Capítulo 3

Milo había ordenado a sus súbditos que le llevaran diferentes prendas para el joven, también se llevó gran parte del día mostrándole todo el castillo.
Camus estaba fascinado con todo lo que Milo le mostraba de su reino.
Cuando llegó la noche pidió cenar junto al joven que lo cautivó.

El joven príncipe estaba contento de poder platicarle sus hazañas a ese chico, Camus por su parte disfrutaba de la cena y por medio de señas le daba a entender que le prestaba toda su atención.

De pronto uno de sus mayordomos entró interrumpiendo el momento.

-Disculpe mi atrevimiento su alteza pero su hermano mayor quiere verlo de inmediato- Respondió el hombre de cabellos castaños haciendo una leve reverencia.

-¡Oh voy enseguida! Por favor Sísifo ¿Podrías acompañar a mi visita a la habitación de huéspedes? Es noche y necesita descansar-

-Claro joven Milo-

-Bien... - Se levantó de su silla y se acercó a Camus, tomó su mano y beso el dorso de esta- Descansa primor... Mañana sin falta nos veremos en el desayuno-

El joven príncipe salió dejando solo al chico misterioso.



Kardia era su hermano mayor, había tomado el lugar de Rey desde que sus padres murieron, pero era de suma importancia hablar con Milo.

Cuando llegó hasta la sala donde lo esperaba su hermano, pudo notar que Kardia estaba preocupado por algo.

-Buenas noches hermano ¿Qué ocurre?- Cuestionó Milo dándole ligeras palmadas a su hermano.

-Milo... Tengo que hablar urgentemente contigo. Los Reyes del Reino del Norte, necesitan que urgentemente tomes la mano de su hija, a más tardar en menos de un mes debes casarte con Shaina- Respondió muy preocupado porque en el fondo no aceptaba esa relación por conveniencia.

-Pero Kardia... ¡Acabo de conocer al amor de mi vida y ahora me sales con esto!- Resopló molesto Milo.

-Sabes que como realeza es a lo que nos sacrificamos... Ellos necesitan de nosotros y no tenemos opción-

-Pero...-

-Lo siento mucho de verdad Milo pero te necesitan allá. No me gusta hacer esto pero no tengo opción-

Milo no dijo nada, salió molesto de esa habitación aventando la puerta para poder salir.

Maldecía su vida porque no podía decidir en sus acciones...

- Cómo quisiera una vida tranquila- Susurró mientras se dirigía a su habitación.



Pasaron los días, Milo se encargaba de enseñarle a Camus todas las maravillas de su reino. Pasaban el día juntos, Milo hablaba y hablaba sin parar, mientras que Camus solo reía sin poder hacer un solo sonido.

Había adquirido muchas habilidades también, así como poder tocar un arpa. La servidumbre del castillo creían que ese joven misterioso provenía de un reino muy lejano por la belleza que deslumbraba, así como la hermosa perla que siempre portaba en su cabello.

Todo estaba en orden, Camus estaba feliz de estar a lado de Milo, sin embargo todo se derrumbó ese día, puesto que Shaina vino acompañado de su padre para comprometerse con el príncipe.

Camus miraba todo lo que pasaba desde lejos, se llenó de tristeza al oír sus palabras pero a pesar de eso lo acompañó hasta el día  de la boda. En el fondo sabía que esa sería su ultimo día, pues tal y como le había advertido la bruja, desaparecería pasa siempre.

La boda se llevaba a cabo en el barco. Milo estaba frente a los demás muy aburrido esperando a su futura esposa.
Camus resignado lo veía desde lejos, estaba por lanzarse al mar cuando de pronto miró a su hermano Degel en el agua, con un cuchillo en las manos. Era un cuchillo mágico que le había dado la bruja Shoko a cambio de sus cabellos, para poder  volver a su vida normal  tenía que romper esa maldición, si lograba matar al príncipe podría volver a tener su voz y su cola de pez.

-¡Camus por favor, tienes la oportunidad de hacerlo y regresar al mar!- Gritó Degel mientras le acercaba el cuchillo.

Camus se agachó a tomarlo y miró a su hermano agradeciéndole, levantó su mirada hasta donde estaba el joven príncipe.

-No puedo hacerlo... El no es el culpable de mis deseos- Pensó mientras dejaba caer el cuchillo al mar.

-¡Camus que haces!- Grito desesperado Degel.

El hermano menor solo negó con su cabeza se lanzó al mar, con el  corazón destrozado.

Milo quien seguía aburrido frente a los invitados de la boda, pudo observar de lejos a ese joven que lo cautivó lanzándose al mar.
Sin perder más el tiempo corrió dejando a todos para tratar de alcanzarlo.

-¡Milo vuelve a tu lugar!... ¡No me puedes dejar así!- Gritó Shaina impaciente al ver como corría el príncipe para poder alcanzar a ese joven que se lanzó al agua.

El heleno no le tomó importancia ante los reclamos de la gente y de los padres de Shaina.
Kardia sonrió al ver que su hermano menor corría para poder alcanzar a la persona que lo había cambiando totalmente en su vida aunque ese chico misterioso no podía hablar.

Milo también se lanzó al agua para tratar de encontrarlo, pero no lo veía por ningún lado.

-¡Oye tú príncipe!- Gritaba Degel con todas sus fuerzas desesperado, nadando hasta donde estaba.

-¿Las sirenas existen?- Preguntó con asombro Milo tratando de mantenerse a flote en el agua.

-Deja de preguntas... Alcanza a mi hermano por favor, él te ama y sacrificó todo por tí- Contestó Degel preocupado señalando el lugar donde se encontraba su hermano menor.

Milo se quedó asombrado ante lo que ese chico le había revelado, rápidamente tomó aire y se sumergió en el mar tratando de alcanzar a ese joven, aunque no entendía mucho.

Descendió un poco más y pudo verlo con los ojos cerrados, nadó un poco más para alcanzarlo, lo tomó de la mano y comenzó a llevarlo a la superficie.

Cuando ambos pudieron sacar su cabeza del agua, Milo trataba de tomar aire, pero  Camus seguía con los ojos cerrados.

-¡Despierta por favor primor!- Gritaba Milo desesperado.

-Príncipe... Si en verdad ama a mi hermano, demuestrelo. La bruja no tardará en aparecer y vendrá a tomar venganza- Gritó Degel preocupado por su hermano.

Sin pensarlo más, Milo tomó el rostro de Camus y lo besó de una manera tierna. En verdad se había enamorado de ese joven que cautivó su corazón.

Camus cuando sintió esa calidez en sus labios, poco a poco abrió los ojos, no se esperaba que Milo tuviera la fortaleza de ir tras él y besarlo.
Lentamente rompieron el momento cuando se escuchaban los reclamos de Shaina a lo lejos.

El joven príncipe estuvo por decir algo cuando apareció la bruja del mar frente a ellos dispuesta a matar a ese par de enamorados.

-¡Príncipe Camus, te dí una oportunidad y necesitabas matar a ese humano!...- Alzó su varita frente a todos dispuesta a hechizar a todos.

Camus se colocó frente a Milo para defenderlo, estaba dispuesto a dar su vida.

-¡Todos morirán!- Gritó Shoko levantando grandes olas.

De pronto Krest apareció en esos momentos dispuesto para hacerle frente y defender a su hijos... Tomó su tridente y lanzó un fuerte rato que terminó destruyendo a Shoko para siempre.

Una luz salió de ella antes de desaparecer y se fué hasta donde estaba Camus, era su voz, ahora podía hablar nuevamente.

-¡Camus!- Llamó Krest con voz autoritaria.

El menor agachó la mirada y se acercó nadando hasta donde estaba su padre.

-Sí papá- Susurró con la mirada baja.

-¡Ocasionaste un gran problema!- Gritó, pero después tomó el rostro de su hijo para poder verlo a los ojos- Pero estoy orgulloso, porqué creíste en tí y sobre todo estabas dispuesto a dar tu vida para no matar al príncipe, sin duda heredaste el noble corazón de tu madre. Me alegra verte con bien hijo- Krest abrazó a su hijo con mucha ternura.

Milo observaba con gran detenimiento todo lo que pasaba, ahora entendía todo...
Ese chico misterioso que lo salvó se llama Camus y además formaba parte del mundo de las sirenas.




En el  barco Kardia estaba muy entretenido mirando todo lo que pasaba, aunque en el fondo deseaba que Shaina se callara porqué se la había pasado todo el rato gritando como loca desquiciada.

Rodó sus ojos al verla, pero no notó que pisó mal y resbaló cayendo al agua.
Degel estaba cerca y le ayudó a ese hombre de cabellos azules para poder mantenerse en el agua.

-¡Por todos los Dioses!... ¡Me ha salvado un ángel- Contestó Kardia con tono de coquetería mirando fijamente a su salvador.

Degel rodó los ojos y nadó lejos de Kardia.

-¡Espera... Quiero saber tu nombre- Gritaba Kardia tratando de nadar para poder alcanzarlo.




Camus se reía por lo que pasaba, nuevamente dirigió su mirada a su padre, pero notó que traía una valiosa gema para entregársela a su querido hijo.

-Camus, en el fondo de mi corazón algo me dice que tu quieres estar en este mundo... No vayas a perder esta reliquia, te permitirá estar en este mundo y en el nuestro, podrás venir a casa las veces que así lo desees- Krest le entregó la gema a su hijo- Guárdala muy bien-

Ambos se fundieron en un abrazo fraternal, porqué Camus estaba más que decidido por quedarse en el mundo de Milo.

Shaina resignada al ver que Milo estaba con alguien más pidió regresar a tierra firme.
Las alianzas entre ambos reinos terminarían rompiéndose, pero Kardia ahora había ganado alianza entre Camus y Milo...

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