Capítulo 4
Pasaron los días después de que Krest le otorgara a su hijo menor su permiso para poder vivir en la Tierra con aquella persona que sería capaz de dar todo por él.
Un amor sincero que nació entre dos mundos distintos que rompió todas las leyes y barreras.
Kardia estaba feliz por su hermano, sabía que sería un buen rey y líder para el lugar, junto a Camus tendrían una muy buena relación entre humanos y el mundo marino.
Es por ello que hoy unirían sus vidas en medio del mar, en el mismo barco donde se conocieron.
-Camus... ¿Estás listo?- Preguntó Krest nadando a la par con su hijo quien iba perfectamente arreglado en un bote para llegar a su boda con el príncipe Milo.
-Sí papá te lo agradezco, me encantó los detalles que me diste...- Sonrió Camus sosteniendo su ramo de rosas blancas.
-Me alegra que nunca renunciaras a tus sueños hermanito mío- Susurró Degel deseándole lo mejor Camus.
-Gracias por nunca dejarme Degel... Siempre tan atento conmigo- Sonrió mientras le extendía la mano a su hermano para entrelazar sus dedos.
-Es hora hijo, sube al barco- Contestó Krest, Camus sonrió y comenzó a subir al barco donde los invitados esperaban ansiosos la unión de dos diferentes mundos.
Frente a todos los invitados estaba Milo tratando de controlarse, se sentía muy nervioso esperando a Camus.
-¡Ya quédate quieto Milo!- Gritó Kardia al ver que solo caminaba de un lado para otro preocupado.
Perdón Kardia pero... ¿Si Camus se arrepiente y me deja aquí?- Preguntó nervioso.
-Ja, ja, ja ¿Tu crees que ese chico te dejaría plantado? Por los Dioses Milo si ambos son tal para cual. Todo saldrá bien- Kardia posó su mano en la espalda del menor.
Se pronto dirigió su mirada hasta donde estaba su gran amor. Se veía tan radiante que no dudó en correr hasta donde estaba su adoración y estrecharlo entre sus brazos besándolo con infinita locura.
-Camie te ves hermoso- Susurró Milo mientras estaban frente a frente.
-También luces muy bien Milo, veo que por fin te decidiste por ese traje negro que te sienta muy bien- Respondió Camus halagando a su pareja.
-Bueno mucho amor y todo pero ya los están esperando- Interumpió Kardia mientras los guiaba hasta su lugar frente a los demás.
La ceremonia comenzaba, Milo y Camus se perdían entre aquellos ojos destellantes, llenos de amor sincero.
Varias veces fueron llamados por Kardia para que pudieran prestar atención.
Después de que pasó la ceremonia, la parejita recién casada, trataban de tranquilizarse frente a los invitados, todos esperaban un beso.
-¿Les damos el gusto Milo?- Preguntó Camus un poco nervioso entrelazando sus dedos con Milo.
-Eso no tienes por qué pedirlo mi amor- Respondió con una sonrisa coqueta - Porqué de ahora en adelante te los daré siempre- Milo tomó con ambas manos el rostro de Camus y comenzó a besarlo de una manera muy tierna. Rodeó con sus brazos el cuello de su pareja sin romper ese momento tierno de dos seres que se aman con infinita locura.
Los aplausos no se hicieron esperar, ahora ambos reinos estarían unidos y tendrían de ahora en adelante nuevas alianzas.
Esa misma tarde se llevó a cabo la fiesta en la playa para que pudieran convivir todos sin problemas.
Kardia hacía lo posible con tal de llamar la atención del hermano de Camus pero siempre salía huyendo.
-Algún día caerás Degel, algún día- Sonrió ladino, porqué no dejaría que Degel se le fuera de las manos.
La noche comenzaba a llegar, las estrellas brillaban en el firmamento. Milo se llevó a Camus a escondidas de los invitados a su recámara, las ganas de tenerlo solo para él lo descontrolaban.
Cuando llegaron a la habitación, Milo cerró la puerta con seguro, después se fué llevando a Camus lentamente sin romper el momento apasionado que comenzaba a despertar entre dos amantes que se entregarían al placer.
Ambos reflejaban el más puro y sincero amor, lentamente lo acostó en la cama dejando abajo a su amado que sonreía tiernamente, Milo admiraba cada rasgo de él, era una faceta que comenzaba a conocer... Solamente para él.
Tomó delicadamente a Camus, acariciando cada parte de su cuerpo, quien solo se dejaba llevar, un suspiro y un gemido era lo que salían de los labios de Camus.
Besos tiernos y pausados demostrándose amor y deseo, encontrando cada quien en los labios de su amado un sabor que tanto anhelaban.
Milo bajó a la altura del cuello de Camus y comenzó a besarlo con intensidad, dejándose llevar por el placer y el deseo, comenzó a darle unas mordidas fuertes, marcando como suyo a su pareja, por su parte Camus estaba excitado, no sabía como reaccionar, apretó las sábanas de la cama con fuerza, su espalda se arqueaba con el tacto de Milo, quien recorría con sus manos todo su cuerpo.
El heleno comenzó a quitarle prenda por prenda al galo, quería que ese momento fuera mágico, dulce y tierno, la entrega de ambos amantes por primera vez juntos.
Milo terminó por desnudar a Camus, y él se quitó toda la ropa que traía en ese momento. Ambos desnudos, Milo besó el cuello de su amado y comenzó a dejar un camino de besos, llegó a la altura de la intimidad de su amado quien no dudó en darle una mirada pervertida por lo que se acercaba... Tomó con su mano el miembro de Camus que ya estaba muy excitado, su líquido pre seminal lo delataba, Milo por su parte comenzó a lamerlo... después lo introdujo completamente a su boca, el contrario. no dudo en soltar un fuerte gemido.
-¡Ah! Milo- gritaba Camus mientras enredaba sus dedos sobre la cabellera de Milo, quien a verlo sabia que su amado quería más.
Tomo dos de sus dedos y los llevó a la boca de Camus, para que con ellos comenzara a dilatarlo y fuera menor el dolor, cuando estuvieron suficientemente listos los retiró e introdujo un dedo en la entrada tan estrecha de su amado, quien al sentir ese movimiento no dudó en dar un grito de dolor y placer... El heleno comenzaba a darle atención a esos botoncitos rosados de su amado mientras otro dedo era introducido en la entrada del galo. Camus se arqueaba de dolor y a la vez de placer, si Milo seguía torturandolo de esa manera, el pronto se vendría.
-Milo... Ya...- no terminó de decir cuando sintió un ligero cosquilleo en su miembro, el heleno se dio cuenta de ello quien no dudó en tomar todo el néctar de su amado, sin dejar gota alguna.
-Mi vida sabes tan bien y ahora lo que sigue mi amor... Vamos- Dijo Milo mientras introducía dos dedos más, los movía de manera excitante, después los sacó de golpe dejando a Camus un poco vacío.
Camus trataba de incorporarse sobre la cama pero Milo tomó ambas manos del galo y las posicionó arriba de su nuca, con una sola mano sostuvo las manos de su amado mientras la otra seguía jugando con su entrada. Verlo de esa manera erótica es algo que Milo guardaría en sus pensamientos para siempre, de pronto el heleno tomó su miembro y comenzó a penetrar a su amado con sumo cuidado, si algo tenía es que hoy en su primera entrega fuera romántico e inolvidable.
Camus soltaba pequeñas lagrimas por el dolor que sentía en ese momento, pero después poco a poco ese dolor iba desapareciendo mientras sus paredes se acostumbraban al miembro de su amado.
Ambos se miraban con lujuria y deseo... Tomó el mentón de Camus y comenzó a besarlo de manera apasionada, Camus correspondía, daba ligeras mordidas y succionando el labio inferior de Milo, se separan dejando un ligero hilo de saliva que aún los unía.
-Eres lo mejor que me ha pasado en esta vida ¡Te amo!- Gritó Milo cerca del oído de su amado mientras daba suaves estocadas para que Camus se acostumbrará al movimiento sin dolor.
Milo comenzó a subir de intensidad sus embestidas, mientras el galo no podía evitar gemir... el cuarto se llenaba cada vez más de sonidos sensuales de pasión.
Camus gritaba, ya no se podía controlar, se dejaba llevar por las estocadas de Milo, se aferraba a la espalda de Milo mientras el contrario comenzaba a dar fuertes mordidas y dejando unas marcas que no muy pronto desaparecerían... Miraba los ojos de Camus, esos ojos hermosos, no quería que este momento terminara.
Sus cuerpos totalmente aperlados por el sudor del momento, Milo no paraba ese sensual movimiento de caderas, tomó el miembro de Camus que pedía atención y comenzó a masturbarlo, dando al galo infinitos placeres llegando al momento justo cuando soltó su esencia dentro de su amado.
Al instante el contrario al sentir el calor dentro de su su cuerpo, llegó a su preciado orgasmo viniendose entre el vientre de Milo y de él.
Milo salió lentamente de Camus mientras se fundían en un beso más tierno, se posicionó detrás de él y lo abrazó tomando su estrecha cintura.
-Milo ¿Sabes? Siempre soñé con un momento así- Expresó mientras cerraba sus ojos cansado después de su entrega al amor.
-Camus, quiero estar toda mi vida contigo amándote cada minuto de diferentes manera ambos estamos destinados a unirnos toda la vida-
Aquellos enamorados durmieron abrazados, no importaba si la fiesta seguía si los novios estaban desaparecidos, era el comienzo de una nueva historia juntos con un futuro próspero para ambos.
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Hola mis querid@s lector@s espero que esta adaptación de esta historia para el Milo Fest les guste también fué algo repentino y corto lo sé pero faltaba también esta adaptación. Hoy es el cumpleaños de nuestro bichito consentido y lo amamos mucho.
Sin más me despido y nos seguimos leyendo en mis demás historias 🥰🥰🥰🥰
Los quiero... un abrazo 🧡🧡
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