El nombre de Allegra significaba "alegría", y a ella siempre le había gustado ese detalle tan especial.

Siempre se había considerado a sí misma una persona bastante alegre a pesar de su actitud serena ante las cosas, era algo curioso aunque no contradictorio y eso era lo que más le gustaba de su propia personalidad.

Le gustaba compararse con la música clásica, que podía llegar a ser muy alegre pero no perdía ese toque "sofisticado" que le daban los instrumentos nobles y las mentes brillantes de sus antiguos compositores.

Porque para ella, la música estaba en todas partes se presentaba en infinitas formas, cada persona era como una melodía irrepetible interpretada por un instrumento único que hacía a cada individuo especial y diferente.

Por ejemplo, Claude era como una guitarra acústica, casual e ideal para improvisar espontáneamente, ya fuese por su propia cuenta o acompañando a alguien más, siempre dispuesto a ir a todas partes con sus compañeros y en toda clase de situación.

Allegra por su parte, se consideraba a sí misma como una flauta. No solo porque este era su instrumento favorito, sino porque si bien podía parecer simple a primera vista, se requería cierto esfuerzo e incluso entrenamiento para poder operarla.

Así como Allegra tuvo que realizar distintos ejercicios para mejorar sus pulmones para tocar el instrumento de viento, las personas que quisiesen tratar con ella necesitaban hacer cierto esfuerzo para entender su algo peculiar forma de ser.

Así como en momentos podía parecer una sofisticada dama de clase alta, casi una diva, como una flauta traversa en medio de una respetada orquesta, también había situaciones en las que solo era una joven normal que gustaba pasar el rato con sus amigos como una sencilla flauta dulce siendo el primer instrumento en manos de un niño.

Siempre con ese toque dulce en su melodía, con ese suave sonido en cada acorde, esa maternal caricia de viento en cada nota interpretada, Allegra era como esa flauta.

Pero así como una flauta requería del soplo de algún músico para emitir su característico sonido, Allegra necesitaba sentirse acompañada de sus amigos para experimentar la satisfacción de producir la agradable melodía de la felicidad.

Por eso disfrutaba tanto de escuchar cada idea curiosa de Claude y sus graciosas actuaciones. Por eso le encantaba acompañar a Bridgette en cada loco plan para acercarse a Felix y escuchar cada extraño delirio de su amiga respecto a su inentendible amor platónico.

Porque así sentía que cumplía su función instrumental de ser la suave canción que acompañase y entendiese a sus amigos cercanos, y cuando se le presentó la oportunidad de ser parte de la sinfonía que velase por todo París no dudo en prestar su mejor melodía para la gran obra maestra de ser una heroína.

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No pregunten porque ni siquiera yo sé como se me ocurrió esto...

Historia dedicada con mucho amor y cariño a nuestra querida Naho106!!!

Espero que te guste Naho bonita!!