✧CAPÍTULO 8: EL REENCUENTRO DE UNA AMISTAD✧

– Debo admitir que estoy impresionado – dijo Liam con sinceridad mientras estaba enfrente de Merry – no esperaba muchas de las cosas que hiciste y me venciste de una forma que jamás me imaginé.

Merry sonreía con orgullo, por fin estaba recogiendo los frutos de su esfuerzo y de su entrenamiento, también estaba feliz de que Liam se diera cuenta de ello.

Jamás le había mencionado a Liam sus nuevas habilidades, como su sanación, el rayo poderoso o la velocidad con la que podía ejecutar sus ataques y lo hizo por una simple razón: tener un poco de ventaja por si las cosas se salían de control.

– Muchas gracias, me estuve esforzando mucho – dijo Merry mientras le entregaba el pañuelo al mayor.

– Se nota, bien – Liam le volvió a sonreír – desde este momento dejo de ser tu maestro para convertirme en tu compañero de batalla.

Aunque Liam le hubiera explicado varias cosas a Merry de lo que tenía que hacer ahora que era elemental muchas otras dudas se apoderaban de su mente, todo pasaba tan lento y tan rápido a la vez. La alumna no había vencido al maestro, pero por lo menos hizo algo que nadie había logrado provocar en Liam en mucho tiempo. Sorprenderlo.

Los labios rosados de Merry se estiraron una vez más, hace unos minutos estaba viviendo un infierno y ahora estaba siendo felicitada por ese ser frio y calculador que no la dejaba descansar ni un solo momento. Aun así, debía agradecerle ya que de no ser por él no estaría en la situación que ahora se encontraba, pues estaba a punto de conocer a la guardiana, aquella elemental que desde que Liam dio a conocer su existencia pareció tener cierto aprecio hacia ella, aunque no tan notable como la limerencia que tenía hacia Mike.

Luna se había convertido en un modelo a seguir para ella. La llamada “Maestra de los elementales” era descrita por Liam como un ser superior a él, una dama elegante y hermosa que había desafiado ordenes desconocidas y había potenciado sus poderes de una forma inimaginable. Aun así, Liam había aclarado que muchas de sus habilidades eran un misterio y conforme el tiempo fue pasando varias teorías fueron surgiendo.

Se decía que Luna era capaz de revivir muertos, crear nuevos elementos e incluso destruir planetas enteros, ellos desconocían de donde venia o su historia de manera completa; sin embargo, la calma que trasmitía era enorme y alentaba a otros a pelear junto con ella, sea cual sea su objetivo.

– Entonces… ¿estoy lista para ir con Luna? – Preguntó Merry ansiosa detrás de una sonrisa para nada disimulada a lo que Liam sólo suspiró.

– Si pudieras transformarte te podría llevar sin problemas ya que a Luna le gusta que los elementales estén bien preparados.

La sonrisa en el rostro de Merry se borró, realmente estaba cansada de todo el entrenamiento y de la pelea, lo único que quería hasta ese momento era conocer a Luna para que ella aclarara todas las dudas que tenía.

Si en ese entonces no podía ir con Luna ¿Cuándo lo haría?, pensó que con sólo vencer a Liam estaría más que lista para continuar con su siguiente desafío.

– Sin embargo, me has demostrado que eres capaz de muchas más cosas importantes que la transformación.

Merry suspiró, había dejado lo más importante de lado y se había concentrado solo en vencer a Liam.

– No puedo transformarme – dijo desanimada.

– Lo sé, es bastante extraño considerando que eres capaz de manipular varios ataques, a estas alturas debería ser un juego de niños para ti el poder transformarte.

Los ojos de Merry se posaron en los de Liam mientras este le explicaba, era como si avanzara y retrocediera al mismo tiempo, cosa que la tenía bastante confundida. A decir verdad, todo el trabajo de ser elemental era bastante complicado y además tener que encargarse de su vida como estudiante era un plus que realmente le complicaba la vida. Sumado a eso su ingreso a la preparatoria también se había dado un serio dolor de cabeza.

– ¿Entonces no podré ir con Luna? – preguntó Merry desesperanzada.

– Claro que si – dijo Liam haciendo que el rostro desalentado de Merry cambiara por uno sorprendido – el trato fue que si lograbas vencerme te llevaría con ella. No pienso romper mi palabra.

Merry saltó de alegría, toda esa situación era una montaña rusa de emociones, pero a final de cuentas obtuvo lo que quiso y Liam estaba contento por los logros de su alumna.

– ¡¿Iremos ahora?! – preguntó Merry con euforia.

– No – contestó Liam de forma seca – iremos el lunes, me dijiste que tus vacaciones empezaban el lunes, es perfecto para ir ya que pasaremos todo el día allá. Por lo tanto, descansa el fin de semana, luego de todo tu esfuerzo te mereces un descanso.

Nuevamente Merry le regaló una sonrisa a Liam, era increíble cómo se memorizaba todo lo que ella le decía, además de ser alguien extremadamente fuerte también era alguien bastante inteligente.

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Alice se acercaba a Mike quien la esperaba en aquella fuente donde siempre se reunían, ambos estaban preocupados, no sabían el por qué fueron convocados con tanta urgencia.

Merry les había llamado a ambos para que se reunieran los más rápido posible justo después de su encuentro con Liam, ya que tenía algo importante que decirles a ambos.

El sol empezaba a caer y junto con él, el manto de colores rosados mientras el viento les proveía una suave y cálida brisa debido al calor que hubo durante todo el día.

– Buenas tardes Mike – saludo Alice de forma cordial como regularmente lo hacía.

– Hola Alice – Mike se levantó de su estadía – ¿Sabes por qué Merry nos citó?

– Realmente no lo sé – Alice suspiró – Merry ha estado muy rara últimamente, apenas y me contesta las llamadas, a veces nos juntábamos en mi casa para estudiar por las tardes y ahora siempre me dice que está ocupada.

– ¿Viste sus quemaduras?, además ¿no se te hace extraño que este comiendo más?

– ¡Si, las he visto! – dijo Alice preocupada – es mi mejor amiga Mike, tengo miedo que sus padres le estén haciendo algo y ella no pueda decir nada.

– Lo sé, ¿crees que esté pensando en escapar? – dijo Mike sorprendido.

– Tal vez… pero ¿A dónde ira? – Alice se llevó la uña de su dedo pulgar a la boca para morderla ligeramente – tal vez podría hacerle un lugar en mi casa… pero mi papá se pondrá como loco – murmuró.

– Tal vez en mi casa – dijo Mike – hay un lugar al lado de mi habita…

Mike fue interrumpido por un golpe inesperado que le dio Alice en el estómago sacándole el aire, más que doloroso realmente fue muy cómico.

– ¡Estás loco!, se las cosas que puedes hacer con una mujer hermosa en tu casa y sé que tu madre trabaja hasta tarde, así que tendrás tiempo para hacer tus puercadas.

El rostro de Mike ardió de sobremanera por la suposición picara de su compañera, aunque Mike no era un hombre que se atrevería a hacer algo así, no podía negar que sus impulsos a veces eran bastante difíciles de controlar y últimamente eran más intensos que de costumbre.

– ¡Alice! – gritó totalmente avergonzado – ¡Maldición! ¡¿Cómo demonios puedes decir eso?!

Alice soltó una carcajada ante la reacción de su compañero, amaba hacer sonrojar a sus amigos y hacerlos sentir nerviosos, pero debía admitir que si Mike o Merry le hacían eso ella se molestaba bastante.

– Es algo que vi en un comic por allí.

– Alice eres una pervertida, esta novela no trata de tus cosas sucias.

– ¡Vamos!, no tiene nada de malo Mike, como si tu no lo hubieras hecho alguna vez – contestó Alice poniendo sus manos detrás de su nuca sin mayor preocupación.

Mike bufó mientras su rostro enrojecía una vez más, era imposible tratar de hablar con Alice o tratar de ganarle en esos temas, así como también era imposible seguir con aquella platica sin que su rostro se viera afectado por las insinuaciones de Alice.

El silencio se hizo presente por unos segundos mientras Mike trataba de relajarse y Alice miraba el cielo como si estuviera esperando una respuesta de este mismo.

– ¿Crees que sea algo muy malo? – preguntó nuevamente Mike.

– Debe serlo – dijo Alice con sinceridad y el silencio se hizo presente nuevamente.

Unos pasos veloces hacían que las hojas secas que caían de los arboles crujieran suavemente, la respiración de Merry era bastante intensa ya que había corrido desde su casa hasta donde había citado a sus dos mejores amigos, ambos la miraron, pero no dijeron nada, esperaron a que ella se recompusiera. Apoyada sobre sus piernas Merry comenzó a tomar aire para recuperar las energías que había perdido. A pesar de que Liam hubiera sanado sus heridas seguía cansada por todo lo que tuvo que hacer durante la batalla.

Cuando Merry se sintió mejor suspiró, les sonrió a ambos y estos solo se fijaron en los nuevos vendajes que ella tenía por todo su cuerpo, algunas de sus heridas seguían abiertas y esto provocaba que las propias vendas dejaran un pequeño y suave color rojizo.

– Gracias a ambos por venir – dijo Merry de una forma tranquila y con una pequeña sonrisa melancólica.

Ambos se dieron cuenta que no todo estaba bien y un pequeño miedo comenzó a nacer en sus corazones. Ninguno de los dos sabía que estaba pasando con su mejor amiga, por ende, no sabían que hacer o cómo actuar sobre ella.

Merry sentía un gran alivio por ver a sus compañeros cuando tan solo una noche antes los había citado para despedirse de ellos por si no los volvía a ver. Sabía que aún tenía mucho por delante y que ellos estuvieran con ella parecía ser la más grande bendición que alguna vez pudo haber tenido.

– No es nada, pero… – dijo Alice – ¿Qué pasa?, ¿Por qué tanta urgencia?

– Nos asustó que nos llamaras de repente – dijo Mike preocupado – ¿Qué sucede?

La azabache volvió a sonreírle a los dos, estaba feliz de verlos nuevamente, le conmovía saber que todo estaba bien, que todo estaba como siempre debió de haber estado. Tenía días pensando en cómo les diría a sus compañeros de su nueva vida y de cómo ya no era una estudiante común y cualquiera.

Un par de lágrimas cristalinas resbalaron por sus mejillas sin dejar de sonreír, sus amigos se asustaron y se miraron mutuamente tratando de descifrar lo que le estaba pasando a Merry, ninguno de los dos intervino en ese momento, dejaron que ella liberara todo lo que tenía y en el momento menos esperado Merry se abalanzó sobre los dos tomándolos del cuello con fuerza y sobre los hombros de ambos empezó a llorar desconsoladamente.

Alice miró a Mike con sorpresa atreves de los cabellos obscuros de su mejor amiga, Mike le devolvió la mirada en la que le trasmitía una gran angustia. El castaño abrazó a Merry fuertemente y Alice hizo lo mismo. Sus lágrimas mojaron el hombro derecho de Mike y el izquierdo de Alice mientras estos dos abrazaban a su desconsolada amiga, que lejos de estar triste estaba realmente conmovida y agradecida de poder estar con sus amigos nuevamente.

Era una escena realmente hermosa y los tres se dieron cuenta de muchas cosas, una de ellas era que a pesar de cualquier cosa seguirían juntos y que todos se apoyarían unos a otros.

La noche cayó y luego de estar unos minutos tratando de calmar el llanto de Merry los tres se sentaron en una banca enfrente de la fuente. Nadie más estaba en el lugar y lo único que se podía escuchar era la plática de ellos tres, el sonido del agua caer y los pequeños insectos que llevaban una hermosa serenata a todo aquel que pasaba por allí.

– Les debo una disculpa a ambos – decía Merry limpiándose sus propias lagrimas estando en medio de sus dos amigos – sé que he estado bastante ausente y no hemos podido salir como antes lo hacíamos, les prometo que se los recompensaré.

Alice comenzó a reír levemente mientras le ayudaba a Merry a limpiarse la cara de sus lágrimas dejando un pequeño camino mojado por donde estas pasaban.

– No tienes que disculparte, sabemos que estabas ocupada.

– UPero – interrumpió Mike – ¿Qué hay de tus heridas y quemaduras?

Merry suspiró, de nueva cuenta resonó en su mente la amenaza de Liam; que, aunque sabía que podía confiar en sus dos mejores amigos no se atrevería a arriesgar su vida solamente por un secreto que no necesitaban saber.

– He estado haciendo ejercicio, pero como nunca lo había hecho antes no sabía cómo y me he lastimado mucho haciéndolo – la fachada que Merry había plantado parecía real a pesar de no serlo, no parecía nerviosa; a decir verdad, había pasado por tantas cosas ese día que no tenía ganas de volver a sentir una emoción tan intensa.

– Oh, era eso – dijo Mike – ¿y las quemaduras? ¿también fueron por el entrenamiento?

Merry tragó grueso, realmente no sabía que decirle, sus palabras tenían que encajar así que se tomó unos segundos para poder organizarlas de modo que fueran convincente.

– No precisamente, son… varios accidentes que he tenido.

Mike alzó una ceja, trataba de encajar las piezas como si se tratara de un rompecabezas, ¿desde cuándo Merry se había vuelto tan difícil de leer? Mike estaba acostumbrado a la sinceridad de su amiga, pero ahora esa sinceridad no parecía ser tan real.

El castaño quiso seguir preguntando sobre lo que había pasado y solo era castigado con la mirada penetrante de Alice quien le hacía callar instantáneamente.

– Está bien – dijo Alice dedicándole una sonrisa sincera a Merry – solo queríamos asegurarnos que todo estaba bien, hasta llegamos a pensar que tus padres te habían hecho algo.

Merry miró a Alice, parpadeó varias veces y después respondió.

– Pero mis padres ya no pelean.

Mike y Alice se miraron de nuevo algo sorprendidos al escuchar lo que salió de labios de Merry. Alice la conocía perfectamente y sabía que desde que ambas tienen memoria los padres de Merry peleaban todo el tiempo y casi siempre era por el mismo motivo. Las borracheras de su madre y los relatos “amorosos” que vivía su padre.

– ¿Por qué de repente dejaron de hacerlo? – preguntó Alice a lo que Merry solo río.

– No lo sé, ahora están más cariñosos, no me prestan tanta atención, pero por lo menos ya no tengo que estar escuchando sus discusiones todo el tiempo.

Ambas suspiraron aliviadas, ninguna de las dos preguntó nada más, era como si Merry y Alice estuvieran conectadas, ambas sentían casi lo mismo casi todo el tiempo y siempre se comprendían sin importar que es lo que estuviera pasando. Los pasados de ambas eran bastante diferentes. Alice tuvo una infancia tranquila y sus padres fueron bastante unidos, su propósito era cuidar y proteger a su hija y sus hermanos sin importar que. Sin embargo, el único objetivo que tenían los padres de Merry era estar culpándose y lamentándose de haberse escogido para pasar el resto de sus vidas juntos provocando que Merry se refugiara en Alice y a su vez Alice intentara comprender la realidad y la suerte de otras personas.

Todo esto hacía que Mike se sintiera confundido al respecto. Las miró con extrañeza mientras su ceja se arqueaba y sus labios se apretaban unos a otros, realmente sabía que jamás entendería la unión tan estrecha que tenían sus amigas.

Sin embargo, no siguió preguntado, sabía que Merry ocultaba algo, pero no sabía si era correcto seguir hostigándola. En su lugar abrazó a Merry con ternura provocándole un sonrojo intenso a la azabache, sus labios se posaron en la mejilla de la menor dándole un beso suave y dulce. Alice estaba sorprendida y el rostro de Merry ardía de sobremanera, Mike solo sonreía con un muy sutil rosado en sus pómulos.

Merry lo miró nerviosa y este le sonrió para tratar de calmarla por lo menos un poco, no podía negar que le parecía demasiado tierno el hecho de que ella se pusiera tan sumisa con él, ya que desde que se conocen ella siempre actuaba de forma calculadora y arriesgada, eran realmente pocas las veces que la había visto sonrojada.

– No te preocupes – dijo Mike – vamos a apoyarte siempre.

Los iris marrones de Merry se iluminaron ante las palabras del chico que le gustaba y a su sonrisa que siempre la hacía sentir mejor. Sus ojos se humedecieron y de ellos volvieron a brotar lágrimas, esta vez silenciosas y que más que dolerle, le hacían sentir esa calidez que ellos siempre le proveían.

Mientras sus amigos la consolaban en aquella noche tranquila y cálida su corazón volvió a palpitar con intensidad, volvía a sentirse viva.

Con una sonrisa en sus labios y sus compañeros abrazándola los tres corazones latían como una efímera y hermosa melodía, una melodía de amistad.

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