16: Celos
Los Agreste eran una familia celosa en todo sentido, casi se podría decir que lo llevaban en la sangre.
Archange siempre había sido un padre meticuloso y lleno de cuidados hacia sus dos hijos a pesar de no ser alguien cariñoso.
Gabriel había heredado de su padre esa atención al detalle, y agregándole su arraigado instinto de protección, se convertía en un hombre sumamente protector con los suyos (y tal vez algo paranoico).
Raphaël no poseía el instinto protector de Gabriel, pero si era alguien sumamente dedicado en todo lo que hacía y se empeñaba siempre en que todo estuviese perfecto.
Pero los Agreste no solo eran celosos en el sentido de ser dedicados al detalle, cuidadosos y meticuloso en sus acciones. También eran terriblemente celosos de otras formas.
Archange nunca se había considerado demasiado dominante o envidioso con sus hijos, pero cuando Raphaël y Gabriel aparecieron idiotizados y enamorados de dos jóvenes mujeres, a él no le hizo ni una pizca de gracia la aparición de ellas.
¡Por favor! ¡¿Qué ese par de ingratos desconsiderados que tenía por hijos no iba a valorar todos esos años en los que ÉL se había dedicado a criarlos?! ¡Él era su padre! ¡Había llegado primero que esas dos brujas y ni la mitad de atención le daban!
A Raphaël siempre le había parecido ridícula la actitud sobreprotectora de Gabriel, pero cuando conoció a ese hermoso y frágil ángel bajado del cielo con el nombre de Felícita, cambió bastante su postura desentendida y desinteresada ante el mundo.
Incluso antes de que fuesen una pareja "oficial", empezó a defender a Felícita a capa y espada ante todo lo que pudiese siquiera incomodarla, empeñándose en dejarle muy claro a todo el mundo que esa hermosa dama, SU dama, no tendría a otro hombre que no fuese él.
Y ni hablar si algún idiota se acercaba demasiado a ella... Ni siquiera su propio hermano se había salvado de recibir al menos una mirada mortal de advertencia mientras abrazaba territorialmente a una sonrojada Felícita.
Gabriel de por sí siempre había sido algo obsesivo con el cuidado y protección de sus cosas, pero jamás había llegado a ser alguien temeroso o inseguro de sí mismo en ningún aspecto. O al menos hasta que llegó a su vida ese torbellino de emociones, belleza y carisma con un toque de locura llamado Emilie.
Ella era maravillosamente encantadora y sentimental, le confundía que una persona así quisiera estar junto a alguien como él. Y cuando se volvieron más cercanos y comenzaron a aparecer diferentes "amigos" de Emilie con intenciones de ser algo más para la rubia, todas las alarmas paranoicas de Gabriel se activaron sin una pisca de consideración, haciéndole sentir "amenazada" su relación con ella a la menor aparición de cualquier externo.
Si bien con el tiempo Gabriel aprendió a controlar mejor su vena paranoica y posesiva, todo su instinto sobreprotector se multiplicó infinitamente cuando supo del pequeño fruto de su amor que se estaba gestando dentro de su amadísima esposa.
En definitiva los Agreste eran una familia celosa, casi se podría decir que lo llevaban en la sangre. Y no había ninguna excepción a la regla.
Felix desde pequeño se había mostrado sumamente acaparador de la atención y reconocimiento de sus padres, llegando al grado de hacer casi cualquier cosa con tal de mantenerse como el centro de estos a pesar de nunca haber sido alguien competitivo o que siquiera disfrutase llamar la atención en general.
Y cuando conoció a Ladybug, solo diría que hubo más de una víctima de "mala suerte" por haber intentado quitar a Chat Noir su puesto como centro de atención de la heroína.
Incluso el adorable y encantador Adrien, siendo el Agreste menos... Agreste, había heredado una vena de celos. Llegando de niño a empujar "accidentalmente" a su amado primo cuando su madre le prestaba más atención que a él, o inclusive a "perder" "sin querer" el teléfono de su padre cuando este estaba en medio de la organización de una importante pasarela de modas y no dejaba de hacer llamadas.
Los Agreste eran una familia celosa, no había ninguna excepción a la regla. Y con el pasar de los años y generaciones, esta idea se confirmaba con fuerza.
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Aquí les dejo un pequeño relato para que conozcan un poco más a mi versión de la familia Agreste. Espero que les guste gente bonita.
Esta pequeña historia va dedicada con mucho cariño a mi querida Vainilla ¡Espero que te guste este pequeño escrito!
¡Nos vemos en la próxima publicación de hoy! ¡Deséenme ánimos que casi termino todo el mes PV para publicarlo completo hoy!
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