un desierto. Sólo esperaba que la playa no estuviese igual.
Todos bajamos del taxi y después cada quién llevó su maleta, hicimos todo el trámite que se debe hacer y entregamos las maletas. Antes de hacerlo me aseguré de llevar las cosas necesarias en mi bolso de mano.
―Pido el asiento de la ventana ―dije antes de que entráramos a la sala de abordar.
―Eso no es justo ―reprochó Javier.
―Estás avisado hermanito ―sonreí.
Habíamos estado esperando por más de una hora y estaba lo que le sigue de aburrida. Me paré del asiento en el que estaba y caminé a la ventana, sólo se veían las luces de los aviones y de la torre de control. Aún llovía un poco y se veía que estaba haciendo aire pues los que estaban afuera guiando a los aviones llevaban unas enormes chamarras con las cintillas que brillan para que se vean.
La voz misteriosa, llamó a las personas que irían a Cancún en el vuelo de las nueve así que tuve que correr hacia donde estaba antes, no me había alejado tanto pero si lo suficiente como para tener que correr.
Sentí el celular vibrar adentro de mi bolsa pero decidí no hacerle caso y seguí pelando con mi hermano.
―Sofía estaba hablando con un chico ayer ―me codeó mi hermano y yo me limité a fruncir el ceño. ¿Qué acaso no estaba él muy entrado en su video llamada?
―¿Ah sí? ―preguntó mi mamá cómplice.
―¿Y quién es el afortunado? ―preguntó papá mientras ponía ambas manos en su cintura.
¿Qué porque se ponían así?
Bueno, hacía ya tiempo que no salía con un chico en una especie de cita, y desde que salí con Alonso habían estado molestando con eso. Era algo nuevo para ellos y para mí.
―Si no me equivoco, era el mismo chico del otro día ―sonrió Javier―, el de la cita.
―No era una cita ―dije seria―, ni siquiera me cae bien.
Mentirosa, gritó mi vocecilla interior.
―¡Oh vamos! ―exclamó mi mamá―. Tienes que superar lo que pasó con Sebastián.
Si bueno, no lo creo.
Quiero decir, había comenzado a salir con este chico lindo que había conocido al entrar a la secundaria y a la semana ya me había dejado por otra. Díganme, ¿cómo se podía volver a tener confianza en una misma y en los hombres después de eso?
¿Qué había de malo conmigo?, ¿por qué me había dejado?
―Sin comentarios mamá ―comencé a caminar.
Le entregué mi boleto a la señorita que se encontraba a la entrada y me hizo una señal para que pasara. Caminé por el largo pasillo hasta la entrada del avión y estando allá una de las aeromozas me ayudó a ubicar mi asiento. Tomé el de la ventana y saqué mi celular de la bolsa para ver quien me había mandado el mensaje.
Como no había internet, me vi en la necesidad de usar mis datos.
Alonso.
¡Que tengas un buen viaje! 8:44 P.M
Estoy nerviosa, odio los aviones. 9:07 P.M
He escuchado que los aviones con destino a Cancún se caen. 9:08 P.M
Gracias, eso me ha ayudado mucho. 9:08 P.M
Es broma, te irá muy bien, duérmete y cuando llegues mándame un mensaje ¿sí? 9:10 P.M
Lo pensaré. 9:11 P.M
Una sonrisa se dibujó cuando volví a leer la conversación.
¿Podría ser que me gustara él?
No es que no me agrade la idea de que me guste, es sólo que... ¿y si no le gusto a él? Es decir, no soy muy linda, además él es famoso y puede tener a cualquier chica con él, una más linda que yo, que tenga sentido de la moda, un lindo cabello, lindos ojos. En fin, alguien mejor que yo.
Además eso no pasa, un famoso y una chica común y corriente como yo. No, eso jamás.
+ + +
Alonso.
Sólo dime que llegaste bien. 5:34 A.M
Estoy viva, descuida. 7:48 A.M
¿Qué haces despierta tan temprano? 7:49 A.M
Mis papás decidieron tomar un tour a Chichen Itzá, ¡nos vemos! 7:50 A.M
Guardé el celular en la bolsa y caminé a la salida para encontrarme en el lobby con mi familia. A los pocos minutos una camioneta blanca apareció en la entrada y nos subimos.
Saqué mis audífonos y coloqué el reproductor en aleatorio, la fuerza del destino de Mecano, comenzó a sonar, sí lo sé, una canción algo vieja pero era de mis favoritas.
Llevábamos por lo menos dos horas de viaje y lo único que tenía como paisaje era la selva.
+ + +
―Vamos Sofi ―dijo Javier jalándome del brazo―, tómame una foto simulando que cargo la pirámide.
Bufé y me acerqué para agarrar su celular.
Tal vez piensen que la estoy pasando horrible pero la verdad es que no, me estoy divirtiendo muchísimo y no es sarcasmo.
Tomé la foto y luego le pedí que me tomara una foto mientras hacía una mueca graciosa.
―Eres una tonta ―me abrazó y me apegó a él.
―Yo también te quiero ―sonreí y lo abracé de vuelta.
Mientras caminábamos por el camino que nos llevaba a la entrada había muchísimos vendedores en los costados. Me detuve con uno de los señores y un collar llamó mi atención, era una mini réplica de la pirámide, estaba dividida en tres y cada parte tenía una palabra formando Chichen Itza, Mérida, Yucatán.
Decidí comprarlo, era un lindo collar y probablemente nunca lo usaría pero podía usarlo de llavero o un adorno para mi habitación.
―¿Comprando recuerdos para tu novio? ―susurró Javier en mi oído.
―Que no es mi novio ―dije para después golpearlo en el hombro.
Como le encantaba molestar.
+ + +
¡Hola!
Aquí estoy yo actualizando♥
Y bueeeeeno, espero que les haya gustado el capítulo :)
Quiero decirles que mañana entro a la escuela y probablemente se me dificulte un poco actualizar así que espero que sean pacientes y pues así jajaja.
Por cieeeeeeeeeeeeero, ¿recuerdan esa historia de notas que les platiqué el capítulo anterior?
¡PUES YA ESTÁ!
Pueden ir a mi biblioteca y ahí esta como ¨Hey, Jos.¨
Espero ver sus comentarios y votos por ahí.
Cit.
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