11: Claude/Kid Mime
Ambos héroes se encontraban sentados con sus transformaciones en casa del Guardián de los Prodigios, era la primera vez que los dos portadores iban juntos a verlo y se les hacía algo extraño el ambiente.
— Entonces... — dijo Fu — Están aquí porque Chat Noir dejará París durante dos semanas por un ¿Viaje familiar? — habló tranquilo bebiendo su té y dirigiendo una serena mirada a ambos jóvenes frente a él.
— Algo así, hablé con mi... familia, pero no conseguí convencerlo- convencerlos de quedarme sin comprometer mi identidad. — habló el héroe algo incómodo y nervioso.
— Nos preocupa que HawkMoth ataque durante la ausencia de Chat, no estoy segura de poder manejar yo sola los Akumas por tanto tiempo. — explicó Ladybug preocupada. — Por eso vinimos a pedir su consejo, Maestro. — terminó de decir ansiosa.
El anciano se tomó un momento para observar pensativo su té, bajo la inquieta mirada de ambos jóvenes portadores.
— Creo tener la solución a este problema. — finalmente habló tranquilo el mayor. — Necesitamos un remplazo temporal para Chat Noir. — expuso pensativo.
Ambos héroes le miraron sorprendidos antes de intercambiar miradas de asombro ¿Un remplazo? Es decir ¿Otro héroe?
— Con todo respeto Maestro — comenzó diciendo la heroína. — No me sentiría cómoda comenzando a trabajar con un desconocido solo porque Chat se irá unas semanas. Somos un equipo desde hace tiempo y me parece algo extremista quitar a Chat Noir solo porque se va de viaje. — dijo decidida.
Las mejillas del felino se colorearon de rojo ante tales palabras al tiempo en que una sonrisa se asomó en el rostro del mayor.
— Aprecio tu preocupación por tu compañero Ladybug, pero no me malinterpretes: Chat Noir no dejará de ser un héroe, solo reclutaremos a alguien más para ayudarte mientras él esté fuera y después todo volverá a la normalidad. — aclaró divertido el Guardián.
— Un momento. — Llamó el joven la atención de ambos presentes — Usted dijo que los Prodigios son reliquias bastante complejas y que no cualquiera puede portarlas. Nosotros somos los únicos portadores compatibles con los Prodigios en todo París ¿Quién se supone que va a remplazarme si no hay nadie más que pueda portar un Prodigio sin ser consumido por el poder de la joya? — señaló pensativo el felino.
— Buena observación Chat Noir, veo que has prestado atención a la información sobre los Prodigios que les pasé. — contestó sonriendo orgulloso el anciano. — Como dijiste, no cualquiera puede portar un Prodigio y no hay portadores disponibles para entregarles alguna de las joyas restantes, pero el remplazo que requerimos no tiene por qué llevar un Prodigio necesariamente. — terminó de explicar misterioso poniéndose de pie.
Ambos jóvenes intercambiaron miradas de incomprensión y volvieron a ver expectantes al Maestro, pidiendo en silencio una explicación más detallada.
El hombre sonrió ante esto y se dirigió hacía una caja que permanecía en una de las repisas de la habitación.
— No podemos activar un Prodigio sin tener un portador para este, pero no deben olvidar que las reliquias que poseemos no son las únicas fuentes de poder en nuestro mundo. — Aclaró acercándose con la caja en mano y abriéndola para que ambos jóvenes pudiesen ver su contenido.
Dentro de la caja se podían distinguir varios compartimentos con pequeños y variados objetos que iban desde simples figuras a sofisticados accesorios.
— Estos son algunos de los llamados "Trofeos", fuentes de poder obtenidas por portadores de Prodigios tras derrotar a algunos de sus principales enemigos. — Explicó el Guardián — Cada uno de estos botines puede otorgar un poder especial que, si bien no llega a compararse con el de los Prodigios, presenta un gran potencial en las manos adecuadas. — terminó de expresar.
Ambos jóvenes miraron sorprendidos los distintos objetos que el Maestro Fu les presentaba, era increíble saber que había otras clases de poderes diferentes al de los Prodigios que ellos tenían.
— ¿Entonces solo debemos escoger uno de estos "Trofeos" y dárselos a alguien de confianza para que nos ayude? — preguntó finalmente Ladybug después de meditar un rato la información obtenida. — ¿Cómo sabremos a quién debemos dárselo? ¿También tienen requisitos para portadores como nuestros Prodigios? — cuestionó pensativa.
— Dependerá mucho del Trofeo que escojan, pero la mayoría de estos no tienen efectos secundarios en humanos como los Prodigios con los "Portadores no compatibles". — contestó el anciano. — Pero no por esto es una decisión que deba tomarse al azar, no solo deben asegurarse de que el Trofeo no caiga en las manos equivocadas sino también que su elegido pueda explotar todo el potencial de su poder. — se apresuró a aclarar.
— ¿No sería mejor que escogiera usted, Maestro? Es decir, sería comprometer nuestras identidades proponer y discutir entre nosotros candidatos que conozcamos sin nuestras máscaras. — propuso Chat Noir preocupado.
— Tienes un buen punto Chat Noir, pero esta es una misión que prefiero encomendarles a ustedes. — contestó el anciano. — Ya es hora de que ambos vayan aprendiendo a analizar y reclutar sus propios aliados y dejar de depender tanto de mí. — expuso solemne pero sin perder una paternal sonrisa.
Ambos portadores intercambiaron miradas algo nerviosas, no del todo seguros de estar preparados para tal misión.
— Creo que lo mejor sería que escogieses tú, mi Lady. Tú sabrás mejor que yo con quién te sería más fácil hacer equipo en mi ausencia. — argumentó el felino, sabiendo bien que las relaciones personales y confiar en las personas no era lo suyo concluyó que lo mejor sería encomendarle ese trabajo a su compañera.
Ladybug miró algo indecisa a su contraparte, si bien tenía un buen argumento, no se sentía del todo confiada en que podría tomar la mejor decisión.
El Guardián al ver la indecisión de la heroína sonrió comprensivo.
— Descuida Ladybug. — intentó tranquilizarla el hombre. — Intenta escoger primero alguno de estos Trofeos y luego piensa en quien crees que sería el portador adecuado. — aconsejó el mayor.
La joven le miró algo insegura ¿Era una buena idea dejar una decisión tan importante al azar?
— No te angusties tanto, recuerda que tu principal poder es la buena suerte. — dijo Fu como si hubiese leído sus pensamientos.
Ladybug sonrió un poco más confiada y sin mirar muy bien a qué Trofeo dirigía su mano, tomó lo que parecía ser una especie de botón liso de alguna especie de piedra tallada.
Chat Noir miraba curioso la escena sin molestar a su Lady en lo que decidía, pero el objeto que ella había tomado se le hacía de lo más extraño.
— ¿Que se supone que es? — preguntó el felino. — ¿Que poderes otorga ese... ese... botón? — terminó de cuestionar inseguro de la naturaleza de ese objeto.
El Guardián tomó entre sus manos el Trofeo para analizarlo de cerca, asombrándose ligeramente al reconocerlo.
— Si no me equivoco esta es la piedra de Colosus. — Dijo sonriendo. —. Excelente elección Ladybug. — felicitó a la heroína.
— Gracias Maestro. — agradeció algo sonrosada la joven. — Pero ¿Qué es lo que hace esa piedra? — preguntó curiosa y algo avergonzada de escogerla sin saber siquiera que objeto era.
Ambos jóvenes miraron al Guardian a la espera de una explicación.
El anciano se tomó un momento para meditar antes de hablar.
— Podría resumirse en que este Trofeo da las habilidades del villano al que se enfrentaron hace ya algún tiempo: el Mimo. — explicó sorprendiendo a ambos héroes, pero se apresuró a seguir hablando antes de que estos le interrumpiesen. — Colosus fue un poderoso y temido enemigo que fue derrotado hace mucho tiempo por antiguos portadores de los Prodigios del Zorro y la Mariposa, de allí que HawkMoth haya podido diseñar un akuma inspirándose en las habilidades de este Trofeo. — terminó de relatar aclarando las dudas de los portadores frente a él.
— ¿Entonces necesitamos reclutar a alguien que sepa actuar como un mimo? — preguntó Chat Noir después de digerir la información dada.
— No necesariamente. — contestó Fu. — Si bien sería un buen detalle a considerar, lo que se debe buscar es alguien que ante todo sea de confianza y buen corazón, una persona leal y con nobles intenciones. De nada serviría aliarse con un experto que de inmediato traicione los principios que ustedes protegen y siga solo sus impulsos egoístas. — aclaró el Maestro. — Para este Trofeo en particular lo mejor sería buscar a alguien con gran imaginación y espontaneidad, que se atreva a aventurarse a experimentar lo desconocido pero sin dejar de lado sus principios e ideales. — terminó de analizar pensativo.
Ladybug miró pensativa el Trofeo aún en manos del Maestro Fu, hasta que una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
— Conozco a la persona perfecta para el trabajo. — dijo sonriente tomando la piedra entre sus manos, captando de inmediato la atención de ambos varones.
Chat Noir miro algo confundido a su compañera pero intentando confiar ciegamente en ella como siempre debía, mientras que Fu sonrió al ver la mirada decidida en la joven.
Al día siguiente Felix Agreste partió temprano de viaje con su padre, más que unas vacaciones era un viaje de negocios en el que Raphael Agreste insistió en llevar a su hijo para que "ganase experiencia para cuando tuviese que dirigir el negocio familiar".
Esa misma tarde Ladybug casi queda sorda y sin aire ante el grito emocionado y efusivo abrazo de Claude cuando la heroína le propuso ser un "héroe temporal" a su lado.
Sería una interesante experiencia para Ladybug tener que hacer equipo con el que se hizo llamar Kid Mime.
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Taran!! Espero que hayan disfrutado de este escrito y no haberlos aburrido.
Dedico este capítulo a una persona muy especial e importante para mi: PaolaRangel439 Si algún día lees esto, Pao, quiero que sepas QUE TE EXTRAÑO!!!!
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