✧CAPITULO 9: LA GUARDIANA✧

Las vacaciones habían llegado y aunque faltaba poco para el examen de admisión a la preparatoria, Merry y sus amigos decidieron tomarse esas dos semanas de vacaciones para descansar.

O por lo menos Alice y Mike, ya que sería una jornada bastante cansada para Merry quien tenía trabajo como elemental. Liam le pidió que tomara esas vacaciones para conocer a Luna y dar el salto para adentrarse a las profundidades que su elemento le estaba proporcionando.

Los pájaros cantaban suavemente mientras la brisa hacía que las hojas de los árboles se movieran como si estuvieran bailando muy lentamente. Hacía varias semanas que el temporal de lluvia había acabado y el sol resplandecía con intensidad junto con su calor que proveía un agradable clima veraniego.

Merry caminaba una vez más en las profundidades del Presidio para encontrarse con su ahora exmaestro. A decir verdad, estaba bastante nerviosa, ya que se encontraría con la aclamada maestra que tanto contaba Liam. No se podía decir que hablara de ella con tanta ilusión o devoción, era más como algo que le raspaba en la garganta y por mera obligación tenía que contarle a Merry de quien se trataba.

Como siempre Liam la estaba esperando cruzado de brazos y sobre la misma roca de siempre. La roca con la que Merry había comenzado su entrenamiento.

– Buen día Liam – dijo Merry con entusiasmo ganándose por primera vez una media sonrisa por parte del mayor.

Regularmente cuando Merry llegaba con Liam este se mostraba inexpresivo y a veces ni siquiera saludaba, era casi un milagro para los ojos de la azabache que Liam le mostrara ese lado con ella, tomando en cuenta lo frio que podía llegar a ser.

– Buen día Merry ¿Cómo te sientes?

– A decir verdad, me siento muy bien, ya no me duele nada.

Las mejillas de Merry tomaron un ligero color cereza, era tan extraño que Liam se estuviera preocupando por ella de esa forma, a pesar de ser su alumna siempre se mostraba como un ser pragmático y a quien solo le importaba que ella fuera realmente fuerte. Aunque no podía negar que le gustaba su nueva actitud.

– Me alegro – Liam se levantó de su estadía – ¿estás nerviosa?

Ella suspiró para después subir su mirada a los ojos de su compañero encarándolo, debido a que Liam era más alto que ella siempre tenía que tener la frente en alto para poder observarlo.

– Si, apenas y pude dormir anoche, realmente estaba esperando esto con ansias.

Liam volvió a sonreír, pero de una forma bastante sutil y casi imperceptible ante los ojos de cualquiera.

– De acuerdo, recuerdo haberte dicho que ciertos elementos pueden teletransportarse, la realidad es que casi todos podemos hacer eso y estoy seguro que tú también puedes. Sólo que es algo muy difícil. Aunque claro, yo lo domino a la perfección.

La forma en la que Liam habló realmente extrañó a Merry, nunca lo había visto tan presumido u orgulloso, podía asegurar que hasta salieron brillos de sus cabellos cuando pronunció su frase.

– Si, claro – dijo no muy convencida.

– Dame tus manos.

Merry aceptó sin replicar y por primera vez tuvo contacto directo con las manos de Liam; de forma no agresiva, que no hicieron más reafirmar lo que antes se había cuestionado. El tacto de este era bastante áspero y el de ella era bastante suave.

Liam tomó con seguridad las manos de la chica, se separó un poco, cerró los ojos y suspiró varias veces de forma lenta. Merry sólo miraba todo con su típico gesto de confusión.

– Invoco a los poderes de la naturaleza para que obedezcan mi orden – Liam pronunció a modo de conjuro y una flama naranja envolvió a ambos. Una flama que no los dañó y que sirvió de ejemplo para explicar el control que tenía Liam sobre su propio poder.

Merry se empezó a asustar un poco cuando ya no pudo mirar nada en el Presidio, las flamas bloqueaban su visión y lo único que le quedo fue cerrar los ojos mientras sus manos se aferraban con fuerza a las de Liam.

– ¡Por el poder del fuego que se me ha concedido, te ordeno que me lleves con Luna!

Aquellas palabras hicieron extrañar un poco a Merry y a decir verdad hasta le pareció algo tonto. Sería algo vergonzoso tener que recitar una frase de ese calibre cada vez que se quisiera teletransportar si es que lograba a desarrollar esa técnica.

Luego de algunos segundos Merry abrió los ojos para encontrarse con un bello paisaje, el clima era bastante frio y el rio que estaba a su costado era simplemente hermoso. Ella miró a su alrededor, las grandes y rocosas montañas tenían bastante vegetación, y a lo lejos podían apreciarse algunas pagodas enormes de colores rojizos y verdes.

– ¿Dónde estamos? – preguntó Merry mientras su mirada se perdía en las profundidades del paisaje que el mundo le estaba presentando.

– En Wakayama, una ciudad de Japón.

Los ojos de Merry se abrieron más de lo normal por la sorpresa y un suspiro salió de su boca al escuchar lo que Liam había dicho. Era casi como un sueño y ni siquiera sabía cómo era posible que en solo unos segundos de estar en San Francisco estaban en Japón.

– ¡Dime que es una mentira! – dijo Merry sonriendo eufórica.

– ¿Qué acaso no vez las pagodas gigantes?, dime otro lugar donde encuentres de esas.

Merry calló por un momento mientras jugaba con sus dedos de forma tímida e infantil sin dirigirle la mirada a Liam.

– Bueno es que como siempre quise visitar otros países y eso… – poco a poco comenzó a balbucear de forma inaudible, Liam solo giró los ojos y empezó a caminar – ¡Hey! ¿A dónde vas?

– A las cascadas Nachi, es nuestro punto de encuentro y si te quedas atrás no voy a ir por ti y tampoco te voy a buscar.

Los cabellos de Merry se erizaron por la amenaza y cuando apenas dejó de escuchar a Liam comenzó a correr detrás de él suplicando que la esperara.

Tuvieron que caminar durante un largo tiempo y las piedras que estaban cerca del rio le complicaban las cosas a Merry. No se había imaginado que su compañero fuera tan rápido cuando se trataba de caminar sobre el suelo cuando este no tenía bastantes obstáculos y cuando las rocas impedían su travesía empezaba a saltar sobre ellas mientras sus manos yacían en su espalda y Merry trataba de seguirle el paso con dificultad.

Varias veces tuvieron que detenerse a beber agua del rio, o más bien Merry tenía que hacerlo mientras Liam solo esperaba con su típica mirada de repudio.

El frio de aquellas montañas hacía que los pulmones de Merry le dolieran y su respiración se dificultara, similar a cuando entrenaba bajo la lluvia con Liam o corría temprano en la mañana.

– Es-espera – decía Merry totalmente agotada y con la respiración demasiado agitada, apenas y podía respirar mientras Liam se había mantenido igual a cuando empezaron la caminata.

– No seas exagerada, ¿Cómo esperas cumplir tu misión si te estas ahogando con una simple caminata?

Merry respingó, pero no pudo argumentar nada, su mirada se clavó en Liam quien a su vez miraba la bella cascada de Nachi, al parecer su travesía había terminado.

– ¿No era más fácil teletransportarnos hasta aquí?

– No – dijo Liam sin despegar la mirada de la cascada – este lugar está protegido por un hechizo de Luna, nadie puede teletransportarse aquí en un radio de diez kilómetros, sin importar que tan poderoso sea, la única forma de entrar es caminando y no puedes acceder a Luna sin su permiso.

Liam se acercó a la cascada asegurándose que nadie estuviera observando, cruzó la cascada para llegar al otro lado al igual que Merry. Estar detrás de la cascada era un espectáculo realmente hermoso, a pesar de estar empapados podían sentir el calor que transmitía la roca.

– ¿Qué hacemos aquí? – dijo Merry mirando al contrario quien parecía que estaba buscando algo invisible entre las grandes paredes de piedra.

– Aquí es.

Liam puso su mano izquierda sobre la roca y su aura comenzó a calentar el ambiente de tal manera que el agua que había empapado a ambos había desaparecido.

– 私はリアムです、私はルナの許可を得ています、私を通過させてください

Merry alzó una ceja al escuchar a Liam hablar en otro idioma, sabia poco, pero había coincidido en que se trataba del japonés. Eso le llevó a que su mente se preguntara ¿Qué otros idiomas sabia Liam?

En la roca; donde Liam tenía la palma de su mano, se encendió un círculo grande de color naranja con varias inscripciones en él. Eran dibujos tan raros que Merry no fue capaz de entenderlos. Liam se mantenía sereno y tranquilo como siempre y Merry solo lo miraba con sorpresa y admiración.

El circulo se abrió dejando ver el otro lado, que a simple vista se podía apreciar un bello campo de pasto verde con muchas flores de color rosa pálido y otras más de color amarillo.

Liam atravesó ese círculo y antes de pasar todo su cuerpo por él, tomó la mano de Merry y con cuidado y suavidad la hizo pasar por el portal. Este se cerró cuando Liam y Merry pasaron por completo.

El paisaje era incluso más hermoso que el anterior y mucho más hermoso visto desde cerca, el calor era bastante agradable sobre la piel de los dos y la suave brisa hacía que todas las preocupaciones de Merry se fueran.

– ¿Qué es este lugar? – dijo Merry mirando a su alrededor.

– Son los aposentos de Luna, aquí es donde descansa y entrena a los elementos.

Delante de ellos estaba un gran coliseo, como el que yacía en Roma. Estaba bastante deteriorado y varias partes de su estructura flotaban alrededor de él cada piedra que estaba alrededor del monumento tenía un aura dorada como si alguien estuviera manipulándolo.

Merry pudo sentir una energía bastante intensa, mucho más intensa que la de Liam. Trago grueso, sabía que Luna era alguien importante y un paso en falso podía provocar que todo su esfuerzo se fuera a la basura.

Una vez más se encaminaron hacia aquel lugar, en cada paso que daban la energía podía sentirse más y más fuerte. Liam seguía tranquilo mientras que las manos de Merry temblaban levemente. Ella sabía que no era tan fuerte como para impresionar a Luna o por lo menos para cumplir con sus más bajos estándares.

La suave brisa podía escucharse en aquel lugar desolado y las pisadas de ambos hacían crujir el pasto muy sutilmente. La vista de Merry se desvió un momento para observar a lo lejos de aquel lugar y tratar de saber en dónde se encontraban.

El basto pasto podía ser visible hasta donde la vista pudiera alcanzar; sin embargo, no había nada más que eso, nada más que un campo inmenso y un cielo azulado con presencia de pequeñas y suaves nubes. Ni montañas, ni árboles, ni siquiera presencia de civilización todo era pasto, flores y el gran coliseo. A decir verdad, Merry jamás había visto un paisaje así. Monótono y a la vez hermoso.

– ¿En qué parte del mundo estamos? – preguntó Merry nuevamente.

– En ningún lugar – dijo Liam mientras ambos se adentraban al coliseo de forma silenciosa.

Los crujidos del pasto cesaron cuando los pies de ambos elementales pisaron el coliseo, la arena de este los recibió con un suave crujido de sus zapatos en contraste con la tierra, el pasto ya no era un problema estando adentro. El coliseo les proveía una energía rebosante, era como si al entrar todas sus heridas fueran sanadas y además de eso su energía era restaurada.

Merry recordó que durante su entrenamiento Liam le explicó que el poder del elemento no tenía limite; sin embargo, entre más tiempo sea usado más difícil será usarlo después. Es decir, entre más se usará más tiempo tardará en recuperarse. Si Merry lanzaba una ráfaga al principio de la batalla no tendría la misma potencia y letalidad que si lo usa luego de dos horas del enfrentamiento.

Aun así, era cuestión de cada elemento formar su poder y cada uno tenía una resistencia diferente en cuanto sus ataques y su tiempo de recarga.

Liam y Merry se sintieron mejor, ambos suspiraron y con la vista trataban de buscar señales de vida mientras se adentraban a aquel lugar.

El coliseo estaba conformado por una arena de batalla que abarcaba más de la mitad de todo el lugar, además tenía varios túneles y pasillos que daban a varias habitaciones, la gran mayoría de estas estaban vacías. Por dentro y por fuera se podía observar que la estructura era enorme y haciendo cálculos muy básicos se podía deducir que media unos treinta metros de alto. Era más pequeño que el coliseo que estaba en Roma.

Mientras la mirada de ambos se desviaba a todo lo que había en su adelante una fuerte energía se hacía presente. Una energía lo suficientemente fuerte como para atrapar la atención de ambos elementales.

Frente a los ojos de ambos apareció una figura femenina de aproximadamente dos metros de alto y aunque estaba de espalda podían resaltarse varios atributos de ella; entre ellos, sus largos cabellos castaños que caían como una cascada a sus muslos al igual que su largo vestido dorado, parecía que estaba hecho de escarcha con la que Merry jugaba de niña. En su brazo izquierdo yacía un brazalete dorado con una gema en él, deduciendo a simple vista que se trataba de un zafiro en forma de rombo y en su misma mano sostenía un báculo hecho de madera que se enrollaba en sí, en la parte superior de este estaba una esfera color lavanda y turquesa que resplandecía con furor, en su interior parecía albergar una estrella.

Ella se dio media vuelta para observar a Liam y a Merry, esta última notó que su vestido tenía un escote bastante pronunciado y que su falda tenía doble tela haciéndolo lucir un poco más grande, su cintura era bastante pequeña tal vez se debía por lo apretado que se veía su vestido. Sus bellas zapatillas cafés parecían aquellas que se mencionaban en la mitología griega con sus muchos lazos se ataban a sus piernas. Tenía puesto un collar de color dorado y en él reposaba incrustada otra gema que también parecía un zafiro.

Merry la miró de pies a cabeza sin poder decir nada, su sola presencia la intimidaba y la energía que había sentido antes y ahora salía de ella directamente. No había duda. Estaban enfrente de Luna, la guardiana.

Luna abrió sus bellos orbes azules, tan azules y profundos como el mismo mar, los cuáles inmediatamente se encontraron con los marrones de Merry y los naranjas de Liam. Era simplemente hermosa y opulenta, tanto que hacía sonrojar y sonreír al mismo tiempo a Merry.

– Así que aquí estabas – dijo Liam – bien, la he traído.

Luna miró a Merry un momento sin prestarle atención al elemental del fuego, con cuidado se acercó a ella sin despegarle la vista.

– ¿Es ella? – la voz de Luna era bastante apacible y suave, tanto que hizo sentir un escalofrío en la columna de Merry.

– Definitivamente – contestó Liam.

Luna sonrió, su sonrisa parecía ser tan honesta como la de una madre, llena de cariño. El rostro de Merry se enrojeció completamente, estaba nerviosa y emocionada a la vez. Estuvo a punto de gritar y no sabía si era de emoción o era un reflejo al sentir una energía tan fuerte cerca suyo.

Luna la abrazó con cariño como si se tratara de alguien que no hubiera visto desde hace mucho tiempo.

– Enserio eres tú – dijo en un susurro a los oídos de Merry mientras dejaba su báculo a un lado y este se quedaba de pie y estático. Sinceramente este hecho sorprendió por demás a Merry.

Liam solo miró la escena con poca emoción, mantenía su expresión de siempre y hasta se podía decir que estaba bastante incómodo.

Su abrazo duró poco, Luna se alejó de Merry algunos centímetros para culminar aquel encuentro, después soltó una leve risa armoniosa y volvió a tomar su báculo.

– Disculpa mis modales – dijo Luna mientras hacia una reverencia – Soy Luna la guía universal y elemental de la magia, mi misión aquí es preservar la vida del planeta y de mis elementos.

Liam giró los ojos junto con un suspiro exasperado al escuchar a Luna, le parecía tan repetitivo y a la vez tan torpe.

Merry se dio cuenta de eso, cuenta de aquella aspereza que tenían esos dos seres, pero desconocía el por qué Liam jamás le había contado de aquel conflicto y tampoco que tan grande era.

– Es un placer Luna – contestó Merry. Un pulso provocado por su mismo elemento salió de ella causándole sorpresa a Luna, era la primera vez que demostraba su poder frente a alguien tan importante – yo soy Merry, elemental de la luz, aun no se mi misión ni mi destino, pero una vez que lo sepa daré todo y cada parte de mi para cumplirlo de la mejor forma posible.

– Para eso está aquí, quiere que resuelvas sus dudas – dijo Liam cuando fue interrumpido por un aplauso de Luna quien lo ignoró olímpicamente mientras solo se concentraba en su nueva alumna.

– Eso fue asombroso – dijo Luna con una sonrisa.

Luego se acercó a Merry, con su mano tomo el mentón de la menor y comenzó a examinarla, dio una vuelta alrededor de ella mientras mantenía una mirada intranquila como si tratara de encontrar algo en Merry, algo que fuera difícil.

– Núcleo estable, la energía de tu elemento esta perfecta, se ve que haz entrenando bastante pareces alguien muy fuerte.

Por primera vez Merry sabia de lo que otra persona similar a ella estaba hablando y por lo menos sabia como trabajar algún ámbito si es que a este alguien no le parecía correcto.

Luna mostraba una sonrisa esplendorosa que transmitía cierta paz y tranquilidad; por lo menos a Merry, ya que Liam seguía con su mismo pensamiento y su cara de pocos amigos al ver a su maestra.

– Haz hecho un gran trabajo entrenándola Liam – Luna sonrió y después dirigió la mirada hacia Merry quien también la miró – transfórmate para mí.

El rostro de Merry palideció y su boca se abrió varias veces para argumentar algo, no pudo decir absolutamente nada. Pasaron unos segundos ya que Merry estaba buscando otra de sus muchas excusas.

– Ella aun no puede transformarse – para su fortuna Liam interrumpió.

– Oh, ¿Enserio? – preguntó Luna – ¿acaso no le enseñaste a hacerlo?

El rostro de Liam ardió por primera vez desde las mejillas hasta la frente debido a la inmensa vergüenza que sentía y a la vez la frustración por el acuse de Luna. Tartamudeo un par de veces y sus cejas se encontraron mientras él fruncía el ceño.

– ¡No es mi deber enseñarle eso! ¡Ella misma debe aprenderlo y lo sabes! – dijo totalmente sonrojado a lo que Luna solo soltó una carcajada.

– Descuida, yo podré ayudarla – la mirada de Luna se clavó nuevamente en los orbes de Merry – vamos, nadie va a juzgarte, transfórmate.

Merry volvió a temblar mientras tartamudeaba, sus mejillas también ardían con intensidad y por más que buscaba una excusa nada se le venía a la mente. Por desgracia y por alguna razón Luna no creía lo que Liam le había dicho.

– No puedo transformarme – dijo con miedo, de verdad no quería decepcionar a Luna.

– Oh, ya veo – Luna respondió. Los ojos de la castaña examinaron a la menor de pies a cabeza mientras entrecerraba los ojos y por fin encontró lo que estaba buscando. Sabía que Merry le estaba mintiendo, pero aun así decidió no decirle nada, en su lugar solo le regalo una sonrisa tranquila – Esta bien, luego trabajaremos en eso.

Merry sonrió con su rostro sonrojado nuevamente. El estar con Luna se sentía como si estuviera con una madre orgullosa y amorosa, su energía proporcionaba paz y tranquilidad al ambiente y no solo eso. Sino que también les daba fuerza a los que estuvieran cerca de ella.

– Muchas gracias Luna, te prometo que daré lo mejor de mi – dijo Merry con energía.

– Eso me agrada bastante – Luna pausó un momento mientras suspiraba tranquila – Bien, me alegra que ambos estén juntos y aprovecharé esta oportunidad. Tengo una misión para los dos.

Liam abrió los ojos más de lo normal y después volteo hacia Merry quien estaba bastante emocionada al respecto.

– ¿Enserio? Acabamos de llegar y ya nos vas a poner a hacer tu trabajo – comentó Liam.

Luna volvió a callar un momento sin borrar la sonrisa en su rostro de una forma un tanto tenebrosa. Al igual que veces anteriores, ignoró totalmente a Liam.

– Como les decía, tengo un trabajo para ambos y será recluir al equipo de nuevo, primero deben ir a buscar a la elemental del agua.

– ¿Para poder luchar por ti de nuevo? – Liam atacó nuevamente.

La sonrisa de Luna se borró poco a poco y su semblante cambió por completo, Merry tragó grueso y Liam ni siquiera se inmutó.

– Liam ya hemos hablado de eso – dijo intimidante – no cuestiones mis decisiones.

Liam suspiró, estaba cansado de la misma situación con Luna, la forma en la que ambos veían las cosas dentro y fuera de batalla eran muy diferentes y siempre tenían disputas por esta situación.

– Si, como digas – los ojos de Liam se giraron una vez más.

– Bien – Luna volvió a sonreírle a Merry quien se sentía intimidada por la mayor a su adelante – entonces ustedes dos deberán ir por la elemental del agua. Estuve investigando y se encuentra por el rio Támesis, casi al final de este.

Un suspiró de emoción se escapó de los labios de Merry, eso quería decir que se aventurarían a otro lugar del mundo.

– ¡Espere!, ¡¿Qué no es ese el rio que pasa cerca del Big Ben en Londres?! – preguntó Merry totalmente emocionada.

– Ese mismo, deben irse ya, entre más rápido lleguen será mejor. La mejor ruta…

– No – interrumpió Liam nuevamente – iremos mañana.

– Liam sabes que tenemos el tiempo en nuestra contra entre más rápido estemos reunidos será mejor.

– Maldición Luna, ¿sabes cuánto tendremos que recorrer?

Merry solo miraba aquella escena con algo de miedo, sabía que si no intervenía tal vez todo esto resultaría de una forma desastrosa.

– Luna tiene razón Liam, aún es pronto, podemos ir ahora – Merry trató de negociar con Liam y este solo suspiró cansado.

– Bien, pero no quiero estar escuchando tus quejidos.

Luna volvió a reír, estaba feliz de tener a una aliada que por lo menos le ayudara a lo importante. Se giró hacia ella regalándole una sonrisa más.

– Se que tienes muchas dudas Merry, pero si me ayudas a encontrar a los demás, te prometo que te las resolveré todas.

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