✧CAPITULO 4: LAS LLAMAS DEL DESTINO✧
El clima había mejorado bastante en esos días a pesar de las fuertes tormentas que aun castigaban a la ciudad. El calor también azotaba la zona lo que provocaba una humedad increíble.
Alice estaba en uno de los pasillos de la secundaria a la que asistía, frente a su casillero acomodando el gran desorden que siempre tenía. Cuando terminó cerró la puerta de metal con cuidado, al mirar a su derecha se topó con Merry sacándole un gran susto y un gritó que se pudo escuchar en todo el pasillo atrayendo la atención de sus compañeros.
– ¡¿Qué demonios tiene ese vestido?! – replicó Merry en voz alta haciendo que Alice le cubriera la boca con su mano y en un movimiento rápido acerco el rostro de Merry al suyo.
– Cállate – susurró – no quiero otro rumor como el del año pasado.
– Lo siento – dijo Merry arrepentida y juntando sus dedos índices con timidez mientras bajaba la mirada. Alice solo suspiró.
– Te dije que ese vestido es especial – la pelirroja ponía sobre su hombro su bolso lleno de todo lo que necesitaba para su clase – ¿Por qué?, ¿Qué ocurrió? – dijo con cierta complicidad y una sonrisa mientras alzaba las cejas.
– Fue… lo mejor que me pudo pasar – Merry dijo emocionada – nunca había visto a Mike tan cariñoso, fue atento y hasta lo lleve a probarme un vestido.
De la sorpresa al haber escuchado semejante revelación la boca de Alice formo una “O” perfecta, luego de tartamudear varias veces solo dijo.
– ¡¿Por qué hiciste eso?!, me lo esperaría de mí, pero no de ti Merry – Alice soltó una risa causando un fuerte sonrojo de parte de su amiga.
– ¿Tuvo algo de malo? – cuestionó.
–No como tal, pero aun es tu amigo, así que tal vez debías esperar un poco.
– ¡El viernes no se comportó como un amigo!
Merry volvió a gritar y Alice solo calló cuando vio la figura de Mike detrás de su mejor amiga, con una sonrisa nerviosa saludo al castaño. Merry saltó hacia un lado del susto y miró a todos lados tratando de buscar una excusa si es que él le preguntaba algo.
– Buenos días chicas – dijo Mike con entusiasmo.
Ambas chicas saludaron, Alice con una sonrisa y Merry con timidez. Mike sonrió, tomó el mentón de la azabache y la hizo alzar la mirada sin perder su carismática sonrisa.
Ella solo sonrió manteniendo el mentón en alto.
– Así me gusta, firme – comentó Mike.
Alice levantó una ceja extrañándose de la actitud que habían adquirido sus dos compañeros, muchas preguntas atravesaron su curiosamente, pero no podía sentirse mal, al fin y al cabo, era el propósito que ambas querían lograr. Que por lo menos Merry tuviera un poco de la atención de Mike.
╔╦══• •✠•❀•✠ • •══╦╗
╚╩══• •✠•❀•✠ • •══╩╝
El sol resplandecía con fuerza sobre las hojas de los árboles que habían en el Presidio, haciendo que pequeñas sombras y que pequeñas partes del pasto resplandecieran a causa de la basta luz natural.
Merry a su vez practicaba en aquel bosque frondoso, haciendo ráfagas un poco más fuertes de lo que eran antes, entre más tiempo le invirtiera a su entrenamiento más fácil se volvía controlar las luces que salían de sus manos.
Había controlado el poder que albergaba en ella de una forma magistral, la misma luz que usaba para ejecutar sus ataques le ayudaban a sentirse mas ligera, siendo capaz de saltar grandes distancias y elevarse levemente del piso.
Las capacidades y determinación de la fémina hacia que este talento oculto floreciera con fervor y hermosura, realmente su objetivo era convertir aquel poder en algo que le pudiera ser útil, aun desconocía el compromiso que le acarreará, el enorme poder que ella tenia o siquiera el cómo lo había adquirido, ¿alguien se lo había dado?, ¿para que lo debía usar?
La percepción que Merry tenia de su don era un tanto bizarro, el usarlo por voluntad propia y para cumplir sus propios deseos llegaban a convertirse en algo egoísta a los ojos de los demás. ¿pero se le podía culpar?
Inmersa en sus pensamientos una ráfaga salió disparada con mucha más fuerza que las ráfagas anteriores, siendo capaz de cortar el tronco del árbol que estaba más cercano a ella, este se desplomó causando un fuerte estruendo que resonó en todo el Presidio.
– ¡Si! – gritó de emoción – Bien el que sigue.
Concentrada en sus acciones sus ráfagas iban cobrando fuerza y velocidad, en aquel lugar solo se escuchaban bandadas de aves despegando de los arboles que eran derribados por Merry, ella soló reía con sus acciones, le hacia feliz el hecho de que se estaba haciendo más poderosa de lo que alguna vez pudo desear o anhelar.
De repente y sin que ella se lo esperara una de esas ráfagas peligrosas fue absorbida por una llamarada de fuego que salió de la profundidad del bosque. Merry se quedó congelada, instantáneamente se quedo quieta y miro a su alrededor en silencio para saber quién había sido.
Cuando quiso imitar su acción anterior fue absorbida de la misma manera. Las llamas aparecían y desaparecían de forma aleatoria a su alrededor, ella no lo sabía, pero era algo diferente, no era una clase de fuego normal; o por lo menos, el calor que transmitía, sino más bien, una clase de fuego que se sentía extraño. Tenía una calidez sumamente rara. La calidez más extraña que pudo haber visto y sentido en su vida.
El color de las llamas captó su atención, estos eran de un color naranja bastante intenso con un rojo sangre cuando estas se extinguían.
Merry maldijo en sus adentros y siguió pendiente de lo que sea que hubiera provocado eso, estaba segura que ella no lo había hecho. No lo podía explicar, pero sentía otra energía distinta a la suya, similar pero definitivamente ajena a ella.
– ¡¿Quién hizo eso?! – le reclamó al bosque en modo de protesta sin perder su postura defensiva.
– ¿No estás satisfecha con el aspecto de este lugar? – resonó una voz masculina y profunda desde los adentros del bosque. Merry se tensó, aquella voz sonaba bastante imponente – No encuentro otra razón por que alguien tan despreciable como tú este matando esos árboles.
De las llamas como si de un fénix se tratara emergió una figura masculina de proporción robusta, como si el infierno se hubiera personificado en un hombre, sus hebras eran color naranja como el fuego de hace un momento. Sus llamativos ojos anaranjados rodeados por una pequeña y delgada línea negra también podían destacarse. Parecía alguien que no cuidaba mucho de su estética ya que sus pantalones estaban rotos de las rodillas al contrario de sus botas militares que resplandecían con la luz del sol.
Acomodó su chaqueta larga hasta las rodillas mientras lentamente se iba acercando a la menor. Merry estaba demasiado tensa como para moverse rápidamente o siquiera huir de la situación.
– ¿Quién eres tú? – preguntó Merry temerosa a lo que el contrario solo la miro de arriba abajo con desprecio.
– ¿Por qué? – el joven volvió a preguntar – ¿Cuál es tu objetivo en ese lugar?
Merry se destensó un poco para subir la mirada al alma en su adelante, por un breve momento pensó si se trataba de la dama que había visto días anteriores; sin embargo, este no era un alma benevolente como la joven, si no alguien que estaba lleno de odio y en cierta forma estaba lleno de venganza.
La azabache titubeó por leves instantes sin una respuesta clara. Obviamente no podía decirle que lo hacia por simple placer, o para hacerse más fuerte.
– Ya veo – sin que Merry pudiera argumentar algo el contrario volvió a hablar – es claro que una novata como tu no entienda nada y actúe sin pensar en las consecuencias que pueda acarrear.
El corazón de Merry se calmó enseguida al sentir la energía del contrario calmarse por completo, un suspiro se escapó de entre sus labios sin perder de vista al otro quien caminaba alrededor de ella de forma apacible y lenta.
– ¿Cuál es tu nombre?
– Merry – dijo directamente
– Liam – contestó sin mirarla o ejecutar mueca alguna en su rostro – ¿Qué haces aquí?
Merry calló un momento, su mente trabajaba rápido para poder crear una respuesta lo realmente convincente para; por lo menos, que Liam no la matara o pensara en hacerlo.
– Yo… – pausó un momento – solo vine a entrenarme, no sabía que no debía…
– Este lugar es sagrado – Liam interrumpió nuevamente – no deberías dañarlo, aunque solo sean arboles también están vivos, si no entiendes lo que significa quitarle la vida a alguien te sugiero que no hagas este tipo de cosas.
Las manos de Merry comenzaron a temblar, jamás le paso por la mente algo tan semejante como lo que Liam acababa de decir.
– Vine por que recibí la noticia de que una de las elementales había renacido a causa de un relámpago – Liam pausó para volver a mirar a la chica de pies a cabeza – por lo visto eres tú, que decepción.
Merry se indignó ante las palabras de Liam, su rostro ardió de sobremanera y sus puños se contrajeron tanto que algunos huesos de sus manos crujieron con fuerza.
Liam sonrió por primera vez y de forma muy ligera. La forma en que sonreía era muy inusual y a su vez muy hermosa.
– Articulaciones débiles, el poder de tu elemento esta dispersado por todo tu cuerpo, tu núcleo elemental es casi inexistente – Liam se acercó a Merry para analizarla de mejor manera – para ser sincero jamás había visto un espécimen tan inadecuado para este puesto.
Ella se molesto con lo dicho por su mayor y a la vez su mente se confundió más, no tenía idea alguna de lo que Liam estaba diciendo o siquiera de lo que podía dar a entender. Lo único que pudo entender a medias era que tal vez la estaba insultando.
– ¿De que estás hablando? –Merry dijo en casi un susurro.
– No te garantizo el éxito, pero supongo que podré hacer algo por ti – Liam suspiró desalentado – hay mucho en lo que debemos trabajar.
Merry alzó una ceja de nuevo mientras miraba a Liam, este la miraba con desdén.
– ¿Trabajar?, ¿en mi poder? –Merry dijo mientras se miraba las palmas de las manos con una chispa de esperanza en sus ojos.
– Claro, no puedo dejar que alguien común tenga un poder así y lo use para beneficio propio – las pupilas naranjas se clavaron en las marrones de Merry con bastante seriedad, tanto que la intimidaban al mismo tiempo – si el destino te eligió para que portaras algo así, es porque debes ser lo suficientemente responsable para cuidar de este poder. No fue una coincidencia o por lo menos; por ahora, no creo que lo sea – Liam pausó un momento – Se que estas confundida Merry – esta última sintió un escalofrió recorrer su columna en cuanto escucho su nombre salir de la voz profunda de Liam – pero es mi deber enseñarte como usar este don y para que usarlo.
El rostro de Merry mostro una mueca de disgusto, sabía que no había sido una coincidencia, pero tampoco quería cargar con esa responsabilidad tan grande.
– Quiero respuestas – dijo Merry firme y con el mentón en alto como Mike le había dicho – quiero saber el por qué yo y…
– Si, si, las tendrás todas – nuevamente Liam interrumpió a Merry causando un pequeño enojo de parte de ella – disculpa no me presente como debía.
Liam se puso derecho con las piernas entreabiertas, puso su mano derecha; esta cubierta por un guante de cuero sin dedos, sobre su corazón y desplegando una gran onda de su energía recitó.
– Yo soy Liam, elemental del fuego, mi misión en la tierra es cuidar de ella a costa de mi vida y protegerla de cualquier invasor o cualquier amenaza.
Cuando Liam terminó de presentarse de forma excéntrica lo primero que observaron sus ojos fueron la cara de confusión que había puesto Merry.
– Siempre… ¿te presentas? – Merry cuestionó mientras con su índice de manera juguetona apuntaba al contrario quien se tensó inmediatamente.
– ¡Claro que sí!, ¡es parte de la tradición! – Liam gritó molesto. No cabía la menor duda de que este chico no tenía la más mínima pisca de paciencia ni tampoco de tacto. Suspiró un momento y después comentó – ahora debes hacerlo tú, hazlo tal cual como yo lo hice.
Merry lo pensó un poco, ni siquiera sabía por qué seguía las órdenes un tipo que ni siquiera conocía, aún así se posicionó de la misma forma que Liam lo hizo, puso su mano sobre su corazón y citó.
– Yo soy Merry, elemental de… de… de… – empezó a titubear con nerviosismo, Liam solo hizo una mueca de asco frente a ella mientras la pobrecita se consumía en sus propios nervios.
– Esto va a ser muy complicado – decía Liam mientras ponía su dedo índice y pulgar sobre su sien – ¿ni siquiera sabes que elemento eres?
– ¡Oye esto es nuevo para mí! – reclamó molesta y a su vez inflaba las mejillas – ¿o tu si sabias que elemento eras cuando te dieron el tuyo?
– Claro que si – Liam contestó mientras encendía su mano en llamas con fervor – y supe también que era lo que debía hacer antes de que alguien me lo dijera, yo solo me instruí y con mis manos acabe con cientos de personas – la mirada de Liam se había convertido de nuevo en una de odio – el hecho de que tu tengas un elemental que te ayude es una bendición y deberías estar agradecida.
La flama en la mano de Liam se había apagado pero su mirada aún seguía encendida mirando a Merry con desdén y repudio, se convertiría en su alumna, pero no soportaría ese tipo de actitud.
Merry se puso tensa y firme, no sabia como tomar una situación que jamás había pasado en su vida. Levanto sus manos para mirarlas por un momento, luego miró a Liam con nervios y pronunció.
– Elemental de ¿la electricidad? –
Liam la miró sorprendido por varios segundos y después se golpeó el frente molesto, a Merry le temblaban la voz y las manos por la situación que se había formado.
– Luna, ¿enserio pondrás tu confianza en alguien como ella? – Liam dijo de forma tan inaudible, solo para que sus propios oídos lo escuchasen. – tu no manejas la electricidad Merry.
– Bueno, es que pensé que por el rayo… – balbuceando empezó a jugar con sus propios índices hasta que el silencio reino por un momento.
– Merry, ¿Qué elemento manejas? – Liam cuestionó de nuevo.
Era algo difícil de manejar, si lo que Liam decía era verdad había muchas cosas que Merry había pasado por alto al momento de cargar con la responsabilidad que ahora tenía en los hombros.
En un movimiento tajante Merry lanzó una ráfaga enorme hacia Liam, este ultimo la esquivo sin mayor problema y con una agilidad realmente admirable. La ráfaga se impactó contra una enorme roca que a su vez partió en añicos.
Sin mostrar ninguna emoción en su rostro, Merry recompuso la postura, supo que no emana de su mano otra cosa que no fuera luz, sus ataques era luces intensas y cegadoras que acababan con todo lo que estuviera enfrente de ellas.
Merry miró al chico de la chaqueta y con determinación en sus ojos puso su pie derecho un poco más atrás que el izquierdo, giro levemente su cadera y puso su mano sobre su pecho.
– Soy Merry, elemental de la luz, aún no se mi misión ni mi destino, pero una vez que lo sepa daré todo y cada parte de mi para cumplirla de la mejor forma posible.
Había algo realmente triste de todo eso, Merry no quería cargar con toda la responsabilidad, tenia miedo de a lo que podría o tendría que enfrentarse. Sabía que si el destino la había escogido era por que algo sabía, pero ¿el destino puede llegar a equivocarse? En los adentro de Merry deseaba que se hubiera equivocado.
Liam sonrió sutilmente ante los gestos y la actitud de Merry, aunque ella no mostraba los estándares mínimos para cumplir la labor que se le había encomendado no todo estaba perdido.
– Bien, eso esta mucho mejor – Liam cerró los ojos por un momento mientras la brisa movía sutilmente sus cabellos de un lado al otro, luego volteo a ver a Merry – la energía de tu elemento es bastante inestable, hace rato era bastante baja y ahora es alta.
– ¿La energía de mi elemento? – Merry parpadeó varias veces durante unos segundos y luego recompuso su postura.
– Las personas que fuimos bendecidas con este tipo de don somos llamados elementales – Liam encendió ambas de sus palmas en un fuego bastante tranquilo – existen varios elementos en el mundo, así mismo existen jerarquías. Las personas con elementos de la naturaleza desarrollamos más fuerza física que la que una persona normal puede llegar a desarrollar – con cuidado Liam puso una de sus palmas sobre la mano de Merry y aunque esta última intento alejarse dejó de hacerlo al darse cuenta que no le hacía daño – y podemos llegar a desarrollarlo a nuestro antojo, también podemos decidir si queremos dañar a otros o no. Para poder controlar esto es necesario poseer energía del elemento.
Poco a poco las dudas de Merry se fueron disipando, su atención total estaba plantada en Liam quien le explicaba detalle a detalle todo el funcionamiento del elemento.
– Y esta energía ¿es la que hace que pueda hacer ráfagas?
– Exacto, cada elemental tiene energía que puede trabajar mediante entrenamiento, esto le dará un control sobre el elemento que posee de forma efectiva. Entre más entrenes más fácil será para ti ejecutar otras técnicas y no solo el lanzar ráfagas – mientras Liam le explicaba hacia varias figuras con su propio fuego y lanzando ráfagas muy similares a las de Merry.
– ¿Puedo hacer algo más que las ráfagas? – preguntó Merry.
– Claro, tu elemento es muy poderoso, es por eso que me da lastima que lo desperdicies de esa forma – Liam suspiró – aunque no te puedo culpar, no tenias conocimiento de absolutamente nada de este tema.
– ¿Entonces por qué dijiste que tu si sabias cual era tu misión y como manejar tu elemento desde antes de que alguien te lo dijera? – Merry estaba algo tensa por la situación comenzó a notar que Liam era bastante contradictorio en sus argumentos. Este último suspiró y después la miró con una profunda seriedad.
– No es algo que yo te pueda responder ya que ni siquiera yo lo sé – Liam se acercó a Merry quedando solo a unos centímetros de ella – pero haré todo lo posible para que aprendas como usarlo y para que usarlo.
Merry sonrió de alegría mientras daba pequeños saltitos sobre su mismo lugar a lo que Liam solo le quedó alzar una ceja sin saber el porqué del comportamiento tan cambiante de su ahora alumna. Al parecer era un tema que a ella le emocionada y que con esfuerzo y dedicación llegaría lejos.
– ¡Gracias Liam! – dijo entusiasmada.
– No me lo agradezcas, enserio – contestó cortante – antes hay varios puntos que debemos acordar – la sonrisa de Merry se borró en ese momento – en primer lugar, no puedes decirle a nadie de tu poder, es crucial que nadie lo sepa.
Merry infló las mejillas a modo de berrinche, era una verdadera lástima que algo tan hermoso debiera ser oculto.
– ¿Por qué no puedo decirlo? – Merry cuestionó.
– Por que pondrás en riesgo a personas que amas y eso es lo contrario a lo que queremos lograr, además – la voz de Liam se volvió más profunda – si me entero de que le dijiste a alguien sobre esto lo incineraré junto contigo.
Merry tragó una gran cantidad de saliva ante la amenaza de Liam, sabia el peligro al que se estaba exponiendo y al que estaba exponiendo a todos los demás.
– No podrás guardar el secreto para siempre, pero ahora no es el momento de que le digas a todo el mundo – la actitud de Liam se había formado en una más paternal – estas en tu etapa más vulnerable y muchas personas podrían usar eso en tu contra.
La azabache entró en razón y no hizo más cuestionamientos. Levantó la mirada a su mayor y con una nueva sonrisa y su porte derecho dijo.
– Está bien, estoy feliz de que seas tú quien me enseñe.
Ella pensó que si mostraba un poco de cariño y ternura el frio Liam cambiaría de actitud, que su corazón por lo menos se descongelaría un poco.
– Si sigues con esa actitud te matarán en la primera batalla.
El semblante de Merry cambio por completo, su frente se tornó un azul profundo y sus ojos casi palidecieron por un momento. Cuando pudo recompuso su postura se puso derecha y suspiró con fuerza.
– No quiero saturarte de información, debes estar bastante confundida y es bastante tarde también – la voz de Liam empezaba a tornarse más apacible.
Merry miró el cielo, este ya estaba cubierto por un azul obscuro y la presencia de estrellas era hermosa, estas resplandecían con mucha intensidad haciendo su corazón latir con esa misma fuerza.
La mente de Merry comenzó a ponerse de su lado, por un breve instante ella entró en un trance, su mirada permanecía en el cielo nocturno. Liam la miraba con una leve sonrisa y una mirada cariñosa.
Las estrellas la hicieron recordar cuando era más pequeña, desde que tenia memoria se escapaba al Presidio a observar las estrellas y bailar bajo estas mismas, desde pequeña sentía que el Presidio no estaba solo, sentía como energías cálidas llenaban de felicidad su ambiente. Tal vez Liam tenía razón, aquel lugar era sagrado.
Merry suspiró y después volteo con Liam, su mirada le mostraba preocupación y confusión, ¿Qué tantas cosas cambiarían por culpa de su destino?
– Ven mañana – dijo Liam perturbando el silencio entre ellos dos – te enseñaré todo lo que tienes que saber, como controlar tu energía, nuestra historia y también el por que el destino de eligió.
La mirada de Merry cambió de nuevo a una esperanzada, le sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas mientras hacia una pequeña reverencia. Sintió de nuevo aquella energía cálida que había sentido cuando era solamente una niña pequeña.
– Gracias de nuevo, te prometo que no te decepcionaré.
Liam asintió y en un parpadeo desapareció entre la consumación de una de sus flamas naranjas. Merry suspiró. Había tantas cosas que no entendía y que definitivamente no la dejarían dormir esa noche.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top