✧CAPITULO 6: DE ESTUDIANTE A ELEMENTAL✧
Merry jadeaba del cansancio, el sol le golpeaba directamente en la cara, su cuerpo estaba lleno de sudor y sus manos estaban vendadas por todos los rasguños que había recibido días anteriores.
Era el décimo día en el que acudía a sus entrenamientos con Liam, él estaba cansado mentalmente en comparación con lo físicamente cansada que ella estaba, aunque iban progresando lo hacían de una forma tan lenta que Liam empezaba a dudar de las habilidades de Merry o siquiera que fuera capaz de entender lo que ser elemental significaba.
– Treinta minutos – dijo Liam mientras miraba su reloj y se acercaba a la piedra en la que Merry descargaba todo su entrenamiento, era la quinta vez que hacían la misma actividad en el día y sin dudas era el mejor tiempo que Merry pudo tener.
– Bien – dijo Merry con un cansancio evidente, aunque su cuerpo temblaba como la primera vez su actitud había cambiado, ya no se quejaba; sin embargo, sus habilidades no habían mejorado mucho.
– La roca no tiene ningún rasguño y es el mejor tiempo que pudiste lograr, aun así, no es suficiente – Liam miró a la contraria quien lentamente recobraba su postura para mirarlo de frente – será mejor que vayamos incrementando el ritmo y la intensidad.
Liam caminaba alrededor de la menor, mientras le lanzaba varias ráfagas de fuego, el objetivo de Merry eran esquivarlas de la forma más rápida que pudiera, llevaban varios días haciendo este ejercicio, sin embargo, no era la primera vez que lo realizaba estando tan agotada.
– Veo que siempre cantas o tarareas cuando tienes que atacar o defenderte – dijo Liam mientras lanzaba una de sus poderosas ráfagas ardientes – ¿Por qué lo haces?
– Me ayuda a concentrarme – dijo Merry mientras esquivaba las ráfagas – siempre he cantado cuando necesito que algo me salga bien.
– Se que nadie más sabe esto sobre ti – Liam saltó para atacarla desde su posición en el aire – ¿Por qué decidiste contármelo a mí?
El rostro de Merry se enrojeció levemente luego de lograr esquivar su último atentado, tanto por lo dicho por Liam como por el entrenamiento, aun así, su expresión no cambio, se mantuvo seria y concentrada, no debía dejar que sus emociones controlaran ese momento o ningún otro.
– Algún día lo tenías que saber – dijo levantando los hombros – descubrí que siempre que canto puedo concentrar mi elemento con más facilidad – Liam volvió a lanzar otra ráfaga contra ella que por poco no lograba esquivarla.
Liam era el culpable de que Merry llegara con varias quemaduras a su casa que; aunque sus padres no les interesaba, Alice siempre preguntaba por ellas. La respuesta era la misma cada vez que su amiga cuestionaba por sus quemaduras. “No lo sé, siempre aparecen sin que me dé cuenta”.
Ese pensamiento invadió la mente de Merry cuando fue impactada de lleno por una de las ráfagas de Liam. Cayó al piso y sólo pudo quejarse del dolor. Su cuerpo estaba lleno de raspones y heridas cicatrizadas que con el golpe se abrieron nuevamente.
Su maestro no se inmutó, tampoco dejo de lanzar ataques, Merry los esquivaba como podía mientras se arrastraba en el piso. Liam se había dado cuenta que ella era increíblemente ágil y que si trabajaba en su habilidad para esquivar se convertiría en una técnica envidiable.
– ¿No crees que es momento de descansar un poco? – Preguntó Merry tratando de hacer que Liam parara de atacar. En respuesta el mayor volvió a lanzarle otra ráfaga la cuál Merry esquivo con bastante esfuerzo.
– ¿Crees que un enemigo te dará tiempo para que descanses? ¡esfuérzate!
Los ojos de Liam resplandecían por primera vez, parecía que estaban en llamas, al igual que su cabello el cual resplandecía como las flamas que le lanzaba, con un hermoso y fatídico brillo, como si de fuego se tratara.
Merry comenzó a asustarse, rápidamente se puso de pie respirando de forma agitada y puso sus puños cerca de su pecho. Sabía que Liam no tendría compasión con ella. Entonces tampoco ella la tendría.
Cuando se pudo recomponer comenzó a lanzarle ráfagas a Liam, mismas que este esquivo con bastante facilidad, a pesar de que sus ráfagas eran torpes e imprecisas no le costaba mucho a Liam reducir el poder de la joven con sus ráfagas de fuego. Esto obligó a Merry a retroceder intuitivamente. Ni en sus más profundo sueños estaba la posibilidad de ganarle a Liam o por lo menos no en su posición actual.
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Los oídos de Merry comenzaron a escuchar un nuevo sonido, algo que jamás había escuchado en su vida y algo que realmente le agrado. La voz de Liam interpretando una de sus canciones favoritas.
Por un leve momento se quedó quieta para tratar de escuchar con mejor precisión a su maestro, recobró el movimiento al ver que su canto lo estaba haciendo más fuerte. Ella sonrió, le alegraba tener algo en común con Liam y a su vez comenzó a imitarlo.
Liam la miró con sorpresa al ver que esquivaba las ráfagas al son de la canción que ambos se encontraban cantando. Ambos sonrieron.
Tal como si de una danza se tratara los dos se atacaban mutuamente al ritmo de la canción, no supieron de dónde, pero la melodía había empezado a sonar de algún lado, las voces de ambos sonaban en todo el Presidio igual que los poderes de maestro y alumna, las heridas no le dolían, los ataques se habían vuelto fáciles de esquivar y la simetría que tenían los dos cuando atacaban era simplemente impresionante.
Los poderes de los elementales tenían un clímax y este encajo perfectamente en el clímax de la canción. Merry saltó en ese preciso momento, parecía que el tiempo se había detenido y aunque ella no se había dado cuenta su velocidad incrementó de tal forma que todo a su alrededor comenzó a moverse más lento a excepción de Liam quien trató de seguirle el paso. Un aura roja comenzó a salir del cuerpo de Merry similar al aura naranja que salía de Liam cada vez que usaba su poder de sobremanera.
Liam terminó de cantar cuando se dio cuenta del aura de Merry, ella solo continuó cantando con emoción, a este punto Liam solo esquivaba ataques y Merry lo seguía atacando con determinación y esfuerzo.
Merry sintió un tirón fuerte en su corazón que la hizo parar inmediatamente de cantar. Ambos se miraron mutuamente con una sonrisa en sus rostros y con la respiración bastante agitada.
Liam estaba contento, estaba contento de saber que alguien compartía su misma forma extraña de pelear, al igual que otros que estuvieron ayudándolo en sus batallas años atrás. Merry saltaba de alegría, ya no se sentía cansada, si no se sentía feliz de su nuevo logro.
– Bien – dijo Liam de forma seca nuevamente mientras su sonrisa se desvanecía – me alegra que compartamos este gusto particular por el canto, pero aun así no es suficiente, hay bastantes cosas que aun debemos mejorar y debemos seguir practicando.
Merry le sonrió gustosa, a pesar de saber que no había logrado el objetivo que Liam quería lograr le satisfacía mucho saber que por fin luego de muchos años su extraña afección al canto serviría de algo. No sabía que tenía que ver el canto con sus habilidades o el por qué hacía que fueran más fáciles de manejar.
Liam acomodó su chaqueta mientras cerraba los ojos, suspiró cansado y le ordenó a Merry seguir con su entrenamiento ella sola. Ella no replicó, le sonrió al mayor y comenzó su rutina de ejercicios.
La nueva actitud de su compañera le trajo un poco de alegría al corazón de Liam; sin embargo, eso no era suficiente para lo que quería lograr. El objetivo de Liam era crear a una guerrera lo suficientemente fuerte para poder combatir a su lado en caso de cualquier tipo de amenaza que surgiera en un futuro.
La mente de Liam se mantenía ocupada en otras cosas mientras miraba a Merry quien estaba colgada de una rama de un árbol con las piernas dobladas en esta misma esto para hacer abdominales, le costaba bastante trabajo y cada vez que subía jadeaba de dolor. Por un momento Liam pensó que tal vez el entrenamiento era demasiado para ella, pero cada vez que esta caía de la rama de aquel árbol solo suspiraba y dejaba que ella siguiera con lo suyo.
Había algo que se debía admirar de Merry y era su extrema perseverancia, luego de estar varios días entrenando de forma brutal no había faltado ni un solo día, simplemente ella no era de las personas que se rendía o por lo menos no tan fácilmente. Liam se moría por probar hasta donde era capaz de llegar su alumna con su fatal entrenamiento.
Ese extraño deseo le llevó a incrementar drásticamente sus enseñanzas y los ejercicios que Merry tenía que hacer. Correr por el Presidio lleno de trampas, escalar montañas que estaban cercas del lugar y nadar por debajo del puente de San Francisco. Merry no sabía nadar.
Merry jamás había contado tantas veces que su vida estuvo en riesgo, los duros entrenamientos hacían que más de una vez quisiera renunciar, pero había algo que se lo impedía, algo que la hacía ir con entusiasmo a su entrenamiento.
Mike y Alice seguían pendientes de Merry quien cada vez observaban que comía más, su cuerpo se había tonificado y las quemaduras se hacían más evidentes.
Alguna vez ellos dos sospecharon o se preguntaron el porqué de su comportamiento o el porqué de sus nuevas heridas. Merry se había vuelto un poco mas cerrada en ese tema, contrarestante a la sonrisa que siempre tenía. Ambos pensaban que se trataba de sus padres quien hacían este tipo de cosas a su hija.
Sin embargo, Merry siempre se mostraba feliz y energética, incluso más que antes, era algo que le agradaba a Mike quien poco a poco y sin que el quisiese estaba empezando a corresponderle los sentimientos a Merry.
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Liam suspiraba mientras miraba la luna junto a Merry en las costas de la playa de San Francisco. La luz de esta se reflejaba en el mar haciéndolo brillar, el aire revolvía los cabellos de ambos, estuvieron un rato en silencio contemplando el bello paisaje y divagando en varias cosas.
Había pasado ya cuatro meses desde que Merry descubrió sus nuevos poderes, cuatro meses en los que estuvo estudiando arduamente para calificar a la preparatoria que quería entrar, cuatro meses en los que había salido a citas con Mike, estas cada vez más románticas y cuatro meses desde que sus padres no habían peleado.
Merry le había planteado varios de sus problemas a Liam cuando este le preguntaba el por qué estaba tan decaída. En esos cuatro meses Liam entendió muchos de los problemas que enfrentaba Merry día con día y en un acto de compasión hacia ella decidió ayudarla.
Liam le enseño varias técnicas a Merry; que si bien no tenían mucho que ver con su elemento le serian útiles en un futuro. Le enseñó una de las técnicas más antiguas que el recordaba, llamada “La ofrenda de la paz”.
Consistía en concentrar todo el poder de un elemental y transmitirlo a una persona que estuviera segada por alguna ambición o ámbito malo. Aunque no era una técnica realmente segura Merry le pidió a Liam que le enseñara esa técnica para poder aplicarlo a sus padres.
Sus efectos no eran permanentes, pero al parecer por esos cuatro meses ninguno de los dos había discutido, esto fue el detonante para que Merry diera rienda suelta a todo lo que sentía, desde ese momento su poder floreció he hizo para Liam más fácil su trabajo.
– Liam – Merry lo llamó en esa noche sacándolo de su burbuja y haciendo que pusiera atención – ¿Crees que estoy lista para ir con ella?
Liam calló un momento sin dejar de mirar la luna, soltó un suspiro y durante otro rato tampoco dijo nada.
– Aún no lo creo – pausó un momento – debes ser una guerrera realmente fuerte para ir con Luna.
Merry suspiró, después de cuatro meses ella aun no era capaz de ser tan poderosa como Liam quería o como ella esperaba serlo.
Liam le había contado una historia, la historia de Luna, la guardiana de los elementos. Su maestra. También le había contado su edad real y la edad que puede llegar a alcanzar un elemental; es decir, un elemental no moría por envejecer, podía conservarse en la misma apariencia por todos los años que pudiera vivir. Se podía decir que Liam era un elemento joven, su edad oscilaba entre los 3000 a 3500 años, la mandíbula casi se le cayó a Merry la vez que se enteró de su edad real.
– Entiendo – dijo Merry con desilusión ante la respuesta de su mayor – he de suponer que me falta mucho.
– No te culpo – dijo Liam – nadie dijo que ser elemental era algo sencillo o algo que todos podríamos hacer, aún debes dominar tus técnicas al máximo, tu núcleo es fuerte, pero puede ser más fuerte, debes desarrollar tus propias posturas defensivas y lo que es más importante. Tu transformación.
El silencio volvió a reinar una vez más entre ellos dos. Merry sabía perfectamente lo que Liam quería decir, una de las cosas más importantes que ella tenía que aprender es a transformarse.
Desde que los elementales empezaron a vivir sobre la tierra se les inculcó varias estrategias para ganar en batalla. Entre ellas estaba la transformación. Era una táctica, esta hacía que el portador hiciera un traje con su elemento, esto para los elementos que podían crear materia. Entre ellos estaban Merry y Liam.
Liam ya le había mostrado su transformación en alguna ocasión a su discípula, Merry quedó tan encantada con la forma en la que Liam transformaba su vestimenta en medio de una llamarada intensa, ni siquiera sabía que él tenía tatuajes debido a que siempre usaba su chaqueta.
Era sabido que la transformación potenciaba de manera colosal los poderes de los elementales y si un elemental poseía la creación de materia era muy importante que tuviera una transformación. Por este motivo Liam empezó a hostigar a Merry para que creara la suya, ella estuvo estudiando mucho tiempo para crear un traje de acuerdo a sus necesidades, todo basado en la ropa que alguna vez se había puesto y con la que se sentía libre.
Todas las veces que Liam preguntó sobre su transformación, Merry solo contestaba que estaba trabajando en ello; sin embargo, ya estaba listo. Tenía miedo que no fuera del agrado de Liam y que esto afectara su progreso durante ese tiempo.
Merry era alguien impaciente, realmente quería conocer aquella que le hacían decir la guardiana y que esta misma fuera la que le ayudara con sus dudas.
– A todo esto – dijo Merry interrumpiendo el silencio una vez más – ¿Cómo fue que me encontraste?
Liam esperó un poco y después dijo.
– Fue Luna la que me dijo dónde te encontrabas – calló por un momento mientras el aire seguía soplando – ella presagio el relámpago durante meses antes de que cayera, me dijo que estuviera pendiente de donde pudo haber caído. Tanto a ella como a mí nos extrañó que fueran dos relámpagos. Pero en cuando cayó el primero me mando a buscarte.
Las mejillas de Merry tomaron un color rojo intenso, mientras miraba al horizonte tratando de que el aire frio calmara lo rojo de su cara.
– ¿Y como supo que era yo la indicada?
Liam se levantó de donde estaba sentado sin dirigirle la mirada a su alumna.
– Cada vez que un elemental nace alguien muere, cuando el relámpago cayó sobre ti perdiste la vida. Pero… como estabas destinada a ser una elemental, el elemento te la regreso y te dio una segunda oportunidad para que puedas usar tu vida para salvar la de los demás.
Merry estaba impactada, simplemente no sabía que decir, de nueva cuenta su cabeza comenzaba a dar vueltas causándole nauseas, tal vez era por eso que cuando el rayo le impactó ella simplemente dejo de sentir todo en ese momento y entró en un leve trance.
Se tomó unos minutos para recapitular todo lo que Liam le había dicho, miró hacia el frente y se dio cuenta de algo. Realmente pocas cosas importaban ahora, si ella había muerto en verdad no podía hacerse para atrás, debía aprovechar la oportunidad que el elemento le había regalado.
– Escucha Merry – dijo Liam – No estoy seguro, pero el tiempo va en nuestra contra, es necesario que seas capaz de dominar todas las técnicas cuanto antes.
Merry lo miró, no podía decir nada, estaba asustada y confusa a la vez, no sabía si podría con todo al mismo tiempo o si debería entregar su vida para los fines que Liam quería, para proteger la tierra, después de todo, ¿de quién los tenía que salvar?
– ¿Y cómo haré eso? – Merry preguntó con miedo.
– Te daré un mes más, si me demuestras que eres capaz de dominar el poder de un elemental y vencerme en una batalla a final de este mes te llevaré con Luna.
¿Cómo era posible vencer a Liam en una batalla?, un elemento de varios años de antigüedad, un elemento tan experimentado como él era realmente difícil de vencer: Merry se preguntaba como lo iba a lograr. Como ella que apenas estaba explorando el terreno y apenas estaba descubriendo su poder iba a enfrentarse a su maestro, quien el mismo había mencionado que había cobrado la vida de muchas personas.
– Y si… yo no lo logró vencerte.
El silencio se hizo presente por última vez. Liam no había dicho nada en algunos minutos analizando su respuesta.
– Tendré que matarte.
Nunca en su vida le habían puesto un ultimátum a Merry y menos de ese tipo, la sangre se le heló y por un momento quiso llorar. Respiró profundo perdiéndose en las olas del mar que estaba en su adelante. Todo este tiempo Liam le había dado la espalda, quien también observaba el mar. Se dio la vuelta y encaró a su alumna, un vago recuerdo le cruzó por la mente, conocía perfectamente esa mirada que trasmitía una gran decepción.
– Lo siento hermano – una pequeña voz sutil y dulce resonó en la mente de Liam. Este suspiró era algo que le quemaba la piel y le punzaba el corazón.
Con sutileza se acercó a Merry, bajo hasta su altura y acaricio sus cabellos.
– Se que lo lograrás, solo esfuérzate más, cuento con eso.
En un parpadeo Liam desapareció dejando sola a Merry en medio de la oscuridad de la noche con el sonido de las olas chocando contra las rocas. Ella se había convertido de estudiante a elemental y realmente eso le daba miedo.
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