Dejarlo crecer

Te veo cada día
creces más mi pequeño
no dejo de pensar
que menos me ocupas...

Sayuri paso de ser una simple niñera, al soporte de la casa.

Simplemente ver a su pequeño ángel contento, era mas que suficiente para tener a Grisha feliz.

Ya habia pasado un año desde la llegada de Sayuri y con ello, venia el cumpleaños número cuatro de Eren.

Grisha organizó una pequeña fiesta, solo la familia mas cercana y la niñera, pero eso no quitaba el hecho que no fuera menos que espectacular.

Enormes globos de colores adornaban el patio de la mansión Jaeger, un delicioso pastel de chocolate y una mesa llena de regalos.

El dia había sido estupendo, ahora Eren era un niño mayor, lo suficientemente grande para entrar a preescolar.

Algo nuevo para Eren, divertido para Sayuri y un temor para Grisha.

Eren siempre había estado bajo la vigilancia de alguien, pero en preescolar, podria salir lastimado, podria sufrir abusos, ser molestado, la cabeza de Grisha empezó a dolerle de tantos pensamientos negativos.

Pensaba en educar a Eren en casa, claro, él tenia dinero, como no lo había pensado antes, en casa Eren nunca seria lastimado, nadie dañaria a su pequeño angelito, contactaria a los mejores tutores y listo, ese era el plan ideal.

- papi-

La puerta de la habitación de Grisha, fue abierta por su hijo

- ¿que pasa hijo, no deberias estar dormido ya?-

- si papi, pero Sayuli me llevala templano mañana a complal las cosas de la ecuela, siento maliposas en mi pancita-

- hijo, de hecho, debemos hablar de eso-

- si papi, tu me llevalas el plimel dia ¿veldad?-

- no-

- ¿ no me acompañalas?- los ojitos de Eren comenzaban a aguadearse
- no es eso mi ángel, tu no irás a preescolar, tomarás clases en casa-

- pelo papi-

- esta decidido hijo, es por tu bien- Grisha estaba a punto de abrazar a su hijo pero este se alejo

- yo...papi... yo quielo il- lloraba Eren

- no, es mi ultima..-

- no es justio, ¡papi es malo!- gritó Eren y salió corriendo a su recámara

Grisha se sintió mal, su hijo nunca le había levantado la voz y menos decirle malo, caminó a la habitación de su hijo y al abrir las puertas, escuchó el llanto de su hijo bajo las sabanas.

- no quielo hablal, po fa vo, dejame solo papi-

Por primera vez en su vida, Grisha sintió que su hijo repudiaba su presencia, no sabía como reaccionar y prefirió darle la privacidad a su hijo.

Por primera vez en esa casa, Grisha no le había dado un beso de buenas noches a su hijo y Eren lloró hasta dormir.

La mañana llegó y una animada Sayuri llegaba a trabajar, ese día llevaría a Eren a comprar las cosas para el preescolar, pero al entrar, notó que Grisha no estaba tomando el café, al no ver a su jefe, subió a la habitación de Eren y se sorprendió a verlo sentado con sus ojos inchados

- Eren ¿que haces despierto, que te pasa, parece que estuviste llorando?-

Eren comenzó a llorar de nuevo y Sayuri se sentó en la cama junto a él

- Sayuli... anoche...snif... glite a papi-

Sayuri abrazó a Eren y escuchó el relato del niño, le dio tanta ternura que pensara que hizo algo malo, pero le prometio arreglar las cosas.

- señor Jaeger- llamó Sayuri a la puerta de Grisha

Al abrir la puerta, Sayuri notó la mirada decaída de Grisha, al parecer, Eren no fue el único que no durmio bien

- señor, Eren se siente triste por gritarle y quiere disculparse-

- es lo que mas amo Sayuri, no se como pude hacerlo llorar-

- señor, lo que debe hacer es comprender, Eren es un niño fuerte, inteligente y educado, no podrá protegerlo de que nunca sufra, pero si puede estar siempre para él, darle un abrazo si se siente triste y hacerlo sentir mejor-

Grisha asintió y fue al cuarto de su hijo, al ver a su padre, Eren corrió a sus brazos llorando

-lo shiento papi... snif... no eles malo... snif-

- perdóname a mi, prometo que sere mejor papá-  dijo Grisha limpiando las lagrimas de su hijo -ahora ve y bañate, tienes muchas cosas que ir a comprar con Sayuri-

Al oir esas palabras, Eren sonrió y abrazo a su padre

- te amo papi- dijo para después salir corriendo al baño

Grisha lo vio cerrar la puerta, no podía evitarlo, su hijo crecía y era inevitable, solo esperaba disfrutar siempre de su pequeño angelito, ese pedasito de cielo, que Carla le dejo para seguir adelante....

Espero les guste

Los kiere y ama inukagban

Rakel 😘😘😘😘

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