✧CAPITULO 27: MARKLAND, EL FUTURO DE ANDROMEDA✧
Destellos de luces, un sol artificial y una atmósfera densa, son indicadores de que Markland está cerca. Tan solo poco más de dos millones de años luz de la Tierra, siendo la base y asentamientos de Andrómeda, la galaxia donde reside la raza de los elementales. Seres que han dedicado su vida entera a la investigación, protección y dominio de este planeta y otros más que les sirven para reforzar la idea de que no hay lugar más grande y poderoso que Markland.
Cubierto por una barrera impenetrable y por demás eficiente, es sin dudas uno de los misterios más grandes y que pasa desapercibido para seres tan comunes como lo son los seres humanos de la Tierra, incluidos astrónomos, científicos y astronautas.
Un lugar donde hay tecnología en cualquier lugar que te fijes, donde los cielos son lilas por el día y en la noche un manto color verde intenso hace acto de presencia, brindándoles un espectáculo único y resaltando las auroras rojas y estelas de luz que dejan la atmósfera artificial.
El sol naranja que se ha mantenido activo desde sus inicios les da cálidos días y las Múltiples lunas que se asoman por la noche les proporcionan paz y tranquilidad.
Este es el hogar de una de las mentes más poderosas y de una persona que la considera como su diosa, La Señora de Andrómeda. La cual, cuenta la leyenda fue la persona que empezó con el dominio y la existencia de Markland y sus colonias, se dice también que tiene control de la galaxia entera y que su sabiduría es sobrenatural, es omnipotente, todo sabe, todo puede hacer y todo es posible para esta entidad.
Nadie sabe de quién se trata y pocos la han visto a los ojos , pocos conocen su apariencia con totalidad.
Esta misma es la autora de la jerarquía que se encarga de mantener la disciplina, el orden y la conquista de otros territorios. Para esto ha asignado personas capacitadas para cumplir el rol de jefes de la Gran Jerarquía y así obtener nuevos territorios y mantener el orden en todo momento.
La Gran Jerarquía está ocupada por varios elementos poderosos que han ganado con creces su estatus y que desde hace mucho tiempo se han mantenido como los únicos. Siendo estos, los encargados y los consecuentes de la Gran Señora, es su sequito principal.
Los elementos que constituyen esta Jerarquía son en su mayoría elementos que se generaron de manera natural, elementos que nacieron con la bendición de portar un poder excepcional y que sus mismos elementos los han elegido como vasija de sus habilidades, concediéndoles poderes y capacidades sobrehumanas.
El tiempo de existencia de Markland es inexacto; a pesar de ser bastantes avanzados con su tecnología y su forma de vida, se dejan llevar por profecías y leyendas que se cuentan desde los inicios de los tiempos.
La forma en la que el tiempo se distribuye en este lugar es bastante parecida a la que existe en la tierra. Su sol no cambia de lugar y aunque su planeta gira entre sí mismo, este no gira alrededor del sol, manteniendo estable una sola estación todo el tiempo, una estación cálida, necesaria para su vegetación y al mismo tiempo adecuado para la vida de Markland.
El tiempo se divide en Eras, una Era se constituye de 20 Kipes y un Kipe de 40 Jidye. Siendo la Era comparable con los años, los Kipes con los meses y los Jidyes con los días terrestres. Estas son las bases para el tiempo medible en este planeta y en cualquiera que sea propiedad de Andrómeda, misma medida que fue propuesta y aceptada por la Gran Señora mucho tiempo atrás.
Markland cuenta con los avances tecnológicos suficientes para la creación de nuevos elementos. Los seleccionados para este tipo de experimentos son reclutados desde casi recién nacidos, pero cualquiera que quiera aceptar el trato y la tortura para recibir un elemento es bienvenido. Son sometidos a varios tratamientos para designarle un elemento; si estos lo aceptan, podrán convertirse en guerreros sumamente poderosos y listos para las guerras posteriores. En caso de no adquirir un elemento se verá obligado a vivir en el recinto de Markland, un lugar donde este tipo de personas puede vivir en paz y trabajar de lo que pueda encontrar. Estos elementos son más débiles que los que nacen naturalmente y se desarrollan a base de entrenamientos.
Los elementos generados artificialmente son llamados "elementos periódicos" o "elementos químicos" estos mismos son abundantes en Markland y solo casos contados llegan a formar parte de la Gran Jerarquía.
Dentro del sequito yace una de las tropas principales y más importantes llamada "La tropa oscura" esta, liderada por Lord Dark.
Una tropa constituida en su mayoría por elementos radioactivos, los cuales fueron entrenados desde que eran pequeños para convertirse en uno de los ejércitos más poderosos de Markland. Destacando por su valentía, su fuerza y su forma tan efectiva de ganar.
Entre este inmenso grupo yacen los llamados "Los tres guerreros de la oscuridad" tres jóvenes que han ganado con creces estos puestos y que solo son puestos en batallas cuando saben que esta es importante o arriesgada. Son las manos que hacen posible los planos maestros de Lord Dark y que los ejecutan de una manera asombrosa. Son el punto intermedio de guerreros comunes y jefes de la Jerarquía. Cada uno porta un par de espadas características que los han ayudado a cumplir con sus múltiples propósitos. Estos se encargan de la disciplina en toda la tropa, así como la resistencia y el control de esta misma.
Estos tres son:
Cirinia: elemental del Boro, considerada la más débil de los tres y dueña de las espadas del Boro, espadas que fueron forjadas cuando esta ascendió a guerrera de la oscuridad luego de completar su entrenamiento y la prueba de poder. Su fuerte son los cristales, que puede hacer emanar debido a su elemento, así como la contención de objetivos y la agilidad que tiene con su espada la posición en una de las guerreras más poderosas de Markland. Sin embargo, su poca concentración y el subestimar a sus contrincantes le ha costado demasiadas derrotas. Es encargada de controlar la tercera parte de la tropa negra.
Kriotoro: elemental del Radón, el intermedio y dueño de las espadas de Radón, mismos que se forjaron luego de que este formara parte de los guerreros. Dedicó toda su vida a ese momento, entrenó desde que era muy pequeño y espero el momento en donde todo le fue retribuido con su título. Su fuerte son los ataques a distancia y el envenenamiento por el gas que emana de su espada, es sabido que le Radón es un gas, así que el material con el que esta hecha su espada es todo un misterio. Aunque puede librar una batalla cuerpo a cuerpo se ve más vulnerable en este estado. Contradictorio a eso es un maestro en el arte de la esgrima.
Lantana: elemental del Actinio, la guerrera más poderosa de las tres espadas y dueña de las hoces de Actinio, armas que pasaron de generación en generación, estas mismas se regeneran y solo pueden ser usadas por un elemental capacitado y poderoso. Encontrar un punto débil en Lantana es sumamente difícil ya que es fuerte en el combate cuerpo a cuerpo, a distancia, con armas o sin ellas. Es maestra en artes marciales, Karate y esgrima. Es inteligente y por demás persuasiva. Al igual que sus compañeros fue entrenada desde muy joven y se convirtió en una de los guerreros cuando cumplió doce Eras de edad, ha librado miles de batallas y fue la coautora de miles de conquistas junto con Lord Dark a órdenes de la Señora.
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No había pasado tanto tiempo desde que Lord Dark había pisado a Markland de nueva cuenta cuando recibió la llamada de su jefa. Soltó un fuerte suspiro, envainó su espada y se dirigió a aquel recinto de cristales turquesa brillante que se lograba observar a lo lejos mientras que Lantana acudía a su puesto a recuperarse de las heridas que sus enemigos le habían causado.
Era evidente que Lord Dark estaba nervioso, sus manos temblaban muy suavemente mientras sus pasos se escuchaban por todo el pasillo brillante, lleno de pinturas y estatuas. El nunca entendió el gusto particular de la Señora por obtener y guardar esas cosas, el castillo donde ella residía era impenetrable y en opinión del hombre de cabellos negros debería parecer más una fortaleza que un castillo de cristal.
Se encontró con la enorme puerta verde brillante y al lado de esta misma estaban dos guardias protegiendo la habitación. Ambos miraron de reojo a Lord Dark, quien suspiró, acomodó su cabello y tomó fuerzas de lo más profundo de su ser para poder entrar.
La puerta se abrió sutilmente causando un pequeño chillido llamando a su superior y dejándolo entrar. La puerta se cerró una vez que el hombre ya estuvo adentro, la habitación encendió sus linternas dejando ver un pasillo amplio, al final de este yacía la figura de una mujer alta y grande detrás de unos retazos de tela traslucida color cian sentada en lo que parecía ser un trono, esta también estaba cubierta por los mismos retazos para ocultar su rostro, pero no su cuerpo, el cual estaba envuelto en un vestido amplio y alargado que reposaba sobre la alfombra roja de terciopelo y los escalones que había para llegar hasta donde. ella.
Lord Dark suspiró una vez mas y se dispuso a caminar hasta la estancia de su mayor, no podía quitarle la mirada ni pensar en otra cosa que no fuera una excusa para no hacerla enfadar.
Estando lo suficientemente cerca se inclinó ante ella en señal de respeto; Sin embargo, esta no comentó nada durante todo el trayecto de su comandante. Parecía una estatua, inmóvil y magnifica al mismo tiempo, había veces en las que Lord Dark se preguntaba que hacia durante todo el tiempo en el que ella estaba allí, quieta y esperando a los que había llamado.
Todos sabían que ella no mandaba a llamar a nadie a menos de que fuera algo importante y que si las leyendas eran verdaderas, ella podía saber que había pasado en la misión de los tres guerreros y que ahora lo interrogaría para hacerlo sufrir por su derrota. Definitivamente era algo malo.
– Lord Dark reportándose señora – dijo estando arrodillado frente a ella – ¿me necesitaba?
Esta ladeó sutilmente su cabeza hacia la izquierda al escuchar al menor, haciendolo temblar por aquella acción y al mismo tiempo pudo sentir que este mismo estaba nervioso.
– Lamento haberte llamado apenas llegaste de tu misión – pronunció de forma temible pero dulce, cruzó las piernas, la derecha sobre la izquierda y puso su mano apoyando su rostro – pero debes saber que es importante que me reportes todo lo que sucede.
– No se preocupe, es un honor para mi poder asistir – dijo, luego de tragar grueso.
– En ese caso – dijo la mujer – he sentido una interferencia en mi lectura con las estrellas, esto solo pasa cuando alguien poderoso hace uso de su poder de forma constante, aún no han acabado con ellos ¿verdad?
Lord Dark no fue capaz de mirarla, apretó su puño ligeramente para volver a tomar valor, no sabía que contestarle y si buscaba una excusa, ella sabría la verdad y él estaría en problemas.
– Aun no Señora – titubeó – la amenaza... es más grande de lo que imaginamos y nos esta costando un poco más vencerles, estoy seguro de que usted es consciente de su poder y entenderá mi posición.
– Ja... siempre suponiendo cosas e inventando excusas – suspiró – ¿Cómo va tu plan?
– Perfectamente bien, la fase uno se ha completado con éxito, podemos pasar a la fase uno punto dos y continuar con...
– No recuerdo que en tu plan existiera la fase uno punto dos – interrumpió causando un escalofrió en Lord Dark – tu plan está siendo un desastre y ahora me dices que tiene más fases, debe ser una broma.
Lord Dark tragó grueso de nuevo y tampoco fue capaz de mirarla, su vista se mantenía cerrada y poco le faltaba para ponerse a rezar, suspiró ligeramente para que la mayor no le escuchase, deseaba que hubiera funcionado.
– Lo lamento mucho mi Señora – dijo temeroso – se que el plan se esta alargando un poco, pero estoy contemplando puntos que eran invisibles cuando planeamos el plan.
– ¿Qué clase de puntos? – la voz de la dama se engruesó de forma notable, causando que los nervios de Lord Dark incrementaran de sobre manera y que sus pupilas no se pudieran mantener en el mismo lugar.
– Son más elementales de lo que habíamos tomado en cuenta y más fuertes también – dijo Lord Dark cuando tuvo oportunidad – su entrenamiento es bastante parecido a la de la fugitiva.
Un fuerte golpe se escuchó desde donde estaba la dama, su puño se había estrellado sobre su propio trono causando un agrietamiento en este, Lord Dark calló de inmediato y entendió el error que había cometido.
– Sabes perfectamente que no permito que la menciones dentro de mis aposentos – incrementó el tono de su voz – es una lastima que te muestres tan incompetente en una misión tan sencilla, una misión que según te tomaría apenas unos cuantos Kipes, han pasado Eras y apenas me muestras resultados.
– Lo siento nuevamente mi Señora, pero con esta investigación hemos ganado mucha información, si me da un poco más de tiempo...
– Recuerdo haberte dicho que los mataras, no que los investigaras – interrumpió.
Lord Dark suspiró para tratar de calmarse, este tipo de reuniones siempre le ponían nervioso y un par de veces no había salido totalmente ileso. Entre sus compañeros era el que más fallaba y el que más tiempo pasaba en las reuniones con su superiora.
– Lo sé y lo entiendo mi Señora – dijo Lord Dark – pero se también que podemos sacar mucho provecho de esto, si tan solo me dejara traerlos y examinarlos, hasta pueden ser buenos guerreros y yo...
– Lord Dark – volvió a interrumpir, esta vez se puso de pie mostrando su imponente figura y su majestuosidad al provocar una ligera brisa dentro de su habitación, sin descubrirse la cara y caminando hacia su ventana izquierda hecha de cristal que le permitía una vista hermosa de Markland dejando en primer lugar la vista de sus propias tropas personales – sabes perfectamente de la profecía y aun así los quieres traer, a veces me haces dudar de tu capacidad mental ¿Qué dirán tus soldados sobre tus planes?, sabes que los estas usando ¿no es así?
– Ellos no tienen por que enterarse – dijo Lord Dark mirando a su mayor, quien le daba la espalda – no entiende la gravedad del problema, primero debíamos analizar el problema y después debíamos actuar, tenemos la primera parte y también tenemos sus puntos débiles, lo demás será más sencillo.
Aquella mujer soltó una leve risa sin despegar la mirada de la vista que le proveía la ventana.
– Los usaste para tus fines y pusiste en riesgo su vida para sacar a flote este proyecto, debo admitir que lo aprendiste de mi – se dio la vuelta mirándolo de frente pero sin descubrir su rostro Lord Dark clavó sus pupilas en ella conteniendo la respiración y con el corazón latiendo rápidamente – muy bien, esto será interesante, te daré otra oportunidad para ejecutar este plan, necesito eficiencia y que los resultados sean contundentes y efectivos, se que eres el único que puede con esta tarea a la distancia, no quiero a esos elementales en mi planeta ¿está claro?
Lord Dark suspiró de alivio, se sintió mejor al escuchar aquello y saber que tenía otra oportunidad para cumplir su objetivo, bajó la mirada estando profundamente agradecido y con una sonrisa dijo.
– Le prometo que no se arrepentirá.
–Mas te vale – dijo una vez más – si fallas, yo misma me encargaré de ti y sabes lo que eso significa ¿no?
De nueva cuenta se tensó. Era un castigo de lo que ella hablaba, no tendría otra oportunidad si dejaba que el plan fallara, no podía escatimar en nada y debía continuar con su estrategia.
– Lo entiendo perfectamente – dijo y se levantó de su estadía poniéndose recto y mirando fijamente a su mayor esbozando una sonrisa – todo se cumplirá en poco tiempo y obtendrá los resultados deseados.
– Muy bien, espero los reportes por escrito y no olvides ningún detalle, ahora lárgate, necesito continuar mi lectura con las estrellas – dijo la dama para después darse la vuelta dándole la espalda y manteniendo la vista fija en la ventana.
– Con permiso – Lord Dark hizo una pequeña reverencia se dio la vuelta y con calma se dirigió a la salida de aquella habitación dejando atrás a la Señora y dirigiéndose a su base a ejecutar sus tareas, apenas salió y su quijada se apretó con fuerza al igual que sus puños.
Estaba sumamente furioso al ver su plan afectado por las ordenes de su superiora. La reputación con la que cargaba Lord Dark no era demasiado especial, era conocido como un guerrero de elite y uno de los más fuertes en la Jerarquía, pero a comparación de sus compañeros este mismo había cargado con deshonrosas derrotas, que le provocaban las burlas de sus demás compañeros. Junto con eso debía cargar con la deshonra de su familia, tachados de traicioneros, ladrones y egoístas que buscaban el poder para sí mismos y que estos fueron acribillados por la Jerarquía para frustrar sus malvados planes.
– Maldita sea... – murmuraba en repetidas ocasiones mientras recorría aquellos pasillos y aceptaba la mirada de varios guardias dejando que este pasara sin estorbarle y solamente dejando que se escucharan sus murmuros y el sonar de sus botas sobre el piso del pasillo– siempre es lo mismo, el plan marchará como tenga que marchar y ni siquiera ella va a detenerme.
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El sol artificial resplandecía intensamente atreves de la gran ventana que yacía en una de las bases, dejando ver con claridad el salón opulento y majestuoso lleno de estatuas doradas, alfombras de terciopelo y banderas con símbolos sumamente extraños.
Lantana caminaba de un lado al otro en medio de la sala principal, con su dedo índice y pulgar derechos en la barbilla, encorvada y pensativa. Kriotoro; quien se encontraba sentado en el fino sofá de piel sosteniendo una copa llena de Vodka, había perdido la cuenta de cuantas vueltas había dado su compañera en aquella postura.
– No tiene sentido – dijo mientras seguía caminado de un lado al otro – ¡No tiene sentido nada! – gritó frustrada.
– Relájate, ¿quieres? – dijo Kriotoro después de sorber de su copa con delicadeza – no deberías darle tantas vueltas Lantana, casi la matas y cumpliste con tu labor.
– ¡Pero no la matamos! – exclamó – ¡¿Sabias por lo menos que estamos en boca de todos?! ¡Somos una decepción para esta tropa! ¡En mis trecientos ochenta Eras jamás había presenciado una humillación como esta!
– Pues lo serás tu – volvió a repetir Kriotoro de forma soberbia – yo si cumplí con mi misión.
Lantana se detuvo para mirar a su compañero, Kriotoro entendió la señal y sabía que había dicho algo indebido, se puso recta y con una mirada amenazante en los ojos le reclamó.
– Me está hablando el imbécil que se desmayó a media batalla y por él que el Señor Dark tuvo que ir a su rescate como si fuera una damisela en apuros.
– ¡Oye! – respingó – ¡También fue el señor Dark por ti!
– ¡Si, pero yo estaba luchando contra todo su ejército! ¡Siempre me toca a mí el trabajo más pesado!
Les hubiera gustado continuar con su discusión acalorada, pero fueron interrumpidos por la presencia de Cirinia, quien apenas logró entrar cuando selló todas las ventanas y puertas con sus cristales de boro y se tomó un segundo para asegurarse de que nadie pudiera entrar o salir.
Lantana alzó una ceja y puso una mano en su cadera mientras miraba a Cirinia, Kriotoro suspiró y volvió a su posición original en aquel sillón.
– ¿Qué mierda te sucede? – dijo Lantana.
No recibió respuesta de su compañera quien seguía atenta a los lugares en los que tal vez alguien pudiera entrar o lugares en donde sus compañeros pudieran salir. Cuando estuvo lista suspiró con alivio y después dijo.
– Disculpen por todo esto, tengo noticias importantes y nadie puede interrumpirnos.
Lantana y Kriotoro parpadearon varias veces luego de mirarse entre sí y después plantaron la vista en su compañera la cual se veía bastante agitada y preocupada.
– ¿Qué sucede? – preguntó Kriotoro sin levantarse de su estadía.
– Dime por favor que regresaremos a la Tierra a matar a esos gusanos – suplicó Lantana a su compañera.
– Dime por favor que no regresaremos a ese lugar asqueroso – dijo Kriotoro cansado y sin soltar su copa de Vodka – mi último traje terminó todo estropeado y este no me gusta del todo.
Cirinia miró a sus compañeros temerosa, junto sus manos una con la otra y las llevó a su pecho mientras pensaba en miles de palabras con las que podía dar entender lo que vio o escuchó, su mirada se mantenía plantada en Lantana y ocasionalmente en Kriotoro, sus labios se abrieron y cerraron varias veces sin poder pronunciar palabra alguna, ganándose la extrañeza de sus compañeros.
– Necesito que nada de lo que les diga salga de esta habitación, por eso la selle – dijo Cirinia temerosa.
– ¿Bien? – dijo Lantana con duda – ¿Por qué tanto misterio? ¿Qué sucede?
Cirinia suspiró, tomó fuerza y dijo.
– Estuve escuchando la conversación de Lord Dark y la Señora.
La mandíbula de Lantana casi se cayó de la impresión y sus ojos se abrieron abruptamente al escuchar las palabras de Cirinia. Kriotoro escupió el Vodka que recién había tomado de forma agresiva y manchando la alfombra que estaba debajo de sus pies.
– ¡¿Qué hiciste que?! – exclamó Kriotoro cuando apenas pudo recuperarse.
– ¡Cállate! – dijo Cirinia avergonzada y temerosa al mismo tiempo – lo que escuchaste, estuve escuchando su conversación.
Lantana suspiró, acomodó su traje y después bajó la mirada para toparse con Cirinia, esta era más pequeña que la castaña.
– ¿Qué descubriste? – dijo.
– ¡¿Acaso no saben que tenemos prohibido hacer eso?! – Volvió a gritar Kriotoro, esta vez se levantó de su sillón y se dirigió a su compañera totalmente alterado.
– Acabo de descubrir algo que no les va a gustar, a ninguno de nosotros – Cirinia suspiró, sin prestarle atención a Kriotoro quien seguía gritando y caminando en círculos como anteriormente Lantana lo hacía.
– ¡No quiero saber lo que nos pasará si se enteran! – dijo Kriotoro alterado.
– Sin rodeos Cirinia – dijo Lantana poniendo su mano sobre el hombro de la menor – te escucho, ¿Qué paso?
Cirinia tragó grueso, suspiró y volteó a ver a la castaña quien tenia la preocupación en sus ojos demostrándole que realmente le interesaba.
– Es muy confuso y no quiero malinterpretar la situación, pero supongo que verdaderamente esta mal – dijo Cirinia luego de un suspiro.
– ¡Eres una maldita loca Cirinia! – gritó Kriotoro ganándose esta vez la atención de sus compañeras, ambas le lanzaron una mirada penetrante y su rostro reflejaba irritación – ¡¿Qué vamos a hacer?!
– ¡Kriotoro cállate! – gritaron ambas al unisonó, Kriotoro calló instantáneamente, dio dos pasos hacia atrás y solo pudo fijarse en sus compañeras con una mirada de miedo y las manos cerca del pecho.
Cirinia suspiró una vez más y le hizo un ademan a Kriotoro para que se acercara a ellas, quería estar segura y consciente de lo que sus compañeros pensaban al respecto y si ella estaba en lo correcto al escuchar aquella platica.
– El señor Dark... – dijo con miedo – nos usó.
Lantana y Kriotoro se miraron entre sí, confundidos y nerviosos al respecto, sus corazones se llenaron de miedo al igual que sus miradas, Cirinia esperaba un regaño de ambos como era costumbre; sin embargo, esta vez solo fueron simples cuestionamientos.
– ¿A que te refieres? – preguntó Lantana viendo fijamente a Cirinia, esta correspondió la mirada y con esta misma le transmitía seguridad.
– El señor Dark nos envió a que tomáramos información, rechazando el plan principal de nuestra Señora el cual era liquidar a los elementales terrestres de una vez por todas.
Los otros dos agitaron su cabeza sutilmente tratando de procesar la información o entender un poco del contexto que su compañera les había dado.
– Oh, eso explica el por que siempre nos interrumpió en las batallas – dijo Kriotoro.
– Tu te desmayaste, eso no cuenta – dijo Lantana ganándose la indignación del príncipe – pero no entiendo, se que no fue el plan principal, pero ¿Qué tiene de malo?
Cirinia tragó grueso, su mirada transmitía tristeza y decepción, bajó levemente la mirada plantando la vista en la alfombra.
– Su plan es traer a los elementales terrestres a Markland.
Lantana enmudeció al instante estando sorprendida, Kriotoro revolvió su cabello y trataba de pensar en las palabras que su compañera había dicho.
Los tres sabían lo que significaba aquello, el hecho de que quisieran traer a sus enemigos a la base les hacía sentir inseguros ante la lealtad de su señor.
Habían sido sus guerreros desde hace mucho tiempo y jamás se habían imaginado algo como aquello, ninguno de los tres lo podía creer, ninguno quería creerlo.
– ¡¿Por qué?! – preguntó Kriotoro exaltado.
– ¿Qué no es obvio? – dijo Lantana mientras apretaba sus puños con furia y los iris de sus ojos resplandecían en tonos rojizos, señal de que estaba sumamente molesta – el hecho de que considere traer a elementos poderosos no es solo para experimentos, saben que son fuertes y que le serian de utilidad en su ejército.
Cirinia y Kriotoro trataron de hacer entrar en razón a Lantana y tranquilizarla, conocían a su superior y sabia que cuando se ponía así solo quedaba esperar un desastre en la habitación o una locura de parte de esta.
– Lantana, seguramente tiene otra idea, no creo que se trate de eso – dijo Kriotoro nervioso.
– ¡Estupideces! – dijo Lantana – conozco a Lord Dark desde que era una niña, sé que siempre hay algo más allá de sus planes y que esconde algo oscuro, ¡¿No lo ven?! ¡Quieren reemplazarnos! ¡Por eso interrumpió las batallas, quieren que sean parte de su ejército!
– Lantana tranquilízate – dijo Cirinia – nos estamos apresurando mucho.
– ¡Nos uso maldita sea!
La castaña se dio media vuelta y lanzó un golpe al aire, de este salió una ráfaga que se impactó en una de las paredes dejando una grieta enorme en esta y provocando que Cirinia soltara un pequeño grito de miedo.
Esperaba que Lantana se tranquilizara, el azabache la tomó de los hombros y la guio hasta el sofá para que esta descansara. Lantana respiraba con brusquedad y su corazón latía rápidamente acaparando la atención de los otros dos.
– ¿Por qué quisieran reemplazarnos? – dijo Cirinia deprimida y con la mirada hacia abajo.
– Lantana tiene razón – dijo Kriotoro decepcionado – no encuentro otro motivo por el cual haya interrumpido las batallas si no era para medir su resistencia, hay que ser sinceros, fracasamos en nuestra misión.
– ¿Crees que haya sido una prueba para nosotros? – dijo Cirinia.
– No estoy seguro – Kriotoro contestó – pero deberíamos alistarnos para cualquier cosa, otra prueba, una misión cualquier cosa que nos ayude a demostrar que somos...
–Desertar – Interrumpió Lantana abruptamente
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