01: Primer encuentro

Habían transcurrido varios meses desde que Felix y Bridgette se conocieron. Ella jamás olvidaría ese momento bajo la lluvia cuando recibió su preciado paraguas rojo, aunque él olvidó todo rápidamente y ni siquiera pareció reconocerla días después cuando terminaron en la misma clase.

Un primer encuentro que solo Bridgette atesoraría en su memoria.

También habían pasado algunos meses desde que Chat Noir y Ladybug surgieron como los héroes de París. Él nunca podría olvidar el día en que conoció a la persona más misteriosamente fascinante y su vida cambió para siempre, y aunque ella también recordase sus inicios no los veía de la misma forma que él.

Un primer encuentro con un valor que solo Chat Noir le otorgaría.

Hace pocas semanas Brigette y Chat Noir se habían cruzado por pura casualidad, no fue nada memorable para ninguno de ellos y el suceso pasó sin pena ni gloria.

Un primer encuentro que ninguno de ellos supo apreciar.

Y esa misma mañana Ladybug y Felix se había encontrado frente a frente por primera vez.

Un primer encuentro un tanto extraño que ninguno de ellos podía quitarse de la cabeza...

Había ocurrido justo después de que Ladybug "salvase el día" de algo que ni recordaban, el punto era que ella al finalizar había ido por el mismo camino despoblado por el que Felix iba acercándose a ver lo ocurrido con el olvidado asunto.

En cuanto se vieron el uno al otro, el resto del mundo pareció dejar de existir, como si solo fuesen ellos dos los únicos en el universo.

Incluso por un momento les pareció ver unos extraños brillos y oír una empalagosa canción de fondo.

Al despertar de ese extraño ambiente, ambos se miraron emocionados de encontrarse.

— ¡Mi lad-! — se contuvo de gritar Felix al verla, tapándose la boca con su mano.

En ese momento era Felix Agreste y no Chat Noir, sería extraño que un serio joven retraído y maduro como él gritase así frente a la heroína de París que se suponía que no conocía.

— ¡Ah! ¡Feli-! — se calló a tiempo Ladybug, conteniendo por poco el chillido emocionado que siempre emitía al ver a su amor platónico.

Se suponía que Ladybug, la heroína de París, no actuaba de esa forma. Era propio de Bridgette el alegrarse así al ver a Felix, pero ahora no era esa estudiante azabache y quizás podría incomodarlo con lo extraño de la situación o peor, él podría reconocerla.

Y allí se quedaron ambos un rato, conteniendo la emoción frente a su amor platónico para no ser reconocidos, sin saber quién era en realidad la persona que tenían en frente.

Permanecieron así por un momento que a ambos les pareció eterno, hasta que decidieron romper el extraño silencio.

— Este... — dijeron al mismo tiempo, sonrosándose en el acto al notar lo que habían hecho — Lo siento, te interrumpí... Habla tú primero. — volvieron a coincidir sus voces, aumentando sus sonrojos.

— Yo... Hola Ladyug. — saludó avergonzado Felix, recriminándose de inmediato a sí mismo por sonar así ¡De seguro estaba haciendo el ridículo frente a su Lady! Y lo que menos necesitaba era que ella tuviese una mala impresión de sus dos identidades ¡Ya era suficiente ser rechazado como Chat Noir como para que Felix viniese a arruinar aún más las cosas!

— Ho-Hola a ti también Felix... — respondió sonrosada la heroína, demasiado feliz de estar hablando con su amor platónico como para darse cuenta del pequeño detalle que dejó escapar.

— ¿Sabes mi nombre? — preguntó Felix sorprendido de que ella ya supiese quien era él ¿Se conocerían de algún otro sitio? Solo rogaba no haberle dado antes una mala impresión también en sus identidades civiles sin saberlo.

Ladybug se tensó de inmediato al caer en cuenta de su error ¡¿Cómo akumas iba a arreglar algo como eso?!

— Yo... si — contestó nerviosa — Te he visto en un par de ocasiones, en tu escuela surgen muchos akumas y pienso que eres genial. — terminó de explicar lo más calmada posible.

Una parte de Felix se decepcionó un poco al descartar que se conociesen sin las máscaras, pero su cerebro dejó de funcionar en cuanto oyó las últimas palabras de la chica.

¡Su Lady pensaba que él era genial! ¡Era el mejor día de toda su felina vida!

— ¿Qué-é? — preguntó incrédulo con un hilo de voz a causa de la sorpresa, haciendo que la heroína cayese en cuenta de lo que había dicho.

Felix tuvo que hacer un enorme esfuerzo para contener el grito de felicidad y la sonrisa gatuna que buscaban asomarse de sus labios. Pero nada pudo hacer contra el rojo de sus mejillas.

— Creo que eres asombrosa e increíble, Bichito. — expresó idiotizado sin pensar ni medir sus palabras.

El rostro de Ladybug de inmediato se coloreó de un rojo más intenso que el de su traje. Ya estaba sonrojada al darse cuenta de que había hablado de más, pero el oír las palabras de Felix terminó de desconectar su cabeza del resto de su cuerpo.

— ¿Qué-é dijiste? — preguntó ella con las mejillas encendidas, Felix no era de dar cumplidos y tal vez solo era una de sus tantas fantasías jugándole una broma con la realidad.

El Agreste enrojeció al captar el peso y consecuencias de sus propias palabras, no solo estaba actuando como todo un idiota ¡Estaba poniendo en riesgo su identidad secreta!

— Di-Dije que creo que eres asombrosa e increíble, que-e te admiro. — respondió intentando inútilmente cubrir su aún más creciente sonrojo, incapaz de ver a los ojos a su Lady por culpa de la vergüenza ¡Él no era de admitir abiertamente esa clase de cosas como Felix!

El chico solo podía rogar internamente que su compañera dejase pasar el detalle del apodo y se creyese que había escuchado mal.

¡Si su Lady descubría su identidad quien sabe que haría! ¡Además de seguro ella lo mataría por ser tan descuidado y revelarse de una manera tan absurda!

Por favor que ella no se diese cuenta, suplicaba en su mente.

Por su parte, Ladybug sonrió radiante y emocionada, llena de ilusión y felicidad ante las palabras del chico de sus sueños

¡Felix creía que ella era asombrosa e increíble! ¡Y también la admiraba! ¡Era el mejor día de su vida!

Emocionada tuvo en pequeño impulso de ir hacia adelante para correr a abrazarlo, pero se contuvo a tiempo al ver lo tenso que estaba el varón.

Quizás Felix no era alguien de abrazos y aunque la admirase podría ser muy incómodo para él ese contacto físico, pensó deduciendo la heroína moteada.

El Agreste por su parte estuvo a punto de sufrir un paro cardiaco. ¡Su Lady le había descubierto e iba a colgarlo de la Torre Eiffel por ser un idiota descuidado! O al menos ese lo que él pensó al sentir como ella quiso acercársele de forma rápida y brusca.

Pero su helado y torpe corazón dejó de latir al percibir como la heroína se detenía antes de llegar a él ¿Qué era lo que estaba ocurriendo?

No entendía nada ¿Ella no estaba enojada (o mejor dicho furiosa) con él al descubrirlo? ¿Lo había descubierto siquiera? ¿Por qué su Lady se veía tan hermosa con ese lindo color rojo en las mejillas?

Y dejándose llevar por esta última pregunta, olvidó el tema de su identidad en peligro para perderse en sus pensamientos sobre la heroína.

Ladybug también dejó de recordar bien lo que ocurría a su alrededor, demasiado entusiasmada con las palabras de su amor platónico y que él pareciese incluso disfrutar de su compañía, por lo que se dedicó a aprovechar la ocasión para perderse en esos ojos grises que tan loca la volvían.

Volvieron a permanecer quietos y en silencio otro rato que les pareció eterno, sumergidos en una extraño y empalagoso ambiente de brillos y melosa música de fondo. Perdiéndose el uno en el otro y olvidándose del resto del mundo.

O al menos eso hicieron hasta que fueron interrumpidos por dos sonidos que acabaron por destruir la atmosfera entre ellos: el pitido de los aretes de Ladybug y el tono recordatorio del celular de Felix.

Ambos se decepcionaron ante la idea de separase, pero entendían que ese perfecto momento no podría durar para siempre.

¿En qué momento había utilizado su LuckyCharm para que el tiempo de su transformación estuviese a punto de acabar? Se preguntó Ladybug.

¿Tan rápido era hora de sus clases extracurriculares? Pensó Felix, él habría jurado que ese día solo tendría práctica de piano en la tarde.

Ambos suspiraron resignados antes de dirigirse una última mirada de idiotas enamorados.

— Yo... me tengo que ir. — dijeron al mismo tiempo, sonrojándose y sonriendo ligeramente al notar que volvían a coincidir en el hablar.

— Me iré por aquí, fue un gusto verte Ladybug. — se despidió el Agreste señalando el camino al que se dirigía inicialmente.

— Ha sido todo un placer estar contigo Felix, supongo que me iré por aquí. — saludó la heroína apuntando hacia los tejados en dirección contraria.

Se dedicaron un último vistazo antes de comenzar a caminar en sus respectivas direcciones, con sus rostros encendidos y corazones acelerados.

Había sido un... interesante primer encuentro.

~•~~•~  

Bonus:

Esa noche, ambos Kwamis miraban algo incomodos a sus portadores.

— ¡Felix cree que soy asombrosa! ¡Me dijo que soy increíble! ¡Él me admira! ¡¿Por qué él tiene que ser tan perfecto?! ¡Es el mejor día de mi vida! — chillaba emocionada Bridgette abrazando a su almohada y dando vueltas inquieta en su cama por la emoción.

Cerca de la chica estaba su Kwami, Tikki, quien miraba algo nerviosa a su portadora.

Si tan solo supiera...

— ¡Mi Lady piensa que soy genial! ¡Ella no quiere colgarme de la Torre Eiffel! ¡Me sonrió! ¡Tengo oportunidad con ella! ¡Se veía tan hermosa! — intentaba Felix inútilmente ahogar su voz contra su mano mientras sentado sobre su cama golpeaba con su otra mano la almohada no sabiendo que hacer con la emoción que sentía.

No muy lejos de él, Plagg, el Kwami de la mala suerte, observaba hastiado al joven.

Si su portador no fuese tan ciego...

Ambos Kwamis suspiraron sincronizados, una resignada y el otro molesto. Habían tenido antes portadores algo tontos con el tema de las identidades pero Bridgette y Felix... ellos eran un par de tontos muy tontos.

Tikki y Plagg ya habían intentado antes acercar a sus portadores para prepararlos para aceptar sus identidades cuando el momento llegase, pero como no les había ido muy bien al reunir a Bridgette con Chat Noir quisieron intentar relacionar a Ladybug con Felix, pero...

¡¿Quién sabe cuánto tiempo más se habrían quedado parados el uno frente al otro sin hacer nada si ellos no hubiesen intervenido para apresurarlos a cortar el meloso ambiente?!

Conociéndolos a ambos; si Plagg no hubiese activado una alarma falsa en el teléfono, Felix habría sido capaz de permanecer todo el día mirando como idiota a Ladybug; y si Tikki no hubiese emitido aquel pitido desde los Miraculous, Ladybug se habría quedado todo el día observando cada detalle de Felix como si el tiempo no importase.

En resumen, ese supuesto "primer encuentro" no había funcionado como los Kwamis esperaban, por lo que tendrían que pensar en algo más para unir mejor a sus portadores y prepararlos, para abrir los ojos de su querido par de tontos muy tontos.


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¡Y oficialmente empezamos con un nuevo desafío mensual! ¡Estoy muy emocionada!

Quiero dedicar esta primer historia a mi querida amiga y hermana en amor al PV, 

Fue divertido e interesante escribir sobre este esquina del cuadro amoroso PV, de por sí nunca he escrito siquiera Ladrien. Ojala hayan disfrutado de este relato Felady, Ladix, LadyFel o como akumas quieran llamar a este ship!!!!

¡Espero que te haya gustado Kali!

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